Teníamos miedo al calor, a ese visitante de todos los veranos que, en realidad, es su principal ingrediente, salvo para quienes viven en el norte de la Península, acostumbrados a un clima benigno. Pero nos decidimos, y el martes a las tres de la tarde, tras comer en un restaurante próximo, Marián y yo comenzamos la visita la exposición de Joaquín Sorolla.
Cuando entramos, es como si hubiéramos vuelto al sol, mejor dicho, como si los gruesos muros de la ampliación del Prado, donde se cuelgan los ciento dos cuadros, hubieran sido cubiertos, repentinamente, por multitud de ventanas por las que se cuela la luz del espléndido y caluroso día de julio. Efectivamente, la primera gran protagonista de esta exposición es la luz, mejor dicho, la capacidad del pintor valenciano de atrapar la luz, domeñarla y plasmarla con exactitud inequívoca sobre los lienzos.
La exposición se organiza en sentido cronológico, para que el espectador sea testigo de la evolución del pintor. Como en todo gran artista, y Sorolla lo fue, la obra evoluciona, pero en su caso no de modo drástico, aunque sí perceptible incluso para unos ojos no especialistas como los míos. Así, el detallismo excesivo al que le llevaba su militancia en el naturalismo durante la primera parte de su actividad artística, en la que el afán por representarlo todo, en vez de ayudar distrae de la contemplación de la obra, se supera en poco tiempo para que prevalezca la sensación de conjunto. También se simplifican las composiciones que, al tiempo se hacen audaces, en fin que busca y consigue que la impresión general predomine sobre el detalle. Camina por la senda del impresionismo sin abandonar nunca, ni en sus cuadros más atrevidos formalmente, como La siesta, el realismo figurativo. También alivia cierto dramatismo de sus temas, sin duda muy influenciados por la corriente en boga, sobre todo por escritores como Blasco Ibáñez o Benito Pérez Galdós (cuyo retrato fue uno de los primeros que hizo) y abandona prácticamente la carga social que abunda en su etapa más juvenil.
(En particular, uno de los cuadros que más me gustó fue “Y luego dicen que el pescado es caro”. Reconozco que ha sido más por el tema que por la calidad pictórica; sin dudar de ella ya que pertenece al Prado).
Desde aquí se accede a la información sobre la exposición.
Ahora me siento libre para escribir mi propia interpretación, que quizá sea muy subjetiva, pero es la que me ha quedado tras ser desbordado por esta pintura tan vital y radiante.
Para mí, Sorolla era la luz. Ya he dicho que la luz es la primera protagonista de esta exposición. De hecho, he sentido que contemplaba su obra a lomos de una fragancia de luz y de vida durante toda la exposición. A mi modo de ver, entendía la pintura como luz. Y en la luz, la exaltación del blanco, la interpretación del blanco, el canto al blanco. Pocos como él, acaso Zurbarán, hayan matizado tanto el blanco y hayan descubierto tantos miles de variantes en un mismo color: en las telas, en los vestidos, en la espuma de las olas, en los cabrilleos del sol sobre la piel, en las sábanas de una cama, en el velamen de una embarcación, en las paredes, en las sombras, en el fulgor de las pupilas, en las florecillas…Pero, paradójicamente, esto no me ha deslumbrado, pues lo esperaba, formaba parte de mi sustrato de conocimientos teóricos: Sorolla igual a luz mediterránea.
Me ha deslumbrado Velázquez. Otra vez Velázquez.
Y de Velázquez, sobre todo, Las Meninas. Y de Las Meninas la búsqueda de la luz, ese viaje hacia el fondo de la estancia donde sucede la escena, por donde se cuela o se escapa la luz. Ese punto de fuga donde está la puerta por la que aparece la efigie del secretario de los reyes. A ese modo de componer, rinde homenaje Sorolla en muchos cuadros. Y a La Venus del Espejo en su Desnudo de mujer y al modo de retratar velazqueño en tantos retratos suyos.
Quizá este artista mediterráneo sea uno de los que ha hecho más lecturas espontáneas sobre Las Meninas, evitando la copia literal del motivo. Las tenía tan interiorizadas, que muchas veces, supongo, ni era consciente de ello.
En el cuadro La familia de Don Rafael Errázuriz Urmeneta (diplomático chileno según reza la cartela que explica el cuadro), es la prueba más evidente de esto que digo, aunque no quizá la mejor. Y sin embargo, lo que más me gustó de este enorme lienzo fue la parte de arriba de la derecha, donde una ranurilla de luz se abre y alumbra un jarrón o tiesto de flores rojas.
La luz moldea los cuerpos humanos. El cuerpo humano es otro de los motivos de la obra de este pintor. El cuerpo humano en el sentido más clásico del término, el cuerpo humano donde habita, quizá, lo más perfecto de la naturaleza, y de entre los cuerpos humanos, el de los niños, quizá por su pureza. Quizá porque en el desnudo infantil la componente erótica sea nula. Es como si nos quisiera decir que la luz cobra su total sentido una vez que abraza el cuerpo humano que con ella se hace espléndido, más espléndido aún.
Ya me alargo en exceso, así que concluiré con una breve pincelada, imitando a Sorolla. Me sorprendió y me satisfizo. La gran musa de este artista fue Clotilde, su propia esposa, la madre de sus hijos, que utilizó como modelo y retrató infinidad de veces. Al igual que hizo con sus tres hijos (dos niñas y un niño). Algunas veces no hay que salir de casa para encontrar la inspiración.
Y aseguro que conozco a otro pintor que camina por la misma senda.
Cuando entramos, es como si hubiéramos vuelto al sol, mejor dicho, como si los gruesos muros de la ampliación del Prado, donde se cuelgan los ciento dos cuadros, hubieran sido cubiertos, repentinamente, por multitud de ventanas por las que se cuela la luz del espléndido y caluroso día de julio. Efectivamente, la primera gran protagonista de esta exposición es la luz, mejor dicho, la capacidad del pintor valenciano de atrapar la luz, domeñarla y plasmarla con exactitud inequívoca sobre los lienzos.
La exposición se organiza en sentido cronológico, para que el espectador sea testigo de la evolución del pintor. Como en todo gran artista, y Sorolla lo fue, la obra evoluciona, pero en su caso no de modo drástico, aunque sí perceptible incluso para unos ojos no especialistas como los míos. Así, el detallismo excesivo al que le llevaba su militancia en el naturalismo durante la primera parte de su actividad artística, en la que el afán por representarlo todo, en vez de ayudar distrae de la contemplación de la obra, se supera en poco tiempo para que prevalezca la sensación de conjunto. También se simplifican las composiciones que, al tiempo se hacen audaces, en fin que busca y consigue que la impresión general predomine sobre el detalle. Camina por la senda del impresionismo sin abandonar nunca, ni en sus cuadros más atrevidos formalmente, como La siesta, el realismo figurativo. También alivia cierto dramatismo de sus temas, sin duda muy influenciados por la corriente en boga, sobre todo por escritores como Blasco Ibáñez o Benito Pérez Galdós (cuyo retrato fue uno de los primeros que hizo) y abandona prácticamente la carga social que abunda en su etapa más juvenil.
