jueves, 22 de octubre de 2009

LLUVIA


Al enchufar la televisión, después de aquella jornada desbarajustada, casi anárquica, todavía palpitaba, como un pájaro herido, la confusión dentro de su mente y la sensación de fría humedad que la lluvia le había producido, durante la corta carrera, calle arriba, en la que el reflejo del orvallo convertía en charol el zumo de pomelo de las luces de la calle sobre el adoquinado. Quizá hubiera sido más lógico haberse metido en la ducha y allí haberse entonado... Pero perdería el aroma de su perfume. Y eso era lo único que le quedaba de él... Lo único que le importaba. Existía también la memoria, y sabía que el recuerdo sería el mejor ancla a la existencia, pero necesitaba aún algo físico, aunque sólo fuera por unas horas, algo que le permitiera saber a los poros de su piel que se había entregado a él por última vez aquella tarde de lluvia de otoño, en que su marido regresaba a casa.

14 comentarios:

Isolda Wagner dijo...

Qué amargura sentirá ella! El perfume se irá de todos modos. Aferrarse a lo único que le queda para seguir una vida falsa, ¿o es al revés?
Me ha encantado, escribidor.

Tempero dijo...

La lluvia a uno le desplaza amorosamente hacia la tierra y hacia un cuerpo. Es instigadora la lluvia. Es instigador 'él' en tu micro. Pero, presiento que hay un reflejo excesivo mayor que el propio sabor del recuerdo y es el del orvallo que convertía... Hay que joderse cómo has atornillado la expresión.

Saludos.

Pregunta: ¿Orvalla en Segovia?

Amando Carabias dijo...

Isolda:
Una amargura tan tremenda que creo que será doble, como una moneda con dos cruces.

Amando Carabias dijo...

Tempero
En Segovia orvalla poco, casi nada. O llueve o no llueve, ya sabes, aunque a ratos, anoche mismo lo hacía, antes del vendaval que ha desmelanado a varios árboles y ha podado otros sin mucha misericordia.
Es verdad que la lluvia instiga, pero también disuelve... A veces disuelve las penas, y otras veces los sueños.
Gracias por tus palabras.

Pilar dijo...

Glub,glub.
Querido escribidor.
Como sea que últimamente te encuentro algo reincidente en el tema de la infidelidad conyugal, aquí dejo un testimonio musical más antiguo que Tutankamon (pero con mucho glamour) que ambientará muy bien tu relato.

http://www.youtube.com/watch?v=1tBuILT1kX8

Y aquí, esta sirenita buena/mala/regular, según los días, de esos temas no habla más que en presencia de su abogado, porque tiene como norma no juzgar los comportamientos ajenos, palabra que, como dice la RAE siginifica exactamente eso: que "pertenecen a otra persona", y menos cuando se trata de asuntos muy íntimos como son el corazón, el alma y los sentimientos.
Doctrina cristiana pura y dura,aprendida de pequeña en los Evangelios y ejercida con mucho tesón por una agnóstica en toda regla. Contradictoria que es una, y a mucha honra, que soy de carne y hueso, aunque nade con mi cola y tenga escamas.
Tu relato, no obstante, es conmovedor, por no decir desolador. Y muy bello.
¿No sabrá la pobrecita que hace ya la buena que existe una cosa llamada divorcio? ¿O es que es musulmana?
Besos a Besos traviesos.
Pilar en su Pecera.

pd.- Yo quiero ser como Paloma San Basilio con 65.

Flamenco Rojo dijo...

En la mayoría de los casos poder disfrutar de los recuerdos de la vida, ya sea un perfume, un viaje, un encuentro, un simple comentario, es vivirla dos veces.

Por fin ha entrado el otoño en Sevilla. Llueve y han bajado las temperatura.

Un abrazo otoñal.

Beatriz Ruiz dijo...

Uffffff... Amando... que tema... Yo creo que eso de la infidelidad es mucho peor para el que engaña... porque tener que vivir con una/o misma/o y mentirosa/o debe ser un tanto complicado... Por otra parte no me meto en asuntos ajenos como asegura Pilar, así que cada cual sabrá que tiene que hacer...

Y ójala Pepe, llegue la lluvia también a Santa Cruz de Tenerife, hoy hace un sol que raja las piedras... y yo ya estoy necesitando algo de frío...

Besitos desde Tenerife...

Amando Carabias dijo...

