Verán ustedes, me apetecía hablarles de algo que parece que no tiene importancia, y sin embargo quizá la tenga. Se trata de algo que en la realidad virtual suele ser un lastre y algunas veces provoca problemas, sin embargo en la vida cotidiana es algo que no tenemos en cuenta, puesto que sucede de modo natural…
Desde que este escribidor cazcalea por los barrios cibernéticos, ha descubierto que sin gestos faciales, sin melodías de los distintos tonos de voz, sin intensidad de las miradas, sin posturas corporales, la comunicación queda muy coja. Casi paralítica.
El sustento de la comunicación es el lenguaje hablado, o eso parece, pero no es cierto del todo. Sin todos los elementos que he citado la comunicación, y quizá alguno más que ahora con las prisas se me escapa, se queda incompleta. Un simple, 'hola', puede llevar implícitas infinidad de señales detrás de sus cuatro letras, o ninguna. Hay veces que uno escucha ese saludo y lo que descubre es el lastre de una pesadilla horrible detrás de las dos sílabas, y en otras ocasiones, la misma palabra, con otra entonación, con otro tono, con otra mirada, con otro gesto, con alguna sonrisa, quizá pícara, es la más perfecta declaración de felicidad.
Son cosas a las que, como decía al principio, no se les da importancia, porque habitualmente nos acompañan, como el aire que respiramos.
Incluso cuando escribimos a alguien, si el texto es lo suficientemente extenso y conocemos a la persona, es fácil que de lo dicho se pueda deducir el estado de ánimo de nuestro interlocutor y, por tanto, podremos interpretar con exactitud el contenido cabal de sus palabras.
Sin embargo, cuando se pretende fijar una opinión por escrito, en diálogo rápido, sólo con frases escritas, es fácil no atinar con el sentido justo de lo que se quiere decir, y peor aún, es fácil que el receptor no interprete con precisión lo que se quería decir.
¿Cómo transcribir el tono irónico en una frase? ¿Cómo explicar que aquí, donde, por ejemplo, digo que no estoy de acuerdo contigo, uso de ese tono de voz amistoso e incluso de camaradería que se utiliza para que veas que no va nada contigo, o sea con tu persona, sino que sólo me estoy refiriendo al contenido de una idea? ¿Cómo explicar que estoy sonriendo al comentarte algo de mi pasado, y que a pesar de que cuente atrocidades, ya no sufro por ello? ¿Cómo hago para que veas el guiño cómplice de un ojo, ante una frase que parece muy seria, y en realidad es una broma?
La literatura es el reino de la imaginación. Los huecos son precisos para que la fantasía del lector se haga cómplice y coprotagonice el texto. No conviene decirlo todo, por el contrario parece menester sugerir: mejor un boceto que un cuadro totalmente concluido.
Sin embargo, la palabra escrita para la conversación fluida entre los seres humanos tiene muchas carencias, es como si le faltara una de las piernas y pretendiera caminar al paso de un marchador olímpico, por poner un ejemplo.
Algunas veces las onomatopeyas, una aposición a tiempo, los famosos paréntesis y dos puntos situados de un modo u otro ayudan, de hecho hay tratamientos de texto que los convierten en un rostro sonriente o triste. Pero aún así algo falta, algo importantísimo.
¿Cuántas veces una intervención en tono amistoso, se interpreta como ingerencia intolerable que genera una atroz discusión concluida, tras los correspondientes, y tú más, con el colofón de un enfado monumental que desemboca en la indiferencia o a veces en el odio?
Y, verán ustedes, a este escribidor, quizá porque respeta a las palabras al máximo y porque sabe que se pueden convertir en armas más peligrosas que alfanjes bien afilados, estas cosas le preocupan… Y es que en pocos meses, un año más o menos, he visto ya unas cuantas cosas, algunas de ellas bochornosas, o a mí me lo parecen, quizá es que no entienda mucho.
