La niña quería guardarse la luna dentro de un bolsillo: estaba tan cerca, a penas estirar la mano...
La niña quería guardarse la luna dentro de un bolsillo: estaba tan cerca, a penas extender un poquito los dedos…
Papá que tenía los brazos más largos y era más alto y era más fuerte, seguro que podría…
Pero papá no pudo. Papá ni lo intentó. Papá miró a la niña y le contó cosas.
Le contó y le contó.
Pero la niña lloraba. La niña no entendía que el cielo estaba muy lejos, que la luna estaba muy lejos.
Y la niña no entendía y lloraba y pataleaba...
Ella quería la luna, porque la luna le pertenecía, porque la luna estaba en el cielo para que ella jugara como juega con los sueños.
Papá dejó que llorara, qué más podía hacer… ¿Decirle que mañana quizá? ¿Decirle que otro día? ¿Engañarla sólo por no oírla llorar?
Y la niña lloraba y la luna, sin embargo, se alejaba blanca, blanca, tan fría.
Y la niña lloraba y la luna, sin embargo, se alejaba blanca, blanca, tan fría.
COMENTARIO DE MARÍA A (Microrelato con lágrimas):
Esta mañana un compañero, que regresaba de pasar el fin de semana en la otra orilla, ha llegado tarde y descompuesto: el ferry en el que venía casi se lleva por delante una patera en mitad del Estrecho... Eran subsaharianos que querían tocar la luna-sueños-península con los dedos... Contaba casi llorando cómo había pasajeros del Ferry que protestaban por la pérdida de tiempo que suponía intentar rescatarlos... Eso sí que es crisis... Abrazos africanos.
56 comentarios:
Hay sueños inalcanzables, igual que la luna para esta niña, cuánto antes nos demos cuenta de nuestras limitaciones ¡tanto mejor!
¡Me ha encantado, el relato!
Buenas noches Amando
Un abrazooo
Los sueños son necesarios para ayudar a las personas da escapar de los sufrimientos en la realidad. Me parece bien la actitud del padre en esta ocasión. Quizás en otras y dependiendo del asunto y de las circunstancias la respuesta que demos a nuestros hijos puede variar, siempre tratando de ayudarles. Un abrazo.
A eso le llamo yo abrir los ojos, o ayudar a abrirlos.
Lástima quepara ello laniña tuviera que llorar y el padre sufrir con ellos.
Mantener o provocar sueños, no es engañar sobre la realidad de las cosas, es jugar con la fantasía sobre posibilidades e ilusiones.
Hay días par todo. Hoy tocaba "la cruda realidad". Mañana soñaremos, con los ojos cerrados o entreabiertos.
Muy bonito, muy ilustrativo.
(mañana estaré agotada, esto de leer y escribir es un vicio , hrmoso pero ¿saludable?)
Un abrazo.
Verónica:
Seguimos con los sueños. Los hay que son pesadillas, como en el piso de abajo, y los hay inalcanzables...
Buenas noches a ti también, que descanses.
Fernando:
A veces los padres lo tenemos difícil. Es duro en algunas ocasiones elegir entre un imposible y el llanto, pero a veces no queda más remedio.
Ángeles Hernández:
El descanso es sagrado, si no cómo podremos soñar, nos perderemos alguna de las fases REM esas de las que nos habló Flamenco más abajo.
¿Por qué no hizo simulacro de intento de alcanzar la luna? La ilusión es media vida.
Buenas noches.
Gaspard:
Buenas noches.
Quizá podría haber sido un poco más explicito, pero ahí está escrito, en el quinto renglón: "Papa no pudo... ". Es que hay que condensar tanto en un micro...
De todos modos tienes razón la ilusión es la mitad de la vida, siempre y cuando no se viva en la fantasía...
Una preciosidad de cuento. Me encantó Amando. Es que como padres nos sentimos impotentes tantas veces. Lo bueno es que los chicos se recuperan de sus frustraciones más rápido de lo que nosotros pensamos. Lo malo...es que nosotros como padres no..