Pilar
Quizá tengas razón en lo de la infidelidad, pero en ambos casos, si se mira con detalle, el tema de fondo es diferente, como se verá en el relato de los viernes. En este se habla, yo creo, de la soledad.

Amando Carabias dijo...

Pepe Gonce:
Me parece que tienes mucha razón. Unas veces duele y la mayoría nos hace sonreír.
Que disfrutéis de la lluvia.

Amando Carabias dijo...

Beatriz:
Cuando he leído tu comentario he pensado que tenías razón..., pero ahora ya no sé qué decir... Supongo que quien es traicionado, salvo excepciones, cuando descubre el asunto sufrirá un desgarro tremendo en el corazón... Aunque quien engaña, supongo yo, tendrá doble ración de culpa, pues además de saber que traiciona, tiene que saber que hace daño.

Anónimo dijo...

La culpa es una palabra que me provoca mucho respeto y mucho miedo.
Tengo mis reticencias acerca de la culpabilidad.
También lo interpreto como soledad.
Me gusta la palabra orvallo.

maririu dijo...

ASquí si que estamos ante un microrelato, cf más adelante
¿por qué se tiene que enterar? si no sigue la traición cuando vuelve el marido.
qué ganas de confesión teeis, agnósticos convencidos.
Cada cual tiene su jardín secreto y tiene que tenerlo porque
1+1=2
nunca uno
Lo siento. y mejor traicionar en ausencia que en pensamiento. Ya se sabe quien va a Sevilla pierde su silla.
Guardar el perfume de un hombre es muy moderno antes de Calvin Klein o Yves St Laurent guardábamos el olor.
¿por qué un micro relato? porque la última frase nos revela un texto que no habíamos leído, y todo está dicho.

Amando Carabias dijo...

Neuroscopetrix:
Sí es una palabra complicada, a pesar de su dicción tan simple.
De todos modos estamos entrando en unos niveles de análisis de voluntades que pueden ser o no acertadas.
Este es el juego de los micros, a mi modo de ver, que todavía más libertad de interpretación. El lector se hace más cómplice del escribidor

Amando Carabias dijo...

maririu:
En primer lugar disculpas, han pasado más de siete horas desde la publicación de mi respuesta a Neuro y quizá parezca que no te quiero responder.
Nada más lejos de mi ánimo.
Pero es que se ha liado la última parte de la mañana de mala manera y he tenido que dejar todo manga por hombro.
Así que de nuevo, disculpas...
Efectivamente creo que este sí es un microrelato en el sentido más 'académico' del término. Donde todo queda explicado con una frase final que ilumina el pasado y probablemente el futuro.
Precisamente es en esta luz que alumbra presente y pasado donde el lector pone a mil su imaginación y conduce la historia, esa que el narrador no ha escrito, hacia donde quiere.
Y quizá la gran fuerza de este modo de narrar estriba en eso, en que cada lector puede rescribir la historia: unos lo han hecho siguiendo la lluvia, otros pensando en la traición, otros en la soledad, otros en el sufrimiento, otros en él...
Se podría continuar en el marido, como tú haces, al suponer que se había ido porque había querido... Es una posibilidad, claro, ¿y si fue destinado por razones laborales que impedían que ella lo acompañara pues ella no podía dejar su trabajo?, ¿y si estaba preso?, ¿y si efectivamente abandonó su casa por otra mujer en otro lugar, y luego se reconciliaron...?
Nada se dice en el micro, salvo que regresaba a casa.
Como apunté ayer a Tempero en la respuesta a su comentario en el micro de ayer, después de la experiencia de ¿Qué decisión tomar...? He descubierto que una serie de micros, en el fondo, atenta contra su propia esencia...
Pero con la cantidad de cosas que me aportáis, ciertamente que dan ganas de continuar.
Sobre la cuestión moral que apuntas, tengo que confesar que no estoy muy de acuerdo con tu comentario. Tampoco se trata de que él se entere o no de la traición. Creo que nadie ha hablado del asunto. Lo sabe ella, y eso es suficiente. De eso, de la culpa es de lo que se ha hablado.
De todos modos, si alguien se va porque quiere, estoy contigo. Pero estaríamos hablando de rehacer una vida después de constatar un abandono, y aquí no se ha hablado de eso. (En ese sentido entiendo quien se fue a Sevilla... Espero que Pepe no lo interprete de otro modo. :)).
Por cierto, sería otro modo de interpretar el microrrelato, con lo que hemos dado la vuelta completmaente al sentido del texto.
¿No digais que no es fascinante?