Supongo que todos la habréis visto. Esta imagen desoladora que produce náuseas y un dolor infinito se publicó en El País. Yo la he subido aquí del blog de Saramago que como un profeta sabio escribió su último comentario hace tres o cuatro días, que tituló Israel y no ha vuelto a publicar nada más en él, sabedor acaso de que no se trataba de un texto perecedero. Con la sabiduría del viejo fabulador que en sus cuentos narra las verdades más profundas del ser humano, en cuatro líneas contaba un cuento que resulta aterrador de puro sencillo, como un cuchillo cuyo filo es el diamante.
Adrián Dorado acaba de colgarlo también en su blog. Él, probablemente con un sentido más justo de su tarea, coloca el comentario de Saramago. Podéis verlos, ambos, un poco más abajo, a la derecha, en esta misma página presionando con el puntero del ratón.
Me imagino que cualquier hombre de buena voluntad que se haya enterado del asunto estará encabritado, encorajinado y triste.
Hace unos días (ver mi entrada de 29 de diciembre), ya se suponía que esto podría ocurrir. Escribí textualmente:
No es que uno sea adivino, ciertas cosas se ven venir desde lejos, y tantas décadas de conflicto tendrían que generar semejante solución (¿?). A estas horas, según informan los medios de comunicación los muertos son ya centenares."Acabo de escuchar en la radio que los gobernantes israelíes han llamado a seis mil reservistas para que estén preparados, por si es necesario entrar en la famosa franja.
Entrarán"
Israel, como los viejos dioses, se ha dado cuenta que el monstruo al que dio de comer y de beber, a quien adiestró para despedazar a la OLP se le ha vuelto en contra. Repitió la misma estrategia que los norteamericanos habían seguido con los talibanes de Afganistán para que los soviéticos tuvieran un oponente en tal lugar del mundo, y el resultado ha sido el mismo.
Cría cuervos y te sacarán los ojos dice el viejo refrán castellano. Una vez más se demuestra verdadero.
Ahora el gobierno israelita ha decidido acabar con Hamás, y para ello se lleva por delante todo lo que allí esté. Dan igual niños, ancianos, hombres que nada tienen que ver con el gobierno de la Franja de Gaza.
Nadie discute, me parece, que Hamás está enviando cohetes a territorio hebreo, y que estos envíos no esconden precisamente edulcorados caramelos para felicitar la llegada del año. Nadie discute, creo, que Hamás es un grupo terrorista que ha llegado al poder por medios democráticos. No es el primer caso de la historia, como bien saben los alemanes, por ejemplo.
Pero nada de eso implica que la acción del gobierno sionista sea desproporcionada. Salvajamente desproporcionada. Uno, que no entiende nada de derecho internacional, la calificaría de ilegal, claro que semejantes sutilezas en caso de enfrentamiento bélico son inútiles, por no decir absurdas, sólo se podrán dilucidar después, cuando a nadie le importe. Al menos a ninguno que viva en el presente, quizá a los politólogos, a los historiadores y a los juristas les parezca algo trascendente.
A nosotros no.
A nosotros nos tiembla el corazón, y casi se detiene, al contemplar esa foto que golpea en la retina con la dureza de sus blancas sábanas ensangrentadas.
Es verdad, como ya he leído a alguien, que si Hamás hubiera decidido parar sus absurdos ataques, esto que llaga el corazón no estaría sucediendo. Por tanto es culpable también, porque su estrategia de la provocación es evidente. Están consiguiendo mártires para su causa. La sangre de estas niñas y de tantas otras, alimentará el odio de muchos palestinos que bien poco tienen que perder.
También lo ha colgado Adrián en su blog y tengo la desfachatez de copiarlo aquí, sólo es el principio de la declaración del director de música, Daniel Barenboim:
"Solo tengo tres deseos para el próximo año. El primero de ellos es que el Gobierno israelí se dé cuenta de una vez por todas de que el conflicto en Oriente Próximo no puede ser resuelto por la vía militar. El segundo es para que Hamás tenga presente que sus intereses no se imponen con la violencia, y que Israel está aquí para quedarse. El tercero es para que el mundo reconozca que este conflicto no tiene parangón en la Historia. Es complejo y delicado; es un conflicto humano entre dos personas profundamente convencidas de su derecho a vivir en el mismo y minúsculo pedazo de tierra. Es por esto que ninguna diplomacia o acción militar puede resolver este conflicto".
Como afirma Juan Cruz es muy difícil escribir en tiempos de tristeza, pero es un deber inexcusable. Vuelvo a repetir la reflexión que hice el pasado día 29: Si uno tiene este altavoz semipúblico y no hace nada y no grita, y no pone sobre la mesa el estallido horrorizado de su corazón, tiene poco derecho a escribir sobre lo demás.
Estaba a punto de corregir la entrada que tenía prevista colgar nada más que comenzara este domingo, que aún forma parte de las navidades. Espero que mañana lunes aparezca. Hoy la he tenido que posponer. Hoy la obligación es la que me gritan esos cadáveres de cinco niñas palestinas, que, quizá tuvieron suerte de no contemplar la invasión de su tierra.
Nos faltan todavía muchos días de dolor, porque estoy convencido de que los palestinos no se rendirán, ni huirán.
En Segovia, la niebla tapa la imagen de la Catedral y del Acueducto. Todo el día ha estado lloviendo, con más o menos intensidad. Ha sido una jornada desapacible y fría. Era el estallido de la muerte en Gaza.
Si queréis saber qué hora marca el reloj de su sufrimiento, también la he puesto ahí abajo, a vuestra mano diestra. Era mi pequeño homenaje a esta tierra ensangrentada.
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