Desde que este escribidor cazcalea por los barrios cibernéticos, ha descubierto que sin gestos faciales, sin melodías de los distintos tonos de voz, sin intensidad de las miradas, sin posturas corporales, la comunicación queda muy coja. Casi paralítica.
El sustento de la comunicación es el lenguaje hablado, o eso parece, pero no es cierto del todo. Sin todos los elementos que he citado la comunicación, y quizá alguno más que ahora con las prisas se me escapa, se queda incompleta. Un simple, 'hola', puede llevar implícitas infinidad de señales detrás de sus cuatro letras, o ninguna. Hay veces que uno escucha ese saludo y lo que descubre es el lastre de una pesadilla horrible detrás de las dos sílabas, y en otras ocasiones, la misma palabra, con otra entonación, con otro tono, con otra mirada, con otro gesto, con alguna sonrisa, quizá pícara, es la más perfecta declaración de felicidad.
Son cosas a las que, como decía al principio, no se les da importancia, porque habitualmente nos acompañan, como el aire que respiramos.
Incluso cuando escribimos a alguien, si el texto es lo suficientemente extenso y conocemos a la persona, es fácil que de lo dicho se pueda deducir el estado de ánimo de nuestro interlocutor y, por tanto, podremos interpretar con exactitud el contenido cabal de sus palabras.
Sin embargo, cuando se pretende fijar una opinión por escrito, en diálogo rápido, sólo con frases escritas, es fácil no atinar con el sentido justo de lo que se quiere decir, y peor aún, es fácil que el receptor no interprete con precisión lo que se quería decir.
¿Cómo transcribir el tono irónico en una frase? ¿Cómo explicar que aquí, donde, por ejemplo, digo que no estoy de acuerdo contigo, uso de ese tono de voz amistoso e incluso de camaradería que se utiliza para que veas que no va nada contigo, o sea con tu persona, sino que sólo me estoy refiriendo al contenido de una idea? ¿Cómo explicar que estoy sonriendo al comentarte algo de mi pasado, y que a pesar de que cuente atrocidades, ya no sufro por ello? ¿Cómo hago para que veas el guiño cómplice de un ojo, ante una frase que parece muy seria, y en realidad es una broma?
La literatura es el reino de la imaginación. Los huecos son precisos para que la fantasía del lector se haga cómplice y coprotagonice el texto. No conviene decirlo todo, por el contrario parece menester sugerir: mejor un boceto que un cuadro totalmente concluido.
Sin embargo, la palabra escrita para la conversación fluida entre los seres humanos tiene muchas carencias, es como si le faltara una de las piernas y pretendiera caminar al paso de un marchador olímpico, por poner un ejemplo.
Algunas veces las onomatopeyas, una aposición a tiempo, los famosos paréntesis y dos puntos situados de un modo u otro ayudan, de hecho hay tratamientos de texto que los convierten en un rostro sonriente o triste. Pero aún así algo falta, algo importantísimo.
¿Cuántas veces una intervención en tono amistoso, se interpreta como ingerencia intolerable que genera una atroz discusión concluida, tras los correspondientes, y tú más, con el colofón de un enfado monumental que desemboca en la indiferencia o a veces en el odio?
Y, verán ustedes, a este escribidor, quizá porque respeta a las palabras al máximo y porque sabe que se pueden convertir en armas más peligrosas que alfanjes bien afilados, estas cosas le preocupan… Y es que en pocos meses, un año más o menos, he visto ya unas cuantas cosas, algunas de ellas bochornosas, o a mí me lo parecen, quizá es que no entienda mucho.
Y quizá es que en el mundo (el material y el cibernético) sea más importante discutir que debatir, imponer que opinar, gritar que argumentar.
Pudiera ser, quién sabe.
