lunes, 7 de septiembre de 2009

TRIBULACIONES DE UN ESCRIBIDOR TOZUDO

Este escribidor tiene que anunciarles que no espabila ni a la de tres, como dice mi madre. No es que vaya a anotar aquí y ahora mi autobiografía, menuda lata, no se asusten, no se trata de eso, pero si les diré que desde el año 1999 hasta el 2007, siempre he estado embarcado en un proyecto relacionado con mis letras que me ocupaba todo el verano en la primera fase de escritura.
Eran otras épocas. Ahora, como me dijo hace un par de semanas Cristina Guerra, la persona que más libros míos ha leído, soy feliz, y merece la pena pagar cierto peaje a cambio de esta felicidad.
A lo que iba.
Se podría decir que el grueso de mi producción narrativa se escribió o rescribió en esas épocas estivales y durante los meses de otoño se corrigió a otro ritmo. Citaré: Aquel sábado lluvioso, Fin de trayecto, Muerte en noviembre, Mañana amanecerá, Cual crujido de hoja seca, Gorrión de invierno, Cuentos de Euritmia, Azul de ocaso, En busca de la luz y su horizonte. Es cierto que Mañana amanecerá y Cual crujido de hoja seca fueron escritos en mi juventud, lo que ocurre es que durante parte del verano de 2002 los rescribí.
Al concluir en octubre de 2007 la redacción definitiva de En busca de la luz y su horizonte, un libro escrito por encargo, acabé exhausto y decidí tomar la vida como venía. Alguna editorial me rechazó un libro de poesía, otras dos una de las novelas citadas, en fin... Algo parecido al fracaso.
Pero me acababa de enamorar, como quien dice. Así que decidí vivir ese nuevo estado con la plenitud con la que se merecía. Mi única actividad 'literaria' durante el final de 2007 y el pasado 2008, hasta el 18 de noviembre, se circunscribió al diario y al cuento de navidad. Nada más. Aunque desde septiembre comencé a plantearme la posibilidad de crearme un blog...
Había descubierto este modo de publicación en los periódicos digitales y pronto me llamaron la atención los denominados literarios. Seguí en silencio alguno, hasta que me decidí a participar en el de Juan Cruz, en El País Digital.
El gusanillo acabó por convertirse en serpiente, y un día de noviembre de 2008, me encontré, por auténtica casualidad con esta plataforma. Fue tan simple crearlo, que parecía recién fabricado a mi medida, a la medida de mis nulos conocimientos informáticos. Quizá haya otras plataformas digitales con mejores posibilidades, no lo sé. La verdad es que ni siquiera sé cuántas existen. Conozco además de esta un par de ellas más, quizá tres, pero ni por una vez he intentado la posiblidad de estudiar un cambio.
A mí me sirve, como a tantos miles, porque mi pretensión es satisfacer el ansia de publicación y dar salida a algunos de mis textos. Bueno, tampoco rechazo ofertas de editoriales ni siquiera de agentes literarios. Prometo solemnemente que las estudiaría.
En resumen, me sentía derrotado en el campo de la edición tradicional y, por otra parte, creo que el escritor no escribe sólo para dejar sus textos durmiendo en un cajón o en un archivo del ordenador y de sus copias de seguridad correspondientes. En el alma de los escritores, incluso en la de los escribidores, hay un impulso muy potente que lleva a la publicación...
Pero un blog tampoco es la panacea.
Ni mucho menos.
Un blog tiene limitaciones, como se ha comentado en este mismo en varias ocasiones. La principal de todas el espacio. (Por ejemplo este artículo, empieza a ser de excesiva longitud, como muchos otros que he publicado). Con algún amigo de la blogosfera tenemos comprobado que más longitud que la cara de un folio empieza a ser excesivo.
Pero un folio es poca cosa, digo yo.
Ahora estoy publicando, como saben ustedes Mañana amanecerá en formato digital en Euritmia en la red, un blog específico que creé para esta novela, que parece poco probable que vea la luz de otro modo. Como no es bueno atosigar, como llevo este blog, y como básicamente los lectores de uno serán los de la otra, opté por subir un capítulo por semana. Veremos qué ocurre, aunque ya estoy sacando las primeras conclusiones.
