sábado, 11 de julio de 2009

INFILTRABAS ESTRELLAS EN TUS VENAS



Infiltrabas estrellas en tus venas.
Su hilatura de plata entró en tus poros,
trocó tu piel en faro de azucenas,
almenar que mis besos bendecían,
simbiosis de rocío y luz sedienta
que desplazaba los escombros ciegos
de mi pasado en ruinas de cenizas.


Infiltrabas estrellas en tus venas.
Mis ojos exploraban su camino,
quietud de geografía despojada,
territorio usurpado a lunas de alba;
mis pupilas, guardianes de frontera,
custodiaban el vuelo de tus sueños,
el horizonte blanco de tu cuerpo.


Infiltrabas estrellas en tus venas.
Era tu piel escarcha ardiente y muda
cristal, reflejo, cosmos, universo,
el recipiente frágil de lo eterno...
Desde ahora sé que Dios existe y vive
pues tu piel es escarcha ardiente y muda,
donde se ocultan todas las estrellas.
Safe Creative #1101208299834

32 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Por extrañas razones que desconozco, no puedo acceder a deteminados servicios que se ofrecen en la sala de máquinas de este blog, por lo que publico en precario. Falta la ilustración. y la alineación centrada, en cuanto que se arregle la situación, quizá mañana por la mañana, lo veréis como creo que debe...
Que os guste.

Isolda Wagner dijo...

Nos gusta, Amando y mucho. No importa la forma de los versos, importan éstos solamente. Ya el título es poesía y ese primer verso tres veces repetido, sublime, sin más.

Simplemente lo vivo, lo disfruto y espero que esta noche se infiltren estrellas en mis venas.

Besos de hilos de plata para tu musa, poeta.

Amando Carabias dijo...

Isolda: Gracias por tu comprensión y por tu valoración. Transmitiré tus besos convenientemente.
A estas horas sigo igual, con las herramientas necesarias en huelga total.
Espero que la cosa se soluciones, sino tendré serios problemas.

Ferran dijo...

Me has dejado pasmado, Amando: ¡qué magnífico poema sustentado sobre el valor de CADA verso! Una elección de estilo que huye de la argumentación para plantear que el sentido del poema se consigue mediante la acumulación de imágenes. Eso significa que tienes TONO propio, lo más difícil, porque implica escoger entre diversas opciones que tientan al poeta desde influencias muy distintas, desde códigos que han establecido los gigantes. Creo que tú estás en la línea lorquiana, como ya te dije, lo cual significa próximo al simbolismo que recogió Cirlot con intenciones distintas, y alejado de la poesía de la experiencia, la argumentativa que conversa a lo Gil de Biedma o el Cernuda a partir del exilio. Cerca, fuera de España, de lo que hizo Dylan Thomas o de lo que escribía Paz. Alejado de lo que hacía Auden o, de lo que de un modo diferente, escribía Borges. Desde luego, también de lo que marcaron lso expresionistas alemanes o los simbolistas ingleses tan marcados, estos últimos, por la tradición metafísica de Blake y Donne (como ocurre con Eliot cada vez de forma más solemne).

Quiero comentártelo con cuidsdo, porque creo que en este poema has dado un paso más allá en la dirección que diste al escribir sobre los niños hambrientos. Lo que Eliot llama "el correlato objetivo", es decir, aquello real que cuenta el poema y que es pretexto para penetrar en la esencia del mundo, queda menos explícito, desempeña un papel algo más oculto, aunque no sea en absoluto un misterio: es un poema de amor, pero no es sólo la exaltación de la presencia corporal de la persona amada y la realización del propio YO en esa dualidad. El cuerpo cómplice, adorado, cantado, queda ahí, mientras lo que importa es COMO SE CANTA, cómo se trasciende la circunstancia concreta y puede convertirse en un cántico autónomo de las condiciones que lo impulsan, para cobrar sentido por sí mismo. Para legitimarse, por así decirlo, en su calidad poética, en sus imágenes potentes, en todo lo que te dicen no de ESE amos, sino DEL amor. De la vida justificada, de la trascendencia reconocida o confesada al vincularlo con la existencia de Dios, metáfora de la eternidad concreta que se asume, del ser consciente que es capaz de contemplarse como divinidad él mismo por el hecho de poder amar, no por el hecho de que exista un ser amado. Te lo comento con más calma...

De momento, mi admiración por lo que has hecho.

Ferran dijo...

Vayamos al POEMA, a su sentido global. Aun cuando la opción escogida es la acumulación de imágenes que van sedimentando un instante relatado, el poema tiene una IDEA que se desarrolla Puede hacerlo a través de la estrategia literaria de la poesía de la experiencia (la tradición cernudiana) o de la que, desde Juan Ramón, llega a la conexión con el simbolismo. Como te decía antes, has escogido una opción que pasa a destacar el verso sobre el poema. El lenguaje pasa a ser poético en su sentido más radical porque es totalmente INTRADUCIBLE y, en muchos casos, construye una imagen que se sostiene sobre un hilo de belleza que rompe el vínculo habitual entre significante y significado. No se trata de lo que se dice en cada verso tenga un "sentido" claro, sino que pueda mantenerse sobre su PROPIA vigencia, su rigor no descriptivo o argumentativo, sino sobre su nervio intuitivo y sobre las correspondencias de imágenes que tienen valor por sí mismas.

