Vértigo, de Salvador Dalí.
Me acechan los colmillos de las dudas y de los miedos babeantes de pus y sangre, esos afanes que atormentan la placidez del horizonte. Remejen mis poros las pisadas que oigo dentro del corazón mientras expulso el aire retenido tras las puertas de los alvéolos ateridos. Pisadas que me persiguen con aullidos que sólo se aventan en los callejones de mis arterias, donde nadie más escucha el eco de sus miradas acusadoras…
Sé que son pocas cosas las que hago bien, pero ahí afuera, detrás de las nubes de humo y ruido, peleo contra la docena de bloques que componen cada almanaque sobre el que se derriten mis ilusiones y crecen las dudas y los miedos, hasta que se convierten en colmillos que babean pus y sangre.
Cuando se acerca el instante en que no hay sombras que me espíen ni hay espacio para el asedio de tal presencia imprecisa, pero tan concreta como el arrullo lejano de las fuentes de la infancia, ese canto de aire y agua que conduce a la nada donde cada músculo se mece en la amnesia de sí mismo, las flores emergen como joyas de la mirada, y se asoman en silencio y sonríen como un padre sonríe ante la pataleta del niño caprichoso.
Por más que lleguen los dedos de la noche tibios de caricias de estrellas, queda una hienda que me asoma al abismo y el vértigo azuza la mirada, pero lo soporto antes de caer en el vacío de la oscuridad, donde todos terminamos por caer…cada jornada.
43 comentarios:
Impresionante, Amando. Me lo llevo al vacío de la oscuridad, con tu permiso, hasta mañana.
Besos que calmen los miedos.
El miedo es nuestro mejor enemigo y es un asco convivir con él. Aunque tenemos que hacerlo.. para vivir.
Isolda:
Los miedos son como el sol amanecen y dormitan cada jornada.
María:
Efectivamente si se pierde el miedo, se pierde uno de los escudos más eficaces para seguir con la vida, pero es un asquito eso de tener semejante compañía.
Claro que nos acompaña cada cosa que...
Cuántas veces he tenido que describir el Vértigo que nos causa el miedo y no he sabido encontrar las palabras exactas que fueran fieles a tan sobrecogedor sentimiento. Tú lo has descrito a la percfección, utilizando después su antagonísta, la paz, para darle fuerza. Recordé esos momentos en los que sentí cómo se me encogían las tripas (y los que llegarán) mientras te leía, y luego el gozo de sentirlos lejanos.
Un placer pasar por aquí, como siempre.
Hasta pronto.
Esos miedos que nos atenazan, esas dudas que nos atormentan y que forman parte del bagaje de nuestro diario caminar por la vida... ¡ qué bien expresado, Amando! Y qué suerte caer en el sueño dejando atrás el abismo, pues hay veces en las que cerrar los ojos es entrar en otros miedos distintos. Un abrazo.
El vértigo siempre se produce con referencia a unos límites concretos. El peor vértigo es aquel que, como tú tan bien expresas, no toma en cuenta referencias físicas sino intelectivas, morales, espirituales, e incluso no se acaba con el silencio del sueño, sino que sigue golpeándonos incesantemente hasta el último aliento. Un fuerte abrazo.
Me encantan estos textos en prosa que abarcan y abrazan ese lirismo especial con el que eres capaz de hacernos agua el paladar. Gracias por ello.
Un abrazo
Marian
El vacío de la oscuridad o la oscuridad del vacío…es lo mismo, o no.
Al término de cada jornada veo el vacío de la oscuridad como si fuera un murciélago, por los ecos de los recuerdos a los que a veces me agarro, a los que frecuentemente me aferro.
Un abrazo.
¡¡PUS Y SANGRE!!
Te veo fuerte contra el almanaque. No te dura ni un asalto.
Heil Amando!
Si tienes pensado hacer un libro, aunque lo haces cada día, por favor incluye este texto. Esos colmillos que nos acechan son los propios. No sé si algún día viviré como quiero. Soy cobarde o demasiado valiente. Quién sabe nada. Por cierto, tu díscolo pariente está que se sale.
Mercedes:
Muchísimas gracias por tus palabras. Esa sensación es compleja, porque es muy íntima, porque no llega al pavor que paraliza, porque nos permite ir tirando, aunque ese fardo nos consuma.