Me les imagino a ustedes preguntándose con verdadera intriga o desesperación, ¿qué me quiere decir el escribidor hoy?
Lo que decía en la primera línea de esta entrada, que es lo mismo de lo que me acusaba mi madre desde niño: que no espabilo ni a la de tres. Que después de tanta derrota en el campo editorial, tanto fracaso, tanta obra escrita sin que nadie la publique (salvo que uno vaya con dinero por delante, cosa que ahora mismo no es posible), no escarmiento. Tendría que haberme dado cuenta que de estos libros escritos (y unos cuantos más que no he citado), sólo se han publicado tres: el que se me encargó, por tanto sin costes para mí, el que me editó la Diputación Provincial de Segovia, que, obviamente no se dedica a estos menesteres y Cuentos de Euritmia, que pagué de mi bolsillo, con alguna ayuda, todo hay que decirlo. A estos, por no dejar cabos sueltos, se une el primero, allá por 1981, cuando mi padre pagó la edición de Humanidad perdida, un libro de poemas. (Recordarán ustedes aquella historia del carné de conducir, la poesía, etcétera...)
¿Y esta constatación científica qué quiere decir?
Puede haber varias respuestas, pero la que me parece más evidente de todas es que las obras citadas no tienen calidad suficiente. Ya sé que esta afirmación no gustará, pero hay que ser un poquito exigente con uno mismo y no pretender dorarse una píldora que no tiene un pase. También es posible que no sea muy insistente, que no me sepa vender, que a la primera negativa me rinda y no sea constante en esa labor. Pelear nunca me ha ido. En esto y en nada.
Pero toda esta historia que tenía que ser determinante para que alguien medianamente inteligente llegara a la conclusión de que lo mejor que podía hacer era olvidarse de todo y conformarse, ya que la ha encontrado, con esta plataforma, demuestra su tozudez silenciosa.
Quiero decir que lo más probable es que esté a punto de iniciar la escritura de un nuevo libro. Todavía no está muy claro, ni está definido, pero en los rincones que se iluminan cuando comienza ese proceso en mi interior, he comenzado a percibir desde hace unos meses esas señales. He intentado no hacerles mucho caso, porque sé lo que eso va a significar, pero ha sido un esfuerzo inútil, una pérdida de tiempo. Hay cosas más fuertes que uno mismo. A lo mejor se trata de que soy escribidor de verdad y que no puedo estar sin escribir algo a lo que se llame libro, ya sea novela, ya sea de poesías, ya sea de relatos, ya sea un epistolario, ya sea una miscelánea de todo ello...
Me imagino que la cosa irá poco a poco, como a mí me sucede, hasta que llegue un instante de no retorno en que será un no poder hacer otra cosa.
En fin y resumiendo, que quizá este rincón en unas semanas o en unos meses comience un particular otoño.
¿Te despides?, me preguntarán.
En absoluto.
Durante estos días hemos hablado y comentado sobre ciertas cuestiones que podrían empujar a algunos a pensar tal cosa. Pero he llegado a la conclusión, por fin, que no lo puedo hacer, básicamente porque me divierte lo que hago, porque acudir cada noche a ustedes me crea una disciplina absolutamente imprescindible, mucho más cuando el escribidor no es profesional, porque saber que alguien me leerá implica un pequeño esfuerzo para escribir de forma comprensible, al menos.
En fin, quizá todavía tarde un tiempo, o quizá haberlo dicho haya sido descerrajar la puerta que impedía fluir las ideas para ese otro proyecto.
Sirva esta entrada para colocarme la venda antes de tener la herida, quiero decir, que si un día no hay una entrada, o las respuestas a sus comentarios se demoran o se agrupan o desaparecen, no habrá pasado nada, ni estaré cansado de este blog. No, simplemente es que a lo mejor estoy escribiendo el primer renglón o el primer verso de algún nuevo libro.
Después (suponiendo que lo escriba, suponiendo que lo acabe), vendrá la parte de la jeremiada y la lamentación...
Pero para entonces hablaremos.