Un abrazo,
Precioso, Amando, precioso.
La luna, la niña, el sueño... ¿son caras de una misma moneda (difícil, no hay monedas de tres caras pero tal vez debiera haberlas)?
Un abrazo, escribidor.
Maia:
Estoy completamente de acuerdo. En demasiadas ocasiones los padres sufrimos demasiado, cuando las cosas no tienen tanta trascendencia, pero creo que es inevitable, va en el pack.
AVATAR;
Muchas gracias...
Cara, cruz y canto, para que puedan rodar los sueños.
Pues sí, es inevitable...Un abrazo,
Maia:
Y además, sino fuera así, quizá fuera peor. Saber decir que no, aunque se sufra por borrar su sonrisa de los labios, es un arte doloroso y necesario.
Vaya temita Amando…Desde mi perspectiva de padre de tres churumbeles creo que educar a un hijo pasa por saber decirle que no. Dicho así parece que esto es muy sencillo, pero hay padres que realmente tienen muchas dificultades a la hora de poner límites a sus hijos. Lo primero que debemos es saber distinguir una necesidad de un capricho. Mientras que nunca deberíamos negarle lo primero, si las condiciones económicas lo permiten, cuando se trata de un deseo, de un capricho, hay que poner límites. El bombardeo continuo que transmiten los medios de comunicación y la publicidad, provocan en los críos un deseo de tener la última consola del mercado, o el último grito en prendas deportivas. Aquí es donde hay que saber decir un contundente “no”.
Ahora viene la otra parte, la del chaval que te reacciona con un berrinche, entonces ¿qué hacer? Hablo desde mi experiencia, quizás la más efectiva sea hacerle ver que en ese momento no se puede, pero que quizás en un futuro cercano sí. Con esta estrategia conseguimos parar la rabieta del crío y de camino se le enseña para que sea capaz de posponer sus deseos.
Al final llegamos a la conclusión de que todo, o casi, se arregla con el diálogo…Nos puede sorprender la capacidad que tienen los chavales para razonar y escuchar…algunos.
Un abrazo.
Flamenco Rojo:
Cómo se nota la experiencia de un experto en la materia...
Palabra mágica que cierta generación (la mía) ha olvidado en demasiadas ocasiones. Cualquier especialista en psicología o pedagogía afirmaría sin dudarlo que ahí está buena parte de la solución a muchos problemas.
Y está por varios motivos.
Primero porque hay que ponerlos, porque de alguna manera nos lo demandan (nuestros hijos), juegan con nosotros. Los límites también tienen esa parte de seguridad, de equilibrio que son necesarios para el propio desarrollo del individuo...
Pero una vez decidido que tiene que haberlos, el problema es saber hasta cuándo, hasta dónde, cómo...
Los autoritarios ponen límites, y sin embargo se habla de represión.
Es un equilibrio que sólo el diálogo puede llevar a buen puerto.
Efectivamente, a pesar de algunas noches de berrinche, la mayoría de los niños entienden las cosas mucho mejor de lo que parece...
Pero es que el diálogo es cosa de dos, y convendría que uno se quisiera hacer entender.
Los sermones ya ni funcionan en los templos.
Mi hijo de pequeño también quiso la luna, le hice un teatrillo lanzando un lazo imaginario (tipo oeste) y le tendí el extremo... durante mucho tiempo creyó que tenía la luna en sus manos.
Un abrazo.
Si papá fuera un buen mago, habría dibujado la luna, o le hubiera sacado una foto para que luego, la niña pudiera guardarla y la tuviera cuando quisiera..
Debería haber una luna para cada niño; ninguno debería llorar por no poder coger su luna. Ese día, ese en el que descubren que la luna está muy lejos, que ni siquiera papá se la puede acercar, comienzan a sufrir por la cruda realidad. En ese momento, de alguna manera, comienza su vida de adultos. Comienzan a comprender que los sueños, sueños son, y que crecer es ir cerrando puertas.