34 comentarios:
Hola, Amando, acertadísimas reflexiones sobre la palabra, sobre su valor (el que le da quien la escribe, o dice), y su valoración (la que le otorga quien la lee, o escucha). La escrita depende, en cierta medida, del estado de ánimo de quien la esté leyendo. La hablada, de la expresión gestual de quien la esté articulando. Este hola te lo estoy escribiendo mientras sonrío, contenta de estar aquí de nuevo y disfrutando de tu inteligencia y de tu capacidad literaria. Ahora me iré poniendo al día de todo lo que habéis escrito; pluralizo porque comienzo por tus entradas y termino por los comentarios que éstas generan. Algo estupendo y siempre interesante, puesto que has conseguido un caso muy especial dentro de este medio en el que nos encontramos. Muchos besos.
María Sangüesa:
¡¡Bienvenida!!
Te echábamos de menos.
Gracias por tus palabras, y gracias por tus sonrisas que siempre se agradecen.
¡Naturalmente!...
Pero también se da el caso contrario, Amando. El caso en el que la palabra se usa como arma arrojadiza y se tolera; lo que no sucedería jamás en una conversación cara a cara.
Y un besazo real y nada virtual, con guiño cómplice incluido.
Alena Collar:
A eso me refería cuando decía que las palabras se pueden convertir en armas más peligrosas que alfanjes bien afilados.
El poder de la palabra escrita es brutal, y el daño que se puede hacer tremebundo.
Y porque lo sé (porque lo sabemos) es tan necesario no matar moscas a cañonazos.
Buenos días amigos...
Gracias Amando por el cable!!!...
Tienes tanta razón con tu escrito, sin embargo las posibilidades para la comunicación en internet yo creo que son infinitas y debemos aprovecharlas... Lo mejor es tener precaución y pensar dos veces donde escribes... Por lo demás, al igual que en la vida misma, uno se la pasa encontrando y descartando...
Bienvenida María Sangüesa!!!...
Que paseís un buen día... Besitos desde Tenerife.
Buenos días y a ver si llueve.
El ciberespacio es tan útil como venenoso. Én él se parapetan muchas personas que no se atreven a asomarse a la vida cara a cara, que prefieren observar sin ser vistos, ocultarse de sus propias realidades (y hasta sus propios nombres) tras un nick, un dibujo o un post. Luego, cuando hay que salir de la pantalla y el teclado para enfrentarse a la VIDA...!eso es otra cosa!Aquí es dónde aparece la realidad real (pedazo pleonasmo), ahí es cuando uno debe mostrar su propia madurez.
No es tu caso. Tu haces todo lo contrario. Abres tu alma a los que queremos leerte, opinas, haces poesía, ayudas con tus letras a muchas personas que no sabrían decir con tus palabras lo que tu dices. Habilidad literaria se llama. Te entregas en tus textos, tanto virtuales, como en formato papel.Y tus comentaristas confiamos en que siempre, SIEMPRE nos dices la verdad.¿verdad?
Eso es maravilloso porque nos pones en las manos tu corazón, tus inquietudes, tus miedos, alegrías y tristezas de a poquito, como pequeñas perlas diarias.
A mi así sí que me gusta la realidad virtual, la limpia, la que va de frente, la que no se oculta, la que no miente. Y por supuesto la que no ofende, ni insulta, la que no es reconrosa,ni malinterpreta, la que no es vengativa.
En cuanto a la palabra...!por Dios!, dónde esté una conversación face to face, con sus risas, sus gestos, la improvisación del momento, que se quiten los blogs, las redes sociales y Microsoft en pleno (sorry, Gates). Y se se acompaña de un culín de café o un vaso de sidra de cubata, pues mejor (hedonista soy, oiga).
Pordió.Me he pasado.Pardon.
Me voy a las mojadas de Caballar.
Besos que huelen a lluvia.
Pilar en su pecera agostada (!!!!Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva...!!!)
Pd.- !!Bienvenida supervirtual María Sanguesa!!
Beatriz:
En el fondo se trata de lo mismo que la vida real, razón llevas. Lo que ocurre es que no disponemos de los mismos medios, nos faltan algunos, por eso a veces en la fogosidad o en la distracción puede anidar una serpiente venenosa
Ves, no llego tarde. Un segoviano en la red. Otro segoviano que le contesta (Tono atrevido, cordial).