(En particular, uno de los cuadros que más me gustó fue “Y luego dicen que el pescado es caro”. Reconozco que ha sido más por el tema que por la calidad pictórica; sin dudar de ella ya que pertenece al Prado).
Desde aquí se accede a la información sobre la exposición.
Ahora me siento libre para escribir mi propia interpretación, que quizá sea muy subjetiva, pero es la que me ha quedado tras ser desbordado por esta pintura tan vital y radiante.
Para mí, Sorolla era la luz. Ya he dicho que la luz es la primera protagonista de esta exposición. De hecho, he sentido que contemplaba su obra a lomos de una fragancia de luz y de vida durante toda la exposición. A mi modo de ver, entendía la pintura como luz. Y en la luz, la exaltación del blanco, la interpretación del blanco, el canto al blanco. Pocos como él, acaso Zurbarán, hayan matizado tanto el blanco y hayan descubierto tantos miles de variantes en un mismo color: en las telas, en los vestidos, en la espuma de las olas, en los cabrilleos del sol sobre la piel, en las sábanas de una cama, en el velamen de una embarcación, en las paredes, en las sombras, en el fulgor de las pupilas, en las florecillas…Pero, paradójicamente, esto no me ha deslumbrado, pues lo esperaba, formaba parte de mi sustrato de conocimientos teóricos: Sorolla igual a luz mediterránea.
Me ha deslumbrado Velázquez. Otra vez Velázquez.
Y de Velázquez, sobre todo, Las Meninas. Y de Las Meninas la búsqueda de la luz, ese viaje hacia el fondo de la estancia donde sucede la escena, por donde se cuela o se escapa la luz. Ese punto de fuga donde está la puerta por la que aparece la efigie del secretario de los reyes. A ese modo de componer, rinde homenaje Sorolla en muchos cuadros. Y a La Venus del Espejo en su Desnudo de mujer y al modo de retratar velazqueño en tantos retratos suyos.
Quizá este artista mediterráneo sea uno de los que ha hecho más lecturas espontáneas sobre Las Meninas, evitando la copia literal del motivo. Las tenía tan interiorizadas, que muchas veces, supongo, ni era consciente de ello.
En el cuadro La familia de Don Rafael Errázuriz Urmeneta (diplomático chileno según reza la cartela que explica el cuadro), es la prueba más evidente de esto que digo, aunque no quizá la mejor. Y sin embargo, lo que más me gustó de este enorme lienzo fue la parte de arriba de la derecha, donde una ranurilla de luz se abre y alumbra un jarrón o tiesto de flores rojas.
La luz moldea los cuerpos humanos. El cuerpo humano es otro de los motivos de la obra de este pintor. El cuerpo humano en el sentido más clásico del término, el cuerpo humano donde habita, quizá, lo más perfecto de la naturaleza, y de entre los cuerpos humanos, el de los niños, quizá por su pureza. Quizá porque en el desnudo infantil la componente erótica sea nula. Es como si nos quisiera decir que la luz cobra su total sentido una vez que abraza el cuerpo humano que con ella se hace espléndido, más espléndido aún.
Ya me alargo en exceso, así que concluiré con una breve pincelada, imitando a Sorolla. Me sorprendió y me satisfizo. La gran musa de este artista fue Clotilde, su propia esposa, la madre de sus hijos, que utilizó como modelo y retrató infinidad de veces. Al igual que hizo con sus tres hijos (dos niñas y un niño). Algunas veces no hay que salir de casa para encontrar la inspiración.
Y aseguro que conozco a otro pintor que camina por la misma senda.
42 comentarios:
Sorolla doma la luz, es cierto, pero tú lo haces con las palabras, incluso con esta máquina infernal que nos ha proporcionado el enlace tan estupendo del vídeo de la exposición.
No habrá gran cosa que añadir, pero es hora de acostarse, así que mañana vuelvo.
Besos de luz y blanco.
Los Inuit que viven en un mundo de nieve y hielo tienen un centenar de palabras para las matices del blanco. Qué dicen de la luz o de la noche? Gracias por la video y tu comentario, excelentes los dos, que colman mi pozo de ignorancia en cuanto a la pintura espanola contemporanea o a este pintor por lo menos. Besos.
Quizá Sorolla no sea un genio de la pintura, sí un genio de la técnica, atrapa y sobrecoge su capacidad, la inmensidad de sus cuadros.
Qué simple, una sencilla cama en la que asoman dos cabezas, el blanco, espectacular.
Qué desnudo, sobre un brillante raso rosa palo.
Las escenas en la Malvarrosa, indescriptibles.
Como bien dices, siempre llegamos a Velázquez y su forma de captar la atmósfera. Tenía que ser él.
Bien merece la pena estarse en el Prado un par de horas. La ocasión es única.
Besos escribidor
Buenos días.
Voy a contestar primero a los comentarios del post de ayer, día 16 de julio, y Ntra Sra del Carmen.
Amando:- Siento defraudarte, pero mi talento narrativo no da como para ganar el premio La Sonrisa Vertical. Con xxx quería decir "perdices", nada más(por pura sensibilidad hacia Nube no lo puse, ¿comprendes?) Ahora bien, si tu quieres, y para animar este blog (aunque no le hace mucha falta), me pongo a lo erótico, a lo mejor sorprendo. y a ver que pasa.
Isolda.- No he tenido vacaciones todavía, simplemente fui a Bruselas a la fiesta de aniversario (25 años ) de boda de mi cuñado Julio, que es el hermano del veterinario. Aquí me detengo un poco a comentar a mi poeta, que se quejaba en capítulos anteriores de que conté poco al respecto, de mi viaje, y de las cervecitas. Sólo decir que fue todo muy rápido, cervecitas pocas (aunque muy buenas) y que tuve tiempo de volver a ver la Grand Place y al Niño Meón, que siempre me ha sorprendido por lo insignificante que es, el éxito que tiene y la expectación que despierta. Ya se sabe...cuestión de marketing de última generación.Por cierto, mi vestido era el más bonito del fiestón, no es por nada (ahhh..."vanitas vanitatis").