La construcción del poema, sin embargo, con su reiteración del primer verso, pasa a reconocer lo que desea decir al regresar sobre imágenes ya expuestas para, finalmente, argumentar. Pues es argumento lo que al final se expone: "Desde ahora sé que Dios existe y vive/pues tu piel es escarcha ardiente y muda/donde se ocultan todas las estrellas." A veces, puede interpretarse que el poeta quería llegar a esa exposición final. La existencia de Dios es el encuentro con la propia conciencia enajenada, ser fragmento de eternidad y de vida absoluta, reflejo de la humanidad entera, de la creación, criatura del mundo que se sabe ser viviente. ¿A través de qué? De la visión de la belleza, de la REALIZACIÓN a través del toque de eternidad que proporciona el amor y la entrega, la estupefacción ante el propio sentimiento, la servidumbre y la exaltación ante la propia pasión. El contacto con el absoluto, como Novalis o Hölderlin lo señalarían en los inicios del romanticismo. Sólo la poesía, el arte, nos proporciona el conocimiento de la Verdad y sólo podemos expresarla a través de un lenguaje poético, de una obra artística. No hay otro modo de llegar a la IDEA completa, a Dios en el sentido romántico de la palabra. Como en los maestros de la música que recogen el tema en su último movimiento, recoges en los dos últimos versos la aproximación inicial, el arranque suntuoso: "Infiltrabas estrellas en tus venas", le añades la literalidad de un verso "pues tu piel..." para acabar con una modificación del verso inicial que permite concluir como se empieza, pero como dato explicativo, no como imagen autónoma. En este sentido, "pues tu piel es escarcha ardiente y muda/donde se ocultan todas las estrellas" pasa a resolver, en un cambio de tono marcado por esa conjunción (pues) la JUSTIFICACIÓN de lo que se ha dicho, recuperando las palabras escritas en una cascada de imágenes previas. Lejos de ser forzado, ese salto de lo simbólico a lo argumental pasa a deslizarse, gracias al uso del mismo lenguaje, con una impecable naturalidad. Y lo difícil en poesía es mantener el tono, no traicionar el estilo elegido, la forma de acercarse a un episodio que no es experiencia poética, porque lo único que es experiencia poética es el poema mismo. Lo otro es la anécdota en la que se basa.

Ferran dijo...

Comentario (II)

En su conjunto, pues, el poema tiene que ser visto como esa escala de versos que van rodeando una escena intuida: el cuerpo de la amada contemplado mientras duerme. El avance no se da como profundización, sino como reiteración de imágenes que nos van dando señales, que nos descifran ese lugar cálido, que nos miden la intensidad optando por referencias altísimas que se verifican en la referencia a Dios. Es, en el sentido juanramoniano, un poema "de instante", descripción de un ardor momentáneo que es SIGNO de un sentimiento permanente. Un ardor que llega de la mano de la poesía, capaz de designar lo esencial. No pronunciarás el nombre del amor en vano...mandamiento laico de todo quehacer poético.

Ferran dijo...

Comentario (III)

Verso a verso, la lectura del poema no se traiciona, sino que se desnuda. Desnudar sólo es traicionar cuando el cuerpo vestido engaña con sus apariencias falsificadas. Cuando las formas externas responden honestamente al contenido, a la esencia, desnudar (la Mujer desnuda de Juan Ramón) es volver a presentar la vinculación exacta, auténtico, sin artificio, entre la vida y la palabra. En buena medida, porque esa vida ha pasado a ser palabra, el verbo se hace carne y la carne se hace verbo. Esa identificación constituye la base de una cultura basada en la palabra, transmitida por ella y reconociéndose sus actos a través de su pronunciación.

El inicio (y esto es ya estilo Amando) desea ser una IRRUPCIÓN. Aparece tres veces, resonando en la lectura con fuerza, las "t" que, sin buscarlo quizás, proporcionan un soporte verbal potente a una imagen que lo es en su propia configuración "InfilTrabas esTrellas en Tus venas" con una cadencia trisilábica y, en dos casos, en las sílabas acentuadas. Imaginémonos que la última palabra hubiera comenzado por T...Vemos cómo habría sonado el verso, la solemnidad que habría adquirido...Infiltrabas estrellas en tus tenues...