¿Y con qué me enfrento? ¿Con la misma realidad sobre la que yo ya he pisado con el pensamiento y no he dicho?
Choca esos cinco, o diez, si quieres.
(Tono de cercanía).
Sé de las limitaciones de la pantalla frente a los gestos del habla, las manos, los ojos, pero este mundo cibernético ayuda a exponer, a exponerse. Pero hay que respetarlo igual que si escribieses en un libro, en una hoja de papel, en una servilleta. La escritura para mí es pasión, un buen comentario es pasión, un encuentro franco es pasión. Y si no, me callo. (Tono serio y cercano).
De momento, no te digo más y os sigo.
P.D. Por circunstancias laborales vivo en Madrid, pero a Segovia la adoro. Mi pueblo es un lejano minúsculo con voz casi ya apagada: Hoyuelos, allí, sabrás, se rodó 'El espíritu de la colmena'.
Abrazos (Sinceros y virtuales).
Ah, esa parte de 'Tu opinión me ayuda, bien, regular, mal' no me parece propia de una persona que escribe tan bien como tú. La opinión debe ir implícita en el comentario o no. Creo que sobra. (Tono sincero).
Pilar:
Procuros ser sincero, aunque tampoco conviene confundir con autobiográfico, ese es otro riesgo que tienen los escritores u otros artistas.
No es imposible crear los personajes, ya sabes. Pero a mí no me va ese rollo. Cuando di salida a Pavesas de mi corazón, quería eso, que fuera mi modo de ser el que sobrevolara un pequeño rincón de la red.
Otra cosa es muy complicada para mí, y no me interesa.
Y no, no te enrollas, claro que no.
Tempero:
Bienvenido y estrecho tus dedos, los que quieras.
Hoyuelos, sí señor. Zona que por desgracia languidece. Ay, esta Castilla nuestra, que se nos muere de soledad, ¿llegaremos a tiempo?
Gracias por tu sinceridad y gracias por tus opiniones sobre mis letras.
Un abrazo.
Hola! sì,hola con una sonrisa.
Lo importante que es una sonrisa, una mirada o el tono de la voz lo sabemos todos muy bien pero nos lo olvidamos leyendo.
Todavìa tengo mucho que hacer, no sòlo con el nieto de vez en cuando pero también con el perro que tuvo una operaciòn la semana pasada.
Seguìa y seguiré leyendo os.
Gracias escribidor por tus palabras de hoy. un beso.
Parece que sí. Que ya llueve.
Antes de que se adelante Pepe, un montaje muy relajante (pero sin dormirse ¿eh?)
Hoy lo voy a dedicar a todas las Marias que frecuentan este blog.
Va por ellas.
Un beso.
http://www.youtube.com/watch?v=SaUdr0Hx_GM
Catherine
Gracias por el saludo rápido. Besos recibidos. Esperemos que ¿Sultán?, se recupere.
Buena idea, no olvidarnos de que quien escribe tiene ojos, voz, y su corazón late, como el nuestro.
Es que la comunicación es un todo, y como todo conjunto, cuando sólo se utiliza una de sus partes, ésta es tan sólo un gajo de la naranja, efectivamente en muchas ocasiones crea confusión, de ahí la habilidad del escribidor para usar tantas muletas como precise, solia utilizarse por ejemplo las indicaciones entre paréntesis, algo así como: (léase con la mayor de las sonrisas), que hoy en día se substituye por los inconos de caritas sonrientes... en fin, que todo cambia y muta, pero las muletas siguen estando a nuestra disposición, no crees?
Besísimos.
Marian
Marian Ramentol
Exacto, y quien escribe pensando en que escribe -o sea que quien lee no ve sus gestos- lo hace; pero el problema empieza cuando al escribir pensamos que quien lee nos escucha y no le damos más datos. O quien lee interpreta o inventa un gesto que nunca pusiste.