Un texto con dos lecturas: una más ligera, un cuento para niños; y otra profunda que te invita a la reflexión.
Un fuerte abrazo.
Paloma Corrales:
Normalmente estas cosas funcionan y ojalá yo hubiera tenido esa imaginación.
Odiseo de Saturnalia:
Pero al final es sólo una imagen, esa fantasía que a la larga puede hacer daño.
Es similar a lo que dice Paloma, y suele funcionar, pero en algunos casos, ni siquiera con el paso de los años, se llega a comprender que hay deseos inalcanzables... Repito, por suerte son excepciones, y aportar creatividad para no romper la ilusión, es una solución magnífica.
Amando...con ternura y cariño te digo que a mí mi Papá me regalaba la luna,los duendes y los gnomos cada noche...
Era,como dice Odiseo, un buen Mago...
Me regalo a la lluvia. No la lluvia, sino a la lluvia, en un ritual precioso. Creo que ya lo he contado.
Aún creo que mi Padre era otra cosa, tenía la Magia en sus ojos.
Mercedes:
Así es, doble lectura..., al menos.
La vida de adultos se rige, entre otras muchas cosas, por la capacidad para aceptar la negativa, por la capacidad para entender un no, no como un insulto, no como un desprecio, no como una muerte, sino como una negativa. Esto tiene muchas implicaciones, lo sé, pero también habla de esto este texto. La madurez empieza, como bien dices, cuando una negativa, aunque duela, no altere nuestra vida hasta sumirla en el caos.
Y muchos problemas empiezan por una cuestión tan mínima como esta.
Alena Collar:
Lo sé, lo sé, lo sé... Porque te he leído y porque he disfrutado con esa lectura y con esos recuerdos.
Y créete que mientras escribía esas líneas, pensaba en ti, en esos detalles que has dejado escritos en varias de tus obras...
Tú eres el caso que demuestra que la mayoría de los humanos es capaz de llegar a la adultez cuando corresponde.
Un beso.
Pues cuando fui padre, allá por el Jurásico -en parte porque fue padre muy, muy joven, una maravilla- yo hacía de poli bueno, estilo "a todo sí", con mis cuatro hijos, a mi esposa no le hacía tanta gracia. "Esposa" de qué viene, ¿de esposar?, ¿de unirse?, ¿de encadenar una posesión? Porque decir "mi mujer" suena políticamente muy incorrecto, no sé si se dice "mi hombre"... En fin, hoy, ya sin mi esposa, y habiendo sobrevivido a dos de mis cuatro hijos, recuerdo las sonrisas que me dirigían como auténticas lunas y estrellas.
Es verdad, por otra parte, que en el Jurásico no había todas las tentaciones que existen hoy para los pequeños. Lo veo con mis nietos.
Gaspard:
Acabo de comprobar en el diccionario que esposo/esposa viene del latín sponsus, es decir persona que ha celebrado esponsales. En su tercera acepción es anillo episcopal y sólo en la cuarta se define como pareja de manillas unidas entre sí, con las que se aprisionan las muñecas de alguien. Supongo yo, es un suponer, que la derivación del significado es la contraria, o sea que la pareja de manillas unidas...., toma el nombre prestado al de la pareja humana unida através de los esponsales.
No está mal traído lo de la diferencia de épocas, aunque la luna seguía estando en el mismo firmamento...
Ah, y recordar esas sonrisas de los niños es uno de los mejores platos que uno puede saborear, cuando vuelan o empiezan a volar
Hola Amando: Me resulta muy simpático y recordativo- tu relato. Yo también quería la luna, una y otra vez, cuando fui niña: solo que no tenía papá que me la alcanzara... él estaba en el cielo junto a ella. En definiva... tosdos nosotros queremooooossss algo la luna. Me quedo con el siempre, precioso y preciso comentario, de Flamenco Rojo. Un abrazo para todos vosotros. Ser felices.
Será un microrrelato, pero su contenido no es micro en absoluto.