El verso puntúa su final, acaba en sí mismo aunque se amplíe la "información" con una imagen de igual potencia verbal que reitera esa consonante fuerte: hilaTura, plaTa, enTró. Y sigue Trocó, Tu piel...para desaparecer luego. Una sola T en el resto de versos de la primera estrofa. Puede parecer un análisis formalista, pero en un poema que aspira y consigue basarse en la fuerza de las palabras y las alusiones imaginativas, ese factor es crucial para suavizar o para endurecer la imagen. El poema comienzo con las dos cosas: sorpresa por lo que se observa (el cuerpo de la amada) y búsqueda y encuentro de cómo explicar lo que ocurre: no se puede, no hay otra forma que apartarse de cualquier explicación "divulgativa" (duermes a mi lado...) y se pasa directamente a lo que esa visión SUGIERE, mucho antes de describirla, o de aludir a ella. Y las palabras son fuertes, enérgicas, sólo las dulcifica la pasión amorosa, la admiración por el cuerpo que se contempla y que adquiere una vida especial por ser contemplado, porque el amante se convierte en observador, en protector de la divinidad concreta, de la eternidad contenida en ese momento y en arquitecto del andamiaje poético que permite DECIR y PERPETUAR. En realidad, el poeta averigua y se averigua en ese decir, recurriendo a aquellas imágenes que lo corroboran, que construyen una experiencia paralela a lo que está sucediendo en muchos lugares en ese mismo instante. ¿Qué SIGNIFICA el primer verso, reiterado al principio de cada estrofa? Nada en el sentido de la traducción más vulgar. El lenguaje poético nunca significa nada, sino que EXPRESA algo que no tiene traducción a la prosa. La elección de una imagen de lo que siempre es símbolo de eternidad, de algo majestuoso, supremo, don de la creación, signo del universo, como las estrellas, forma parte de una tradición irrenunciable de la poesía desde el principio de los tiempos. Es el misterio visible que alude a Dios, a lo eternos que somos compartiendo una conciencia unánime: contemplamos las estrellas para comprender la tierra, el cuerpo amado, nuestro destino, nuestro recuerdo, nuestro carácter, nuestra HUMANIDAD.

Ferran dijo...

Comentario (IV)

Tras un inicio que se basa en esa magia, en esa vuelta a hacer del cuerpo amado una fracción del universo, que penetra en la sangre, en la intimidad, para verificar la existencia de ese cuerpo como algo supremo, que es invadido, colonizado, sembrado por la luz nocturna del universo encendido a lo lejos; tras esa explosión inicial, los versos se suavizan..."mis besos bendecían" cuando aparece como protagonista el poeta. Ha acudido a la llamada de un fogonazo, de un relámpago que ha iluminado un escenario del que desea formar parte pronunciándolo, que necesita decir, convertir en verso. Se atreve incluso a manifestar que sólo adquiere supervivencia a través de ese cuerpo que es eterno porque forma parte de un lazo permanente con lo más alto del universo: es la luz nocturna, convertida en el cuerpo humano, introducida en él, haciéndolo un recinto donde respira la inmortalidad, donde el poeta depone su pasado "en ruinas de cenizas".

Y puede, entonces, recorrerlo con una mirada que custodia, vigilante, asombrada, protectora y al mismo tiempo vulnerable ante el poder de nuestra dependencia de lo que amamos. Cuando contemplamos la inconsciencia y sabemos que ella está vagando en un mundo en sueños, ajena a nosotros, que guardamos esos momentos de aparente autonomía, donde sólo constamos como quienes nos preguntamos cómo puede amarnos, cómo podemos ser una parte significativa de ese cuerpo que palpita a nuestro lado. Y el cuerpo adquiere la consistencia de una geografía ("Voy por tu cuerpo como por el mundo..." cantaba Paz), tema recurrente en la poesía que no se conforma con un cuerpo a solas, sino que expresa algo sustancial: el cuerpo amado es el universo a escala de mis sentimientos, una referencia del mundo que está a mi lado. Casi al romper la noche, en lunas de alba, el cuerpo amado es la unidad con el todo.

Isolda Wagner dijo...

Te das cuenta Amando, lo mismito que he dicho yo!

Ferrán eres un genio diseccionando textos. Ahora, mójate y dí, si te atreves, cuál es el mejor de los poemas del escribidor...
Por eso, me limito a escribir lo que siento, que ya hay quien sabe expresarlo mejor.

Muchos besos llenos de luz, a estas horas.

Ferran dijo...

Comentario (V)

El poema muestra el dominio del ritmo en su tercera estrofa. La primera ha introducido, sin narrar, la experiencia poética. El asombro. La segunda ha descendido a la circunstancia, al tiempo concreto, a la referencia al sueño, a la vigilia...La tercera regresa con una fuerza inaudita, hecha a base de los tres versos que siguen al inicial, reiterado. Tres versos que son casi una letanía, una oración en la que el poeta exclama lo que tiene ante sí utilizando, para ello, la metáfora: "Era tu piel escarcha ardiente y muda/cristal, reflejo, cosmos, universo/el recipiente frágil de lo eterno". Una imagen desarrollada con un manejo magistral de los materiales poéticos, de los recursos de expresión aproximativa, a sabiendas de que va a llegar algo que certifica lo dicho en un lenguaje distinto.

Porque, en esta última estrofa, la vinculación con el primer verso es fulgurante: el cuerpo es constatación de lo eterno, un "frágil recipiente" al que se alude con palabras que refieren la debilidad (cristal) o la blancura (la escarcha...también signo de madrugada), pero sobre todo su carácter de ser PARTE de algo que supera al amante que observa, a la amada que es contemplada. Sólo estamos aquí por otra cosa, sólo puedo resignarme a lo que estoy sintiendo como algo que me supera, que me explica, que no comprendo y que me comprende, que nos comprende a ambos. Por ello, el "Desde ahora sé que Dios existe y vive", sea una expresión literal o una alusión a esa sombra de paraíso que nos atiende cuando amamos, es un último refugio, antes del silencio. Una reflexión final, una invocación y una conclusión. No hay nada más que decir, no puedo añadir nada al contemplarte, salvo que tu estar ahí me justifica como ser vivo, consciente, un fragmento del universo que se sabe, que se reconoce, que se comprende y se pronuncia insignificante quizás, pero dichoso por poder manifestarlo.

