Foto tomada de internet
Desde entonces ya no pudo dormir. La noche se quedó bloqueada en su ventana y de allí no se movió… Cada vez que se asomaba a la ventana no descubría otra cosa diferente que la oscuridad. Una penumbra cuya vocación era ser dedos como trozos de hielos enguantados en estrellas. El sueño había huido de su mirada y sus párpados no podían permanecer cerrados. Cada vez que se levantaba, sin embargo, nunca había amanecido, siempre era un helor nocturno detenido tras los cristales de su ventana. Un día, una semana, un mes, un año y otro… Siempre era de noche.
23 comentarios:
Curiosa circunstancia, leo este micro justamente antes de dormir…Por si acaso no me asomo a la ventana.
Felices sueños escribidor. Un fuerte abrazo.
No hay peligro, Flamenco allí la noche no tiene los dedos fríos.
También me acuesto.
Muy interesante Amando, como sería la vida con todas sus horas de noche? lo reflexionaré, cuando algo se me mete en la cabeza, y esto lo ha hecho ¡te lo aseguro!
Buenas noches amigo
Abrazos
Este micro merece continuación.
Podría ser el primer párrafo de un relato de misterio.
Digo...
Besos.
La noche es como una caja cerrada. Nunca hay luz en su interior. El interior, ahogado, nunca se ilumina, nunca tiene piedad, nunca tiene una carcoma que haga un pequeño agujero, Es, casi siempre, la nada.
Tu pensamiento es excelente.
Me gusta la tension que has logrado en tu micro, Amando. Tiene el gusto intrigante del insomnio, cuando un segundo de la noche parece eterno, y a tu ventana no se asoma siquiera un rayo de sol,y sòlo sientes el frio de los dedos adormecidos... Te lo dice un insomne empedernido, de esos que hacen de la noche su habitat.
Enhorabuena.
Leo.
Interesantisimo!!! tu microrrelato,un abrazo.
Trabajo de noche. Salgo justo ahora. Espero que sea de día. Me encanta impregnarme de amanecer.
Un texto sobrecogedor.
Saludos.
Leo tus textos y en ocasiones, se podría encontrar varios sujetos a tus palabras. Escribes definiciones misteriosas que dejas que el lector aplique como creo, en este caso.
Me pasa lo que dice Odiseo, desde que lo leí anoche, sigo dándole vueltas al significado. Por lo pronto, con la luz del día, he descubierto tras las ramas un bello rostro de mujer insomne que ayer no vi.
También pienso que puede ser un homenaje a los mineros de Chile, lo cual me produce mucha más angustia que el micro en sí.
¡Qué bueno el comentario de Jasonia! Hay gente que trabaja de noche, ¿qué pasa después?
Igual tiene razon Alena, podría ser el comienzo de un relato.
Como siempre, mezclando tu alma de poeta con el terror.
Besos diurnos.
Inquietante y excelente micro. Hay quien vive una eterna noche porque no sabe encontrar el día, porque la luz le deslumbra y le hace ver la realidad de cuanto le rodea... es como vivir en una especie de ceguera autoimpuesta. Muchos besos llenos de luces y soles.
Espero, Verónica, que tus reflexiones no te produzcan insomnio... jeje... La verdad es que es bueno que pensemos en algunas realidades que normalmente no son nuestras, pero para los demás son importantes.
Tengo la impresión, Alena de que los micros son eso, algo que empieza o continúa o concluye. Un pedazo, una muestra, cuya gracia está en la mirada y creatividad de los lectores.
Aunque toda literatura no acaba o se cierra en el propio texto, sino que se hace definitiva en cada lectura, quizá en los microrelatos esta cualidad sobresale más aún. La que propones es una buena opción... Un relato de misterio... Pensemos.
Gracias por tu comentario Antonio Ruiz Campillo, me parece que es el primero que haces por aquí así que bienvenido a este rincón. La noche tiene esas características que le otorgas, aunque también tenga otras. En el caso de nuestro protagonista de hoy, evidentemente es todo eso, y aumentado más por el hecho de que la noche para este personaje no tenga final.
Por suerte nunca he padecido insomnio, Leonel, aunque no es lo mismo un insomnio como el tuyo que nos descubres que has convertido en hábitat para la creación y la poesía como nos dejas a diario, que el insomnio desesperado de quien está rodeado por la nocturnidad aún a plena luz del día.
Gracias por tus palabras, siempre regalas más de lo que en realidad doy.
Muchas gracias por tu visita, fiaris. Espero que sigas disfrutando de tu nieta.