31 comentarios:

Alena.Collar dijo...

A una hora de embarcarme, quiero decirte que espero, deseo y confio en tu nuevo libro.
Y que te tomes las cosas con calma, mi muy querido escribidor,porque yo estoy en las mismas y te juro por Snoopy que a veces el agobio crea peor estado que las propias decisiones.
Un abrazo enorme.

Beatriz Ruiz dijo...

Alena... Amando... es que por si no lo sabías, que seguro que sí... vuestra elección de dedicaros a escribir es un mundo difícil... muchas veces he pensado que se publican auténticas basuras... esas que se ponen "tan de moda", y sin embargo cuantos fantásticos libros se quedarán en el cajón sin llegar a su destino final... el deleitarnos a todos con un buen relato o unas increibles poesías...

Yo creo que tiene algo que ver con estar en el sitio adecuado en el momento justo... y por supuesto, y de esto doy fé... tener algún buen amigo en el mundo editorial...

Y lo mismo ocurre con las demás artes... he visto pinturas increibles en una habitación arrinconadas... que probablemente nunca verán la luz...

Pero Amando... no vas a dejar de escribir, esto está bien claro en tu entrada de hoy... y el tiempo dirá... Es lo que te gusta hacer... y no todos podemos decir que siempre hicimos lo que nos gustaba...

Nos traes aquí, nos regalas tus letras... A mí al menos me estaís enseñando muchas cosas, así que no, no puedes dejarnos... espero que no lo hagas nunca...

Ahora me viene a la memoria un escritor, que no diré el nombre, que había publicado unos siete libros antes de que le otorgasen el Alfaguara con "anónimo"... Así que te quiero ver en la lucha... al fin y al cabo eso de vivir tiene mucho de lucha... tú por las letras y otros por lo que sea... lo que no vale es quedarse sentado, respirando y comiendo esperando a verlas venir...

Un beso... hoy vuelo de nuevo a la isla... Antes tendré que despedir a mi retoño con lágrimas... seguro... Es la vida...

Amando Carabias dijo...

Alena Collar:
Supongo que a estas horas pisarás ya suelo romano. Que tu estancia allá sea una maravilla, repito. Gracias por los ánimos. Efectivamente tienes razón, el agobio es peor que las decisiones. Pero una vez que uno toma las decisiones, al menos en mi caso desaparece el agobio. Luego es cuestión de ponerse manos a la obra, con la mente como una brújula hacia ese objetivo.

Pilar dijo...

Querido Escribidor.
Dices:despedida, no, pero yo intuyo que sí. Y me da pena. Comprendo y apoyo tus razones, cualquiera entendería que un escritor ( sí, escritor, esa palabra es muy bella también)tenga sus sueños, y como tu dices, el esfuerzo que supone la creatividad diaria necesita una recompensa, y tu te la mereces, por ser y haber siedo siempre un trabajador de la letra infatigable. Te animo a empezar tu Euritmia en la red, seguro que nos tendrás a todos expectantes capítulo tras capítulo de esa novela con título casi de pleonasmo (pero muy sugerente) que se llama "Mañana amanecerá" y que espero también poder leer algún día en "plataforma papel". Seguro que lo consigues.
Quiero que sepas que tus cuentos de Euritmia son bellísimos, que los estoy leyendo como me como los bombones, es decir, mes a mes, como debe de ser. Así es el guión del libro y así lo sigo yo.
Creo que los blogs deben tener una fecha de caducidad. Surgen por alguna necesidad y en un momento determinado. Cuando ese fin no está tan claro, o uno piensa que no tienen mucho sentido ya, es mejor dejarlos así, eternos, siempre eternos, aunque silenciosos a partir de una fecha, en este ciberespacio que nos engancha tanto.
Pavesas y Cenizas. Llegué a ti cuando más lo necesitaba, aunque tu no lo sepas, o quizá sí. Espero que no cierres las puertas de esta hermosa chimenea de ideas compartidas, con vino entre amigos y recuerdos imborrables.
Y por supuesto. Siempre nos quedará Euritmia.
Besos abisalmente tristes.
Pilar desde su Pecera.

Amando Carabias dijo...