Pepe Gonce.- A ti no sé qué decirte, solo creo que más que intuición es pura observación. De todas formas, el que tiene la sartén por el mango es el cocinero de letras que con su maestría nos endulza el alma a diario.
Y ahora con vuestro permiso me voy a empapar del post de hoy, que por lo que he sobreleído va de pintura, que al igual que a Susana, es un tema que me apasiona. Y encima Sorolla.
Me pongo a ello. Luego vuelvo.
Besos submarinos
Pilar en su Pecera.
Isolda:
Espero a que luego vuelvas, por si tienes algo que añadir, pero tu presencia continua y animosa son un gran estímulo para mi quehacer.
Catherine: Lo que dices de los Inuit lo desconocía. Sí sabía algo similar respecto del verde y respecto de un pueblo que vive en el Amazonas. En nuestra sociedad que cada vez se aleja más de la naturaleza, cada vez es todo más uniforme y cada vez hay menos matices. Sin embargo, si uno se enfrenta a un paisaje donde predominta el mismo color fundamental, a poca sensibilidad cromática que tenga, descubrirá una gradación realmente prodigiosa. No es el mismo verde el de un castaño joven que el de una picea, por ejemplo, que tiene mucho de grisáceo.
Y me gusta que este texto, y su enlace, te haya servido para que al menos te suene la obra de uno de los grandes de la pintura que, a finales del XIX tuvo bastante éxito en Francia, donde obtuvo varios galardones de los importantes de entonces que fueron la puerta por la que accedió a una acomodada vida de pintor reconocido y cotizado entre sus contemporáneos, por la crítica y el público, cosa no siempre fácil de conseguir.
Susana:
Ayer pensé por un segundo, ¡horror, Susana no va a estar mañana para hablarnos de Sorolla, pero gracias al cielo me equivoqué.
Citas dos cuadros hermosísimos y creo que no es casual que la protagonista sea la misma en ambos.
Una mujer, Clotilde mira emocionada y exhausta a su niñita recién nacida. Sólo vemos dos rostros, ése de la madre que he citado y el levemente sonriente y diminuto de la niña (¿os habéis fijado cómo sonríen los bebés cuando duermen satisfechos?); ambas dentro de un mar blanco que podría ser de nieve o de hielo, pero lleno de tibieza y calidez, se trata de una cama, probablemente la misma cama donde fue engendrada la criatura, pues las maternidades no existían entonces. Allí el protagonista absoluto es el blanco que todo lo ilumina y todo lo cubre, pero el tema es el de la maternidad. El título no deja lugar a dudas Madre. Y acaso el empleo del blanco como espacio donde se muestran a la criatura y a su madre, no sólo sea una solución técnica, sino que ayudan al tema, o forman parte del tema.
Unos metros más allá, casi en la misma sala, han colgado el único desnudo de mujer de la obra del pintor. Se trata de su particular homenaje a la famosísima Venus de Velázquez. Y es de nuevo Clotilde quien es modelo de su marido, esta vez en otra faceta: la de ser representante del cuerpo femenino. Un cuadro con un sutil toque de erotismo donde el rosa palo pasa a sustituir al blanco (aunque éste no desaparece del todo en los brillos del satén de las sábanas), proporcionando esa sensualidad que ambienta el cuadro, de un formato más pequeño que otros.
Pilar:
Por partes.
Respecto de tu talento narrativo continúo discrepando mal que te pese; y no específico tema. Creo que el talento narrativo, como el pictórico, etcétera, existe con independencia del tema.
Me congratulo de que el vieje a la ciudad belga haya sido intenso, aunque breve, y que las cervezas, aunque escasas, hayan sido de vuestro agrado. Mi enhorabuena a los festejantes de tan señalada fecha. Un cuarto de siglo no es poca cosa, precisamente.
Estoy segurísimo de la hermusra de tu vestido. No tengo ni una sola duda al respecto.
Espero que no sea el relato quien nos tenga atrapados a todos, incluso a su escribidor. Que todo pudiera ser.Algunas veces los mecanismos internos de los relatos (eso que los críticos llaman verosimilitud) obligan o imponen un camino a quien los escribe, que con aticipación no había previsto determinados recovecos. Y me temos que ahí estamos. Aunque os lleve dos capítulos de ventaja, simplemente estoy siendo el primer lector de la trama.
Quedamos a la espera de tus comentarios pictóricos.
Desde luego, nada que añadir a tus impresiones. Sólo he citado dos cuadros, que no son los más representativos de su obra, pero que me impresionaron grandemente, sobre todo el desnudo. Creo que me emocioné al contemplarlo [sobraba demasiada gente el sábado a la tarde, a veces no era fácil lograr un clima de intimidad con el cuadro], igual que, a pesar de los años que llevamos mirando a Velázquez en el Prado, me sigue saliendo la emoción cuando lo tengo delante.
No es coincidencia que en ambos la presencia de Clotilde [madre-mujer] sea rotunda, no hay más que apreciar las diferencias que establece el pintor cuando retrata a su mujer...
Besos renovados escribidor
Susana:
Estaba anotando en mi diario estos veros de Benedetti, creo que ya he comentado que Marián me regaló un almanaque de sobremesa que contiene para cada día un extracto de versos del poeta. Digo que estaba anotando estos versos cuando me ha llegado noticia de tus palabras:
Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
Creo que algo parecido, quizá sin tanta carga política, es lo que sentía nuestro pintor valenciano respecto de su mujer. Y creo que esto es lo que buscamos los artistas (de nuevo perdón por incluirme en este grupo). Supongo que no será distinto al resto de los seres humanos, pero acaso por ese mundo que nos tiene atrapados, si nuestra compañer@ no es eso en sentido estricto, la cosa se tuerce y se complica de muchas maneras.
...en el calor
en el frío
en el hielo
en la lluvia
en la nieve
en el viento
en el sudor
en el helor...
Aquí estoy deslumbrada por la luz que desprenden todos vuestros comentarios, además de la de Sorolla y de la que me circunda. Amando, estoy de acuerdo con lo que hablas de “Aún dicen que el pescado es caro”. Me parece magnífico por la composición y la luz, que no tiene que envidiar al mejor Caravaggio, salvando naturalmente los materiales pictóricos y ese esbozo de impresionismo que ya apuntaba.
Y sí, es cierto, todo viene aprehendido de los clásicos. Velázquez y sus meninas, no hay mayor inspiración en es ese cuadro de la familia de los Erráruriz.
Ése paseo por la playa, que no por conocido es menos espectacular, y ese trío de pescadoras valencianas con niños de pecho en dos de ellas.
