Imagen que anuncia la exposición
Regreso a las salas del Museo Rodera Robles de Segovia. De nuevo me hago la promesa de escribir sobre la historia de esta familia, de este Palacio, de esta fundación, de este edificio… Pero hoy, achicharrante domingo de finales de junio, no es mi objetivo. Me he acercado para contemplar la exposición que desde el día veintidós de junio y hasta finales de noviembre ocupará sus salas bajo el título “Gregorio Arnanz Rodríguez. Ceramista (Segovia, 1886-1961)”.
Antes de cruzar la puerta, nada más hojear el folleto de la exposición, uno se da cuenta de la paradoja del título que no es el más preciso, aunque quizá sí el más adecuado. En efecto Gregorio Arnanz es conocido por su tarea como ceramista (de ahí lo acertado del título); de hecho dos grandes estudiosos del tema, Abraham Rubio Celada y María Jesús Tejada lo consideran el discípulo predilecto de Daniel Zuloaga. Sin embargo, al hojear el catálogo y entrar en las salas, me asalta la idea de la imprecisión. O bien Arnanz no sólo es ceramista, o bien para alcanzar altas cotas en este arte decorativo es precisa una preparación mayor de la que se pueda suponer en principio. La primera virtud de esta muestra, pues, ha sido descubrir a una persona que tuvo incursiones en diversas ramas del arte: dibujo, acuarela, óleo, fotografía, como iré apuntando…
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8 comentarios:
M'encanta. Mira que si pudiera pasarme a disfrutarla. ;) . Beso extendido.
Como de costumbre, tus crónicas sobre arte hacen que se sienta el deseo de verlas y de disfrutarlas, en vivo y en directo. Excelente texto. Un fuerte abrazo.
Un placer conocer gente tan interesante como Gregorio Arnanz Rodríguez de tu mano.
Un abrazo.
Será que hay una tradición de ceramistas polifacéticos en Segovia... Mi comentario continuará en Alenarterevista.
La cerámica me resulta bastante desconocida, mejor dicho, sus autores. Muy interesante la vida de este hombre polifacético, que desde niño demostró su valía. Impresiona ver que el alumno destrona al maestro, aunque seguramente será una sensación estupenda para quien le ha formado. Me maravilla la importancia que tuvo la fábrica de Segovia en su momento de esplendor. Esa exposición y el lugar bien vale una misa, o un viaje, pero va a ser difícil.
Besos por contarlo tan bien.
Sabrás que ha enlazado tu articulo el Museo.
Enhorabuena.Y besos al redactor redactante.
De nuevo muchas gracias a todos por pasar por esta rinconcillo del mundo virtual, gracias por vuestras palabras y por vuestro interés.
Es verdad, Alena, que algo sabía, al menos de la intención de hacerlo, pero no me había pasado por su página, cuando he visto tu comentario, he ido raudo a comprobarlo y a agradecerlo, lo mismo que hago desde aquí. Como bien dices es para estar de enhorabuena. Mil gracias a ti también por regalarme la oportunidad cada mes de asomarme a Alenarte.
El comisario de la exposición nos ha dejado unas palabras en los comentarios a tu articulo.
Le he dado las gracias ahí también. No suele haber esa generosidad.
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