Hablar de los sueños, las ilusiones y unir estas bellas palabras al término inalcanzable no sólo hace llorar a un niña, a mí también, y ya me queda muy poco de niña, muy poco.
Es triste y es real, es dulce y no está edulcorado. Es duro.
Nos leemos, amigo,
Anabel, la Cuentista
Toma tu tiempo antes de contestar.
AVATAR. Hola. Curioso tanto traslado al mismo tiempo.
Me has hecho recordar una anécdota simpática de un sobrino que le dice a su abuela:
-Abuela te quiero como de aquí a Toledo.
Dice la abuela:Será como de aquí a la luna?.
No la luna está cerca porque la veo, Toledo no.
Podemos descubrir que todos tenemos parte de la luna, y es fácil de tenerla porque la vemos cada noche, forma parte de todos. Como los sueños.
Marina Fligueira:
Tiene que ser dura una infancia así. Por desgracia pronto compresndiste la dureza de la vida.
Anabel:
Ahí va mi frase de rigor: bienvenida a este rincón, que ya es tuyo también.
Sí, es duro como la misma vida.
De todos modos, no todas las ilusiones son sueños imposibles, las ilusiones también se nutren de sueños que sí están al alcance de la mano. Conservemos esa parte de niños
Inma Vinuesa:
Claro que también depende de la distancia a la que quede Toledo...
Es verdad. A veces lo más inalcanzable está al lado mismo... en apariencia.
Como publicó ayer Adrián Dorado, las cosas son como las miramos
Me quedo con la sugerencia de Avatar y tu respuesta. Cara, cruz y canto; el canto para que rueden los sueños, pero sólo los sueños, no lo inalcanzable.
A los hijos, incuso a los nietos, hay que educarlos en la realidad.
Besos un poco severos, aunque el micro es una delicia.
Desde luego es un texto para reflexionar los padres, esos sabios que tanto defraudamos.¿pero, de verdad está tan lejos...?
Abrazos
Esta mañana un compañero, que regresaba de pasar el fin de semana en la otra orilla, ha llegado tarde y descompuesto: el ferry en el que venía casi se lleva por delante una patera en mitad del Estrecho... Eran subsaharianos que querían tocar la luna-sueños-península con los dedos... Contaba casi llorando cómo había pasajeros del Ferry que protestaban por la pérdida de tiempo que suponía intentar rescatarlos... Eso sí que es crisis... Abrazos africanos.
Preciosa lección de padre e hija; tras el llanto una vez serena veremos los sueños inacanzables más cerca y nos dormiremos para estar más cerca de ellos.
Un abraciño para los dos y a seguir soñando, pero con los pies en la tierra para ayudar al más cercano.
Rosa María
Pobres ilusos!, y conste que lo digo con todo el dolor de mi corazón. Hablamos de ilusiones, bien, éstos han conseguido no ahogarse, nada más. Aunque logren el sueño de alcanzar la península, qué obtendrán? Gente despreciable, como la del ferry o tal vez la xenofobia que impera en nuestra democracia de boquita pequeña.
Besos hoy, africanos.
Este microrelato, escribidor, nuevamente me lleva a la infancia, a las noches de primavera, cuando me sentaba con mi padre a la puerta de casa para "ver cómo pasa la vida"... y nos dedicábamos a ver la luna y las estrellas... a escuchar los sonidos del campo charro... y yo soñaba con lo que quería ser de "mayor"... Aquí, muchos días, al regresar del trabajo, ya de noche y sin la contaminación lumínica de la ciudad, por muy agotada que esté me gusta sentarme un ratito junto al mar para mirar ese cielo, la luna, las estrellas...y recordar la infancia, las ausencias, reconocer los sueños cumplidos y los que nunca se hicieron realidad, la vida... y, pese a todo, sentirme muy muy afortunada...
Isolda:
Sí, los sueños tienen que rodar que acaso sea la mejor forma que tienen de crecer.
Traes un tema de refilón que también es peliagudo: los abuelos.
Los abuelos están para malcriar, dicen muchos, acaso con la mala conciencia de lo que no hicieron con sus hijos.