De los blancos, nada que no se haya dicho ya. Si acaso que ese pintor que tu conoces, tiene varios ejemplos magníficos, especialmente en ese “Elías” entre nubes.
CATHERINE: eso son lienzos, telas dónde pintar; lienzos son también, esas telas blancas, que viste en el vídeo de Sorolla, que se desbordan por uno de sus cuadros, mientras las mujeres, al fondo, los remiendan. Los “lienzos” que tu me supones con Barcelona, son “liaisons” que me unen bastante, teniendo en cuenta que yo nací ahí y el resto de mi familia permanece en ella. También estoy muy unida a Sant Feliu de Guixols, a Rosas y a Sitges. Por eso, me acercaré a Barna en octubre, a ver si FERRAN, me invita a su bibliocasa, que me parece que se escaquea.
PILAR Y SUSANA, perdonádme, es que desde la distancia, constituís un todo. Si ya sé, una con un vestido maravilloso y digo yo, que ¿qué necesidad de quitarte tu cola de sirena?, vamos yo me la hubiera llevado puesta. Aparte de esto, me alegro de que el maneken pis, te pareciera horrible,¡es patético! Susana, qué bonita es la pintura verdad?
Eso sí es un espectáculo y encima en esa parte nueva del Prado…
PEPE GONCE. Te esperamos, tu si que pintas aquí y nunca mejor dicho. Que tengas tiempo de asomarte y contarnos. Carmen, muchas felicidades. Hoy es fiesta también aquí, como pueblo marinero, esta noche embarcan a la Virgen de los Mares y se pasea por todo el litoral. Los viejos del lugar, no ponen un pie en la playa hasta mañana y no es broma, son costumbres arraigadas. Porque el Carmen es hoy Pilar, que te veo un pelín despistada.
En fin, menos mal que no tenía nada más que añadir! Bueo darte las gracias, Amando por esa detallada y preciosa entrada.
Tan sólo los besos que os mando a todos, hoy llenos de luz y de sal marina.
Sorolla. Un pintor del Mediterráneo viviendo en Madrid. Quizá por eso, y por las veces que visité con mis padres su museo (que era su preciosa casa), me haya gustado tanto. De su técnica está ya todo dicho, su utilización de la luz, su destreza en pintar los desnudos, sus oscuros ( que también los sabe hacer de maravilla)..y esa dualidad que tanto me ha llamado la atención, y es en su temática, tan burguesa, por un lado, tan reivindicativa cuando trata temas sociales por otro.
Pero por encima de todo está el mar, la playa, el blanco,la luz, nuestra esencia de "mare nostrum", Ferrán,que suerte, tu lo tienes a mano con asomarte a la ventana. Si realmente hay algún pintor en toda la historia del arte que haya reflejado esa pátina que nos envuelve a los de este país, ese sea Sorolla. El refleja la indolencia de una tarde de siesta estival y la sensación de la sal y el sol en la piel, el viento cálido de la playa cuando paseamos por la orilla, el ruido de las gaviotas y la sirena de un barco de pesca entrando en un puerto. Sólo nosotros podemos entenderlo plenamente, comprender su luminosidad y empaparnos de ella.
¿Qué tendrán en los ojos los pintores que no alcanzamos a comprender el resto de los mortales? ¿Por qué consiguen que las lágrimas inunden nuestros ojos y nuestro cuerpo tiemble ante tanta belleza?
A lo mejor es sólo locura, o a lo mejor total lucidez.
Disfrutad de esto mientras tanto, pero aviso que conviene escucharla mirando al cielo, en una noche de agosto, donde brille como nunca nuestra estrella favorita.
http://www.youtube.com/watch?v=XObe3_oQ4o4
Besos luminosos.
Pilar.
Pd.- Isolda.- ¿Cómo has descubierto que iba en cola?
Pilar:
No es que me salte los comentarios anteriores, símplemente se trata de que podamos disfrutar de tu propuesta de inmediato.
Gracias en nombre de todos.
Pulsad aquí
Isolda, querida: me tienen aquí encerrado, respondiendo a un catedrático muy mal educado con elegancia...(ay, el mundo académico español y sus debates), con 20 páginas que se me hacen cortas como espacio donde rebatir.
Esclavizado ahora, hasta el punto de no haber podido ni mirar la caja de libros que me ha llegado a las 8:30 de la mañana (yo estaba muy sexy, con un albornoz que os haría babear), nuestra bibliocasa está a tu disposición. Ahora tiene hasta aire acondicionado, no te quejarás!
Pero es para que mis pobres Zweig o James o Wharton no pasen calor, al que Capote o McCullers o Faulker están ya muy habituados...Estos autores son como niños tiránicos...
besos
FERRAN, siéndo así, quedas perdonado. Bastante tienes con lo que tienes, que te sea leve y no te alteres, que con los malducados no sirve de nada discutir.
Lástima de foto esta mañana!
Besos desde el mar que compartimos.
Isolda:
Quizá, por tanto, hoy tenga más significado que nunca poder hablar de ese cuadro: Luego dicen que el pescado es caro. Es cierto que hay mucho del barroco, pero tanto como de Caravaggio yo hablaría de Ribera, por ejemplo. Aquí, en sus comienzos, nuestro pintor valenciano entra como un vendaval de esos que azotan las barcas y las hacen zozobrar. El sufrimieno y el dolor de un trabajo incomprendido, de una dureza brutal, como ocurre con tantos otros, como la mina, por ejemplo, o tantos otros, y más en aquellos años del final del XIX.
Por tanto, hoy día del Carmen desde esta tierra de secano, que también celebra en muchos lugares la festividad, un abrazo a estos hombres y mujeres cuya vida siempre está en vilo.
Elías es uno de mis profetas favoritos, quizá el que más. Sólo por una cosa, pero es algo que le marca para mí: a pesar de los terremotos, de los fuegos, de los vientos huracanados, descubrió que el Señor habita en la brisa. Y eso, mi preferencia, digo, la desconocía el pintor. Lo supo después, y ambos nos miramos y dedujimos en silencio que hay misterios inexplicables.
Pilar:
La casa museo del pintor es otra de mis muchas asignaturas pendientes, pero que ahora se retrasará algo más, tras esta visión de conjunto.
Por lo que descubrí al final de la exposición, (la parte dedicada al paisaje) ese jardín tiene todo el aspecto de ser una propuesta más que aceptable para que allí se aseinte el paraíso, o una parte muy principal de él.