El trabajo nocturno, Jasonia, siempre es duro, porque de algún modo supone ir contra la naturaleza humana. Digamos que es un sobreesfuerzo, por eso es tan bueno que te impregnes de amanecer, para que tu descanso diurno sea profundo.
Efectivamente, Odiseo, es un poco lo que comentaba a Alena. Me parece a mí que la virtud de los microrrelatos está ahí en que los lectores apliquen lo escrito a muchas posibilidades. Está claro que el autor ha pensado en algo muy concreto. Incluso sería sencillo adivinar de qué se trata, pero lo deja abierto para que cada lector le ponga personaje, antecedentes y conclusiones... si es que las tiene.
Como vengo diciendo, Isolda, lo que yo pretendiera es indiferente Esa oscuridad en la que vive el protagonista, esa noche perpetua, puede ser también lo que dices. Y por tanto ya lo es. Es la inmensa riqueza que pueden tener los micros. Lo que yo pensara da lo mismo, ya no importa... Yo tampoco había visto el rostro femenino hasta que lo has mentado y me he puesto a buscarlo...
Tu intervención, María viene a confirmar todo lo que estamos diciendo. La noche de quien busca erradamente, quien se niega a encontrar el día. Otra interpretación más... Gracias por tu valoración.
Ya vine a primera hora... y me he planteado varias veces su significado... Hay para todos los gustos en las interpretaciones, ya puedo comprobarlo ahora... Yo no quiero una noche eterna, no podría vivir... necesito el brillo y la luz de la mañana... Pero sí, me parece que es una busqueda incesante...
Nada como una noche profunda, serena, estrellada y apacible. Pero una noche así -aún con cierto encanto- desazona.
Un abrazo.
Estoy contigo, Beatriz, una noche como la que se describe sería insoportable para mí. También necesito de la luz espléndida del día, de las jornadas nubladas, de las penumbras del ocaso y el amanecer... Todo es necesario y todo es conveniente. Una sola cosa me ahogaría...
Claro que, a pesar de lo que acabo de decir, una noche como la que planteas, mateosantamarta, similar, por ejemplo a las que planteaba San Juan de la Cruz me parece atractiva... Pero no es exactamente una noche profunda, serena, estrellada y apacible la que se plantea. Más que profunda es abismal, más que serena es estática, más que apacible es como de cementerio... Y sí, es estrellada, pero en realidad es un manojo de dedos como hielos enguantados de estrellas...
Hace unos diez años escribí un texto al que titulé "Siempre es de noche". De ello parece haber pasado una vida completa, y ahora aquí me encuentro en pasado justamente lo que sentía en aquel momento.
Me ha gustado mucho Amando, no puedo decir mas.
No, no he entendido bien el mensaje de este interesante e intrigante relato, solo diré una cosa que la noche puede ser eterna, o puede estar llena luz, por ejemplo, la la luz de la luna cuando envuelve la luz del amor. Puede ser eterna cuando la noche no tiene fin por acercarse la muerte. Mil cosas me pasan por la cabeza, puede ser algo de delación... parecido a la cegera blanca de Jose Saramago. Quizá teniendo ojos, vemos egoístamente solo lo que nos interesa. Lo que sucederá será que no acierto una. Un baso y buenas noches a todos.
Cuando leo algo así me quedo en blanco, porque en mi crudo realismo nunca esperaría el amanecer dadas las circunstancias, encendería la luz y me pondría a leer hasta caer desmayada de sueño más eterno que la propia noche. Un abrazo.
Eso quiere decir, neko, que amaneció y que de aquella ventana huyeron los dedos fríos.
Como venimos diciendo, Marina, en este caso no se trata de acertar, diría que ni siquiera se trata de comprender, sino de sentir. Gracias por tus palabras.
Muy lógica tu reacción, emejota, pero algunas veces, ni siquiera se es capaz de buscar un interruptor.
Tus textos hipnotizan...
Me dejas sin palabras, Penélope
Prefiero pensar que me encuentro en el invierno del norte de Suecia, o de
Finlandia, y que después de la inmensa y larga noche, vendrá una luz igualmente perdurable.
No tengo ánimos para enfrentarme a otra cosa, si dejo que la oscuridad me abrace, ahora que tanta me rodea, podría sucumbir y necersito estar bien, pero bien despierta, para la primavera.
Un abrazo, grande y clarito Á.
Pues tampoco es mala solución para el micro: imaginarnos un invierno un poco largo.
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