Siempre ha sido un misterio para los euritmitenses saber por qué la madrugada del once al doce de octubre, hay una celebración festiva en la que sólo participan los seres del bosque y de las aguas. Ningún ser humano, salvo invitación expresa y después de cumplir una serie de complicados y secretísimos rituales, puede participar en ellas, con el inconveniente de que los escasísimos humanos que han podido asistir, no es que no tengan prohibido revelar el contenido de semejantes actos, es que no pueden hacerlo, ya que en cuanto amanece, o en cuanto abandonan la zona boscosa, olvidan todo lo sucedido y su recuerdo se circunscribe a una especie de sueño borroso o neblinoso.
¿Por qué, entonces, se lo puedo contar a ustedes?
Probablemente porque nadie me creerá, y porque todo lo que les explique será completamente indemostrable.
El acontecimiento en sí mismo, está recubierto por toda suerte de conjeturas que se pierden en el laberinto del tiempo sobre la efectiva existencia de tal celebración. Muchos son los que contaron a sus hijos y a los hijos de sus hijos y estos a su vez a sus nietos, que tal noche como la de hoy en torno al lago que está en el centro del bosque de Euritmia se escuchan bellísimas melodías, unas más alegres, otras más melancólicas, se oyen risas y cantos y se pueden ver luces de colores que parecen pequeños globos que danzan al son de la música. Otros, sin embargo, siempre rebatieron semejante historia, tildándola de leyenda creada para pasar el rato y para desviar la atención de las cosas que realmente importan. La tacharon de invención interesada, de cuento sólo bueno para agitar la ya excesivamente agitada imaginación de los niños y de los poetas.
El otro día mientras me paseaba por la zona próxima al lago, escuché una canción extrañamente hermosa, como si procediera de una garganta de cristal. Llegué a temer que se pudiera romper, tan frágil me pareció a los oídos. Me paré. Escuché. Presté más atención. Encaminé mis pasos de puntillas hacia el lugar del que me pareció llegaban aquellas notas (hubiera sido una instantánea maravillosa para provocar las risotadas de mis nietos) . Caminaba muy quedo. Procuraba respirar lo más silenciosamente posible. Pero el mutismo que se producía entre el coro de los pájaros a medida que pasaba bajo las ramas de los pinos donde se posaban, terminó por alertar a la propietaria de aquella voz que, de pronto, silenció la melodía.
Fue tan repentina la ausencia de cualquier murmullo que dejé de escuchar el latido de mi corazón. De inmediato percibí un sonido inconfundible, la entrada de un cuerpo en el agua.
Efectivamente había llegado a las proximidades del lago. Justo tras el leve recodo del camino, vi como refulgía el agua bajo las sonrisas ardientes del sol, y pude contemplar el lento crecer de los círculos concéntricos que se forman después de que algo sólido ha penetrado en su interior.
No había posible marcha atrás, así que me acerqué a la orilla, convencido de que la explicación de aquellas melodías buceaba en el interior de nuestro lago… Por si no se han percatado, soy uno de los fervorosos creyentes de la existencia de la celebración de la madrugada del doce de octubre.
Poco a poco todo volvió a su ser. El bosque volvía a emitir su respiración habitual. Me senté en una roca y allí columbré la superficie aquietada. Justo al otro extremo, descubrí una silueta que buceaba y me observaba.
Al fin salió y me inquirió por mi presencia. Le conté lo de la canción que me había sorprendido mientras paseaba por las inmediaciones. Sonrió. Me explicó que estaba ensayando para la celebración de la fiesta que tendría lugar tal noche como hoy. Le pregunté por qué me lo contaba, y se encogió de hombros y me guiñó un ojo mientras me decía que se trataba de una travesura que hacía al trasgo mayor del bosque que es quien había impuesto la norma de no revelar el secreto para evitar que los humanos acabáramos por acudir en masa a tal celebración. ‘Además’ añadió, ‘Seguro que nadie se cree que esta fiesta se celebra por motivo de mi cumpleaños”.
Y volvió a zambullirse. En pocos segundos la perdí de vista...
¿Por qué, entonces, se lo puedo contar a ustedes?
Probablemente porque nadie me creerá, y porque todo lo que les explique será completamente indemostrable.
El acontecimiento en sí mismo, está recubierto por toda suerte de conjeturas que se pierden en el laberinto del tiempo sobre la efectiva existencia de tal celebración. Muchos son los que contaron a sus hijos y a los hijos de sus hijos y estos a su vez a sus nietos, que tal noche como la de hoy en torno al lago que está en el centro del bosque de Euritmia se escuchan bellísimas melodías, unas más alegres, otras más melancólicas, se oyen risas y cantos y se pueden ver luces de colores que parecen pequeños globos que danzan al son de la música. Otros, sin embargo, siempre rebatieron semejante historia, tildándola de leyenda creada para pasar el rato y para desviar la atención de las cosas que realmente importan. La tacharon de invención interesada, de cuento sólo bueno para agitar la ya excesivamente agitada imaginación de los niños y de los poetas.
