Es tu hombro redondez lunar, marfil
que nutre mi mirada.
Tu hombro es perfil exacto,
curva precisa del amanecer
que albea mi mirada sorprendida
como el alba ilumina el horizonte,
como el amanecer confiere vida
al mundo adormilado.
Es tu hombro la arquivolta de un milagro
que sostiene la solidez ligera
de tu amable estructura deseada.
Sobre esa nitidez blanca de esfera
percuto mis dos ojos tan sedientos
y ávidos de ternura,
huésped que nunca visitó mis poros.
Sobre esa superficie clara y limpia,
descansa, amada, el Valle de los Besos,
donde dirijo raudo mis dos alas
que sobrevuelan tu sedosa piel.
En su curvo quicial hoy me detengo,
porque esta tarde oscura se adormece
cansada del afán inútil vacuo
de una vida que corre en pos de nada.
Mis dedos te acarician
cual astronautas que bailaran valses
sobre la blanca arena de la luna…
Mis dedos se demoran en la zona
al percibir este temblor de piel
que es la señal precisa,
el hito inconfundible,
que señala el sendero a tus entrañas.
Me siento explorador que inicia nuevas
rutas desconocidas,
soy el cartógrafo definitivo
que dibujará el mapa transparente
de tu nívea orografía…
En esta tarde adormecida y gris,
de un anodino sábado lluvioso,
he transitado por el curvo límite
de tu hombro evanescente.
Cual astronautas que bailaran valses,
has sentido caricias de mis dedos:
exploradores que abren nuevas rutas
ávidos del tesoro más recóndito:
esa sonrisa tuya sudorosa…
Es tu hombro redondez lunar, marfil
que nutre mi mirada.
que nutre mi mirada.
Tu hombro es perfil exacto,
curva precisa del amanecer
que albea mi mirada sorprendida
como el alba ilumina el horizonte,
como el amanecer confiere vida
al mundo adormilado.
Es tu hombro la arquivolta de un milagro
que sostiene la solidez ligera
de tu amable estructura deseada.
Sobre esa nitidez blanca de esfera
percuto mis dos ojos tan sedientos
y ávidos de ternura,
huésped que nunca visitó mis poros.
Sobre esa superficie clara y limpia,
descansa, amada, el Valle de los Besos,
donde dirijo raudo mis dos alas
que sobrevuelan tu sedosa piel.
En su curvo quicial hoy me detengo,
porque esta tarde oscura se adormece
cansada del afán inútil vacuo
de una vida que corre en pos de nada.
Mis dedos te acarician
cual astronautas que bailaran valses
sobre la blanca arena de la luna…
Mis dedos se demoran en la zona
al percibir este temblor de piel
que es la señal precisa,
el hito inconfundible,
que señala el sendero a tus entrañas.
Me siento explorador que inicia nuevas
rutas desconocidas,
soy el cartógrafo definitivo
que dibujará el mapa transparente
de tu nívea orografía…
En esta tarde adormecida y gris,
de un anodino sábado lluvioso,
he transitado por el curvo límite
de tu hombro evanescente.
Cual astronautas que bailaran valses,
has sentido caricias de mis dedos:
exploradores que abren nuevas rutas
ávidos del tesoro más recóndito:
esa sonrisa tuya sudorosa…
Es tu hombro redondez lunar, marfil
que nutre mi mirada.
9 comentarios:
Precioso y redondo poema de amor, todo un universo de sensaciones y sentimientos anidando en la curva del hombro amado. Un abrazo y buen fin de semana en esa bellísima ciudad de Segovia.
Estimado Amando, entrañable y sensual poema. Cualquier momento del día es acertado para leer una composición literaria realizada con el cariño que seguro tu has dibujado esta. Lo acabo de leer, son las doce del mediodía. Prometo leerlo de nuevo, esta vez en voz alta, esta noche cuando la luna esté en todo lo alto y esté junto a mi compañera del alma.
Salud y buen día para todas y todos.
Bello, muy bello.
Huelgas las palabras es mejor quedarse con la reverberación del poema.
Un abrazo
MARIA: Lo bueno del amor, de toda clase de amor, es que el sentimiento es tan fuerte y tan hondo que asume cada recodo del amado/ de la amada.
Respecto del fin de semana, te deseo lo mismo.
PEPE GÓNCE: Ya estoy deseando que cuentes cómo resultaron estas palabras al oído de Mary... Si es que se puede contar.
ADRIÁN: Ojalá que ese reverbero sirva para aplacar otros sentimientos tan diferentes a éste. Ojalá que este poema y tantos otros que pueblan la red, sirvieran para que extirpáramos del cosmos el odio y el egoísmo y la envidia...
Un abrazo.
Lo mejor que tienes, a mi modo de ver, es lo bien que transmites lo que quieres contar. El poema es maravilloso.
Besos desde el sur
Son las doce de la noche. Acabo de leer de nuevo el poema como prometí. Intuyo que la luna está en todo lo alto. Las nubes no me permiten verla. Mi intención era leérselo al oído a mi compañera del alma. No ha podido ser. Nuestra pequeña tiene un fuerte dolor de oídos y como buena madre ha decidido acompañarla esta noche en su dormitorio. Hay un refrán muy antiguo que dice: “El hombre propone y Dios dispone”. Mañana será otro día. Esperemos que nuestra pequeña no pase una mala noche.
Saludos,
Que a tu niña se le pase ese dolor que es de los más traicioneros que existe. Ante el dolor de un niño, todo sobra. Hasta las más bellas palabras son absurdas. Un abrazo.
Por suerte este poema, te servirá mañana o pasado. Y me encanta que en el aire de Sevilla, hayan brotado sus palabras.
Un abrazo, Pepe, saludos y Mary y un beso muy especial a tu chiquilla.
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