No sé a ustedes, pero algunas veces tengo la impresión que soy un bicho raro o que no habito el mismo mundo donde habita la inmensa mayoría de los mortales. Sé que anotando lo que acabo de anotar, me juego la posibilidad de que algunos de ustedes tome a continuación la palabra y deje constancia de tal hecho aportando pruebas, pero no puedo evitarlo.
Digo lo anterior porque cuando me miro al espejo o leo el periódico, no me encuentro identificado con la mayoría de cosas que atraen a los seres humanos.
Simplemente me dan lo mismo.
Ahora me tendré que explicar y no sé si arreglaré este estropicio que acabo de perpetrar.
Verán ustedes, nunca me han llamado la atención los coches, salvo los pequeños vehículos de miniatura que me regalaban cuando era niño y la mirada siempre era la del amanecer. Dicho así, además de más o menos lírico, lo mismo no extraña mi afirmación. Pero si se escarba un poco en ella se verá que esa indiferencia ante los vehículos de motor, como si fuera una reacción en cadena, lleva aparejada otras muchas cuestiones: no favorezco el desarrollo de la industria automovilística, no participo con el impuesto de circulación en el acrecimiento de las monedas que necesita imperiosamente este municipio, no colaboro con el necesario desarrollo de varios monopolios de carburantes, no fomento el runrún polimorfo de las mañanas o las tardes de mi ciudad, y soy una rémora para los constructores de aparcamientos, ya sean estos en superficie o subterráneos.
Tampoco me llama la atención vestirme a la moda, a la última moda.
Digo lo anterior porque cuando me miro al espejo o leo el periódico, no me encuentro identificado con la mayoría de cosas que atraen a los seres humanos.
Simplemente me dan lo mismo.
Ahora me tendré que explicar y no sé si arreglaré este estropicio que acabo de perpetrar.
Verán ustedes, nunca me han llamado la atención los coches, salvo los pequeños vehículos de miniatura que me regalaban cuando era niño y la mirada siempre era la del amanecer. Dicho así, además de más o menos lírico, lo mismo no extraña mi afirmación. Pero si se escarba un poco en ella se verá que esa indiferencia ante los vehículos de motor, como si fuera una reacción en cadena, lleva aparejada otras muchas cuestiones: no favorezco el desarrollo de la industria automovilística, no participo con el impuesto de circulación en el acrecimiento de las monedas que necesita imperiosamente este municipio, no colaboro con el necesario desarrollo de varios monopolios de carburantes, no fomento el runrún polimorfo de las mañanas o las tardes de mi ciudad, y soy una rémora para los constructores de aparcamientos, ya sean estos en superficie o subterráneos.
Tampoco me llama la atención vestirme a la moda, a la última moda.
Bueno, a ver, esto es más delicado. No es que uno pueda suscribir las palabras de D. Antonio Machado cuando se dibuja a sí mismo vestido con torpe aliño indumentario, pero mi armario, además de soportar tremendas rebeliones camiseras a las que pretenden sumarse otras prendas que han amenazado con reforzar la tropilla de las insurrectas, tiene escaso fondo, lo que, por otra parte, es una gran comodidad y un gran alivio para la sección norte del mismo, es decir la barra que sujeta las perchas donde penden las prendas… Y de nuevo ocurre como con los coches, la cosa no tiene mayor importancia, pero tampoco contribuyo al desarrollo de la industria textil, ni al del diseño de vestuario, ni al de las franquicias de ropa, ni siquiera a la subsistencia de las tiendas normales de toda la vida cuyas prendas me gruñen tras los escaparates cuando me ven pasar, pues saben que lo haré de largo, como siempre, por no hablar de las pobres modistas que suman en su monedero un puñadito de euros gracias a acortar largos de pantalón, o anchos de cinturas.
Tampoco estoy al tanto de las novedades en el mundo discográfico. Aclaro, antes de que los secuaces de la ministra del ramo se echen a mi yugular, que no he invertido ni un solo segundo de mi vida en intentar descargarme este tipo de música de modo fraudulento..., ni legal. Es que no me interesa. La frase que debiera seguir me la ahorro, para evitar su hartazgo si es que hasta aquí han llegado, ya saben: no contribuyo al desarrollo, etcétera, etcétera…
De los viajes casi prefiero ni hablar porque sobre esta cuestión ya me han dado ustedes candela a lo largo del último año.
Podría continuar hablando de la televisión en general y los programas de las vísceras varias en particular, de los bestseller publicitados hasta el hartazgo, de las pantagruélicas comidas o cenas en restaurantes, de la… Quizá sólo en lo relativo al balompié el son de mis pasos se acompase mejor al del común de los mortales de esta parte del planeta, aunque comienzo a percibir en mí serios síntomas de apatía ante el empacho que tanta retransmisión televisiva produce en mis neuronas…
A estas alturas, entre el velo del paladar y los labios, más de uno querrá dispararme esta pregunta : ¿Qué haces con tus horas, en qué ocupas tu tiempo…?
Y aquí es donde se cierra como un lazo la coda de esta entrada con su testa. Porque, por muy raro que les parezca a ustedes lo que no hago, más raro es lo que hago.
Disfruto leyendo poesía, cada día un poco más, cada día un poco más despacio, a ser posible sin conocer nada de los derroteros por los cuales se ha llegado a la publicación del libro o a la obtención del premio. Disfruto escribiendo en sesiones de dos o tres horas, sin que me preocupe lo más mínimo ni la cantidad ni lo que puede gustar o no al resto de los mortales. Disfruto cazcaleando por las calles silenciosas de esta ciudad, aún en los días ya desapacibles. Disfruto con mi amnesia en materia musical que me permite repetir y repetir la escucha de algunos temas de música clásica adquiridos de modo legal, señora ministra. Disfruto inventando historias partiendo de unas presencias que se muevan ante mis ojos. Disfruto contemplando el juego de los niños, refugiados en su fantasía en la esquina de cualquier plaza, de cualquier jardín. Disfruto con las ocurrencias cotidianas de otros amigos de este mundo que dicen digital...
Tampoco estoy al tanto de las novedades en el mundo discográfico. Aclaro, antes de que los secuaces de la ministra del ramo se echen a mi yugular, que no he invertido ni un solo segundo de mi vida en intentar descargarme este tipo de música de modo fraudulento..., ni legal. Es que no me interesa. La frase que debiera seguir me la ahorro, para evitar su hartazgo si es que hasta aquí han llegado, ya saben: no contribuyo al desarrollo, etcétera, etcétera…
De los viajes casi prefiero ni hablar porque sobre esta cuestión ya me han dado ustedes candela a lo largo del último año.
