Verán ustedes, llevo un tiempo dudando si dejarlo por escrito, o si no hacerlo para evitar las contradicciones. Pero he llegado a dos conclusiones. Si no lo digo no me quedaré a gusto, y desde ya reivindico el derecho a la más pura y dura contradicción.
Me explicaré, porque esto puede convertirse en un galimatías.
Pavesas y cenizas está próximo a cumplir tres años de edad lo cual para un blog no está mal. Un blog que procuro renovar con cierta frecuencia. Al menos un par de entradas por semana, aunque no siempre cumplo con este ritmo.
Acabo de mirar las estadísticas a las que tengo acceso, las mismas que ustedes podrán ver si se dirigen a la parte inferior del blog. Llevaba meses sin hacerlo. Lo cierto es que no me interesan mucho o nada. Si en alguna ocasión me hubieran preocupado, quizá hubiera buscado alguna solución. En fin, digo que he mirado las estadísticas y resulta que este blog ha pasado de las sesenta y siete mil visitas que, groso modo, significan unas sesenta y cinco visitas diarias. Aún desconociendo si el contador tiene en cuenta las mías propias, todavía estoy maravillado de que este espacio reúna a tantas personas, sobre todo si uno es consciente de la cantidad de blog que existen y la excelente calidad de la mayoría de ellos. Es cierto –y soy perfectamente consciente- que el ritmo de visitantes no es el mismo en el último año que en los anteriores, sobre todo el primero. Uno actúa de un modo determinado, lo que tiene consecuencias.
Todo esto para decir que, definitivamente, este blog va a pasar a ser un blog donde aparecerán básicamente mis textos poéticos (poemas, estampas, onilirias) y los relatos cortos. Los trabajos de más extensión, si es que alguna vez los llevo a buen puerto, engrosarán otro de mis blog: Euritmia en la red, que lleva seis meses sin entrada, y seguiré –ese sí casi de modo incesante- escribiendo El surco de los días, el tercero de mis blog, mi diario. No necesito más. No puedo con más. No me interesa más. Aporto poco en estos campos, desde luego, pero no aporto nada en otros, por tanto sobran otro tipo de post.
He llegado a múltiples conclusiones en este tiempo, pero sobre todo he llegado a la certeza de la presencia de excelentísimas personas en la red, personas que me dan y me seguirán dando su amistad y su confianza. He descubierto que cuando alguien me quiere de verdad y tiene algo que decirme sobre mis textos, lo hace mucho más a gusto en privado, y más desde que por la falta de tiempo no contesto como debiera cada una de las intervenciones de los lectores, que siempre he agradecido, pues suponen un esfuerzo. Pronto habrá una prueba de lo que digo. He comprobado que parece existir entre los blogueros una ley no escrita en la que se comenta, si tú comentas, algo así como una devolución de visita. Y quizá haya de ser así, pues el comentario es el único modo de hacerse visible en otra página. Y he concluido, con mi habitual pericia de efecto retardado, que no soy un bloguero, sino que uso de este medio para dejar volar mis palabras, sean éstas interesantes, o meras ocurrencias insustanciales.
Por ello y para evitar que nadie se sienta obligado a un comentario forzoso, he decidido eliminar los comentarios. Sé que esto es tirar, no piedras, sino bombas contra una de las esencias de un blog, pero Pavesas y cenizas, a partir de este artículo, se convierte en un poemario y en un almacén de pequeños relatos, quizá también aparezcan algunas noticias sobre algún acto que me importe o la reseña de algún libro, poco más…
Por supuesto, continuaré comentando en los blogs amigos, seguiré visitando y leyendo y aprendiendo de los blogs de las amigas y de los amigos e incluso de quienes no conozco nada, salvo su tarea en la blogosfera.
Me interesa, a esta altura de mi vida, escribir y dar a la luz, quizá, lo que se escriba, pero no me encuentro con ánimos ni con tiempo para llevar un blog como se debe.
Y claro está, a partir de este momento, empezarán las contradicciones.
Y claro está, a partir de este momento, empezarán las contradicciones.
1 comentario:
Nadie ha comentado esta entrada?? que raro me parece...
Que bueno, como verás ultimamente tengo la cabeza poco centrada y llevaba tiempo sin pasarme por aquí. He leido uno de tus últimos poemas (aunque sabes que no es lo mio) y un micro y me ha sorprendido no poderte comentar nada, así que he remontado hasta aquí.
Para mi llegar al punto en el que escribes por el simple placer de escribir y sin que te importe saber cuanta gente te lee o te comenta es el mas alto al que se puede llegar, porque ya no requieres de esa motivación que parece que a muchos nos acaba por impulsar para seguir con un blog.
Así pues yo te seguiré leyendo cuando pueda, y por cierto, que no te sorprendas si el número de visitas cae en picado, porque algunos lectores, entre ellos yo, leemos los blogs desde el google reader porque es mucho mas cómodo, y solo accedemos directamente al blog para dejar algún comentario, así que no te desanimes si sucede.
Por cierto, el año que viene si volveis por Zaragoza avísame por email si te acuerdas, que si no es posible que no me entere de nuevo! :D
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