Tocas una cuestión que no he querido incluir en el cuerpo de la entrada principal, porque ya me alargaba mucho. El progresivo aburguesamiento de Sorolla, me dejó un poco frío. Quizá todo se deba a que el público y la crítica lo recibieron con honores. Es en sus comienzos donde la crítica o la preocupación social ocupa sus lienzos. Después esta crítica (sin duda muy influenciada por escritores como Zola, pero sobre todo Blasco Ibáñez, dio paso a escenas más costumbristas, como El mamón que se centra en tipos segovianos, según se dice en la explicación del cuadrito. Para desembocar en la pintura que tiene como protagonista a la burguesía o a los tipos populares, pero sin más elementos de crítica, salvo, quizá Vaya herencia donde el dolor de los niños ciegos o tullidos queda matizada por el gozo de sentir el mal sobre sus desnudas pieles deformadas.
Yo que tengo un pintor tan cerca, bueno dos, pues de casta le viene al galgo, como diría otro, siempre me he hecho esa pregunta. Tienes razón poseen una especie de máquina de rayos X que es capaz de ver lo que a nosotros nos pasa desapercibido o no existe.
Cuando le he visto trabajar, con disimulo, observaba sus gestos, y cuando está pintando mira de otra manera, no sé si a propósito o de modo instintivo, los ojos adoptan otros gestos, se entornan de otro modo, miden, pesan, descomponen, analizan, acarician...
Y sin embargo no tengo ni idea de cómo es el proceso.
Como eres educado, puedo rebatirte. Efectivamente se nota la influencia de Ribera, que acentuó el tenebrismo. Pero de quién se alimentó Ribera? De Caravaggio.
Pero esto no es un tratado de pintura y sí de humanidad, así que es un día, como nos has dicho, para gritar un viva enorme a todos los que se juegan la vida con su trabajo.
Sigo fascinada con tu manera de escribir, sin decir pero diciéndo.
Así que besos de nubes y brisa y a Nube también.
Isolda: Nada que añadir a la cuestión pictórica, toda la razón.
Aprendí, porque no lo sabía, que es misión del artista más que decir sugerir, provocar, señalar, en fin, que el 'espectador' en sentido amplio sea quien recorra su camino y llegue a sus conclusiones.
Y aún así, suelo pecar de lo contrario. De eso me acusan muchas veces.
Me fijo en las posturas de Soroya, y me recuerdan a Manet. Incluso al Manet más lúgubre, el del desayuno en la hierba. Lúgubre porque Manet era muy luminoso, tal vez menos que Soroya, al que alguien (¿quién?) llamó el bárbaro de la luz. La gracia de las posturas, que al mismo pueden parecer suspendidas por un hilo, sin ser contradictorio del todo. Soroya era menos recargado que Manet, más cercano al barroco y oscuro Caravaggio, pero puedo ver algo de él, decenios antes, en el barco o la lectura de Manet. Después de Picasso y sus maestros, algún día podremos, esperemos, ver una comparación colgada en forma de exposición en las paredes del Orsay. Desde luego, no tendré la suerte, por imposibilidad físico-temporal, de ver a Soroya en el Prado.
Ahora mismo estoy releyendo al Francis Scott Fitzgerald del Gran Gatsby, la primera novela suya que leí, de niño. Crecí ya con tendencias anglosajonas y pronto conocí a Faulkner, James o Stein. He leído en las últimas semanas dos novelitas de Zweig, maravillosas, inéditas al menos para mí, porque lo alemán no lo domino tanto como lo anglo: ‘El viaje al pasado’ (traducido por Bautiste Touverey para Grasset) y ‘Carta de una desconocida’, llevada al francés por Elsa Zylberstein para La Cosmopolite.
Como apasionado de la arquitectura, me gusta tan poco Moneo como Calatrava. Sus maneras de imponerse sobre el paisaje, natural o humano, me parecen una aberración. Los cubos del Kursaal no encajan, ni lo hace la ampliación del Prado. Prefiero un enfoque más clasicista, porque debía ser una ampliación, no una enmienda. Moneo es un bombón que se me atraganta: simplicidad como cubierta, rococó en el medio.
Perdón, más que "alemán" tendría que haber dicho "germánico". Creo.
Gaspard:
"Carta de una desconocida" es un relato conmovedor. Aquí se han dedicado a reeditar a Zweig, en Acantilado. Creo que está todo, lo cual es inmenso con un escritor que no paraba. No sé si has leído "La impaciencia del corazón", que es una novela tremenda sobre los riesgos de una compasión confundida con el amor. Y, como relato breve de la misma cadencia que la "Carta...", te recomiendo una cosa de Schnitzler, "Apuesta al amanecer", que también ha publicado Acantilado.
Gaspard:
Creo que fue a Manet precisamente a quien intentó acercarse Sorolla en La siesta, su cuadro formalmente más arriesgado; pero tampoco estoy tan seguro.
Me llama la atención tu comentario, porque creo que tienes razón. Quizá esta es la audácia compositiva a las que me refería en el texto. Sus personajes, a medida que avanza el tiempo, aunque estén sobre la tierra, parece que flotan como si continuarán en el agua o suspendidos de la luz. Incluso la pequeña serie de cuadros que tiene pintados en La Granja, cuando su hija cayó con tuberculosis, que son cuadros más dramáticos, sobre todo el retrato que hace de su hija convaleciente, no pierden esa apostura.
La ampliación de El Prado es algo que se lleva discutiendo desde que se proyectó. Mis conocimientos en materia arquitectónica son nulos, y no juzgaré por tanto el valor e la obra. Sí digo que atendiendo a mi gusto, creo que la primera parte de la ampliación y su interiro son asequibles a cualquier mirada y no desentonan con el entorno. La parte exterior que se une a Los Jerónimos es otra cosa. A veces cuando miro esa parte, tengo la sensación de que se hizo de ese modo para resaltar más la hermosura del gótico isabelino de la iglesia.
Pero ya digo, no dispongo de conocimientos para poder juzgar.
Ferran:
Veo que has concluido tu réplica a ese famoso catedrático de medio pelo. Creo que el artículo va a ser demoledor.
Ah, las batallas entre expertos.
Me acaban de comunicar que mañana viernes 17, el sábado 18, el domingo 19 y el lunes 20, CNN+ emite una entrevista a Antonio Colinas y Francisco Rico sobre el último libro La mejor poesía del mundo, que como ya sabréis es una recopilación de los mejores poemas (según los antólogos) del mundo.
Estos son los horarios:
VIERNES 17 22:30 ESTRENO
SÁBADO 18 10:30
DOMINGO 19 03:30
LUNES 20 11:30
16:30
El problema es que no tengo CNN+, pero supongo que lo solucionaré de algún modo.