Ferran dijo...

Isolda...¿mojarme? Mmmmmmm....Pues yo diría que éste y el anterior que comenté son las cosas que más me han gustado. Y, entre los dos, éste. Creo que en éste Amando ha conseguido un poema redondo, donde no sobra nada ni falta nada (y eso es muy, pero que muy difícil...). Empezar fuerte, acabar justo donde lo exige el ritmo del poema. La potencia de cada uno de sus versos. Las imágenes y su perfecta distribución. A veces, un solo verso. Otras, como en la segunda estrofa, desarrollándose en varios, por la necesidad de la composición del poema. Porque un poeta es un compositor, cosa que tantas veces se olvida y así le va a la poesía...Si Eliot no hubiera sido un gran compositor, nadie podría soportar Four Quartets, cuya extensión pone a prueba al lector y no le permite mantener la intensidad constantemente: por eso Eliot rebajaba el tono, introducía una canción en apariencia banal, tras un fragmento solemne, religioso...En un poema de sólo tres estrofas, Amando nos ha ofrecido precisamente tres movimientos distintos. La abstracción de la imagen (como en la plástica existiría la abstracción del color), el paso a un tono descriptivo en un "moderato" y la resolución final volviendo sobre el inicio, con lo majestuoso de sus referencias a la eternidad y la descripción alegórica del cuerpo amado sin decir nada sobre él más que aquello a lo que alude la imagen construida en los ojos del poeta. No hay realidad, sino realidad percibida y resuelta en una alusión. No hay descripción, sino enunciación de la "función" de ese cuerpo que ignoramos salvo en su carácter, en el lugar que ocupa en una conexión con lo más alto, con el sentimiento que sólo puede, exasperado al fin por las limitaciones de nuestro conocimiento, agarrarse a lo que parece convencional y deja de serlo en presencia del amor. Lo cual es el verdadero romanticismo con materiales simbólicos. No lo que usualmente se llama romanticismo...

Miguel Mora dijo...

Tuve un jefe que decía:”decid ahora lo que queráis porque después de mí, no habla ni dios”.Él mismo se revestía de una autoridad que nadie le había otorgado. Hay otro tipo de autoridad que es indiscutible: la concedida por la evidencia. Después de Ferran ¿qué podemos decir los demás?. Me imagino muy contento a Amando por sus poemas y por los excelentes análisis de Ferran. Ferran tiene, como suele decirse, la cabeza tan bien amueblada que presumo que su piso- biblioteca resulta más necesario como sitio agradable donde se rinde culto al libro, también como objeto, que como espacio de consulta. Pero, atención, Ferran no sólo es un destacado especialista en el fascismo ( en los fascismos) o el más destacado estudioso de nuestra transición o el poeta y crítico que vamos conociendo, también es un formidable narrador.
Un día me envió por mail un estudio suyo sobre Chejov y “La dama del perrito” me pareció mejor que antes. Gracias a él descubrí a Maupassant y lamento haberlo descubierto tan tarde, como me sucedió cuando oí por primera vez el Stabat Máter de Pergolesi. Lo bueno, en realidad, siempre se descubre tarde.
A veces los elogios llegan a molestar. Espero no sea el caso. Los gallegos – de acuerdo con los tópicos- tenemos fama de ocultar si subimos o bajamos una escalera: yo llego a tal extremo que, a veces, ni yo mismo sé si subo o bajo. Es más fruto de la duda ( buena compañera siempre de viaje) que de la indefinición.
Conste que si un día no estoy de acuerdo con Ferran, lo diré. Me temo que la razón no estará de mi parte.
Ah! Pero nadie es perfecto, lo sabemos desde “ Con faldas y a lo loco”. Ferran es del Barça…

maririu dijo...

A mi me pasó antes lo que a Miguel cualquiera se atreve a decir esta boca es mía,
en realidad voy a almanezar este curso de arte poética y en realidad también estoy de acuerdo que tu poesía Amando es acumulación de metáforas, simbolista. Lorquiana me lo tengo que pensar,me parece mucho más grave y menos trágica, Lorca vivía en un mundo lunar, vida y muerte a una.
Amando habla de amor y de amor físico y además masculino.
no sé si me atrevo a darle el clic
Maririu,
necesito la página escrita sobre papel

Amando Carabias dijo...