Parcialmente de acuerdo con vos Amando en tu afirmación “sin gestos faciales, sin melodías de los distintos tonos de voz, sin intensidad de las miradas, sin posturas corporales, la comunicación queda muy coja”. Depende del comunicador, del escribidor de turno, de la credibilidad que el mismo tenga con los leedores…Cuando leo un artículo, un relato, una historia de alguien que no conozco puedo errar en la interpretación al no ver un gesto, una mirada determinada que cambie el sentido de la frase…pero en el caso de conocer al escribidor, ojo por haberlo leído mucho no por conocerlo personalmente, y si además este es tan bueno en las descripciones como vos, no necesito ni gestos, ni melodía y mucho menos una mirada para entender y comprender lo que nos quiere decir.
Un abrazo.
Hola Sr escribidor: estoy sonriendo y también aprendiendo con este y otros textos- post- como quiera que se llame. Lo que si sé fijo, es que lo que escribes me empuja a leer y releer. Es una verdad grande lo que explicas y como lo explicas… de forma que yo y las personas sencillas que no somos intelectuales, somos capaces de entenderlo mejor. Esas palabras que has escrito, también me acompañan hoy y siempre como el aire que respiro… como tú bien dices. Perdón si no me expreso adecuadamente. Un beso y se feliz. Un abrazo a todas/os los que en este rinconcito dejáis certeros y hermosos comentarios de los que también aprendo. Chauuuuuu
Perdona que se me escapara la contestación a un comentario, en mi blog! Aún no sé como pudo suceder. Luego pinché en el cesto para borrarlo.
Qué alegría contemplar este lugar tan animado! Poco puedo añadir, sino que lo que se escribe con el corazón y buena voluntad, traspasa máquinas infernales. Creo que todos hemos aprendido mucho de todos.
Tempero (¿clave bien temperado?), muy buenos tus ejemplos. Lo del bien, mal o regular, sabe el escribidor que tampoco lo veo necesario. Pero es que la humildad, le puede.
Pilar, gracias por la música, hoy me has dado en todo el centro.
Marvelous!
Catherine, me alegro de que estés de nuevo en Pavesas. Voy a salir a un recado y luego te escribo.
Besos de lluvia para todos.
la rodilla, no curada, pero mejor difícil comentar para mí estos días y desde hace algun tiempo pero no sufráis estoy bien y tranquila
Un abrazo
Pepe Gonce
Es evidente lo que dices, y así pienso. Pero más que a un artículo, relato, etcétera, me refiero a este tipo de diálogo que se establecen. En los otros casos que apuntas, como vengo a decir también, son más lícitos los silencios, los huequecillos, el juego con el lector, para que éste también se sume al carro de la interpretación, para que en su imaginación re-cree el texto o parte de él al menos.
Marina Fligueira:
Sinceramente agradezco en lo que valen tus palabras. Es toda una alegría y una inyección de vitamina en vena lo que me comentas.
Y creo que te expresas adecuadamente.
Como habrás visto he borrado todo rastro de la entrada a la que te refieres.
No hay problema.
Isolda:
Creo que todos hemos aprendido de todos...
Pues mira, ese detalle se me ha escapado, como tantos otros, seguro.
Y es cierto, muy cierto.
Todos aprendemos de todos.
Mairiu
Desde aquí todo mi ánimo. Te entiendo. Cuestiones como las que te refieres (e intuyo que la cuestión no sólo es la más próxima, incluso intuyo de qué hablas) son las que provocaron esta reflexión.
Pero lo importante es que estés bien y estés tranquila.
Si otros no lo saben, yo sí sé de tu fortaleza y tu entereza, y podrás con ello... Más aún, conseguirás que todo vuelva a su cauce.
Y espero que la lluvia y el otoño no hagan mucho daño a tu rodilla.
Un beso
Entro a estas horas en la tertulia y ya está todo dicho... Gracias, Pilar, por la música dedicada. Y a todos/as, por lo mucho y bueno que vuestras palabras enseñan. Yo también prefiero la comunicación directa, mirando a los ojos. Pero, como no tengo posibilidad de seguir vuestras miradas ni gestos, ni de tomarme un cafelito, un té verde, o lo que cada uno guste, me conformo con imaginaros... Abrazos africanos, con sonrisa amplia y sin lluvia...