Podría continuar hablando de la televisión en general y los programas de las vísceras varias en particular, de los bestseller publicitados hasta el hartazgo, de las pantagruélicas comidas o cenas en restaurantes, de la… Quizá sólo en lo relativo al balompié el son de mis pasos se acompase mejor al del común de los mortales de esta parte del planeta, aunque comienzo a percibir en mí serios síntomas de apatía ante el empacho que tanta retransmisión televisiva produce en mis neuronas…
A estas alturas, entre el velo del paladar y los labios, más de uno querrá dispararme esta pregunta : ¿Qué haces con tus horas, en qué ocupas tu tiempo…?
Y aquí es donde se cierra como un lazo la coda de esta entrada con su testa. Porque, por muy raro que les parezca a ustedes lo que no hago, más raro es lo que hago.
Disfruto leyendo poesía, cada día un poco más, cada día un poco más despacio, a ser posible sin conocer nada de los derroteros por los cuales se ha llegado a la publicación del libro o a la obtención del premio. Disfruto escribiendo en sesiones de dos o tres horas, sin que me preocupe lo más mínimo ni la cantidad ni lo que puede gustar o no al resto de los mortales. Disfruto cazcaleando por las calles silenciosas de esta ciudad, aún en los días ya desapacibles. Disfruto con mi amnesia en materia musical que me permite repetir y repetir la escucha de algunos temas de música clásica adquiridos de modo legal, señora ministra. Disfruto inventando historias partiendo de unas presencias que se muevan ante mis ojos. Disfruto contemplando el juego de los niños, refugiados en su fantasía en la esquina de cualquier plaza, de cualquier jardín. Disfruto con las ocurrencias cotidianas de otros amigos de este mundo que dicen digital...
Esto, lógicamente, además de trabajar en una oficina, procurar cierta atención a las personas que viven junto a mí y rendirme cada día al sueño, general de un ejército siempre victorioso y contra el que hace tiempo he declinado plantar batalla…
Eso sí, no soy raro en disfrutar de la persona a quien amo, pero eso es otra historia, a la que no conviene este tono, como ustedes, sin duda, comprenden.
73 comentarios:
Bicho no sé miarma pero raro si eres hijo…A ver ¿te gusta el buen manjar? Ea, pues ya te he pillao con el carrito del helao.
Bueno ahora sin broma, yo lo que creo es vos estáis en contra de la llamada sociedad de consumo…aunque alguna cosilla caerá ¿no?
Un abrazo.
¿Bicho raro?
En mi casa hay cuatro televisores que ahora están en paro desde el apagón analógico. Afortunadamente mis hijos no la echan de menos porque tampoco antes la encendíamos. Disfruto escuchando el fútbol por la radio ( hoy ha sido un día estupendo para los aficionados al buen fútbol...-guiño-, jajaj) y no se que es lo que da más pena en mi casa, si mi despensa o mi armario.
Pues bicho raro, y a mucha honra.
Un saludo.
Estas reflexiones merecen mayor profundidad. Mañana volveré, pero sólo como anticipo, coincidimos en los gustos.
Te cambio el fútbol por los viajes, eso es todo. Y escarbando, seguro que encontramos más afinidades.
Y si dice que digan.
Besos felices.
Menos mal...
Ya pensaba yo que era "única"...
Ay por dios, qué tranquilidad me dejas...
Anécdota al canto; la primera vez que oí lo de descargarse música, se me ocurrió preguntar que si eso daba calambre.
Juro por Snoopy que la cosa es cierta; mi ingenuidad era absoluta.
Y lo bello que suena Schubert en un tocadiscos...
En un "TOCADISCOS" he dicho, si señor, aunque una tiene cd, tiene también tocadiscos.
Eso que gira, y tiene una agujita...
A ver si es que soy anacrónica...
Alena, que yo tengo también tocadiscos y montones de discos, antes LP, ahora vinilos. El sábado pasado, estuvieron unos amigos en casa y nos dió por poner varias zarzuelas y cantarlas, claro.
Anacrónia que es una.
Evaasecas, sin duda en mi caso, el armario.
Besos de buenas noches.
Ay Dios, el tema tiene mucha enjundia...y no son horas.. Reflexionaremos sobre rarezas y anacronismos durante la larga jornada que se presenta... Una pregunta: la tele, ¿es esa caja cuadrada, que habla si le das a un mando? Ahí está, pero hace más de dos meses que no se enciende... Buen día para todos los bichos raros. Abrazos africanos.
No creo que te importe saludarte como a un perro verde, por lo de la rareza, se entiende. También soy bastante perra verde.
Lo del fútbol (balompié) a si que me supera. Paseemos y leamos.
Buen día.
es que los periódicos y demás no hablan de las personas normales, hablan de las que formatan a su gusto.
¡Hay escribidor! a lo mejor te quito la ilusión pero...
Flamenco Rojo:
Me gusta todo lo bueno, aunque a veces no se sepa qué es lo bueno. Pero es que lo de las masificaciones me pone un poco de los nervios.
Evaasecas:
También soy más de radio que de televisión (enhorabuena y que el domingo no nos pase nada). Pero si hubiera dejado en huelga de pantallas caídas a la televisión de casa, probablemente hubiera habido motín abordo.
Si los armarios están vacíos por causas ajenas a la voluntad del propietario y si el propietario/a no es un derrochador, la cosa es diferente, y no hablo de ese tema.
Ya sé que me has entendido de sobra, lo digo por otras posibles interpretaciones. Cuando pasa estrecheces, la cosa no tiene nada que ver con lo que hablo.
Un beso.
Isolda:
Pues sí, seguro que escarbando encontramos más afinidades, y es una suerte, por cierto.
A este paso fundamos otro club.
Alena Collar
Pues yo no tengo tocadiscos. En casa de mis padres había uno, pero se usaba poco. Sus hijos fuimos más de cassettes donde sonaban grandes éxitos de Aute, Serrat, Silvio Rodríguez, Nuevo Mester, Schubert, Beethoven, Jarcha...
Vaya que mi trayectoria es larga. Je, je.
Lo de internet es peor aún, porque lo descubrí hace unos años en el trabajo, y hasta el año pasado (a finales) no lo instalé en casa...
Y ahora, mira.
Claro que te entendí perfectamente. Reconozco que a mi las prendas detrás de los escaparates también me hacen guiños, y también saben que no entraré, pero lo mío es más por tallaje que por cualquier otra cosa.
Un beso y que gane el mejor.