María Sangüesa:
Estamos tan acostumbrados a que caminen con nosotros del brazo, como viejos amigos, que a veces, en un despiste nuestro o en la arribada del sueño, caemos en la cuenta de su presencia. Menos mal que la naturaleza nos concede el don del sueño.
Fernando:
Exacto, en cuanto las medidas o los límites son tan inmateriales como los que señales (que son a los que me refiero) la sensación es más aguda aún. Y cuanto más insistente es la causa que prudece tal sensación, más permanece su presencia que a veces, inlcuso, protagonizará nuestras pesadillas.
Marian Ramentol:
Me parece que hay un lugar cuya frontera se hace difusa, casi neblinosa, casi onírica, donde la prosa es como si quisiera ser gemela de la lírica. Gracias por tu valoración.
Flamenco Rojo:
Me dejas pensativo... En matemáticas se dice que el orden de los factores no altera el producto, pero en lógica, sí. Entonces la oscuridad del vacío, no sé si es lo mismo que el vacío de la oscuridad; en todo caso da igual, la noche es ese momento mágico donde todos buscamos el eco del pasado.
S.C:
Ya quisiera yo que no me durarara ni un asalto... Es un combate que siempre vence a los puntos, cada día.
Urbanoyhumano
Agradezco tus palabras. Hay un camino trazado en mi interior hacia ese libro, pero es un surco todavía incipiente y casi tembloroso. O sea una pavesa :).Tendré en cuenta tus consejos y allí estará este texto porque alguien valiente me lo sugirió.
Este pariente es así de genial. (Que también tiene que ver con genes)
Me gusta mucho.
Sobre todo el contraste entre: "se que son pocas cosas las que hago bien" y el resto del texto. (No sabría explicar el porqué de lo que he dicho)
Leído de nuevo, a la luz del día, insisto. Es una bellísima forma de describir lo que nos asusta, a pesar de las duras palabras con las que compones tus metáforas.
Igual que el miedo paraliza, a mí me paralizan muchas veces tus textos. Si pudiera explicarlo: entran en el corazón como una bomba y sólo cuando la metralla de emociones se va diluyendo, soy capaz de interpretarlos.
Besos que te ayuden a seguir siempre.
Muy de acuerdo con lo de que el miedo es un escudo y un arma imprescindible en la supervivencia. Pero si el miedo bloquea... Me parece que no es tu caso, no te veo bloqueado, ni mucho menos.
Fantástica prosa poética o poesía en prosa o vaya usted a saber, pero fantástica en cualquier caso.
Saludos con sombrero alzado.
Mariano Carabias:
Pues me alegro de que te guste, a pesar de ese contraste. Y seguro que sabes por qué dices lo que dices.
Isolda
No me asustes que estoy en contra de la violencia... :).
Continuaré, no te preocupes.
AVATAR:
Como sabrás mejor que yo, seguro, en el mundo de la naturaleza cuando el miedo paraliza a un animal es porque se trata de la mejor defensa. En el caso de los humanos no es así del todo, o no siempre.
Gracias por tu valoración
Cuando tengo miedo, a veces me paralizo, pero otras, la mayoría, no queda otra que avanzar, a veces funciona lo de contar, como cuando te enfadas, pero otras no funciona nada. Claro que el miedo es imprescindible, seríamos personas temerarias si no lo fueramos y además el miedo te dice que puedes perder cosas, por lo tanto, el valor de estas. Es como un entrenamiento, como si en ese momento de miedo pudieras ver qué pasaría si se cumpliese el peor de tus temores, y eso hace que reacciones.
Aunque a veces tus peores temores se hagan realidad y ni el miedo evite eso.
Evaasecas:
Es así, como venimos diciendo. Al final, vengo a pensar que el miedo actúa en las personas en función de la propia psicología del individuo. Aunque en todos los casos sea un mecanismo de defensa (como bien señalas y como bien hemos señalado durante toda la jornada), éste se manifiesta de modos diferentes.
Y también es verdad que ante determinados acontecimientos que a todos nos sobrepasan, el miedo tiene poco que hacer.