Buenas noches- buena gente. Ser felices, a mí ya se me cierran las persianas y me voy a la cama. Chauuuuuu
Yo no llevo muy bien las apelaciones ad hominem escondidas tras retóricas retorcidas y/o aparantemente malintencionadas. O a mi que lo parecen, quizá es que no entienda mucho, como dices. O tal vez entendemos demasiado.
Es cierto que una gran parte de lo que transmitamos al receptor (los teóricos de la comunicación lo cifran en un 75-85%) lo hacemos a través de lo no-oral: gestos, distancia, etc. Ante la ausencia de esas señales, estamos más perdidos, y podemos malinterpretar una palabra amable y verla como una vejación, o incluso, aunque sea menos normal, que ocurra lo contrario.
Un abrazo para Maririu, que cuide las rodillas y la espalda, donde acaban los puñales verbales.
Hay que tomarse las cosas con tranquilidad. Voy progresando, como se dice en los exámanes, en lo relacionado con la salud. He estado en el despacho un par de horitas, he comido en una terraza, he jugado en el parque con los nietos, me he pasado hora y media ojeando y comprando libros y he terminado el día en el teatro. A la vuelta, me he preparado algo para cenar y he estado viendo el especial de France2 sobre Ségolène Royal. Fuera crispación, fuera malos rollos.
Buenas noches, y buenos sueños.
María A:
Por lo que veo la intensidad del comienzo de curso continúa. Aquí la lluvia, por fin, nos ha dejado una cantidad que debe haber sido generosa.
Marina Fligueira:
Felices sueños.
Gaspard:
¿Por qué siempre que te leo, llego a la conclusión de tu mirada es más penetrante que la de un lince, :)?
Me alegro de que siga el proceso de recuperación. Si ya has estado dos horas en el despacho debe ir la cosa bien.
Aquí cotilleando en tus cosas. Espero que no te importe.
Tienes mucha razón. Quizá haya gente que se esconda detrás del teclado y la pantalla para descargar sus frustraciones. Yo también he visto ciertos sitios en los que el blog no es nada sin la polémica y es una auténtica pena, porque, para más inri, supuestamente es un blog sobre literatura.
Yo también pienso que a ésto le falta algo, pero por suerte, he comprobado que al final, se acaba traspasando la pantalla.
Soy optimista al respecto, además soy de la opinión de que hay que aprovechar el hecho de a veces, poder parar, pensar, y luego escribir, eso no se da en la conversación cara a cara.
Un saludo.
Me gusta tu sitio.
Evaasecas
Qué me va a molestar. Al contario, es un placer. Discúlpame el retraso en la respuesta, pero ya ves cómo tenía las Tribulaciones de hoy.
Un mes desde esta entrada ya. Un mes sólo y parece que ha pasado tanto tiempo.
En el fondo me pasa lo que a ti, soy optimista, pero hay situaciones, en que si no se tienen en cuenta estos detalles de los que hablo se puede preparar una discusión de tres pares de narices.
Fíjate que me he planteado hacer lo que haces tú e instalar la moderación de comentarios. Quizá sea la solución cuando se presenten los problemas, aunque es lastimoso que se pierda la frescura del diálogo.
Hay quien utiliza los blogs de los demás para insultar a terceros y de ahí la moderación de comentarios.
No voy a dejar que mi blog sea un arma para gente que no tiene otra cosa que hacer que meterse con mis amigos. Y menos cuando mis amigos son gente nada polémica.
Aún así, sigo pensando, que la comunicación es posible. Sin lugar a dudas, sino, no andaría yo por estos andurriales, un besazo.
Evaasecas
Ese es mi miedo que hasta ahora por aquí se ha sorteado, y por eso siempre guardo entre los dedos el tic que me haga accionar de inmediato la opción que tú, probablemente con más sabiduria y más cordura que las mías, has escogido.
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