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Doroteo Burón esperaba que no se produjera la llamada de Serafín del Caz. Las órdenes del Procurador, habían sido claras: ‘Doroteo’, le dijo Serafín, ‘Hasta que no estemos seguros de que los plumillas no hablan, no quiero ni un solo error. Ni uno sólo...' La voz se le tornaba cada vez más parecida al acero de una espada, ' Vigilancia estrecha a esos mentecatos. Lo que haga falta. Son los últimos quince días. Después del Pleno del Ayuntamiento tendremos vía libre, nadie evitará que nos hagamos con los terrenos y con la mina. Habrá dinero para todos…’ Por un momento pensó que se callaría, pero siguió hablando… ‘Discreción y sigilo. Por la pasta no te preocupes. Quiero gente de fiar, ¿entendido…? Y no quiero detalles… No quiero saber nada en absoluto. Únicamente quiero oir el silencio del maldito periódico’
A Doroteo Burón se le hacían los dedos huéspedes. Cada vez que recordaba la rocambolesca historia de la mina, no se lo creía. Una mina de caolín abandonada dentro de un terreno baldío de propiedad municipal que iba a ser destinada, tras la aprobación de la modificación de normas subsidiarias, a espacio verde y uso recreativo. El comentario del viejo pastor, sobre la existencia de una veta de oro en la vieja mina, llegó a los oídos del alcalde y fue suficiente para dilatar los trámites.
A Doroteo Burón se le hacían los dedos huéspedes. Cada vez que recordaba la rocambolesca historia de la mina, no se lo creía. Una mina de caolín abandonada dentro de un terreno baldío de propiedad municipal que iba a ser destinada, tras la aprobación de la modificación de normas subsidiarias, a espacio verde y uso recreativo. El comentario del viejo pastor, sobre la existencia de una veta de oro en la vieja mina, llegó a los oídos del alcalde y fue suficiente para dilatar los trámites.
Don Nemesio, el alcalde, había actuado en condiciones. Él, Doroteo Burón, sería el testaferro de todo el negocio. Sería el nuevo propietario de los terrenos una vez que la sociedad UBOD, SL, compuesta por el capital de otras sociedades que se habían creado en los últimos meses, adquiriera, mediante permuta, estos terrenos al Ayuntamiento.
En la ciudad se dio por supuesto que esta permuta tenía como fin la construcción de una gran número de viviendas, y el consiguiente lucro de los promotores. Así que una porción no pequeña de euritmitenses, se levantó en pie de guerra, más aún cuando se supo que el Ayuntamiento estaba dispuesto a acceder a la permuta ofrecida por la empresa. Cuando se hizo público que el Alcalde haría específica mención en el contrato de compraventa a la imposibilidad de la recalificación de los terrenos como urbanizables, Euritmia entera aplaudió a su regidor y se olvidó del tema.
En la ciudad se dio por supuesto que esta permuta tenía como fin la construcción de una gran número de viviendas, y el consiguiente lucro de los promotores. Así que una porción no pequeña de euritmitenses, se levantó en pie de guerra, más aún cuando se supo que el Ayuntamiento estaba dispuesto a acceder a la permuta ofrecida por la empresa. Cuando se hizo público que el Alcalde haría específica mención en el contrato de compraventa a la imposibilidad de la recalificación de los terrenos como urbanizables, Euritmia entera aplaudió a su regidor y se olvidó del tema.
Aunque más de uno alzó las cejas y preguntó, '¿Para qué quieren entonces los terrenos?'
* * *
15
‘¿Cómo descubriste todo ese lío?’ A Virginia se la había esfumado el sueño. Elio había sido incapaz de ocultarle la trama. Estaban acostados, y él contemplaba el techo del dormitorio como si allí se escondieran las explicaciones de todo el lío.