Beatriz Ruiz:
Seguro que a tu 'retoño' le verás muy a menudo. Se´que algunas cosas son inevitables, pero también es inevitable que crezcan, que vuelen, que encuentren su propio camino. Que el viaje de regreso sea tranquilo.
Efectivamente este mundo es complicado y tiene más recovecos de lo que parece.
Y lo de los libros tiene que ver con lo de los hijos... Así lo veo yo, al menos...
Quizá lo más difícil, lo más inexplicable, lo que roza el milagro por mucho que la ciencia lo explique al dedidllo, es la concepción del nuevo ser, ese instante en que dos células (precisamente esas dos y no otras) se unen para comenzar un trecho que durará o no durará, que será o no será. Otro momento realmente delicado, de los más difíciles para la nueva vida son los primeros meses de gestación, normalmente (aquí me perdonarás, pues ese normalmente tiene tantas excepciones, por desgracia, que mejor hubiera sido no escribirlo) pasados tres o cuatro meses de embarazo, es sólo cuestión de tiempo, de paciencia, de llegar al noveno mes.
Se te das cuenta es lo más delicado, lo más difícil y sin embargo, menos para la madre, es lo más natural, sólo requiere de paciencia, aceptación y dejar hacer a la naturaleza.
Luego nacen y deseamos que crezcan que estén sanos, que sean fuertes, inteligentes, buenos... Pero todo eso cada vez depende menos de nosotros. Cada vez son más ellos. Cada vez es menos trabajo nuestro, y sin embargo la sensación es de que todo se complica cada día un poquito más.
Uno escribe un libro, que es lo difícil y parece que no es nada, cuando lo acaba (no digo si bien o mal), el libro empieza un camino y lo que ya supone menos esfuerzo, en teoría, es lo más farragoso, lo más incómodo, lo que te distrae de otras cosas.

Pilar dijo...

Otra cosa, mi querido poeta.
Mi aportación (¿será la última?)musical, con el deseo de que ese otoño que para nosotros empieza hoy, pase pronto.

http://www.youtube.com/watch?v=ytLtHBYpDZU

Amando Carabias dijo...

Pilar:
Te intuyo hoy un poco melancólica. Quizá una de las malas pasadas que los lunes nos ofrecen...
Las intuiciones femeninas son normalmente muy certeras, y las de las sirenas más aún..., pero no esta vez, al menos no está en mi ánimo.
Me conozco y sé que cuando empiece ese libro, salvo que sea muy distinto escribirlo durante el curso que durante el verano, habrá un momento en que no haya otra cosa en mi corazón, toda mi capacidad estará en él, o él me habrá invadido, pero eso aún tardará.
De todos modos, no se puede generalizar, cada libro, como cada hijo es distinto, tiene su propio carácter, y de éste aún no sé nada.
Que los blogs tengan o no fecha de caducidad es evidente. Hay un momento, y también espero verlo cuando llegue, en que simplemente han de permanecer de esa manera tan hermosa que dices. Pero igual que los árboles no nacieron para una sola estación (aunque algunos mueran o se calcinen), sino que están muchos años y no sólo como algo hermoso y decorativo, sino como algo útil: madera, sombra, frutos, oxígeno...
También un blog puede servir para otras cosas.

Amando Carabias dijo...

Pilar:
También se me olvidaba a mí: el otoño es la época de los frutos y de la ciudad hermosa.
Y por cierto, la novela se está publicando en Euritmia en la red,, al que se accede desde este blog.

Aquí escucháis el tema que nos regala Pilar

Pilar dijo...

Muy bien. Seguiremos entonces con la esperanza de que esta hoguera continue como siempre:puro incendio.
Hasta pronto.

maririu dijo...

Yo no tengo miedo, Amando escribirás y nos buscarás en momentos de "necesidad de compañía"
Si este post te ha servido para consolidar tu decisión bienvenido, ¡vaya susto se lleva Pilar sale de claustro y cae en la mente de un escribidor que está burbujeando como un puchero a todo gas!
Lo que pasa es que nuestra adicción se alarma teme el mono.
Drogados estamos.

Gaspard dijo...

Bon voyage, Alena.