María A:
Sí es esa caja cuadrada donde uno puede ver los mismos anuncios en varios canales al mismo tiempo, que cortan para dar alguna serie o para algún informativo. Salvo que pagues una cuota a una plataforma digital y puedas ver algo que merezca la pena.
Claro que si se padece de insomnio, que no es mi casa, puedes contemplar buenas películas o hermosos documentales sobre baterías de cocina que sólo les falta hablar y tremendos concursos telefónicos que están arruinando a más de uno.
Buena jornada.
Ventama Indiscreta:
...Y hagamos fotos como las que haces, con las que detienes esos momentos que son trascendentales para la gente...
Una vez escribí en mi diario que más que perro verde, me consideraba ornitorrinco violeta, pero se admite.
maririu:
No, no me quitas la ilusión, es algo que está asumido.
El sábado por la tarde, en un bar madrileño de San Bernardo hablábamos más de uno de que cada vez somos menos los que nos detenemos menos en la prensa convencional, la televisión, etcétera. Cada vez nos gusta más invertir parte de nuestro tiempo libre (aunque hay veces que es un riesgo) en compartir con otros seres humanos ideas en la red. Por ejemplo algunos blogs personales.
Un beso.
Evaasecas:
Vale..., pero juegas con ventaja. Este deseo tuyo esconde una verdad palpable..., para mi desgracia.
Ayyys, mi querido Amando, este escribidor no está sólo... hay algunos bichos raros más perdidos por el planeta, y esperemos que no desaparezcan!
Besototes
Marian
Marian Ramèntol
Me place, que diría uno más anacrónico aún.
Tu intervención me da pie a otra pregunta: ¿Nacimos tarde o pronto o es que el tiempo va muy rápido o nos quieren meter a la fuerza en un vehículo que nos lleva al desastre?
Somos más de los que crees Amando, los bichos raros son ellos, comparto tus desintereses y la mayoria de tus disfrutes...
Un abrazo!
Delgaducho
Ya lo veo, ya lo veo...
Con tu permiso Amando.
Hoy se celebra el “Día internacional contra la violencia de género”. Sin querer entrar en la utilidad o no de los “días internacionales por todo” si creo que conviene recordar, y hoy puede ser un buen día para reflexionar sobre esta lacra machista. Ante esta realidad tan aterradora los hombres tenemos mucho que hacer, hay que cambiar el rol del hombre machista, debemos y tenemos que ser hombres desde otros valores más tolerantes y positivos.
Perdona Amando por salirme del tema de hoy.
Un abrazo.
http://www.youtube.com/watch?v=GBu5l8W8SCk
De parte de Flamenco Rojo
Flamenco Rojo/Pepe Gonce:
Nada que decir, está claro. Aunque la línea de este blog y sus contertulios es pública y notoria en varias entradas, pero siempre está bien reflexionar sobre algunas cuestiones.
Estos días, por desgracia, existen, y, por más desgracia aún, tienen que existir, sin duda.
Al hilo de mi último comentario, quien quiera puede releer sobre este tema estas entradas, quizá alguna más....
Slencio tibio
Más que un burka
El profesor Jesús Neira
Lo más novelesco
Han muerto mil palomas
Un gran día para ellas
Así, como un bicho raro, me sentí yo anoche en un concierto de Joaquín Sabina. Me gusta Sabina (aunque ya me gustó más), no renuncio a oír a cantantes que han perdido voz: Serrat, Paco Ibáñez, Sabina, porque, en este tipo de intérpretes, cuenta tanto el estilo, el tono, la belleza de los textos que la diafanidad de la voz es menos importante. Pero ayer me sentí como un bicho raro en un Pabellón de Deportes lleno, entusiasmados casi todos los asistentes, siendo ellos tan protagonistas como los músicos, haciendo la ola cuando sería más importante escuchar… Y es que todos los espectáculos se parecen, el público de ayer era de campo de fútbol, cualquier día harán la ola en un concierto de Mozart. La gente no tiene ganas de escuchar, quiere saltar, gritar, participar de manera un tanto colectiva (en el peor sentido de la palabra) como rebaño. Me acordé de los que han escrito sobre la Psicología de las masas y de los chinos con el Libro Rojo de Mao, y de los mítines del nazismo. Y ya sé, ya sé que allí no había fascistas, que la mayor parte era gente”progresista”, que el propio Sabina lo es. Pero ¿será por la edad? Me sentí fuera de juego. No me sentí así el pasado verano en un recital de Leonard Cohen y, probablemente, muchos asistentes repetían… Yo – que no sé inglés – entre tanto ruido entendí mejor lo que decía Cohen que lo que decía Sabina. No importaba el mensaje, parecía que en una nueva versión de que “el medio es el mensaje”el mensaje estaba en el propio público.
Sabina, en medio de aquel entusiasmo con exceso de decibelios, después de que cantara uno de sus excelentes músicos (desperdiciados entre tanto ruido) dijo una frase muy inteligente “Éste canta mejor que yo, pero yo cobro más”: análisis perfecto de una sociedad que valora más la fama, los carismas, los liderazgos que la calidad.
Observé también que las luces de los mecheros han sido sustituidas por las luces de las cámaras de fotos, los teléfonos móviles que ahora inundan todo para demostrar a los amigos que “yo estuve allí".
Miguel Mora:
En primerísimo lugar, muchas gracis por tu comentario, después de tantos meses. Es un placer leerte en este rincón, como bien sabes.
La gran ventaja de la globalización es la inmediatez y que la información fluya, la gran desventeja es que se nos convierte en una especie gregaria seguidora de modos y modas.
El poder (el verdadero, no sólo el que representan los políticos) siempre ha pretendido eso, siempre ha buscado el aborregamiento de las masas para poder conducirlas a su antojo. Quizá la imagen del pastor conduciendo a su rebaño no es casual del todo.
En efecto, escuchar es una actitud que exige una disposición y un trabajo de atención que es probable que otras actividades realizadas al mismo tiempo eviten. Si uno salta y corea o tiene pegado a su oreja el grito de otro que hace lo propio, lo difícil será escuchar.
Supongo que como hasta ahora, la intención de Sabina al realizar este disco será la de que se le escuche, para que luego se le cante.
Pero no, hemos ido a un concierto de música moderna, por tanto tenemos que actuar como se espera de nosotros.
No, no creo que sea cosa de la edad, más bien me parece que lo que importa es decir, he estado en el concierto de Sabina, ¿Y qué tal?, Lo pasamos genial, tío...
No he podido por menos que sonreír cuando he leído lo de hacer la ola en un concierto de Mozart...