‘Por casualidad… Estaba tomándome un café. A mi lado se pusieron dos individuos. Sólo me era familiar la cara del arquitecto municipal. Escuché algo así como que el Alcalde se había vuelto loco cuando le contó que según un pastor había oro en la mina. Para entonces ya se sabía que el Ayuntamiento estaba negociando la permuta de los terrenos y no di mayor importancia a las palabras. Pero cuando se hizo oficial que allí no se construiría, me vino a la memoria e hilé una cosa con otra y lo comenté en la redacción’.
Ella le miraba sin comprender, o comprendiendo demasiado. ‘¿Y tú no pudiste quedarte tranquilo, a lo tuyo, pensando en la crónica que tenías que escribir o en la próxima entrevista… ? No, el señorito tenía que seguir... Y ahora, porque se cree Mikael Blomkvist (1), estamos amenazados...’
Elio giró levemente la cabeza, para comprobar la expresión del rostro de su novia, y calcular si aquello era una ironía sin más trascendencia, o la frase era una carga de profundidad en toda regla. No lo dudó. En realidad era un misil. Tras sus ojos de miel no había atisbo de sonrisa. Sólo encontró pensamiento concentrado y atisbó la raíz del miedo. Suspiró… ‘Pues no, Virginia, no es así… Te recuerdo que ese periodista sueco, sólo está en los libros. Nosotros ya ayudamos a resolver un crimen, ¿o es que se te ha olvidado ya...?' Tomó aire antes de que ella le cortase. 'La única mina abandonada en Euritmia es la de caolín, y don Efrén me había encargado un reportaje sobre su historia, y sobre el destino más probable que se pensaba dar a esos terrenos’. Se mordió los labios antes de seguir, pero la frase ya estaba allí, a punto de llegar al ápice de la lengua, y no pudo pararla, era una avalancha de piedras. ‘Si leyeras Diario de Euritmia, donde me pagan y escribo, sabrías que llevamos con la cuestión unos meses. Los vecinos de la zona no dejan de mandarnos cartas, para que digamos a los cuatro vientos que les vendría muy bien una zona de esparcimiento para sus hijos y un pequeño centro cultural… ¿Te tengo que recordar que mi sección es la de ocio y cultura?’.
‘¡Vaya por Dios, qué casualidad!’
PeroVirginia sabía que no tenía razón. Esta vez al menos no la tenía.
‘Por casualidad… Estaba tomándome un café. A mi lado se pusieron dos individuos. Sólo me era familiar la cara del arquitecto municipal. Escuché algo así como que el Alcalde se había vuelto loco cuando le contó que según un pastor había oro en la mina. Para entonces ya se sabía que el Ayuntamiento estaba negociando la permuta de los terrenos y no di mayor importancia a las palabras. Pero cuando se hizo oficial que allí no se construiría, me vino a la memoria e hilé una cosa con otra y lo comenté en la redacción’.
Ella le miraba sin comprender, o comprendiendo demasiado. ‘¿Y tú no pudiste quedarte tranquilo, a lo tuyo, pensando en la crónica que tenías que escribir o en la próxima entrevista… ? No, el señorito tenía que seguir... Y ahora, porque se cree Mikael Blomkvist (1), estamos amenazados...’
Elio giró levemente la cabeza, para comprobar la expresión del rostro de su novia, y calcular si aquello era una ironía sin más trascendencia, o la frase era una carga de profundidad en toda regla. No lo dudó. En realidad era un misil. Tras sus ojos de miel no había atisbo de sonrisa. Sólo encontró pensamiento concentrado y atisbó la raíz del miedo. Suspiró… ‘Pues no, Virginia, no es así… Te recuerdo que ese periodista sueco, sólo está en los libros. Nosotros ya ayudamos a resolver un crimen, ¿o es que se te ha olvidado ya...?' Tomó aire antes de que ella le cortase. 'La única mina abandonada en Euritmia es la de caolín, y don Efrén me había encargado un reportaje sobre su historia, y sobre el destino más probable que se pensaba dar a esos terrenos’. Se mordió los labios antes de seguir, pero la frase ya estaba allí, a punto de llegar al ápice de la lengua, y no pudo pararla, era una avalancha de piedras. ‘Si leyeras Diario de Euritmia, donde me pagan y escribo, sabrías que llevamos con la cuestión unos meses. Los vecinos de la zona no dejan de mandarnos cartas, para que digamos a los cuatro vientos que les vendría muy bien una zona de esparcimiento para sus hijos y un pequeño centro cultural… ¿Te tengo que recordar que mi sección es la de ocio y cultura?’.