Amando, haz lo que quieras hacer. Cuando terminé los estudios en la Escuela Superior de París, me fui a Londres un par de años, luego volví a Francia, después he estado en Australia unas décadas, en Chicago, Torontontero, más Londres y París. Trabajando en la City -que hoy parece un crimen-, haciendo expansión de un banco francés en Australia, administrando empresas, haciendo representación comercial... Si me hubiera quedado en París y hubiese resistido mis instintos de culo inquieto, tal vez me habría hecho político, porque me gusta todo ese mundillo, y sería hoy famoso. Vete a saber. La cosa es que no ha sido así. Pero yo estoy muy contento. En los 90 empezé a dar clases en mi alma máter, descubrí la maravilla de ser profesor (a tiempo parcial, eso sí). Decidí hacer algo de investigación, pero llegó la muerte de mi mujer y mi hijo pequeño. Anduvo unos meses hecho puro zombie, pero decidí espabilarme y escribir una tesis. Sí, soy doctor. Ahora, ni Dios ha leído lo que escribí. Pero me satisfizo enormemente. Cierto que estaría encantado en caso de haber escrito una tesis sobre Raymond Aron, pero no va a poder ser. Me jubilé y he vuelto al mundo activo unos meses después. No soy nada constante. Pero aquí estoy, mezclando empresa, gobierno y universidad. Un cargo insignificante, tanto como gratificante. Leo lo que puedo para hacer bien el trabajo, y todo lo demás que leo lo hago para hacer una buena vida, lo que reste. ¿Me llaman para alguna conferencia? Allá voy. ¿Que no me llaman? Pido que me registren para acudir como público? ¿Y si en mi alma máter me solicitan que dé un cursillo de marketing estratégico-espialidoso? Genial, otra vez con jóvenes. También me hubiera placido participar en un master de Historia, Arquitectura, Filosofía, Ciencia Política... Creo que me apañaría, pero no será. Yo leo de eso como si fuera a prepararme para entrar en el aula con mil papeles debajo del brazo, pero sé que no ocurrirá. Aun así, tengo en el almacén central parisino carpetas ordenadas que abro y desmenuzo para mi propia felicidad.
Dicho y hecho.

maririu dijo...

La María de antes resulta que soy yo, Maririù, y además lo soy.
El ordenata éste es caprichoso y tan pronto salta al espacio sideral en donde un editor virtual encontrará grandes párrafos míos como duplica mis textos como me bautiza.

Gaspard hemos vivido y seguiremos y tener proyectos e ilusiones prueba que estamos ¿o somos? me gusta, el otro día cuando te dije algo sobre tu jubilaciónera broma ante un público de quita más que de pon. Aquí no soy tan tarambana.
Amando no creo que lo que ya está publicado en la red interese a los editores de papel más que para descubrir un escritor y pedirle otros textos pero a lo mejor estoy equivocada ¿qué pensáis los autorizados y no aut.?
Y no sé nada de los agentes literarios.
Yo cuando envíe a editores me paré al primer envío, eran las francesasimportantes y pasé a dos comités de lecture pero al rechazarme no exploré más. Lo único que me habían dicho en serio y creo verdad que más de 100 páginas no las arriesga una editorial con un novato.
Maririù

Ferran dijo...

Amando:

Los tres libros de poesía que he publicado han tenido que pagarse, aunque con la fortuna de ir a sitios muy cuidadosos y con cierto impacto entre lectores atentos al género. Ya sabes lo que es ese mundo.

Lo de la calidad...Paul Auster vio rechazado "El palacio de la luna" por veinte editoriales y Luis Landero tuvo una experiencia más angustiosa con "Juegos de la edad tardía".

La famosa experiencia de Proust con Gide y la de García Márquez con Barral suman ejemplos, además del célebre caso de Kennedy Toole y "La conjura de los necios", asunto que causó la muerte del autor.

Ni siquiera sabemos cuántos libros nos habrán quitado los editores, cuánta gente se ha rendido al humillante trasiego. Imagínate, en un mundo mucho más "objetivo" como el de la historia, he tenido experiencias de lo más curioso y desagradable. Una editora me indicó que rechazaba un libro mío porque yo no ofrecía garantías (sic). El libro se publicó, ha vendido casi 10.000 ejemplares y ganó el premio Caballero Bonald de Ensayo. En otra ocasión, una editoria me citó apresuradamente, en un bar situado frente al lugar donde tenía una cena de postín. Le llevé los libros que ya había escrito (en aquel momento media docena, habiendo ganado el premio Así Fue de Plaza y Janés) y me escribió desde Madrid una semana después diciéndome que no me publicaba mi propuesta. Cuando le pregunté lo motivos, me dijo que no quería enfadarse conmigo y que no me los daba...! Le hice una carta poniéndola de vuelta y media por las formas, a la que ni siquiera contestó, pero que le escoció, porque (como comprenderás) no se la dirigí solamente a ella. Ya tendré ocasión, porque la vida es larga y de vez en cuando te entrevistan por un ensayo al que algunos periodistas prestan atención, para decir algo sobre los editores, incluyendo a personas analfabetas que ni siquiera están exentas de las tramas de relaciones sentimentales de promoción, lo que ya llega a ser el colmo.