¿En qué lugar lo veremos primero?
Se abren apuestas.
Pues a mí sí me gustan los coches, y las motos, y la ropa, y los relojes, y... Eso no tiene nada que ver con que luego me apetezca leer a Nietzsche. Me gusta también, por deformación profesional, observar los suplementos de moda y complementos de los grandes diarios, porque parte de eso ha sido mi vida laboral.
En cuanto a Cantona, menudo personaje el señor Eric. Vaya viva que ha llevado el tío, y sigue vivo. La vida es injusta... Tal vez se acordaba por eso Miguel Mora de Sabina. Por el estilo de vida, digo. Sabina no me gusta ni como cantante ni como persona. Por sus elecciones (y no hablo de política), si no por su forma de maltratarse. Soy el primero en proclamar que me importa un pepino lo que se haya metido, pero cuando digo que "es una injusticia", estoy pensando en cómo hay gente a la que le ha tocado el "gordo" de la muerte a pesar de comportarse decentemente en la vida. Por ejemplo, Pina Bausch, que se fue de un día para otro. Esta noche sigue el ciclo de homenajes a su figura, en la Cinemateca.
No creo que sea incompatible el gusto por lo superficial con otras cosas supuestamente más "profundas". Por ejemplo, la contrapartida de un diario prestigioso lleva media semana anunciando a contraportada completa Giordano, de Andrea Chénier. Como si fuera un perfume. E iré, perfumado. Porque también me gustan las colonias.
Después del paréntesis del segundo parrafo sobra "si no", que además debe escribirse junto en ese contexto. El olor del perfume me trastorna la escritura ;)
Pues puede ser que tú no te sientas identificado con nadie, pero yo sí contigo.
A pesar de que mi entorno me ametralle sin cesar con automóviles y motos de último modelo, me da igual.
Al contrario que la gente de mi edad (tengo 15 años) no me paso las horas viendo la televisión, no compro ropa cada 2 semanas, no me voy a beber al parque, no disfruto en las discotecas y no me drogo con psicotrópicos y demás mierda que venden en las esquinas.
Disfruto leyendo y escribiendo, mi mejor plan es ir a un concierto. Esucho la música que les gusta a mis padres (Serrat, Silvio, Tonquinho..)
Se podría decir que soy una adolescente rara porque prefiero una tarde relajada en un café a una tarde fumando porros. Cosas de la vida.
No eres raro mi amigo, tan sólo diferente... Y más de un diferente anda por aquí metido... Porqué será???...
Para mi que todas esas cosas de las que pasas no son nada importantes, a excepción de los viajes, claro... y depende... Yo disfruto antes, durante y después... pero te comprendo perfectamente...
Sobre la T.V. tendrían que inventarla de nuevo... La de ahora es basura, pura basura...
Y aún así... te cambio todo por un buen amigo... eso si que vale... eso llena y reconforta...
Besos...
Se me olvido... Me han gustado muchísimo tus confidencias hoy... aunque pocas sorpresas ha habido...
Pues no eres tan raro como piensas, Amando… No haces nada más que tener un nivel de consumo racional, te felicito. Yo estoy en la misma onda, por ejemplo, la gente dice que visto bien, pero en realidad me visten mis mujeres (aclaro que no soy polígamo, sino monógamo sucesivo), porque si por mí fuera, rara vez me compraría algo. Un día, por curiosidad, me puse a bucear en el armario y conté cuántas camisas tenía. Comprobé con estupor que mi última exmujer me había comprado unas treinta y tantas de verano y otras treinta y tantas de invierno… ¡Algunas de esas camisas no las había visto nunca! No me sentó nada bien.
Amando, te quiero pedir que corrijas una cosita que siempre me hace daño a los ojos cuando entro en tu blog: "Yo no soy responsable de que me atraigan simultáneneamente…". Manías mías… Saludos.
Yo pienso que en lugar de descender del simio, vamos hacia él, el público entre el cual te encontrabas, Miguel Mora,es una muestra, no sé porque os hace sentir "depassés" a lo mejor son ellos los depassés que quiere decir que se han quedado atrás.
cuando murió el descolorido me trataron de anticuada por nombrar a Mozart.
No habéis visto en los juegos de la Tv en Francia como en España cuando ganan lo que hacen saltan, alzan los brazos pero nunca dicen su alegría.
La palabra practicamente no existe, cenan delante de la tele se ponen maquinitas en los oídos en cuanto dejan el móbil, están en la mesa con un esplendor de chica y se pasan el tiempo hablando con el corresponsal. Yo sería la chica ()dios me libre aunque no crea en él) y les llamaría por teléfono para estar segura de comer en compañía de alguien que está seentado enfrente de mí.
Me gustaría muchísimo seguir leyendo a María, que nos dice que tiene 15 años.
Y ya que dice que escribe, me gustaría respetuosamente pedirle que nos deje algo suyo para compartir.
Ay, Chapuza, sin ánimo de molestarte, ya sabes que estoy de acuerdo contigo en no pocas cosas y además admiro tu sentido del humor: tu comentario te descubre como “pelín”machista. Eso – y no comodidad – demuestra que dejes “las cosas del hogar”, camisas incluidas, a tus mujeres sucesivas. No me contestes ahora, hazlo después de los partidos de fútbol (¡ juega el Madrid!). O, mejor, no me respondas, no vaya a ser que por un quítame allá esas pajas este blog tan serio y poco conflictivo reproduzca situaciones no deseadas de otros ámbitos.
Pues te voy a contestar, Miguel, aunque ya contesté un día a las acusaciones de machismo que se me hicieron en otros ámbitos: que no, que no soy machista, que en mi casa paso la aspiradora, pongo el lavavajillas, pongo lavadoras, etc.… En el caso de la ropa, simplemente soy un desastre (por ejemplo, nunca sé cómo combinar los colores…) y dejo a las chicas que me vistan (si quieren, no es obligatorio). También les dejo que me desnuden y me traten como a un hombre objeto, por supuesto… Normalmente ellas son más guapas y más peripuestas que yo, así que hay que dejar que cada uno dé según sus especialidades… Yo (creo) doy otras cosas.
En España estáis muy tensos con eso del machismo. Si tú crees que una norteamericana de veintitantos años, con un nivel cultural y profesional medio-alto acepta un machista a su lado… En fin, no tengo nada más que añadir, creo que está claro.
Es curioso...a ver si yo me sé explicar y no se me malinterpreta...
Yo a mi padre le ponía laz zapatillas todas las tardes a las siete cuando venía de trabajar, y para mí era un orgullo.
