Nada, absolutamente nada,
es casual.
Leer las noticias que se han ido desgranando este día, una
tras otra como pedradas contra la libertad y la justicia, me vienen a confirmar
una vez más todos mis temores más pesimistas, sobre este sistema, sobre este
país, sobre este Continente, sobre el Mundo.
Nada, absolutamente nada, es casual.
El camino está trazado. Es cierto: en dos días se puede
destruir el trabajo de muchos años, el sacrificio de muchas personas que se
desvelaron y dieron con sus huesos en la cárcel o en las fosas, por conseguir
un mundo más justo, por lograr que cualquier ser humano tenga las mismas
oportunidades con independencia de su posición, de su economía, de su
ideología, de sus creencias, pero aún así, hasta los muertos acabarán por
levantarse de las cunetas y alzar su voz inextinguible.
Nada, absolutamente nada, es casual.
Alguien ha decidido que la igualdad, la justicia, la
democracia son inminentes peligros para sus intereses. Somos todos iguales,
pero uno son más iguales que otros, parecen afirmar. Ya está bien de cualquiera
pueda aspirar a señalar con su dedo a culpables de corrupciones, delitos, o
mentiras. Mantener el rito y la fórmula es lo único que les interesa, el
contenido mejor derrumbarlo desde los cimientos, socavarlo para que no se pueda
levantar.
Nada, absolutamente nada, es casual.
Quizá en las próximas generaciones consigan sus metas, pero
con nosotros no lo van a conseguir. O no lo van a conseguir plenamente, a pesar
del adocenamiento en el que vivimos. No es posible que piensen, por más que sus
palabras se disfracen de sacrosantos pilares de los estados de derecho, que nos
han podido convencer, o engañar. Nadie se puede creer tanta torpeza cometidas
por persona de demostrada inteligencia y conocimiento.
Nada, absolutamente nada, es casual.
Y lo de hoy es sólo el primer aviso. Lo sabemos. Sabemos que
la verdadera pretensión es otra. Pero los muertos clamarán desde nuestros
surcos, y el robo del bien común por parte de uno pocos no ha de quedar impune.
Nada, absolutamente nada, es casual.
Intentan que lo público se pudra, se cercene, se esquilme
de tal modo que sólo la gestión privada satisfaga a unos pocos privilegiados,
para así mantener puras e intactas sus castas. Y van dando pasos, quizá aún con
nuestro silencio cómplice e hipnotizado por el miedo y el espectáculo de
vísceras expuestas en los altares coloreados de nuestras salas de estar.
Nada, absolutamente nada, es casual.
Pero la historia del ser humano es imparable. Por más que
se empeñen, la escalada hacia la cima de la libertad y de la justicia no ha
cesado desde siempre. Y continuará. El progreso es imparable. Quedarán
cadáveres exangües en los senderos, caerán los mejores por los más altos
precipicios, pero aún así, seguiremos avanzando. Muchos moriremos antes de
alcanzar a contemplar la tierra de promisión.
Nada, absolutamente nada, es casual.
Los dinosaurios eran invencibles. La formidable
construcción de su arquitectura los hacía inexpugnables. Hasta que
desaparecieron y dieron paso a otras criaturas. Tienen miedo. Su carrera
conduce hacia el abismo, y lo saben, salvo que consigan convertirnos en bueyes
uncidos a su yugo. Pero no lo van a lograr, porque la historia es imparable,
porque somos más, porque la verdad está de nuestra parte, porque la fuerza de
la verdad y de la solidaridad acabará por derrotar su arrogancia.
Nada, absolutamente nada, es casual.
11 comentarios:
No nos doblegarán... y desde luego seguiremos batallando... yo al menos... bsts...
Buen artículo, te felicito.
Me has estremecido, Amando, con este texto que te aplaudo con ganas.
Hoy estamos todos desangelados, sin justicia y sin norte, buscando en el corazón coraje para responder, para seguir creyendo, para no darnos por vencidos.
Nada, Amando, nada es casualidad, todo tiene en esta vida un porqué... Te felicito.
Un saludo.
Fectivamente nada es por casualidad...tu reflexión coincide con la de muchos demócratas de España...
Un abrazo.
Nada es casual y sin embargo nadamos en el universo de la incertidumbre. ¡Qué cosas! ¿Verdad? Bs.
Hoy también siento el corazón encogido, pero al leerte este texto, cómo -que me entran unas fuerzas enormes que me ayudan a levantar ánimo que esta mañana cayó en desanimo, así como si un cubo de agua helada me cayera por la cabeza.
Amando mil gracias y mil aplausos, por compartir con estas excelentes letras, tu rechazo –nuestro rechazo a la injusticia.
Un abrazo amigo. ¡Suerte mucha suerte! Y se muy feliz.
De Francia quiero compartir este rechazo. Me hizo daño ayer esta injusticia a pesar de saber que esta decisión no es conforme con lo que piensan muchos españoles.
Un abrazo fuerte a todos.
Dolido pero esperanzado, Amando. Yo dudo de los segundo. Ojalá esa marea imparable.
Paco.
Comparto tus reflexiones. Pero han ganado. Pero ¡ah! ganado. El domingo en las concentraciones. La del viernes pasado éramos unos 2.000. En el Bernabeu cada domingo 85.000. Sin palabras. Movamos el culo, pero ya.
Poco a poco la verdad resplandece y los mentirosos se oscurecen.Nunca se debe renunciar a ser critico con el poder
Un abrazo
Saludos Paco
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