Ferran: El que se queda pasmado por tus comentarios soy yo. Se vuelve a repetir la escena de la semana pasada, y sigo balbuciendo ante tus palabras.
Obviamente has penetrado en el último sentido del poema, en esa intención que llevaba al escribirlo, y sin embargo al ver por escrito tus palabras, parece que es excesivo, que de mis dedos, no pueden salir semejantes criaturas. (Lo siento, Isolda, antes de que me riñas por esta expresión, ya te pido disculpas. Así lo siento. Y no es falsa humildad, en serio...). Y el caso es que salen, y lo mejor es que en algunos casos eres tú quien racionalizas con tu verbo analítico y tan cariñoso, lo que en mí es magma, es pasión, es fuego que me impulsa hacia esas palabras, hacia esos versos...
Este modo de escribir poesía (y sé cuánto me arriesgo al decir esto) es nuevo para mí, y a las indagaciones en la red se lo debo. Se lo debo, en primer lugar, a Adrián Dorado, que desde hace meses me estimula a zambullirme en las imágenes. Él labora hacia el surrealismo patafísico, como bien sabemos todos, por ahí no ando muy seguro, pero el empuje de ánimo, el obligarme a no quedarme en lo evidente, dar otro paso hacia lo simbólico, a la potencia del castellano, se está convirtiendo en un acicate para mi proceso.
Y Luego llegas tú, Ferran para desmenuzar mis versos, y no sé debajo de qué piedra meterme, pues el rubor me tiñe, no precisamente el rostro, sino el corazón.
Hasta hace unos meses pensé que mi poesía no saldría del tono narrativo (no prosaico) que impregna la denominada poesía de la experiencia. Y ahora me doy cuenta de que quizá el camino sea otro. Un camino, amigos, que sin saberlo, estamos recorriendo juntos, puesto que ahora sé que no sirve cualquier poema, Que incluso será preferible el silencio a publicar otros versos.
Decía el otro día Isolda que me estaba poniendo muy alto el listón, y yo mismo lo sentía.
Ahora siento lo mismo, pero no me arredra, porque sé que ante el fracaso o el error alguien estará ahí para apuntarme con el mismo cariño, esta palabra te sobra, te equivocaste en el tono, el adjetivo tan blando destruye el verso...

Amando Carabias dijo...

Isolda: Esta mañana, desde que contesté a tu comentario de la madrugada, he tenido que hacer varias cosas (intendencia pura y dura), pero he retrasado la llegada a este lugar, porque intuía que algo iba a pasar, y además le provocas y él se moja. Gracias, muchas gracias

Amando Carabias dijo...

Miguel Mora: No es que me molesten los elogios, es que me ponen un poco nervioso, no sé actuar con ellos delante, siento que son excesivos...
Todo lo que dices de Ferran, no sólo lo confirmo punto por punto (de hecho el famosísmo comentario sobre el cuento de Chéjov ha salido en la tertulia de esta sala, si no me equivoco, otras tres o cuatro veces más), sino que también nos ha dejado en este blog buena cuenta de su calidad poética. Y en algún comentario, muy al principio de este blog (hacia febrero creo) nos dejó relatos que, literariamente, son maravillosos, aunque muestren una infancia cruel y dura. Lo más probable es que hubiera preferido no escribirlos, si así no los hubiera tenido que experimentar.
Y coincido contigo, nadie es perfecto, y cuando no estemos de acuerdo con él lo diremos, aún sabiendo que el error estará de nuestro lado. Excepto en una cosa, es del Barça... Eso sí, Miguel, aquí estamos en cierta minoría, los merengues, digo.

Isolda Wagner dijo...

Dos cosas solamente: te regaño nuevamente y lo haré hasta que asumas quién es el poeta o le escribidor.

Ferran ayuda mucho, es igual que lo que os contaba el otro día, de que me habían enseñado a ver las pinturas. Pero finalmente, quien da el visto bueno, quien disfruta leyendo, somos todos. Y claro que le pincho, porque lo mejor de tus versos está por llegar y además he leído otros anteriormente igual de buenos que estos últimos.
Y seguiré aquí, hasta que te aburras.
Muchos besos sesteados

Amando Carabias dijo...

Maririú: Bien por atreverte a dar el clic. Y no pasa nada.
A ti no te parecen imágenes lorquianas, creo que Ferran, tampoco, habla más de un cierto aire de familia. Ni siquiera, ya quisiera. O no, a lo mejor no quiero.
Como he explicado más arriba, él, Ferrán otorga una dosis de racionalidad a los versos, es lo que tiene cualquier estudio. Pero yo, aunque estoy de acuerdo, cuando lo escribo no soy consciente de tantas cosas, ni de la mayoría, diría, y sin embargo tengo todo eso en el corazón. Es como un magma, he escrito, o sea una masa candente que me explota por dentro que tiene que salir. Una idea central de la que quiero hablar, o una idea que me atrapa y me dice, amigo, tienes que hablar de mí. Y entonces se pone en marcha todo el proceso. Y dentro de ese proceso está la memoria de tantos versos leídos (incluso mal leídos), que forma parte de mí mismo, quizá sin yo saberlo: estructuras, imágenes, cadencias, situaciones...
Hay un proceso reflexivo, claro, pero ése (hablo de mí, lo advierto para que no se me malinterprete, seguro que otro vendrá y dirá cosas bien distintas) va más en orden a las ideas, al tema, lo demás, algunas veces se me escapa, tanto que sólo un análisis como el de nuestro amigo, es capaz de hacérmelo ver.

Amando Carabias dijo...

Isolda: Pues entonces me seguirás riñendo. Y te seguiré agradeciendo tus comentarios y tus ánimos y tu admiración y tu constancia. Espero que no te vayas, leñe, que tampoco es eso.

Amando Carabias dijo...

