Tomada de esta dirección de Internet
En algunas ocasiones contemplar el sufrimiento por el que atraviesan ciertos hermanos de planeta y especie, además de levantarnos ampollas, y además de provocar un sentimiento de absoluta solidaridad, también nos hace mirar al pasado, algunas veces no tan lejano, para nuestra desgracia.
La libertad siempre se ha construido sobre cimientos de muerte y sangre, sufrimiento y dolor, compromiso y abnegación. No hay otro camino, parece, porque los encargados del yugo pretenden que éste no cambie de posición, a saber, los hombros de los desheredados.
El clamor que en estas semanas se alza en todo el Norte de África y parte de la Península Arábiga no es muy distinto, en el fondo, que el clamor que recorrió Europa hace unos siglos o América, y que terminará por correr por toda la faz de la tierra. Bien harían los sátrapas, dictadores, tiranos y reyezuelos que tanto abundan por el planeta, en ir recogiendo los bártulos, o propiciar tales cambios en sus países que sus habitantes comenzasen a sentirse ciudadanos y no súbditos. Parece mentira que hoy en día, ya iniciada la segunda década del siglo XXI todavía se tengan que reivindicar palabras que empezaron a usarse como insignia de procesos revolucionarios en el segundo tercio del siglo XVIII.
Este mundo no ha avanzado tanto como nos parece. Disimulamos. Nuestras ropas, nuestra tecnología, nuestro aspecto, el tiempo instantáneo en que corren y llegan las noticias, la posibilidad de salvar vidas gracias a los avances médicos... Todo está muy bien, es espléndido diría yo, además de necesario. Pero en el fondo (o no tanto) el ser humano sigue pensando que sus congéneres son similares a bueyes o a mulas de carga, con derecho a una ración de comida miserable y a reproducirse para gloria de patrias y banderas...
Ocurre que nuestras miradas son excesivamente egocéntricas en general y pensamos que los límites del planeta son los de nuestro Imperio capitaneado por EEUU. Es hora ya de que nos demos cuenta que lo que sucede en esta bola de sílice –por lo demás no muy significativa en el sistema solar y menos aún en el cosmos- siempre tiene consecuencias para todos. Serán más o menos lentas, serán más o menos hondas, pero ahí estarán. Ocurrió tras la revolución francesa y sus consecuencias, sobre todo americanas, tanto al norte como al sur del continente. Ocurrió tras el Imperio de Napoleón. Ocurrió con la nefasta y aberrante descolonización de África. Ocurrió con la revolución rusa. Ocurrió con las dos guerras mundiales. Ocurrió con la caída del Muro de Berlín. Y ocurrirá ahora. Nos guste o no (y a mí me gusta) el camino hacia la libertad es imparable (aunque sea una libertad como la nuestra, una libertad tutelada y dependiente de ciertos poderes económicos y religiosos). Sólo un mundo más libre, podrá ser un mundo más justo.
Algunas veces he pensado –quizá en un ramalazo lírico- que un mundo más justo acabaría siendo más libre; pero en este caso el orden de los factores, sí altera el producto. Y es evidente que un mundo bajo el yugo de las tiranías, es un mundo que no puede ser justo, porque la base de la tiranía es la injusticia primordial: no respetar la esencial libertad del ser humano, para la que también modestamente lucho y pervivo.
13 comentarios:
Cuando menos el horizonte abierto es esperanzador…Las revoluciones son justas en su origen e injustas en sus consecuencias y desgraciadamente en estos días se está cumpliendo esta máxima. Sólo me asalta una duda, ¿hay algún poder interesado moviendo los hilos de esta revolución?
Tu reflexión, como siempre amigo Amando, extraordinaria y muy oportuna.
Un abrazo.
¡Ay Amando! Hoy tú soberbia entrada vale mil premios. Felicidades por tu desenvoltura. Algo y mucho se está moviendo y cambiando en el mundo árabe, fruto de las revueltas populares de miles y miles de ciudadanos de pises del Magreb y por Oriente Medio, artos hasta la extenuación de abusos de miserias y los más grandes maltratos psíquicos y físicos. Por los poderosos que se asentaron el trasero en el sillón y ya va siendo hora de dejarlo. Espero de todo corazón que sea por las buenas. A mí también me gusta el camino hacia un mundo más justo y libre. No habrá justicia sin libertad.