Sorolla es el único pintor impresionista no francés de talla internacional. Introduce una variación original al estilo impresionista. Pinta personajes junto al mar, cuadros en que consigue reproducir de forma original la sobre exposición lumínica propia de este ambiente, que otros artistas no consiguen matizar como él. Sorolla como la mayoría de los impresionistas no lleva al lienzo conceptos románticos como puede ser la soledad, el silencio o el misterio de la naturaleza. La naturaleza, en el caso de Sorolla, representa las escenas en la playa desde el punto de vista óptico exclusivamente.
Hace meses expusieron en Sevilla, en el Museo de Bellas Artes, una muestra de Sorolla. La exposición estaba formada por catorce paneles de gran tamaño, que le fueron encargados en 1911 por el hispanista norteamericano Milton Huntington, para decorar una de las salas de la Hispanic Society of America, que fundó a principios del siglo XX con el objetivo de dar a conocer la cultura española en los Estados Unidos. Esta sala, en un principio proyectada para ser una biblioteca, finalmente quedó convertida en la “Sala Sorolla”. Esta expo ha estado itinerante por España. Desconozco si aun sigue por la Península o ya marchó para New York.
Y ahora, queridos amig@s, os invito a que echéis un vistazo a la derecha del comentario y a ver que os parece ese par de flamencos que es de lo menos malo que he pintado. Si vierais lo malo…
Un abrazo pictórico.
Sorolla no es el único impresionista "antropófilo", aunque en el cuadro con los niños desnudos de espaldas, tumbados sobre la arena, el medio se funde con ellos de manera sinuosa. Manet tenía al ser humano en el punto de mira como nunca lo tuvo Monet, o Sisley, que nació en Francia pero casi era británico por devoción, formación y deformación. Como yo... La luz, que da sentido de existencia a los impresionistas, es lo que menos me disgusta de Moneo, Amando. La luz que sirve de marco a Scott Fitzgerald, que proporciona levedad a la tragedia. Zweig persiguió el amor. La 'Carta de una desconocida' es una vuelta a lo mismo, a la misma catedral de Rouen a todas horas, a esclarecer un amor ciego, un amor que resplandeció hasta la ceguera a la desconocida. Y para alguien como Zweig, un judío que creció en una tierra que se desmoronaba y que mantuvo correspondencia con el oscuro Freud de la sospecha, replegarse en las ciénagas del amor, en la vuelta al pasado, a los orígenes protectores, debió de serle fácil. Mirar por la ventana aunque se escondiera en el estudio, aportando todas las impresiones posibles, dando luz a todos los aspectos de manera obsesiva. Moneo me parece más brutalista que impresionista. Aunque dé a veces oportunidad a la luz, en el interior (y no en el medio, como dije antes) de sus bombones, hay demasiados brochazos. Dicho esto, todavía estoy por visitar "su" Prado. Tal vez cambie de impresión...
Estoy impaciente por leer 'La impaciencia del corazón'.
Buenas noches.
Pepe Gonce:
Los catorce lienzos de la Sala Sorolla de Hispanic Society of America forman pare de esta exposición. Según creo, esta exposición antológica se montó aprovechando la llegada a España, por primera vez de estos murales...
No he hablado de ellos porque creo que al ser montados de modo distinto a como están en la sala para la que fueron concebidos pierden su fuerza. Los que más nos gustaron fueron los tres que tienen como motivo Sevilla, precisamente, sobre todo el de los nazarenos y el de los toreros.
Como en el resto de paneles, a mi modo ver, hay demasiado tópico en estas pinturas, y sin embargo, se ve de sobra que el valenciano hace un esfuerzo por romper ese cliché que se tiene, o se tenía, fuera de nuestras fronteras.
A ver si me explico.
El tópico lo es, porque tiene mucho de realidad. Si España fuera de España es o era toros y flamenco y la tierra de María Santísima (valgan estas expresiones para entendernos) es porque abundan y sobreabundan acontecimientos, las más de las veces multitudinarios, que tienen que ver con los toros, el flamenco y las procesiones.
Pero, evidentemetne, no sólo somos eso. Y ahí es donde Sorolla quiere entrar. Detrás de esos tópicos hay una carga de profundidad que es la que se pierde cuando se cae en el estereotipo y nos quedamos en la superficie. Y creo que es lo que Sorolla pretendía, ahondar en la cáscara para llegar a la pulpa del fruto.
El panel más grande, el de Castilla, es impresionante, por lo que significa, por el hondo misterio que palpita en su concepción, pero creo que se pierde esa fuerza con tantos monumentos reconocibles, con los trajes regionales, con los instrumenos de nuestro folclore...
Pero, por supuesto, que merece la pena. Y además hay que reconocer que esta obra fue un tremendo esfuerzo para el pintor.
Ahora me dirás que soy un exagerado, pero te juro que pensaba que los flamencos que te identifican eran una fotografía sacada de alguna página de naturaleza.
Un abrazo.
Gaspard:
Como tantas veces, me dejas impresionado con tu capacidad de síntesis y con esa capacidad de viajar de un tema a otro en el mismo párrafo, como si fuera el sendero más natural.
Como ya dije en el anterior comentario que respondía al tuyo previo, mis conocimientos sobre arquitectura son menos que rudimentarios, por tanto me es imposible entrar en juicios. Ahora sí te diré, que el interior de la amplicación, sobre todo el claustro se convierte en un lugar donde reina la luz. Eso es así.
Cuando veas la ampliación del Prado, creo que acabarás opinando más o menos lo mismo que yo. A mi modo de ver hay dos partes, la que justo, nace como un brazo del antiguo edificio y que a la vista exterior del visitante, es eso, nada más, y luego el cubo que se adosa como un 'insulto' (siguiendo tu juicio sobre el brutalismo de Moneo) junto a la iglesia de Los Jerónimos, pocos mentros más abajo de la RAE. Ese cubo color ladrillo, y eso que las puertas, como nervios de árboles, le dan un tono de cierta humanidad. No sé.
Precisamente esa humanidad de Sorolla debe ser la que hace que me guste más que los impresionistas franceses. Ellos colocan al ser humano dentro del paisaje, como un elemento más, el mediterráneo es como si humanizara la naturaleza.
Feliz descanso.
Edouard Manet 23/01/1832 - 30/04/1883
Joaquin Sorolla 08/1865-1923
creo que les separa toda una generación
Manet se inspiró de la pintura española que entonces estaba en París porque Napoleón se la había llevado, su fusilamiento de Maximilien tiene mucho del Goya, también su Olympe de la Maja desnuda lo que pudimos comprobar en la gran exposición deeste invierno Picasso y sus maestros en la que ambos lienzos estaban en la misma pared de la mis sala. También se vió muy en una gran exposición Manet en el Musée d'Orsay en la que aparecían sus cuadros al lado de los Velásquez, Goya etc que le influenciaron
De todas maneras ambos pintores no se pueden comparar Manet fue maestro de Sorolla como de otros impresionistas pero el pincel de Manet se mueve a lo clásico casi siempre Le déjeuner sur l'herbe es innovador por la naturaleza y la composición y la osadía del desnudo al aire libre pero su pincelada es clásica fina e invisible.