‘¡Vaya por Dios, qué casualidad!’
PeroVirginia sabía que no tenía razón. Esta vez al menos no la tenía.
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(1) Mikael Blomkvist es el periodista encargado de la investigación de los crímenes que se producen en la Saga Milenium del escritor sueco Stieg Larson. Nota del Escribidor.
12 comentarios:
¡casi nada! ¡oro! eso ya no es el fajo de billetes eso son palabras mayores, a ver si sale Charlot comiéndose el zapato.
Ayer conseguí ¿os diste cuenta? llamarme Maririù.
No os hablé de mis impresiones sólo describí y hoy no estoy en casa, así que feliz día
Maririú:
Siempre se ha dicho que el papel moneda tiene como contravalor el oro.
Bueno, ya hemos dado otro paso, al menos sabemos qué nos estamos jugando,
Me di cuenta de lo de Maririú, y me alegró. Espero que pases un buen día y ya nos contarás tus impresiones.
NOS VOLVEMOS A ASTURIAS.
AL IGUAL QUE EL FIN DE SEMANA PASADO, HABRÁ ENTRADA EL SÁBADO Y EL DOMINGO, PERO NO OS PODRÉ RESPONDER, Y BIEN QUE LO SIENTO.
SI EL DOMINGO POR LA NOCHE NO ME PILLA EL TORO, PROCURARÉ CUMPLIR CON VUESTRO DESINTERÉS...
Y OS RECUERDO QUE EL DOMINGO SE PUBLICA EL PRIMER CAPÍTULO DE "MAÑANA AMANECERÁ" EN EL NUEVO BLOG EURITMIA EN LA RED
Como soy bastante contradictorio, y además tengo mucho peligro, casi tanto como una caja de bombas, he decidido no conformarme con lo previsto, y acabo de publcar, una especie de prólogo a la novela.
Os podéis colar desde aquí mismo
¿Blomkvist? Sería interesante hacer un recuento de los grandes personajes de la novela negra. No me refiero sólo a los de siempre: Spade, Marlowe, Poirot, el padre Brown, Holmes...Sino a quienes están algo en segunda fila (Warshavski, Millhone, Parker, Wexford, Munk, Pitt, Marco Didio Falco, Gordiano, Adam Dalgliesh, Easy Rawlings...) y trazar un perfil. de momento, me tomo como deberes recopilar a todos los que pueda en la bibliocasa...OK?
Lastima, soy alérgico al oro.
Amando, Isolda, efectivamente lo habéis pillao. "Un chien andalou" es el nick de mi hijo Alonso. Es una enamorao de la obra de Dalí.
Un abrazo.
Pepe Gonce
Ferran, te olvidas de Prévost, Siménon y, más tarde, los grandes de la Série Noire de Gallimard.
No he leído a Larsson, ni creo que lo haré. Sí espero, sin embargo, lo último de Mankell, para octubre.
Se me olvidaba, buen fine de semana para todos...especialmente para el escribidor y su compañera Marián.
PD.- Afina un poquito con las fotos este finde Amandoooo...
Ganas de hacerse con el oro, ningunas ganas de interesarse por lo que hace su pareja. De todos modos llegaremos a un drama por codicia y/o desamor.
Una maravilla la video de ayer, una anticipacion de mis vacaciones en Corcega. Buen viaje y vuelve con màs fotos y relatos. Un beso.
Gaspard...¡cómo olvidar a Simenon...! Maririu ya vio todo lo que se ha editdo en español en mi bibliocasa. Los 43 de Maigret (de los más de setenta, luego Tusquets decidió que no seguía...)