Nunca se me ocurriría pensar que eso es que mi Padre era machista; perdonad la ingenuidad, pero a mí me traía al pairo (y me trae) el sexo de la persona a la que le friego un plato o le hago un café; lo que me importa es que la quiero; me daría verguenza y además me parecería una deslealtad haberle dicho a mi Padre: "tráete tú las zapatillas, no seas machista"...
Perdonad la sinceridad.
Impresionada me tienen estas tribulaciones, que han logrado que entren Gaspard, Miguel Mora y Chapuza el mismo día. Me dirijo a vosotros, por orden de aparición. Gaspard, los que te seguimos, sabemos bien las cosas que te gustan. No todo el mundo vive en el código postal 75016. Es una suerte y no impide en absoluto la vida interior que sabemos cultivas. Y sí la vida es injusta.
Miguel Mora. No sabes lo identificada que me siento, nunca me han gustado las masas, ni los conciertos, primero por los decibelios y segundo, si me gusta Serrat o Llach, los oigo en casita.
Chapuza, lo de las camisas, no lo considero machista. Es otra tarea a repartir. Creo que deberías poner en contacto a tus camisas con las de Amando. Busca en Tribulaciones y ya verás.
No puedo olvidarme de María, que apareció de puntillas hace poco. Eso es madurez y lo demás tonterías. Como dice Alena, muéstranos algo de lo que escribes.
Aunque tu perfil dice mucho de tí.
Creo que me he pasado mucho, pero aquí tratan bastante bien a los que venimos, no creo que me echen.
Me alegra mucho ver a tantos y tan buenos blogueros.
Besos alegres a todos (me resisto al todos y todas)
de acuerdo con vosotros, bichos raros de todos colores. Basta ya de tanto consumismo, televisiòn basura y moviles qui interrumpen la cena o una funciòn. En un teatro cuando no llega a sonar un telefono tus vecinas ( las de que hablo no eran chicas) siguen charlando sin darse cuenta que ya hace tiempo que empezò el espectàculo. No se trata tanto de que la gente no habla sino que habla sin decir nada con mucho sentido ni se da cuenta del valor del silencio para escuchar.
Disculpad el tono serio después de sus muestras de humor. Para que me perdonen: creo que el primero en Francia que dijo algo parecido con Todos y todas fue le Général (de Gaulle) con su Français,Françaises.
A ver Amando, a ver si ponemos en orden aquí a tanto raro. Un qutapenas.
'Quitapenas' es el título de unos tangos donde hay incorporado un instrumento rarísimo para los flamencos: el sitar. Verás como suena. Las primeras palabras: Ay Málaga mi alma (para la tornasolada de Isolda). Las últimas: Señores, ¿vais a pedir?
Pues eso, un buen bar y se plantea uno menos las rarezas.
Te dejé el aceite en el Siboney.
escuchas este QUITAPENAS
Gaspard:
El verdadero problema no es que uno guste o no, use o no, determinados productos, bienes, o como se le quiera denominar.
Quizá poder disfrutar de todo sea lo ideal (cuando se puede, que ese es otro tema). Si se ha pensado de mis palabras que criticaba cierto estilo de vida, desde luego no era el que tú presentas, sino el de quien se mueve por el territorio de las horas de sus días por la senda de los tópicos y del derroche, sin más. Que haya alguien que pueda gastar y lo haga, pero además se cultive y nos cultive de paso con sus opiniones (con algunas de las cuales se podrá discrepar, pero con otras muchas se coincide) creo que es una cuestión legítima. No he intentado defender un estilo de vida atacando otro, simplemente he manifestado la sorpresa que produce mi modo de vida respecto de lo que habitualmente se ve o se dice que se ve.
He escuchado esta tarde en Radio Nacional que el próximo viernes 27 se estrena "Buscando a Eric", y hoy ha habido multitudinaria rueda de prensa en Madrid con el director y el guionista de la película. Con esto me allego a tu segunda parte del comentario...
Sobre la injusticia o no de la vida. Nunca he creído, y lo digo en serio, que la duración de la vida dependa exactamente de uno mismo, ni siquiera porque se cuide mucho o se descuide un montón. Es verdad que en teoría unas cosas ayudan más que otras, pero alguno de los ejemplos que has puesto vienen a confirmar lo que digo. Es un tema de cierta trascendencia con el que no pretendo polemizar, y si en la otra cuestión que le planteas a Chapuza (la del machismo digo)entramos en terreno resbaladizo, en esta creo que tendría a muchos amigos en completa y total discrepancia.
Por resumir diré que desde mi creencia nuestra vida no depende en exclusiva de nosotros mismos, quiero decir de nuestra voluntad.
La ciencia está empezando a encontrar algunas explicaciones que conducen a la propia genética (o sea al principio mismo de la vida). Sé que el tema es especialmente doloroso para ti, amigo, por ello soy tan cauto en mis palabras, pero la vida no tiene la condición de tribunal de justicia, la vida es un trayecto, nada más. Para algunos es un trayecto con principio y final, para otros (como yo, y lo digo porque creo que es de justicia ser honrado con vosotros) tiene principio pero su final está en el final de la propia eternidad.
No sé, creo que me he pasado.
Como ya sabes de siempre, un abrazo fraterno.
María:
Bienvenida de nuevo a este rincón.
Anda que si yo soy anacrónico...
Y me encanta tu anacronismo, porque además supongo que también sabes disfrutar de las cosas buenas que te trae tu edad y tus amistades y por lo que veo tus padres.
El retrato que haces de la gente de tu edad, sinceramente y ya que eres tú la que lo describes, es un poco demoledor..., para nosotros la generación que más o menos coresponde a la de tus padres. Algo no se ha hecho bien, quizá cuando nos pillaron todos los cambios en este país se nos trastornó algo el norte, o es que en todas partes del mundo ha sucedido lo mismo.
En una pequeña ciudad como Segovia, las cosas no son tan disparatadas como en la gran ciudad, Madrid, donde todo se desboca y se exagera.
No soy nadie para aconsejar a nadie, y menos a una persona como tú, pero te diría, si es que no te sabe mal, en caso contrario perdóname, que sigas leyendo, que sigas escuchando buena música, pero sobre todo, sobre todo, disfruta con la gente que sea como tú, que seguro que hay alguien más.
Yo tampoco he fumado un porro en mi vida, no sé si está bien o mal. No presumo de ello, como no presumiría de lo contrario y no me ha pasado nada... Bueno, es un decir.