O sea que este es el mundo en el que nos movemos, como se movieron muchos más y personas cuyo nombre ignoramos, porque algunos decidieron que los ignoráramos.

Gaspard dijo...

Maririu, don't worry, be happy. He retrasado la jubilación a mayo/junio de 2012.
Y ahora me voy al Jardiland de Bidart, que hay que ver que plantamos para el otoño.

maririu dijo...

Gaspard ¿en otoño plantas flores para inmediato o para la primavera?
Maririù

Amando Carabias dijo...

Pilar:
Aquí seguiremos alimentando el fuego para que las pavesas no tornen cenizas.

Amando Carabias dijo...

Maririu/María
Es divertido esto de la doble personalidad :).
No se trata tanto de compañía como de opinión, de reflexión, de ideas, de enriquecimiento.
Como por ejemplo aportas tú. Algo que ya he oído y que parece se generaliza. Más de cien páginas, salvo que se gane un concurso, riesgo inasumible por cualquier editorial actual, si hablamos de debutantes. Y desde cierto punto de vista, es razonable.
En cierta ocasión hablé con alguien relativamente relacionado con el mundo editorial o literario. Le comenté lo de los agentes y me dijo que era un mundo muy complicado. También. Parece ser que sólo hay agentes de quien le sobran las editoriales dispuestas a publicarles, pero claro, para eso ya están los propios equipos jurídicos de las editoriales que no se dejan escapar las grandes firmas. Los agentes cada vez son más representantes, y desde luego prefieren representar o actuar de agentes en otros ámbitos profesionales que están en la mente de todos.

Amando Carabias dijo...

Gaspard:
Desde luego sé como no calificaría tu existencia. Es lo contrario a rutinaria, monótona, aburrida... Uf, sólo de leer el párrafo he acabado agotado, así que lleno de años, ilusión, vida, dolor, herida, perspectivas y precipicios daría para cuando llegue ese 2012 sentarse tranquilamente ante una ventana con vistas al mar (creo que en más de un continente tiene esa posibilidad) y escribir unas memorias que, además, servirían como guía de viaje, pero de los viajes de verdad, no lo que se destina al turisteo.
A ti si te cuadraría bien el título "Vivir para contarlo". Y si no se publica, al menos tu nietos (y algunos amigos si es que quieres) conocerán un gran tipo.

ferran dijo...

¿Sabes, Amando, a mí me gusta el título que dio Cernuda al penúltimo de sus libros, "Con las horas contadas": tiene un doble sentido maravilloso.

Amando Carabias dijo...

Ferran:
El teléfono me ha jugado una mala pasada... Bueno aquí vuelvo... Tremendas historias las que cuentas, sobre todola de Kennedy Toole, por las consecuencias que tuvo. Cuando leí este libro -al que llegué por una anécdota muy larga, pero divertida que resumo: el aspecto del personaje de la ilustración de la portada, se parecía, según dos compañeros, al que yo tenía por entonces- no pude evitar tener siempre presente que su no publicación llevó al suicidio al autor, y que su madre hasta que no lo vio impreso no paró.
Tu experiencia personal, desde luego no es para saltar de alegría. Si has llegado a vender 10.000 ejemplares de un libro de historia, y esos premios y todavía no tienes quién te publique, mejor cerramor el chiringuito.
Pero siempre nos queda el ánimo y la tozudez, como titulo la entrada.
Y no se me olvida tu frase del otro día: la poesía tiene lectores, no público.
El título del libro de Cernuda, sí, es magnífico... y para hacer pensar desde luego.

arquitecturach dijo...

el gen carabias?

Flamenco Rojo dijo...

Ofú, ¿y ahora que le decimos al escribidor? Hace una semana se despidió Saramago de su blog escribiendo: “Dice el refrán que no hay bien que cien años dure ni mal que perdure, sentencia que le sienta como un guante al trabajo de escritura que acaba aquí y a quien lo hizo”. Bueno pues al final, Saramago decía después de las palabras de despedida: “Pensándolo mejor, no hay que ser tan radical. Si alguna vez sintiera necesidad de comentar u opinar sobre algo, llamaré a la puerta del Cuaderno, que es el lugar donde más a gusto podré expresarme”.