Ay Amando, que me voy a ir con miedo a la cama. Pero quien dijo miedo!... yo tengo un terrible miedo a quedarme encerrada en un ascensor, nunca lo puedo coger sola, siento que me ahogo. No soporto las alturas tampoco. Y cincuenta mil cosas más. Pero tabien soy positiva en otras muchas cosas de la vida. Un beso positivo. Chauuuuu
¡Córcholis!...
Por el post y por "lo otro"...
¿Existirán vértigos oníricos?... me da vértigo pensarlo.
Marina Fligueira:
Pues para esas fobias, creo que hay soluciones, sobre todo lo digo por lo del ascensor.
Alena Collar:
Mucho me he retrasado... en lo otro. Pero creo que con una semana es suficiente antelación. Supongo que los lectores habituales lo sabrán, pues la mayoría también te leen a ti, sin embargo y por si acaso, y si alguien, además está o se puede acercar por Madrid el día 11 por la tarde en la librería Rafael Alberti, que creo está cerca del metro Argüelles, allí disfrutarán como algunos lo hicimos en La Clandestina.
Odiseo de Saturnalia:
Pues no lo sé, pero ahora mismo tengo un vértigo de somnolencia tal que corto, cierro y me empiltro.
Esta bulería es un vértigo constante en el taconeo, además de la exuberancia del tres cubano incorporado como prioridad principal en el ritmo. Lo dicho: tentaciones de locura de cuando de ti me acordaba. A ver, si al Pepe le gusta. Y a tí, por supuesto. Y a todos, por descontado
Abrazos.
Tempero
Pues el bostezo de la siesta se convertirá en estremecimiento cuando pueda tener los 'parlantes' en funcionamiento.
Debido al aumento de entradas de spam en los comentarios a entradas, he habilitado la moderacion de comentarios para aquellas entradas escritas hace más de dos semanas.
Lo aviso por si acaso a alguien le extraña que en determinados post aparezca el aviso de moderación y en otros no.
Un abrazo a todos.
Tempero, no me sube las pulsaciones…pero me gusta. La introducción de este instrumento, el tres cubano, está bien como innovación por parte de este grupo Son de la Frontera (por lo de Morón), pero lo que más aprecio de esta grabación es que en 4’ 47” está representado el cante, el baile y el toque. Completo. De cualquier manera es un bonito homenaje a Diego del Gastor.
Un abrazo.
Se procede al estudio de la creación de una cátedra de flamenco.
Hoy precisamente he leído un obituario en El País de ayer sobre Jerilyn Ross una psiquiatra que venció el miedo al miedo interensantísimo.
Y tu describes al miedo con todo lo terrible que es y sí es lírica y puede ir en tu libro.
Decididamente es tu vía.... a mi entender.
Pues a mi me da mucho miedo que la gente tenga miedo... Porque ello nos paraliza y esto si que es lo peor. Abrazos africanos.
maririu:
Creo que cada día que pasa me doy cuenta de que tienes razón. E incluso cuando entro en la narrativa los dedos tienen tendencia hacia la lírica.
Maria A:
Como venimos diciendo estoy y no estoy de acuerdo. Quiero decir que la gente tenga un miedo paralizante es peligroso o puede serlo, pero no siempre porque paraliza, a veces también ocurre lo contrario y se entra en una desenfrenada carrera de huida que lleva a precipicios.
Mis miedos están en mi inconsciente... (y al fondo, bien al fondo, lo sé)... lucho contra ellos, pero claro... tan sólo cuando estoy consciente... Es una asignatura pendiente que espero terminar de resolver algún día de esos de mi vida... mientra tanto procuro y espero vivir con valentía...
Mariano... con esa frase entre comillas, llegaron muchos al placer de conseguir de verdad lo que realmente deseaban...
Besitos escribidor... es bien tarde para mi hoy...
Beatriz Ruiz:
Es cierto, amiga, que los miedos donde se arraigan es en el inconsciente, ese lugar abrupto, donde el acceso es casi imposible, por eso es tan difícil extirparlos.
Sí esa frase que señalas de Mariano, se ha dicho de muchos modos, y quizá de esa manera no sea la más adecuada para expresar a lo que me refería. Quizá sea una forma de decir que cada día que pasa voy conociendo mis límites y mis defectos, y eso, conocerse a uno mismo, puede ser un buen camino para evitar los errores y potenciar lo que uno sabe hacer, si es que sabe algo.
Publicar un comentario