El otro día mientras me paseaba por la zona próxima al lago, escuché una canción extrañamente hermosa, como si procediera de una garganta de cristal. Llegué a temer que se pudiera romper, tan frágil me pareció a los oídos. Me paré. Escuché. Presté más atención. Encaminé mis pasos de puntillas hacia el lugar del que me pareció llegaban aquellas notas (hubiera sido una instantánea maravillosa para provocar las risotadas de mis nietos) . Caminaba muy quedo. Procuraba respirar lo más silenciosamente posible. Pero el mutismo que se producía entre el coro de los pájaros a medida que pasaba bajo las ramas de los pinos donde se posaban, terminó por alertar a la propietaria de aquella voz que, de pronto, silenció la melodía.
Fue tan repentina la ausencia de cualquier murmullo que dejé de escuchar el latido de mi corazón. De inmediato percibí un sonido inconfundible, la entrada de un cuerpo en el agua.
Efectivamente había llegado a las proximidades del lago. Justo tras el leve recodo del camino, vi como refulgía el agua bajo las sonrisas ardientes del sol, y pude contemplar el lento crecer de los círculos concéntricos que se forman después de que algo sólido ha penetrado en su interior.
No había posible marcha atrás, así que me acerqué a la orilla, convencido de que la explicación de aquellas melodías buceaba en el interior de nuestro lago… Por si no se han percatado, soy uno de los fervorosos creyentes de la existencia de la celebración de la madrugada del doce de octubre.
Poco a poco todo volvió a su ser. El bosque volvía a emitir su respiración habitual. Me senté en una roca y allí columbré la superficie aquietada. Justo al otro extremo, descubrí una silueta que buceaba y me observaba.
Al fin salió y me inquirió por mi presencia. Le conté lo de la canción que me había sorprendido mientras paseaba por las inmediaciones. Sonrió. Me explicó que estaba ensayando para la celebración de la fiesta que tendría lugar tal noche como hoy. Le pregunté por qué me lo contaba, y se encogió de hombros y me guiñó un ojo mientras me decía que se trataba de una travesura que hacía al trasgo mayor del bosque que es quien había impuesto la norma de no revelar el secreto para evitar que los humanos acabáramos por acudir en masa a tal celebración. ‘Además’ añadió, ‘Seguro que nadie se cree que esta fiesta se celebra por motivo de mi cumpleaños”.
Y volvió a zambullirse. En pocos segundos la perdí de vista...
Sistán, el Peluquero de la plaza del Puente de Euritmia[1]
___________________________
[1] Agradezco a Sistán el resumen que me hace de esta breve leyenda y procedo a su presentación, pues quizá alguno no le conozca a estas alturas. Es mi obligación recordar, que Sistán trabaja en la peluquería que hay a la entrada de la Calle Imperial de Euritmia, junto a la Plaza del Puente. Este hombre posee la facultad de guardar en su memoria las más increíbles leyendas de Euritmia, y en Cuentos de Euritmia, además de aparecer en algún otro relato, es el narrador de la historia del mes de Junio titulada Acela, madre de Euritmia. Nota del Escribidor.
19 comentarios:
Muchas felicidades a todas cuantas os llamáis Pilar.
Yo también las felicito... especialmente a la sirena de la pecera... Para ella, este poema de Alfonsina Storni:
Yo en el fondo del mar.
En el fondo del mar
hay una casa de cristal.
A una avenida
de madréporas
da.
Un gran pez de oro,
a las cinco,
me viene a saludar.
Me trae
un rojo ramo
de flores de coral.
Duermo en una cama
un poco más azul
que el mar.
Un pulpo
me hace guiños
a través del cristal.
En el bosque verde
que me circunda
-din don... din dan-
se balancean y cantan
las sirenas
de nácar verdemar.
Y sobre mi cabeza
arden, en el crepúsculo,
las erizadas puntas del
mar.
(Alfonsina Storni)
Besos africanos
Mi madre se llama Pilar y nació en Aragón. Mañana tendrá una sorpresa de su hija menor que soy yo, ya que los hermanos mayores viven fuera. Ojalá herede algún día su fuerza.
Un abrazo.
-No puedo abarcar todas las lecturas-.
Estoy segura de que sabré más cuando termine Aquel Sábado Lluvioso. Cada página me lo está anunciando.
María A:
Debe ser extraña una jornada laboral, cuando sabes que el resto andamos haraganeando.
Precioso el poema de Alfonsina Storni
Neuroscopetrix:
Pues de mi parte, si no te parece mal, felicita efusivamente a tu madre.
Me encanta que lo que dices de Aquel sábado lluvioso, cuando lo escribí pude aprender muchas cosas también.
Amando.
Gerundio del verbo amar.
Gracias. Qué cuento tan precioso. No me lo merezco, y vaya suerte que Sistán anduviera anoche por allí, el día que se celebra la madrugada de la "Noche de Hadas", a la que habitualmente sólo acuden seres invisibles producto de lo sueños.
Yo no sé cantar,poeta, ni vivo en los lagos. Soy una mujer, de carne y hueso, con todas sus implicaciones. Me gustaría ser una ondina de Euritmia, no te voy a decir a que no. Pero la evidencia de la realidad me devuelve los pies una y otra vez.