La pobreza, el desempleo, la corrupción y la falta de libertad han colmado la paciencia de los habitantes árabes y africanos que ahora se extienden intentando evitar los diferentes regímenes de tímidas innovaciones, enervados de iniciativas y directas intimidaciones.
Excelente, gracias Amando por este post- me encantan tus letras. Un abrazo y hasta pronto. Voy a Valencia 10 días.
No puedo sino asentir. Siempre me pregunté como me sentiría viajando al pasado, luego me dí cuenta que para ello solo tenía que viajar menos de mil km. al Sur. Te enviaré un mail con información interesante que se me ocurrió guardar hace muchos años y que ahora parece pertinente. Un fuerte abrazo extendido.
Ah y enhorabuena por la primera publicación de Siete Plumas.
Amando:
Comparto contigo la emoción y el entusiasmo por el giro que esta dando el mundo. Creo que nos acercamos a un cambio de paradigma, necesaria e importante. El mundo árabe estuvo en la edad media muy por encima del occidental: inventores del numero cero, grandes avances médicos-Avicena y Averroes- , poetas del amor, arquitectos del agua...
Hora es que ellos mismos salgan , desde la población joven y menos bloqueada por el islamismo integrista.
Conozco Túnez, Egipto, Argelia y Marruecos. Creo que los dos primeros países están mejor preparados para un desarrollo democrático pero el fenómeno puede Propagarse como mancha de aceite y empapar a todos.
Un abrazo e Insallah el futuro sea de los pueblos que luchan contra los tiranos.
Espero que Amando, perdone mi indiscreción. Estuvimos hablando acerca del tema, entre otras cosas porque tenemos una amiga común en la zona del Magreb. Me impresionó su entrada, -que firmo por supuesto- y le decía que cómo era capaz de introducir la poesía en textos tan duros. Aquí tenéis su repuesta: "¿Cómo voy a separar la poesía de esto, si en la poesía está también la lucha por la libertad, acaso la más pura?"
Nada que añadir, sino besos para los que sufren.
Buenisimo leerte y , el analisis que nos presentas comparto.
Dices : Este mundo no ha avanzado tanto como nos parece.
Tal cual estima amigo, tal cual.
Cariños y deseos de buena semana!!!!
Tu entrada muy buena.
Como vas cancelando,cancelando........................un abrazo y me alegro te pueda servir.
Por supuesto comparto en todos y en cada uno de sus párrafos, tu texto.
Tenía que ocurrir.
Me indigna y no me cabe en la cabeza que personajes como Gadafi y similares, pavoneen su soberbia y su poder, a costa de millones de víctimas, y lo hagan impunemente , ante la indiferencia de gobiernos que se dicen democráticos.
Un abrazo cómplice.
Nos esperan tiempos que nos van a sorprender, que ya nos están sorprendiendo. El deseo de ser libres, de controlar la "res publica", de conseguir justicia para todos es irrefrenable, sobre todo cuando hay quien quiere poner puertas al campo o presas al mar.
Pienso que no hemos evolucionado, tanto como nos quieren hacer creer.
Hoy he leido esto, y no me ha gustado absolutamente nada.
La subida de los alimentos aumenta el número de pobres en el mundo.
El Banco Mundial ha advertido que, desde junio, 44 millones de personas han pasado a ser pobres por este motivo.
Nada halagueño, ni esperanzador, no crees Amando?
Para que haya ricos, y cada vez más, deben existir más pobres, no es justo, pero es lo que hay.
Y mucho debería cambiar la cosa, para que fueran bien enfocadas, soy soñadora, pero bastante realista.
Feliz semana
Abrazos amigo
Querido Amando:
Hermosa y solidaria entrada, que comparto contigo de la A a la Z. No puede existir justicia sin libertad; lo saben muy bien los tiranos que reprimiendo la libertad
atesoran todas las riquezas a costa del hambre de sus pueblos.
Un abrazo fraternal a cuantos luchan por librarse de los tiranos y recuperar la libertad y la justicia.
Besos
Elvira
Mi más sincero reconocimiento por tus palabras, amigo...
Efectivamente, yo también pienso y espero que sea el principio de otra época, para ellos, para todos...
estamos siendo testigos de un hecho histórico semejante a la caída del muro de Berlín
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