Beatriz Ruiz:
Sí, ha habido pocas sorpresas, en el fondo es más de lo mismo, después de un año nos vamos conociendo.
Y tienes toda, todita la razón, por un amigo se cambia todo, absolutamente todo. Sobre todo porque si es amigo de verdad, también te sabrá dar los tiempos que necesitas para tu propio tiempo personal.
Muy buena esa aportación.
Amando no mencionas que no contribuyes a aumentar las montañas de "desechos" (cosas útiles que se han pasado de moda o ya no molan y ocupan sitio en casa) y que en el mejor de los casos y tras ser seleccionados en algún punto limpio o centro de recepción de residuos, serán reconvertidos en otros productos que no satisfarán nuestro ansia consumista.
Como has podido comprobar en los comentarios, no eres una especie tan rara, yo también coincido contigo en muchas de las cosas que nos dices y yo tengo una cosa clara, disfruto con lo que me gusta a mi y no con lo que disfruta la gran mayoría, y no me siento por ello mal.
María, soy de los que piensa que jóvenes como tú existen, a algun@ parecid@ conozco, pero como no haceis ruido no se os ve y si que vemos a los chavalotes macarras y con malos modos que por supuesto no comparten tus sanas aficiones. Para mi no hace falta que sean unos santos, me conformaría con que a la hora de divertirse (todos tenemos derecho) fueran respetuosos con lo que y quienes les rodea.
Chapuza:
En primer lugar muchas gracias por lo de la corrección, ya está hecho.
Sí creo que el nivel de consumo en el que me muevo es racional tirando a exiguo, pero por tradición familiar y personal. Si tuviera sesenta y tantas camisas (entre invierno y verano), me pasaría lo que a ti, seguro, no sabría que hacer con ellas, y algunas serían como algunas de las personas con las que me cruzo por la calle: verdaderas desconocidas. Me sentiría igual de incómodo que me sentí el sábado por La Gran Vía, camino de cierta librería, pra la presentación de cierto libro maravillosamente escrito por cierta amiga.
Quizá sea esta anécdota un buen resumen de cómo me siento en la vida de este siglo XXI que más que rápido es efímero, más que plural es multitudinario, más que democrático es gregario...: Caminaba perdido (lo cual fue cierto un rato, pero eso es otra historia) y me sentía como uno de esos peces que forma parte de un banco de pesca donde hay cientos de miles que se mueven a impulsos que nadie sabe de dónde provienen. Pero yo no quería estar allí, yo no quería hacer cola para ver esa película, aquel musical, entrar en la franquicia S, o en la franquicia B, o en la franquicia M (todas ellas de ropa), ni quería esperar no sé cuánto tiempo para que doña Manolita me vendiera un décimo, ni siquiera quería hojear los libros que se amontanan en la Casa del Libro o en la Fnac... Y no es que todo eso esté mal. ¿Por qué, salvo porque exalta el consumismo inútil y el gregarismo ortopédico? Por fin me di cuenta de lo que tenía que hacer, y en cuanto tomé San Bernardo todo pasó, y el paso de la vida adquirió su proporción verdaderamente humana, y cuando llegué a esa librería donde ese amigo iba a presentar ese libro tan maravillosamente escrito por Alena, me acerqué al brasero del corazón... Y seguía en Madrid.
Sí, quizá me refería a eso.
Javier, sería injusto por mi parte no mencionar aquí que yo tb conozco muy de cerca a una chica (26) y a dos chicos (26 y 21) que tienen las mismas aficiones e inquietudes que María, con la excepción que a estos tres, quizás por la edad, cada vez que pueden se organizan un viaje al extranjero.
maririu:
No hay tanta diferencia, entonces, entre lo que cuentas que sucede en Francia... Conozco a una chavala maravillosa que es capaz de comer, ver la televisión, escuchar música y contestar un mensaje de móvil o chatear. Y todo ello con una sonrisa de oreja a oreja. Ayer aprobó el primer trimestre de filosofía y de Latín, creo.
A veces somos un misterio...
¿Que caminamos hacia el simio en vez de venir de él...? A veces pienso lo mismo, otras veces no. El ser humano es una especie muy contradictoria, y llena de individuos que representan todas y cada una de las distintas posibilidades.
Alena Collar
Creo que a estas alturas todos lo sabréis, pero debido a que tú eres la primera en pedirlo y debido al interés que han suscitado sus palabras, me permito enlazar aquí el blog de María
Flamenco Rojo, estoy seguro de que igual que en este blog coincidimos en que compartimos gustos y quizá hábitos poco comunes para la gran mayoría de la sociedad, en estos tiempos, también tenemos la grándísima suerte de tener cerca a jóvenes ejemplares y que rechazan el comportamiento nada sano de muchos de sus coetáneos.
Miguel Mora & Chapuza & Alena Collar
En prime lugar agradeceros que no se reproduzcan ciertos tonos a los que se llega en otros lugares, a los que no quisiera emular en estas cuestiones. Como dije a una buena amiga hace un par de días, o quizá tres, prefiero el silencio a cierta bataholas.
Creo sinceramente que Chapuza y Alena tienen razón. A veces confundimos algunas cosas. Es mi opinión.
Respecto a buena parte de Europa y Norteamerica, ciertas costumbres seculares de monogamia oficial y eterna (eso sí muchas veces aderezada de adulterios que convertían al supuesto monógamo en bígamo de hecho), tendemos a pensar que la sucesión de compañeros en la vida de una persona le presumpone ese machismo.
Yo no entendí el comentario de Chapuza como machista, sino como desinteresado en esa cuestión.
Y al final, como dice Alena, cuando hay cariño, no importa absolutamente nadad de lo que se haga a la otra persona, quiero decir nada de lo que hagas es vejatorio, porque sale del corazón.
Probablemente (y perdón por la utopía) esta sería la solución para poder eliminar del calendario una conmemoración como la de hoy.
Miguel Mora
Al menos ganó el Madrid, pero lo que es jugar... Vaya domingo nos espera, Miguel, vaya domingo
Isolda
No te has pasado, en absoluto.
Te mereces un buen café, pero a estas horas, los que mañana madrugamos...
Gracias por tus palabras sobre las Tribulaciones. Va a resultar que esta etiqueta es un best-seller. Vaya por Dios, y eso que nació por desesperación una noche de tormenta en la lejanía...
Un beso, por fin, húmedo de lluvia que ha sido casi intensa.
Catherine
Sí sorprende el tono serio de tus palabras, precisamente en esta entrada que suele ser de tono jocoso. Espero que no ocurra que te afecte en lo personal.