Lo que podemos decir es que hay en Sorolla que vienen de Manet (la blancura de la cama creo) pero hay que que en los pintores viene de la pintura española.
Y no se puede comparar la luz la luminosidad de Sorolla con el colorido de Manet que es del norte.
Yo que me muero de envidia porque aun no he visto esta exposición aunque he visto muchos Sorolla (Pepe G los cuadros de la Hispanic pasaron este invierno por Barcelona, creo que están en Madrid no son el mejor Sorolla pero...) os puedo decir que la luz del Mediterráneo la pintaron muchos impresionistas y post, pero ninguno dio con ella salvo Sorolla y Cezanne y mira que Monet, Renoir, Matisse, Bonard, Derain, Dali, etc, lo probaron Van Gogh da una idea de la noche de Arles pero la luz es Sorolla.
Creo que tendríamos o por lo menos yo tendría que ver si los cuadros se hacen burgueses porque sus clientes son burgueses o porque a él en sus cuadros libres le interesan cosas burguesas eso si no voy a Madrid ..
Tengo que ir...
De Segovia parece que vais más facilmente que yo a Barcelona.
sigue
pues ayer fui a Barcelona, ví a Miró y Jean Dupin del que sólo conocía el nombre y me gustó conocerlo, los Miró practicamente los conocía todos pero eso no quiere decir nada es una suerte volverlos a ver, la influencia mutua en particular iniciando o perfeccionando a Miró en el grabado me interesó mucho. Lo más sobrecogedor son como dos cuartos-celdas en realidad la cuarta pared no existe es donde está el espectador las tres otras paredes son inmensos cuadros, el tema la horrible condición de los presos en las cárceles. En la primera casi blancos cruzados por una línea irregular y luego te enteras que Miró lo trazó con su dedo con mierda en lugar de pintura.
Luego fui a la Caixa Forum me interesaba ver la exposición sobre Palladio el arquitecto de arquitectos el de las villas de los alrededores de Venecia en particular de una que habréis visto si vistéis la película Don Juan con Ruggerio Raimondi y Teresa Berganza.
Aprendí mucho, ya os iré diciendo, pero soy como tú, Amando, bastante inculta en arquitectura.
Bueno luego vía a Wlaminq, una exposición que ya había visto en París en el Luxembourg, en realidad estaba mejor presentada aquí más espaciosa.
Bueno en el 3º os cuento...
Maririú:
La cronología es la cronología, efectivamente, y es evidente lo que dice. De todos modos, lo de las influencias de unos artistas en otros creo que, al final, es más bien algo inconsciente o subconsciente. Quiero decir que los artistas (de cualquiera de las artes) siempre forman parte del mundo y en su proceso de aprendizaje, 'toman lecciones', de quienes les preceden (algunos desde muy antaño, otros más próximos). El mismo Velázquez a quien tanto hemos citado hoy, aprendió y fue imfluido por varios maestros que le antecedieron, como Tintoretto. Pero llega un momento en que estas influencias son sustratos casi imperceptibles, porque cada uno ha alcanzado su propio estilo, su propio modo de explicarse y de explicar el mundo o su mundo.
Como ya he dicho los lienzos que están la Hispanis Society forman parte de esta exposición.
El AVE Barcelona-Madrid acaba en Atocha, si no me equivoco, o sea a unos trescientos o cuatrocientos metros de El Prado. Si conicidieran las fechas...
La muestra concluye el 6 de septiembre.
La técnica, chicos, la técnica ... la técnica tuvo la culpa.
El martes no sabía si me levantaría con ánimos de irme a Barcelona, así que no envíe un mensaje a Ferran hasta que estuve en el coche de línea muy ufana pensando que así no lo despertaba y le llamaría más tarde desde Barcelona.
Sólo que no había pensado en recargar la batería y los nº de Ferran estaban en la agenda de ese útil tan precioso, cómodo, moderno, indispensable y totalmente negro que tenía en las manos y el enchufe y recargador en Tortosa.
Así que me quedé in albis como perdida en medio de la selva virgen.
Así que cuando acabé mi recorrido "cultural por Montjuic, si me hubieradado prisa hubiera podido volver a la muntanya con el coche de las 16h30 pero pensé a lo mejor si encuentro una tienda Vodafone, si... y me fui a rondarle la ventana a la Biblio...
Me acordaba que al bajar la calle Villaroel en bus había visto una tienda >Vodafone me subí de la Gran Vía a pie todo Villaroel hasta Provenza , no vi tienda y yo a rondar las ventanas de Provenza esquina Urgell hasta ví una "matalasseria Gallego o sea una colchonería pero Ferran no asomó a ninguna ventana y os aseguro que di vueltas y ni me senté en una pastelería Villaroel/Provenza que decía comeme pero yo a Urgell la calle de al lado.
Claro como no llevaba guitarra...
Nada que tendré que volver a Barna.
Y llegué aquí muerta y esta mañana aun no me había espabilado llegaron mis primos , los de Barcelona de Urgell y se acaban de marchar, bueno hace un rato cuandome he puesto a escribir.
Y mi ordenata que en Barcelona funcionaba como una seda después de pasar por las manos de mi primo Toni llega aquí y se niega a conectarse y como siempre dice que está conectado....
Maririú: Veo que tuviste una jornada jugosa de arte. Quizá quedaras saciada.
Con el arte abstracto, estoy perdidísimo. Supongo que es un paso más en la evolución del arte. Nada que objetar. Pero me faltan todos los datos, todos los asideros.
Algunas veces pienso que hay algo de farsa (no precisamente en los pintores que citas, por supuesto), pero no sé, ya digo que me pierdo.
Ayer supuse que os habríais visto, pero como Ferran no había hecho ninguna alusión, he supuesto que el encuentro no se había producido...
¿Quién preguntó el otro día qué hacíamos antes sin internet, sin móviles...? Quizá fuéramos más previsoeres, quízá antes de salir de casa concertábamos las citas, quizá no esperábmos al último instante.
¿Y qué pasó con la tienda Vodafone? ¿Fue abducida por algún extraterrestre, o por causa de la crisis cerró definitivamente al mediodía?