No obstante, como soñar es una de mis predilecciones (aunque a veces me gustaría que los sueños fueran reales), te diré que anoche cantaba "Mi Unicornio Azul", ese que se me perdió un día, pero que sé que volverá.
María muchas gracias, ese poema está dedicado a mi casa !cómo podría vivir yo sin las olas del mar , el olor de las algas, y el sonido de las gaviotas por las mañanas!, y es tan bellísimo que parece que lo trae en su cola una estrella fugaz, o que se columpia en los rayos del sol diario. Te invito a venir cuando tu quieras a mi reino azul, verde y dorado. Gracias por estar tan pendiente de mi comentarios y aportaciones musicales.
Isolda, gracias por tu felicitacion.
Y a todo Pavesas...!Gracias! Aquí tengo el mejor regalo que una sirena pudiera imaginar:amigos, letras y música.
Besos emocionados
Pilar en Euritmia.
P.d.- ¿Cómo es que dejé el mes de junio sin leer? Sistáaannnn....!!!!
Amando no sólo en África musulmana es día laboral, en Francia también y yo he estado en el hospital porque mi doctor trabajaba y me tocaba inyección o infiltración o no sé como le llamáis, ¿así que estáis de puente?
yo no sé nada de santos.
Tiene que ser verdad...yo me lo creo. Gracias a Sistán y a vos Amando por contarlo aquí.
Felicidades a todas las Pilares del mundo. Y para ellas...
Sirena
Tengo la convicción de que no existes
y sin embargo te oigo cada noche
te invento a veces con mi vanidad
o mi desolación o mi modorra
del infinito mar viene su asombro
lo escucho como un salmo y pese a todo
tan convencido estoy de que no existes
que te aguardo en mi sueño para luego.
Mario Benedetti
Feliz domingo.
Pilar
Pero si no sabes cantar (eso dices) sabes emocionarnos con las músicas que nos traes; que no eres sirena, ondina, ninfa o náyade, bien lo sé, pero aspiras a que regrese el unicornio azul. Y, ¿quién sabe a dónde van y cómo son nuestras almas -demos por bueno que existen- cuando nos abandonan mientras dormimos? Además si Sistán lo dice algo sabrá que a los peluqueros se les escapan pocas cosas.
Maririú:
Creo que también lo llamamos infiltración. Espero que haya aliviado y tenga bien para una buena temporada. En realidad ojalá que fuera para siempre, pero estas cosas no suelen ser así.
En este caso más que la festividad religiosa (que en Aragón lo es, como no podía ser menos), también es el día de la Fiesta Nacional. Algo similar al 14 de julio francés. También se celebra el día de la Guardia Civil. En fin, sí, andamos de puente. Y si hacía esa referencia a María A. es porque ella trabaja en un programa del Ministerio de Educación de España.
Pepe Gonce
¿Y ahora quién cree que no había leído aún estos versos, antes de contestar a Pilar?
Un fragmento precioso y bien traído, sí señor.
Hola Amando:
Caramba que leyenda más hermosa, pero el lugar- el bosque- el lago existe… y tiene que ser ensueño tal como lo describes. Felicidades a Sistán por esa memoria privilegiada- y a ti por plasmarla con tu especial estilo. La verdad es que da gusto leerte. Perdona que te tutee… porque eres joven todavía y, yo ya soy mayor, aún así no me agrada que traten de usted. Un saludo. Desde Pontevedra.
Para Pilar.
No sé como es tu rostro
No sé que hay en tu alma
Pero al leer lo que escribes
Siento la paz que me calma.
Me acabo de enterar de la muerte de Enrique Miret Magdalena, eximio teólogo. La iglesia en la que él creía se parece bastante en la que yo creo. Descanse en paz. Seguro que ya ha alcanzado la verdad absoluta.
aquí la reseña del El País
Marina Fligueira
Buenas tardes. Pues quedamos en el tuteo. Desde luego a mí no me importa y si tú lo pides, pues ya está.
Gracias por tus palabras.
Muy emotivo el poema.
Amando, tu mano está cerca. Gracias.
Pepe, qué te digo a ti, solete. Mil gracias, ya sabes lo que significa M.Benedetti para mi.
Marina, qué verso más bonito, y qué hermoso nombre.Gracias por la paz que te procuro.
A todos, buenas noches, dulces sueños y enorme luna.
Felicidades Pilar: e igual a todas la pilaricas. Muy buenas noches.
Pilar, mira que dejar junio para el final... Es una hermosura, como el cuento, la poesía y las canciones que te han regalado.
Tranquila, el unicornio azul siempre estará cerca de tí.
Besos Amando, que es gerundio, como dice la sirenita.
PS. Maririu, espero que la infiltración no te haya dolido demasiado y cumpla su función.
Pilar, Marina e Isolda
Ya que os habéis puesto de acuerdo, a las tres muy buenas noches. Del mismo modo que al resto de los amigos y amigas que se han pasado y se pasan cada día.
Publicar un comentario