Isolda: Se me olvidaba, tengo bien asumido que el escribidor soy yo, aunque unos cuantos lo podriáis hacer igual. No es por eso que me aturullo o me avergüenzo o me siento no sé cómo, sino porque a veces no creo que las palabras que me brotan de los dedos sean tan buenas como decís.
Y a lo mejor no es tan mala esa actitud.

maririu dijo...

yo no he dicho que no esté de acuerdo con Ferran en el analisís, son extraordinarios sus explicaciones d texto, he dicho que las almacenaba lo que no creo que sea Lorquiano, pero aquí en Tortosa, no tengo la "biblioteca" suficiente para saber a quien me recuerdan más tus versos.
No he sabido explicarme, en mi cabeza estaba la gravedad de Castilla, austera, frente al barroquismo andaluz y gitano además.
Hoy tienes una metáfora:

"Era tu piel escarcha ardiente y muda"

y todo el texto en tonalidades frías blanco y plata pero todo va hacia la vida, todo el poema va hacia la vida y lo aplaudo pero no es lorquiano porque como lo dices tu experiencia...

Es normal que tú no sepas la dosis de racionalidad que va en ese "magma" encontrar la formulación de lo que nosotros sentimos es el genio del crítico en este caso Ferran, diste, dimos con un gran crítico.
y sí estás en un camino productivo y hermoso para ti y para nosotros.

¿le doy?
Maririu

maririu dijo...

soy una nulidad
no me aclaro ni yo misma

Isolda Wagner dijo...

Miguel Mora, gracias a Amando, también dispongo de los textos de Ferran. Son magníficos, aunque sólo he leído dos de ellos, me falta tiempo y si no doscientos, unos treinta libros esperan ser leídos. Y también leo muy rápido, pero hay cosas que precisan su tiempo.
Por cierto, Ferran, ya tengo dos de Carson McCullers.

http://www.youtube.com/watch?v=_2zc0wTORSI

Ferran dijo...

Amando y todos los demás amigos:

¿conocéis "And death shall have no dominion" de Dylan Thomas? Puede encontrarse en google...Creo que se aprecia esa poesía a la que se refería Amando, que huye de una de las dos caras de la poesía europea: la tradición romántica y la tradición simbolista. Dylan Thomas elige el simbolismo y creo que ese maravilloso e intraducible poema es una perfecta muestra de lo que Amando expresa al hablar de la búsqueda de un cauce verbal por donde dejar en curso amplio sus emociones.

Lo de lorquiano, maririu, tienes razón en el tema trágico. Sin embargo, creo que Lorca apuesta por la autonomía de la imagen frente a la otra poesía, sólo dispuesta a aceptar la narración. Yo he escrito poesía de la experiencia y, en el último libro que publiqué, "Al otro lado del paraíso", me resultó imposible hacerlo al hablar de la guerra. Entonces, me sirvió mucho lo que Celan escribió sobre Auschwitz, el "Toddesfuge", que la gente sangra por traducir. Sólo una cadencia de imágenes de difícil interpretación, pero de belleza dificilmente alcanzable y que demuestran, contra Adorno, que es posible escribir un poema sobre Auschwitz. Y decir cosas como "Cavamos tumbas en el aire, donde el espacio es ancho" para referirse al humo de los inocentes asesinados y quemados.

Yo creo cada vez más en que esa poesía menos evidente es la que interesa como identidad propia de la poesía, aun cuando lo muy difícil es caminar sobre esa zona de la poesía de la experiencia en que es fácil caer en el prosaísmo. En el caso de la poesía simbolista, el riesgo es caer en el hermetismo y la gratuidad, en la arquitectura sofisticada sin emoción. En ambos casos, la inteligencia poética que se requiere es inmensa, y la lectura de los grandes es lo que nos anima a comprenderlo. Ese final de "Pandémica y Celeste" en que la emoción gana al tono desenfadado hasta lograr imponerse al riesgo de quedarse más acá del lenguaje poético. Del mismo modo que Thomas aprende a evitar la construcción deliberada y fría, mediante una emotividad que consigue dar soporte a ese material imaginativo.

Sin querer dar instrucción alguna, Amando, desde la complicidad de la búsqueda del tono propio, del camino que te pertenece, creo que es preciso que conserves esa inyección de emoción controlada que eres capaz de colocar en la base de un poema azuzado por su fuerza imaginativa. En este sentido, creo que lo grande de este último poema es ese giro que das en los últimos versos, evitando lo que habría podido ser un final hábil, para ser un final poético propiamente dicho.


Os agradezco, Miguel, María, tú mismo, Amando, lo que decís. Lo que me alegra es haber podido compartir con vosotros algunas cosas, de la literatura y, como indicaba Amando, de lo peor de la vida hecho literatura.

A por Carson McCullers, Isolda.

Por cierto, aviso para navegantes: UNO DE ESTOS DÍAS PASAN EN CANAL PLUS (clásicos) EL CORAZÓN ES UN CAZADOR SOLITARIO, con Alan Arkin.

Y no os preocupéis por los 200, van a durar mucho. Es el afán de posesión y la necesidad de evitar una pérdida: ponerlos a buen recaudo...

Lo de ser del Barça...no es un defecto, es una desgracia casi siempre, menos en temporadas mágicas. Yo he vivido dos. Y esta última en que creo que todos lo fuimos...hasta los merengues que hoy están carísimos. Danzad, danzad, malditos: os esperamos con esa delantera de lujo, con nuestra línea media de ensueño.

Abrazos desde una Barcelona anochecida. Y asomaros, por favor, al poema de Thomas, y me decís...

Amando Carabias dijo...