Pues eso Amando, tu mismo, los que te seguimos te apoyaremos en cualquier decisión que tomes. Ahora te leemos en los blogs y los libros editados y mañana te leeremos donde tú quieras. Yo, estoy seguro que no perderé el contacto contigo y seguro que después de mi te lo van a decir más amig@s de este sitio. Particularmente te animo a escribir el libro.

Un abrazo.

Gaspard dijo...

Mmm, Amando, unas memorias. Me gusta como suena, sobre todo la parte de guardar la memoria para escribirlas.

Maririu, en otoño planto para tener en primavera verónicas, hortensias, actinidias y weigelás. Pero no he podido comprarme a nadie para que me las riegue en marzo.

He estado viendo 'Gran Torino' (gran ejemplo el de Eastwood, sigue a plena forma con su edad) y no he visto los valores individualistas de los que todos hablásteis en su momento, sino el horror por la violencia y la bendición de la amistad.

maririu dijo...

Gaspard ¿es en Biarritz o cerca? no iré yo, no padezcas pero conozco gente que viven por ahí
a lo mejó
Y Amando tiene razón tus memorias serían interesantes sin citas tú y los tuyos. Animo ,a delante.
Maririù

Amando Carabias dijo...

Chus:
Efectivamente.

Amando Carabias dijo...

Pepe Gonce:
Como digo en la propia entrada, y como escribo en varias respuestas, no es mi intención cerrar este espacio. Uno no es Saramago, y este espacio es el único sitio público del que dispongo para darme a concer.
Lo que digo es que pudiera que ser que se espacien las entradan, o se abrevien las respuestas. En fin la propia evolución de los acontecimientos determinará los acontecimientos.
Me encanta tu fidelidad, Pepe, y la de todos los amigos. Esta fuerza es la que voy a necesitar para ese nuevo proyecto que espero se pueda ir cristalizando...

Amando Carabias dijo...

Gaspard:
Me da la impresión de que el mejor modo de conservar la memoria es ejercitándola.

Ferran dijo...

Gaspard: gran película, sin duda. Más que individualismo en el mal sentido de la palabra, yo creo que defiende las opciones del individuo, dentro de una tradición americana que es muy difícil de asimilar en Europa. Estamos ante un hombre atormentado por una acción que deplora (posiblemente el matar a un enemigo) y, sin embargo, siente su existencia amenazada no por la violencia, sino por la mera existencia de lo exterior a un mundo en el que se recluye.

En fin...En todo caso, para poner a prueba un antirracismo facilón, basado en películas en las que los blancos son malísimos y los negros buenísimos, véase "Desgracia", que JA Rojo comenta en si blog. He colocado ahí una pequeña reflexión, sobre la puesta a prueba de nuestros principios cuando se asiste a la ferocidad vengativa del negro que ha sufrido el appartheid y que quiere "hacerse pagar" por el blanco lo que ha sido su expulsión de la vida económica...Es interesante por lo que es capaz de salirse de los discursos trillados.

catherine dijo...

Que decision tomar? se pregunta el autor de "Que decision et cétera?".
Ya lo sabe, nunca nos habia prometido dar una entrada cada dia aunque se ha esforzado hacerlo siempre y ya habia hablado de que algun dia tendria que responder a las preguntas por grupos. Ya sabe que tiene un libro dentro.
Para mi (y màs para él!) lo dificil es conciliar su vocacion de escritor, si, escritor, con todo el lado mediatico y comercial.
A mi me gusta lo que dice Pepe, que Saramago dice que va a cerrar su blog y entonces dice que no.
Bueno, ya lo han dicho todo todos. Vuelvo a los preparativos del viaje y estoy cierta que cuando regreso tendré mucho que leer. Me voy durante dos semanas. Hasta màs o menos pronto.
Amando logré mirar todas las pinturas de tu hermano y vi que son sobre madera, lo que me gusta mucho. Pero hay que reganarte: te pierdes mucho tiempo explicandonos las cosas varias veces; bueno, gracias y un beso para ti y para todos.

Amando Carabias dijo...

Ferran-Gaspard:
este fue mi comentario sobre Gran Torino

Amando Carabias dijo...

Catherine:
¡Qué razón tienes!
Si uno pudiera ser sólo escritor. Pero esto sólo les es dado a los que habitan las grandes cimas del Parnaso o a los que han decidido que su literatura viaje de su corazón a los cajones, como mucho a las casas de algunos amigos.
Quizá sean los verdaderamente inteligentes.