Excelente. Triste. Real. Me encanta
María A:
No sé si tiene respuesta tu comentario. Se merecería... qué narices lo he hecho.
Sin tu permiso forma parte del texto de la entrada de hoy.
Siento el abuso, pero es que me ha sido imposible reprimirme...
Hay demasiados niños cuya luna, acaso sea un pedazo de pan.
Marcos Alonso:
Sigo diciendo que eres un genio de la ironía...
Quizá tengas razón, quizá no esté tan lejos, quizá esté a la misma distancia que nuestro corazón.
Rosa María:
Es verdad lo que dices, al menos en la mayoría de los casos, después del llanto y el dolor, uno empieza a ver las salidas y todo se aproxima, y se aproxima...
Isolda:
Tu indignación y tu decepción coinciden con los míos, quizá por ello haya subido el texto al cuerpo del relato... Como esa cara y esa cruz de la que hablábamos...
¿Para alcanzar los sueños es siempre necesario jugarse la vida?
María A:
Es mágico ese instante. A luz del firmamento, dejarnos acariciar por los recuerdos, por la vida que, aunque ya pasó, sigue presente, al menos mientras podamos hacer remembranza... (¡Qué palabra tan hermosa, ¿verdad?) Remembranza...
Eso es lo que haces tantas veces con tus palabras aquí dejadas.
Y al fin, con más o menos sueños cumplidos, como dices, somos afortunados, muy afortunados.
Ana J:
Muchas gracias por tus palabras.
Sí, es triste y ahora más triste aún, con ese añadido de última hora.
Leo que pasasteis un fin de semana muy deportiva, muy divertida, muy misteriosa entre expertos de cada disciplina. Maririu no me dio nada, ni besos de vuestra parte, ni artículo de Le Monde. Pero os agradecio por todo. Es sólo que fuimos a pasear en Vanoise, a pasear mucho porque su balneario le cura su pierna muy bien.
Hoy día festivo en Francia, menos en los balnearios, así que fui a otra montaña, l'Oisans, todo con un tiempo excelente.
Una maravilla tu cuento, Amando, triste sí y que nos dice todas las cosas ya escritas aquí. Lo de la patera lo comentaré cuando salga tu próximo post.
Y para que tengais hermosos sueños os hablo del sol. Decía mi nieto, ¿dice todavía?: el sol se va a casa de MamiJo, y era verdad o casí, se iba a Bretaña y/u a Polinesia.
Besos de buenas noches.
PD: preciosa la remembranza, será nuestra souvenance.
Bonito micro, me ha encantado. En líneas generales, pienso exactamente igual que Flamenco... a un niño hay que darle todo lo necesario y poner límite a los caprichos... si, en el caso de lo inalcanzable, entra en el juego de la imaginación, hay que ayudarle a desarrollarla... pero, si no quiere entrar y persiste en que quiere la luna, con un berrinche insoportable y sin querer razonar, lo mejor es dejar que se le pase la obsesión ignorando el berrinche. Y si la obsesión persiste en el tiempo y se prolonga un día detrás de otro, es que algo no funciona bien en esa cabecita y habrá que recurrir a una terapia, hecha por especialistas, claro... En fin, que la fantasía no siempre funciona en todos los niños y cuando una situación se nos escapa de las manos, hay que asumirlo y buscar ayuda de profesionales.
Terrible lo de María A., eso sí que es una tragedia y aún peor lo de los pasajeros psicópatas, porque hay que estar mal para no sentir solidaridad, o al menos compasión, ante un hecho tan trágico, tan realmente trágico... ¡Hay, Dios mío! Cómo estamos.... Un fuerte abrazo, Amando, y no le alcances la luna a quien no sabe alcanzarla con la punta de sus sueños...
Catherine:
O sea que maririu no cumplió con lo que dijo... Vaya, vaya... Menos mal que todo queda escrito.
Al menos el balneario le sirve para mejorar, con ello nos damos por más que satisfechos.