Maririú: Esto va a acabar pareciendo el juego ese del teléfono escacharrado. Ni yo he querido decir que tu hayas dicho que no estás de acuerdo con Ferran, simplimente me limitaba a comentar lo de las imágenes lorquianas, sobre lo que vuelves. En todo lo demás, completamente de acuerdo.
Efectivamente, como pintora que eres, te has dado cuenta del detalle del color, para mí trascendental en este poema. El color blanco, sí, el blanco... Y es por algo, desde luego

Amando Carabias dijo...

Isolda: Gracias por este enlace. Cuando subí uno de los fragmentos de Aquel sábado lluvioso, estuve a punto de dejarl, pero era demasiado, me parecíó.

Amando Carabias dijo...

Ferran: Mientras te leía iba pensando en algo que me lleva dando vueltas por la cabeza desde hace tiempo, sobre todo desde que empecé esta aventura del blog, que no es ni más ni menos que un libro que se construye poco a poco, y en el que muchos de vuestros comentarios son parte de sus cimientos y de su evolución.
Bien, decía, que una de mis preguntas o de mis dudas o mis planteamientos era sencillo, en teoría al menos, ¿cómo conseguir vestir de poesía la vida cotidiana?
Y tú mismo vienes a darme la respuesta, parte de ella al menos, éas que intuitivamente, y gracias a las ayudas que he citado, he ido encontrando en estos meses.
Y fíjate, que anoche cerca ya de la hora que habitualmente publico, el poema no era así. Y no estaba satisfecho. Algo dentro me decía que el final no estaba bien, que era demasiado artificial (hermético has dicho), y la última estrofa salió como si se me reventara algo por dentro, y entoces es cuando me di cuenta que tenía razón en mi inquietud, que, efectivamente faltaba. Lo tenía dentro, menos mal.

Catherine dijo...

Estoy leyendo desde hace dos horas , hasta en google el poema de Dylan Thomas, y volvi a leer el poema del sabado anterior y su comentario . Escuché el Stabat Mater de Pergolesi que tenemos en casa pero que habia olvidado, gracias a Miguel y Isolda.
No sé hablar de poesia, ni de pintura. Con la ayuda de Maririu y su ojo de pintora, con los comentarios de todos y especialmente de Ferran pudi poner palabras, palabras mentales porque todavia ahora estoy incapaz de escribir algo, en lo que siento leyendo Infiltrabas estrellas en tus venas. Ferran, tengo yo también tus textos, los que me mando Amando. Lei los dos a proposito de Maupassant, con el texto francés al lado de las hojas en que tenia imprimidos tus comentarios. De Chéjov conozco el teatro, de Carson Mc Cullers el nombre. Conoces a Salinger, que escribio , de joven, una unica novela, l'Attrape Coeur en francés, y que sigue viviendo, es una novela de culto.
Amando, no me olvido el poeta. Te tengo envidia por la facilidad(?), facultad, posibilidad, otra vez las palabras se me escapan, de poner palabras en lo que tienes dentro. Gracias por las horas pasadas con los amigos y tù, poeta. Hoy, nada de escribidor aunque el termino te guste y sea divertido. Besos.

Amando Carabias dijo...

Catherine: Emociona tu pasión y tu dedicación. Y no te preocupes por las palabras, llegarán, seguro, porque las palabras tienen los cimientos en el corazón.
Escribidor me gusta, sí, me divierte, también, pero sobre todo, me define.
¡Qué bien que al menos algún día pueda ser llamado poeta!

Ferran dijo...

Amando, estoy seguro de que has observado la densidad de comunicación que se produce en el blog. La sinceridad de todos, el respeto extremo por toda expresión y, según el estilo de cada uno, la agudeza para apreciar lo que aporta cada uno, especialmente tú, a quien debemos todos este espacio diario. Se nos dan a conocer cosas que ignoramos, podemos dar a conocer otras que otros ignoran; unos necesitan mucho espacio para explicarse, otros "clavan" un comentario agudo, preciso, en unas pocas líneas. Nos informamos, aprendemos y, sobre todo, aprendemos a establecer una tertulia que originas tú. Yo sugiero a Dylan Thomas y Catherine me propone a Salinger, al que voy a acudir en cuanto pueda.