Algo que me parece muy interesante, y que también se da con mucha frecuencia (y no sólo entre los más jóvenes) eso de que una vez comenzado el espectáculo siguen con el cotorreo, porque no se trata de continuar con la charla. Ayer mismo presencié una situación similar, con el agravante de que esas personas (él y ella) llegaron tarde al acto.
Tempero:
Espero que hayas recogido el libro. Mañana mismo espero coger ese aceite que prometo degustar a tu salud.
De los bares no he hablado, aunque podría hacerlo y lo haré cualquier día. Pero en general suelo estar a gusto a pesar del ambiente humoso, y más si estoy en buena compañía y ante un buen café o un buen vino.
Mientras te escribo escucho el Quitapenas, y digamos que también resulta un poco extraño, pero al mismo tiempo viene a confirmar que tampoco somos tan distintos y que lo mismo estamos más cerca unos de otros de lo que parece.
Un abrazo.
Javier
Ojalá que contribuyera aún menos en eso. Pero tal cosa es inevitable o casi. En el momento en el que se cruza la puerta del supermercado para comprar la leche, el agua... ya estás contribuyendo a esas montañas de desperdicios.
Al menos reciclo, lo digo con sencillez. Supongo que eso servirá de algo.
Probablemente el verdadero camino, el más enriquecedor es conocerse a uno mismo y saber con lo que se disfruta. Luego es más sencillo ponerlo en práctica y disfrutar.
Porque, sobre ello no se ha hablado, pero más de uno hay que hace lo que está demanadado por la moda impuesta (no me refiero al vestuario), por no destacar, por no parecer un raro, y sin embargo lo pasa fatal.
Sobre los chavales, yo diría que la mayoría son mejores de lo que ellos mismos se creen.
Pero hay que reconocer que la verdadera carne de cañón del consumismo irracional, y de la moda impuesta desde las multinacionales son ellos. Todos hemos pasado por esa etapa en la que lo mejor era pasar desapercibido o camuflado dentro del grupo, para que no te señalen. Hay que tener mucha personalidad para no sentirse incómodo siendo distinto.
Flamenco Rojo & Javier
Completamente de acuerdo.
Cierro el quiosco por esta noche (ya sabéis que al general sueño no le planteo batalla ninguna, y hoy andamos ya a la gresca), con un poema que me ha remitido una amiga desde Barcelona, y que quiere permanecer en el anonimato.
Se trata de un poema de Gabriel Celaya:
MOMENTOS FELICES
(De "De claro en claro", 1956)
Cuando llueve, y reviso mis papeles, y acabo
tirando todo al fuego: poemas incompletos,
pagarés no pagados, cartas de amigos muertos,
fotografías, besos guardados en un libro,
renuncio al peso muerto de mi terco pasado,
soy fúlgido, engrandezco justo en cuanto me niego,
y así atizo las llamas, y salto la fogata,
y apenas si comprendo lo que al hacerlo siento,
¿no es la felicidad lo que me exalta?
Cuando salgo a la calle silbando alegremente
--el pitillo en los labios, el alma disponible--
y les hablo a los niños o me voy con las nubes,
mayo apunta y la brisa lo va todo ensanchando,
las muchachas estrenan sus escotes, sus brazos
desnudos y morenos, sus ojos asombrados,
y ríen ni ellas saben por qué sobreabundando,
salpican de alegría que así tiembla reciente,
¿no es la felicidad lo que siente?
Cuando llega un amigo, la casa está vacía,
pero mi amada saca jamón, anchoas, queso,
aceitunas, percebes, dos botellas de blanco,
y yo asisto al milagro --sé que todo es fiado--,
y no quiero pensar si podremos pagarlo;
y cuando sin medida bebemos y charlamos,
y el amigo es dichoso, cree que somos dichosos,
y lo somos quizá burlando así a la muerte,
¿no es felicidad lo que trasciende?
Cuando me he despertado, permanezco tendido
con el balcón abierto. Y amanece: las aves
trinan su algarabía pagana lindamente:
y debo levantarme, pero no me levanto;
y veo, boca arriba, reflejada en el techo
la ondulación del mar y el iris de su nácar,
y sigo allí tendido, y nada importa nada,
¿no aniquilo así el tiempo? ¿No me salvo del miedo?
¿No es felicidad lo que amanece?
Cuando voy al mercado, miro los abridores
y, apretando los dientes, las redondas cerezas,
los higos rezumantes, las ciruelas caídas
del árbol de la vida, con pecado sin duda
pues que tanto me tientan. Y pregunto su precio,
regateo, consigo por fin una rebaja,
mas terminado el juego, pago el doble y es poco,
y abre la vendedora sus ojos asombrados,
¿no es la felicidad lo que allí brota?
Cuando puedo decir: el día ha terminado.
Y con el día digo su trajín, su comercio,
la busca del dinero, la lucha de los muertos.
Y cuando así cansado, manchado, llego a casa,
me siento en la penumbra y enchufo el tocadiscos,
y acuden Kachaturian, o Mozart, o Vivaldi,
y la música reina, vuelvo a sentirme limpio,
sencillamente limpio y, pese a todo, indemne,
¿no es la felicidad lo que me envuelve?
Cuando tras dar mil vueltas a mis preocupaciones,
me acuerdo de un amigo, voy a verle, me dice:
"Estaba justamente pensando en ir a verte."
Y hablamos largamente, no de mis sinsabores,
pues él, aunque quisiera, no podría ayudarme,
sino de cómo van las cosas en Jordania,
de un libro de Neruda, de su sastre, del viento,
y al marcharme me siento consolado y tranquilo,
¿no es la felicidad lo que me vence?
Abrir nuestras ventanas; sentir el aire nuevo;
pasar por un camino que huele a madreselvas;
beber con un amigo; charlar o bien callarse;
sentir que el sentimiento de los otros es nuestro;
mirarse en unos ojos que nos miran sin mancha,
¿no es esto ser feliz pese a la muerte?
Vencido y traicionado, ver casi con cinismo
que no pueden quitarme nada más y que aún vivo,
¿no es la felicidad que no se vende?
Gabriel Celaya
Veis como digo yo que ando a la gresca con el sueño...
Se me ha olvidado añadir que este poema me lo ha mandado vía privada, no es que me haya pedido su publicación, pero a mí me ha gustado tanto es que mi modo de agradecerle, además sus cariñosas palabras.
Menudo regalo de última hora amigo!!!...