También hermoso lo de tu nieto. El sol siempre viaja y a todos nos alumbra.
María Sangüesa:
Si que es verdad lo que cuentas.
También lo que más me impresiona del relato de María A es la actitud quejosa de los ocupantes del ferry contrariados por tener que ayudar a salvar vidas.
¿Somos así?
Primero llegaron pateras a la costa andaluza o a las Islas Canarias, desde Marruecos o Mauritania. Pués se habló de viajes de Libia a Lampeduza o Malta, de Albania a la costa este de Italia. Sé por una señora argelina que 25 chicos del mismo pueblo cerca de Chlef, en el oeste de su país desaparecieron en una travesía rumbo a Alicante o Cartagena. No sólo hay gente que no ayuda a los que están a punto de ahogarse, hay pasadores que dejan muy lejos de cualquier ribera a sus pasajeros que pagaron una pasta enorme, que sepan nadar o no los clandestinos. Y viene gente de muchos países, por puertos marítimos sí, y también por puertos de montaña. No podeis imaginaros el número que hombres que se pueden apiñar de pie en una furgoneta, los policías les encontran semimuertos de sed y cansancio en controles cerca de las fronteras. Os recuerdo que en Francia es un delito prestar su teléfono, su ducha u ofrecer algo de comer a un sinpapeles.
¿La solución? ayudarles a vivir en su propio país, ellos y su familia y su pueblo a que piensan mandar dinero viniendo a Europa, Europa un sueño, un espejismo, la luna inaccesible, Europa donde viven otra pesadilla cuando logren entrar desapercibidos. Creo que Beatriz en su blog trata de esta cuestión mejor que yo, sé que ya hay otro post pero no podía dejar el hecho contado por MaríaA sin respuesta.
catherine
Siempre he dicho que tiene que ser terrible tener que empezar a pensar que la única solución a una existencia pasa por abandonar tu país, tu paisaje, tu familia, tus costumbres, tu gente. Y más terrible aún cuando el afán por mejorar tiene que ver con el hambre y la miseria. Quizá una vez que se ha pensado y una vez que se ha tomado la determinación la cosa mejora, pero empezar a pensarlo tiene que ser horrible.
Y luego, cuando la aventura toma cuerpo y tanto riesgo, te puedes encontrar con que el supuesto viaje al supuesto paraíso, en realidad es una penoso retorno al infierno. Al infierno de aquí, que incluso puede ser peor que el suyo propio, o a la propia muerte en mitad de un mar.
Tienes razón, Beatriz explica mejor que lo podamos hacer tú o yo todo este fenómeno.
La solución, evidente, es el desarrollo de sus propias naciones, pero sin embargo esa solución es la única que no se baraja, la única que no se emprende en serio. Comenzando por la corrupción de los propios dirigentes...
Lo primero que me sale del corazón al leer tu relato y después el comentario de María A. es:
¿Qué está ocurriendo para que el ser humano se comporte tan despiadadamente?
Ahora voy a leer a los compañeros/as...
Besos...
La solución evidentemente es luchar contra los colonialistas, los de antes (que siguen por allí) y los de ahora... pero este es un debate tan largo y tan complejo que necesitaríamos mucho más que un blog...
Catherine por mucho que intenten penar la solidaridad la seguiremos practicando... SON SERES HUMANOS!!!...
Beatriz:
Es verdad que hay que dejarse la piel por la solidaridad. Pero en mi modestísima opinión, cada día más modesta, pues cada día descubro mis múltiples limitaciones y mis contradicciones (en este asunto también), no ocurre nada diferente a lo que ha ocurrido siempre en la historia humana.En el fondo de las conciencias, que es lo que cuenta, no hemos evolucionado casi nada. Los verdaderos cambios profundos comienzan por pioneros que consiguen remover las conciencias. Pienso ahora en cuestiones que nos parecen tan básicas como el sufragio universal, la pena de muerte, el esclavismo... Y sin embargo todavía hay zonas en el mundo en que estas cuestiones y muchas otras son puras enteleguias.
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