Al final de la jornada, pesaban los minutos como una alforja de luz. Pero no era una carga excesiva. Sentía su presencia, pero no le aplastaban, ni le impedían seguir mirando al firmamento con la cabeza erguida. Cada sesenta tictac habían cobrado la intensidad de la arena mojada en la orilla de la playa, o de las nubes en el instante previo a derramarse como besos de madre sobre la tierra… Esa intensidad de la música de Chopin que llenaba el aire de la densidad propia de los sentimientos más inabarcables e imperecederos…
Pero mejor no convertir el día en un racimo de adjetivos. Mejor, pensaba, imaginarlo como un verbo... Un verbo transitivo en el que cupieran, siempre, todas las miradas, todos los besos, todas las sonrisas, todas las promesas, todo los sueños, todo el pasado y todo, absolutamente todo el futuro.
Así era fácil dormir, y dejar que la luz de aquella alforja iluminase los latidos de su corazón, para que el siguiente amanecer también fuese el preludio de otro verbo transitivo.
12 comentarios:
le doy otro título:
Amar, por Amando.
Creo que después de Catherine, no queda nada que decir. Texto y comentario resumidos en un solo verbo.
Besos una vez más admirados, querido Amando.
Haces con tus palabras, que la pesada carga del día a día, se vuelva liviana. Sería tan maravilloso, poder sentirse así.
Abrazos.
Ante el excelso texto y el no menos extraordinario comentario de Catherine me descubro…
Veo los Magos de Oriente han acertado con Chopin…
Un abrazo.
Que pena que no tengamos un botoncito de rebobinar para revivir algunos días, verdad?
¡Vaya!, cuántas cosas han ocurrido en mi ausencia. Todo está tan... bonito y sereno.
Pues sí, es mejor soñar y creer, para que el siguiente amanecer siga siendo el preludio de otro verbo transitivo.
Me alegra estar de nuevo en esta entrañable casa, donde siempre encuentro un motivo para volver.
Un abrazo.
Amando, desde este momento me declaro "onilírico" dependiente, los cuatro que has publicado hasta hoy, van a tocar las fibras más sensibles de las que estoy hecho, y esto se agradece. Un abrazo.
Leo
Yo también me declaro onirílica dependiente. Es preciosa tu manera de conjugar el verbo amar...como dice Catherine. Un fuerte abrazo.
Verbo = acción. Acción = vida. Me gusta mucho. Un fuerte abrazo extendido.
Es maravilloso cuando las palabras se convierten, como en este texto, en música.
Un abrazo
Hola! Precioso texto, con aroma especial... de frases deliciosas, poéticas, tiernas, y si, todas ellas caben en ese berbo transitivo.
Ha sido un placer leerlo. Gracias por compartirlo. Un abrazo grande Ser felicez.
no está nada mal, nada mal.
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