Quería decirte, Catherine, que Chéjov tiene ese teatro maravilloso (intenta encontrar la película que dirigió Anthony Hopkins basada en Tío Vania, que aquí se llamó "August", hecha con un grupo de actores desconocidos en el cine, que sólo hacen teatro). Sin embargo, el gran Chéjov, para mí, es el de los relatos. Aquí se publicó, en Lumen, una edición preciosa con un prólogo del gran novelista americano Richard Ford, creo que es la mejor antología que se ha publicado. Y Carson McCullers se merece una visita: como siempre, la selección depende de cada uno. Ya dije que mi favorito es "La balada del café triste", pero otras personas prefieren "El corazón es un cazador solitario" o "Reflejos en un ojo dorado". Creo que lo importante es entrar en un mundo, que es lo que ocurre cuando descubres a un autor: es como entrar en un país deconocido, con un paisaje formado por las cosas habituales (los ríos, las montañas, las ciudades...) pero dispuestas de una forma nueva, como si la posibilidad de combinación fuera infinita. Si coges "La balada..." te ocupará un domingo o un fin de semana como máximo, y habrás entrado en ese mundo mágico de McCullers. Creo que lo que hace que un escritor sea grande no es lo que habitualmente llamamos estilo, sino esa capacidad para construir una realidad paralela. Lo que hizo Faulkner, inventándose un territorio propio en el sur de Estados Unidos. Pero, sobre todo, cuando te dices, apenas has comenzado a leer: "Es Faulkner", por algo que no soy capaz de explicar, pero que tiene que ver con esa puerta que te ha abierto a una sociedad paralela, una comunidad de seres vivos, de seres humanos que se comportan, que hablan, que experimentan cosas que sólo podría haber escrito esa persona, quizás por la forma en que lo dice. Carson McCullers estableció un mundo de personas limitadas por sus condiciones físicas (como ella misma, afectada por una parálisis progresiva de origen reumático que acabó matándola a los cincuenta años, después de muchos de no poder ni siquiera escribir constantemente, por lo que sus grandes obras las hizo antes de los 30). Personas extrañas, como la mujer madura y el enano que se presenta como su pariente en "La balada...", creándose un amor violento, egoísta, doloroso y grotesco. O el tratamiento de la homosexualidad y sus servidumbres en un mundo de hombres presuntamente enérgicos, como un campamento militar, delatando la fragilidad que se esconde tras la apariencia de fortaleza. O la penosa historia de los mudos en "El corazón", con la muchacha que desea esacapar, como lo hizo Carson, del mundo provinciano, marchando hacia el norte. Creo que esa capacidad de ternura y violencia mezcladas es lo que compartió con muchos escritores de su tiempo y de su zona geográfica, como su íntimo amigo Tennessee Williams, que en todas sus obras teatrales nos indica esa convivencia entre el miedo a los demás y la necesidad de ellos; entre una intimidad que desea protegerse y que necesita ser compartida; entre ese mundo de sueños que ya describió en "El zoo de cristal" hablando de su propia familia, y el mundo real que irrumpe con violencia en los vanos intentos de protegernos de su implacable y desdeñoso trato, sin poder mantener a salvo nuestra vulnerabilidad, como ocurre en "Un tranvía llamado deseo" o en "Verano y humo"...Como le ocurría al propio Williams.

Anímate con McCullers, Catherine.

Ferran dijo...

Amando: eres poeta. No es por la forma en que digas las cosas, sino por algo que empieza antes. O que, por lo menos, es simultáneo. Es por la forma en que miras, por la forma en que pasas por la experiencia humana. Ser poeta o ser escritor no es dedicar un tiempo a escribir ni conseguir que sea genial o bueno o apreciable. Se trata de algo que tiene menos que ver con la habilidad y la calidad que con la condición, con el modo de existir. El escritor lee el mundo, no lo ve. Cada experiencia (el amor, la contemplación de un paisaje) se convierten en una lucha contra el tiempo para preservar lo que se ha visto, la sensación de tener al ser amado entre los brazos, el miedo a perderlo y a perdernos, el esfuerzo por recuperar lo que se ha ido, la sensación perecedera de ver una ciudad dormida o á pleno sol, que tratamos de retener. Se hace con la palabra y, por tanto, cuando vivimos esa experiencia estamos, también, traduciéndola a aquella imagen que nos permite capturarla, agarrarnos a ella y a darle el sentido de eternidad que no nos resignamos a perder. Un escritor no puede ser la propia vida, sino la propia vida interceptada por lo literario, de la misma forma que otros usarán otros recursos para enfrentarse al riesgo de pérdida y a la necesidad de comprensión: la pintura, la música, la oración...Tienes que resignarte a ser poeta, no es una elección, aunque sea un aprendizaje. Y, en ese terreno, creo que hay que aceptar que la bendición y la maldición van de la mano. No es una afición, es una necesidad tan imperiosa como cualquier necesidad orgánica. Es una forma de vivir, una forma de ser. La vida solamente constará como algo que contemplas desde esa condición. Nunca podrá darse la completa inocencia que te haga ser la vida misma, sino la vida reconstruida, a tientas, con trabajao, con esfuerzo, con el pánico de que escape y con la ilusión de poder conservarla, de poder nombrarla, de re-crearla. Esa es tu condición, acostúmbrate a ella, porque no podrás hacerlo más que con honestidad (¿de qué sirve un poeta deshonesto, que hace trampas con el lenguaje...?). Nunca podrás engañarte, no sólo porque la calidad padecería, sino porque no se trata de escribir mejor, sino de por qué se escribe. Luego, lo que hay es el estudio, la lectura de los mejores, las horas dedicadas a perfeccionar un don o un carácter propio que te define como persona. Es una fatalidad. Puedes darle la espalda e ignorarla, pero ya has decidido no hacerlo y, por tanto, estás en esa condición y es dudoso que alguna vez escapes de ella.

Flamenco Rojo dijo...

Amando, amig@s, como ya estaba advertido, aquí en El Bosque, internet se va y viene cuando le da la gana. Hemos estado sin conexión casi 48 horas. Y por arte de magía ha venido.

He dicho magia, magia la que hay en este blog. Amando, pasaré el poema y el analisis completo de Ferran a un word, lo archivaré y lo imprimiré. Es una joya.

Un saludo.