Quiero dejar aquí mi opinión a cerca del "machismo" que estabamos tratando... Eso no lo es, claro... (es sencillamente que alguien tomo la determinación de elegir camisas) pero existir, existe... y doblega y humilla... y pierden ambos, mujer y hombre... Y estoy absolutamente de acuerdo con Alena, se hacen las cosas con gusto, tanto si es tu pareja o una amiga/o o una hermana/o... Si eres cariñosa/o, bondadosa/o, amable y todo lo que nos permite tener sensaciones para vivir, vivir bien... Eso es ser persona... y hablamos siempre de seres humanos, no de hombres, no de mujeres...
No quiero entrar en minidisputas por algo de poca importancia: yo aludí a que un comentario de Chapuza me parecía machista. Puede hacer comentarios machistas – ocasionalmente – alguien que no lo es. Pero insisto lo de “me visten mis mujeres”… no importan cuántas sean ¡ojo! Se pueden tener muchas mujeres y no ser machista.
Claro que no es vejatorio ponerle las zapatillas a un padre, ni a nadie. No es ésa la cuestión, el problema está en que son muchas más las hijas que ponen las zapatillas a sus padres que los hijos que se las ponen a sus madres. Ni siquiera lo consentirían las madres, ése es el problema. O por lo menos la cuestión. Tampoco he oído nunca a una mujer decir “ me visten mis hombres” ( quizás si el hombre es Adolfo Domínguez o Roberto Verino…)
Se me escapó un acento en el comentario anterior, tampoco tiene excesiva importancia pero para una vez que me doy cuenta...
Ay, Miguel, no te obsesiones con el machismo y derivados. Me expreso muy rápidamente, porque no dispongo de más tiempo: A veces, los discursos supuestamente igualitarios hombre-mujer ocultan relaciones de poder condescendientes y explotadoras: hipocresía. ¿Es igualitario Berlusconi porque quiere promocionar a prostitutas poniéndolas de diputadas? ¿Es igualitario el empresario que quiere aumentar su plantilla femenina (porque cobran menos o son más manipulables, por ejemplo)? En lo que a mí respecta, soy muy consciente de lo que les debo a “mis mujeres”. ¡He aprendido y aprendo tanto con ellas! Más que un machista, ¡soy un vampiro! Saludos.
Jajajaja...
Me encantó lo de "vampiro"...
Me divierten muchísimo los vampiros; me acuerdo de Fernán Gómez y Pepe Luís Vazquez y Gracita Morales en Transilvania...mira que era mala la peli, pero me rio muchísimo cada vez que la veo...
Saludos ( incluídos a los vampiros...)
Os dejo esa voz espléndida de Katie Melua
http://www.youtube.com/watch?v=DTy3WA0Pq8M
María A. ¿Fuiste tú quien trajo a Zenet, verdad? Los Mares de la China me tienen enamorada.
Disfrutad de K.Melua, con la colaboracion del escribidor, claro.
De parte de Isolda
Beatriz Ruiz:
La clave, efectivamente y como siempre, no está en otro sitio que en el interior de las personas, en las intenciones, en las voluntades.
Miguel Mora:
Sinceramente creo que la expresión me "visten mis mujeres" no es nada machista. Entiendo bien a Chapuza en eso, quizá porque yo he tenido los dos extremos. Y es una gozada dejarse vestir, o sea que ella elija qué te pones y qué te compras.
Por el contrario, la segunda parte de lo que escribes la suscribo punto por punto. Es así tal cual. Por cultura o por lo que sea, ciertos actos, como ese que se cita de poner las zapatillas, a la mayoría de los hombres ni se nos ocurre. Y ese es el problema que no se nos ocurre.
Y en ese tipo de actos que tienen que ver con la delicadeza, la ternunra, la preocupación por el otro, ellas nos suelen ganar... por goleada.
Chapuza:
Creo que tampoco Miguel se refiriera a un discurso igualitario, ni que el suyo lo sea, me parece que habla más bien de un déficit perfectamente palpable en nuestras sociedades, al menos la mediterráneas. Desconozco las costumbres habituales de las sociedades anglosajonas y por tanto no puedo opinar sobre ello. Quizá esa diferencia sea importante para poder entendernos bien. Como tantas veces sostengo descontextualizar (vaya palabro que acabo de perpetrar) las opiniones puede llevarnos a no comprender con precisión de qué se está hablando.
Entiendo también perfectamente a lo que te refieres sobre ser un vampiro. Es una expresión muy gráfica, desde luego, pero creo entender que te refieres a que ha psado a tu propio venero, por seguir con la analogía vampiresca, lo mejor de las cualidades de tus compañeras... Doy por hecho que ellas también te habrán vampirizado en su momento y sucesivamente.
Alena Collar:
Pues ahora están de moda estos seres, que han pasado de ser terribles a ser dulces jóvenes que se mueven entre crepúsculos, claros de luna y otros momentos de la oscuridad, luchando contra sus impulsos por amor...
Por desgracia no he visto la peli a la que te refieres, pero con el elenco que citas puede ser una caricatura tierna o valleinclanesca de este tema.
Isolda:
Nueve millones de bicicletas en Pekín/Bejin (como ahora se dice) son muchas bicicletas.
La canción es hermosísima.
Celebro muchísimo que a muchos de esta tertulia les haya gustado "Los mares de China"... Isolda, Zenet es malagueño, sólo podía ser de ahí.
Esta tarde,había un vino español con "autoridades" pero, como soy rarita, viviendo en sitio "raro", he preferido venirme a casita, a leer escuchando música. Y me ha dado por Pavarotti, Krauss y otras músicas... Como no tengo vestido de cóctel ni ganas de ir a la pelu...
El sábado es la Fiesta del sacrificio del cordero: como nuestra nochebuena pero con borrego en lugar de pavo. Un espectáculo mijita macabro y pestoso. Lo gracioso es la semana previa: la gente llevando los borregos con una cuerda por las calles. Las escaleras y azoteas de los edificios,repletas de bovinos, un pestazo, pero la gente no tiene donde guardarlo y no sabe qué hacer con el bicho,hasta el sábado,claro... Definitivamente, ando fuera de onda... me parece que estoy en el medievo. Sigo con la música y el libro...Y mañana,fiesta, que hay que preparar la matanza del pobre bicho... Abrazos africanos.
María A
Y nosotros preocupados por el fondo de armario y quién nos pone las camisas... En algunas películas se ve en Los Ángeles paseando a algunas personas cerdos vietnamitas. Quizá se ponga de moda pasear corderos, y entonces los marroquíes estarán a la cabeza de la civilización.
Como se ve lo de los anacronismos tiene mucho de relativo.
Un beso.
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