De todos modos no desesperaremos, como se dice por aquí, el que la sigue la consigue.
Estaba reflexionando ahora mismo, por escrito, en el diario, sobre los murales que están en Hispanic Society of America, en concreto sobre el primero, el que más tiempo le llevó en pintar, el más grande, sobre el que se articula toda la obra. Se trata del cuadro Castilla.
Lo que quería compartir con todos vosotros es un detalle que no sé si ha quedado claro o se nos ha escapado, al menos a mí se me había escapado. Los catorce cuadros o paneles o murales están dedicados a España, sí, a doce partes diferentes de España (Castilla, Aragón, Navarra, Galicia, Cataluña, Guipuzcoa, Extremadura, Ayamontes, Valencia, Andalucía, Elche y Sevilla -que tiene tres cuadros distintos-); pero el denominador común es la fiesta. La fiesta como máximo aglutinante de las colectividades, como culminación del trabajo, como celebración de las tradiciones.
Perdonad el rollo.
antes Pepe te lo dirá teníamos una guitarra, no había más de cien habitantes en una casa y cuando te acercabas a ella la chica se asomaba claro que en mi caso era un chico y yo la de la guitarra y como desafino
Yo ya conozco a Ferran, lo que no conozco es su biblioteca y el pobre tenía un trabajo académico y lo hacía en su casa y no en Urgell-Provenza o sea que no me vio porque no estaba y se imaginaba que estaría más días
pero yo quería probar si podía hacer Tortosa Barcelona como cuando atravieso París y se puede.
Madrid ya es otro cantar el problema no es el AVE es el Hotel, o sea el dinero.
Maririú: Que ambos os conocéis de antes, ya lo sé. También me estaba refiriendo a lo de la bibliocasa, es que no me expliqué en condiciones.
Cuando nos instalaron el teléfono en casa de mis padres (todavía recuerdo el número) para hablar con Madrid o con el pueblo de mi padre, había que pedir conferencia. Quiero decir que también conocí otras épocas. Ahora la diferencia es que los avances son más rápidos, a veces demasiado. Ahora un móvil se queda viejo en menos de seis meses, así que imáginate el mío que tiene dos años y pico... Bueno, ni fotos puedo hacer con él. Y sin embargo, enseguida nos adaptamos a las nuevas tecnologías.
La verdad es que la cuestión económica es un grave problema. Además, tendrías que añadir diez euros por la entrada, lo que, aunque no ha salido, es una barbaridad. Nosotros, sin hacer nada, puesto que salimos a las once de la mañana de Segovia y regresamos a las diez y cuarto de la noche, nos gastamos al pie de los cien euros.
No, Amando, qué va:
Mi réplica o contrarréplica ha sido mal calculada por mi ordenador y cuando me he dado cuenta, a mitad de mi argumentación, había redactado ya el doble de páginas permitido. O sea, que voy a tener que plantear en diez páginas lo que yo veía difícil hacer en 20...Es un trabajo agotador, porque el señor consideró necesario desautorizarme primero como interlocutor y, luego, ponerse a debatir.
¡Por Dios! Hacedme sitio en Segovia, dadme un masaje en las cervicales, bailadme la danza del vientre en el acueducto, Catherine, baila la Carmagnole y canta el "Ça ira" junto a mí, Isolda, acude pronto a consolar mi corazón roto...No quiero escribir más sobre la transición, que se la queden, se la regalo...Y aún tengo que preparar el curso de El Escorial y luego un seminario para Princeton...¡Yo quiero leer novela negra de la mala, facilona, con asesinos obvios y damas malvadas a lo Joan Bennet! Auxilio...
Ferran: Te entiendo, a pesar de que mi carga de trabajos intelectuales, ni se acerca de lejoa a la tuya. No hay peor castigo para quien escribe que, una vez culminado un trabajo, alguien, aunque sea la máquina infernal, le diga a uno: se ha psado, tiene que resumir... A veces se tiene la sensación de que te obligan a cortar un brazo a tu hijo...
Consejo: duerme. Mañana lo verás con otra mirada.
Y si no, que se queden con la Transición. En lo que a mí respecta me tienes de tu parte.
Él no me ha convencido.
Felices sueños...
Y si no lee algo de vencejos: un poco más arriba.
Precisamente los nuevos clientes de los pintores, los burgueses, tenían gustos menos clásicos, y eso se reflejaba en los cuadros. Manet, hijo él de grandes burgueses, es muy poco clásico para su época. Su Olympia .sigue a la Venus de Urbino de Tiziano-, retrato de una prostituta, está a la años luz de avance respecto a a Couture, Chassérieau o Cabanel. ‘El desayuno’ tiene de modelo a ‘El Concierto’ de Tiziano y ‘El Juicio’ de Rafael. Claro que Manet tiene influencia española -Olympia mira a la cara, como la Maja de Goya; luego está ‘El Balcón’, motivado por las Majas en el balcón-, estuvo en España hacia 1865, y recogió de los naturalistas, y en el japonismo refinado, y de Chevreul, con sus complementarios yuxtapuestos, el primero en hacerlo junto a Delacroix. Pero si el Pablo de Velázquez flota en el aire, ‘El Pífano’ tiene contorno y contrasta con el fondo. Es plano, distante, lo que gustaba a Zola, casi burlesco, indiferente, deja suspendidos a los personajes, los aísla, deja el cuadro sin foco central. La luz es clara, libre, viva, reluciente, debilita la pincelada y diluye el pigmento, hasta el punto de que muchas veces queda apenas el boceto: contornos reforzados que rodean manchas de luz. En ‘El ferrocarril’ aparece una niña de espaldas, la madre al lado, el fondo adelantado, fusionado, como los niños en la playa de Sorolla. No sólo hay algo de él en Sorolla: en el café Guerbois le acompañaron hacia el final Renoir, Degas (su Bañista de espaldas, también en recuerdo a Ingres), Cézanne (le instruyó en los bodegones antes de que el alumno se fuera con Pisarro; también en el Autorretrato rosa, fluido y con negro), Gaughin (por cloisonistte de Bernard, a su vez miraba a Manet y el cierre con trazo; luego se llevó a las islas una copia de Olympia, y la utilizó para su Manao), Whistler, incluso Munch, cuando estuvo en París poco después de morir Manet… Por eso decía que Sorolla tiene “algo” de Manet. Simplemente.
Garspard:
Aguda reflexión. La burguesía en general siempre es más inquieta que la aristocracia, que serían los otros posibles compradores de la obra de los pintores.
Por tanto el artista se amolda a la clientela, aunque de vez en cuando intente guiarla unos pasos por delante de sus propios gustos.
Publicar un comentario