Pero tenemos, for instance:
Colum Murtagh, comisionado real de Canterbury y personaje de las novelas de C.L. Grace.
Thomas Linley, inspector de Scotland Yard en las de Elizabeth George.
Lloyd Hopkis, sargento de la policía de Los Angeles en la trilogía que le dedica James Ellroy.
Lew Archer, inolvidable clásico de Ross McDonald.
Benjamin Daunbey, sobrino del cardenal Wolsey en una trilogía de Michael Clynes.
Este mismo, con el nombre de Paul Harding, crea el personaje de fray Athelstam, monje dominico represaliado por su orden y dedicado a las tareas de investigación en el Londres del siglo XIV.
O, como P.C. Doherty, Hugo Corbett, escribano del Tribunal Real en la Inglaterra de Eduardo I.
Naturalmente, Brunetti de Donna Leon.
Montalbano, de Camilleri
El comisario Adamsberg, de Fred Vargas.
El magistrado Hanno Stiffeniis de Michael Gregorio, ambientada en la Prusia de los inicios del siglo XIX.
Harry Bosch, creación de Michael Connelly.
Peter Cutler Sergeant III, de "Edgar Box" (seudónimo de Gore Vidal).
Süden, de Friedrich Ani, en el Munich actual.
Berni Rhodenbarr, de Lawrence Block.
Jim Qwilleran, de Lilian J. Braun.
John Appleby, de Michael Innes (un ´clásico de los años 40).
Fabio Montale, de Jean Claude Izzo, investigando el crimen en Marsella.
Seguirá...
Ferran, me gustaban de pequeño mucho las historias de aventuras. Por eso mi novela preferida ha sido siempre el Corazón de Joseph Conrad. Que de aventuras tiene lo que tiene... Empecé también de jovencito a leer a los John Spain (C.F. Adams), Lawrence, Gardner, Rutledge, Moore, Gearon, McDonnell, Irish, McCloy, Hammett, Cunningham, Crews... La mayoría en la Serie Negra de Gallimard, con su sello de la NRF, la de Gide (y de Drieu). Daba un empaque lo del sello de la revista de los literati... Me los compraba en una librería en rue de Babylone, cerca de la parada de metro de Varenne, especializada en novela negra. (Entonces conseguir las originales en inglés era imposible. Hoy casi lo es, sólo venden inglés en Gibert Jeune y Galignani. Si no fuera por Internet y lo cerca que queda Londres). Luego ya me decanté por los números y se acabó la novela negra.
Gaspard: lo último de Mankell, "El chino", me decepcionó mucho, por previsible e inverosímil (una mezcla explosiva, desde luego).
La serie negra que citas es envidiable, y debemos recordar que el nombre se concibió en París (el de Gallimard...y el de Drieu). ¿Conoces la colección de "El séptimo Círculo"? Ahí se publicaban las cosas que Borges y Bioy consideraban interesantes, casi siempre relacionadas con un aire de intriga que no siempre me gusta: en su línea, implicaba más el "enigma" que el ambiente, el desarrollo de personalidades complejas y el tono moral de los investigadores zambullidos en la inmundicia.
La novela de aventuras y Conrad..."El corazón..." me gusta, cómo no (esa salida increíble del puerto de Londres) pero mi favorita siempre ha sido "Lord Jim", quizás porque pude ver primero la película de Brooks y me maravilló la forma en que Conrad demora la explicación del incidente del Patna. Tienes mucha suerte manejando idiomas: lo que daría yo por leer directamente una novela en inglés. Lo que ocurre es que no la disfruto del todo. Y sólo me obligo con la poesía, a sabiendas de que no existe forma humana de que pueda traducirse. Tampoco la prosa consigue evocar lo mismo: si lo tienes a mano, una comprobación que hice poco tiempo atrás: la primera página de Justine, de Durrell, trasplantada al español de una forma respetable, pero dolorosamente alejada de la eficacia de esa yuxtaposición de palabras monosilábicas que permite el inglés.
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