Imagen tomada de internet. Google Imágenes
Lo peor eran las tardes.
Hasta hacía unos meses, después de comer, se bajaba al bar de Graciano y allí estaba un ratito: cafetito, copita y mirar alguna partida. Unas pocas bazas, porque enseguida tenía que volver al curro.
Al principio, cundo no se creyó que la cosa se prolongaría tanto, le alegró, como si fueran unas vacaciones, pasar allí tres horas o cuatro, ocupar algún asiento de la partida y vocear, como los demás, por una baza mal jugada, por un renuncio descubierto en la barahúnda de humo y gritos.
Pero después de esos meses, tres o cuatro, ella le advirtió que no podía seguir así. No estaban como para que cada tarde dejase diez euros en el bar de Graciano.
Por las mañanas las cosas eran un poco más fáciles. El horario de los chavales le permitía disimular un poco mejor.
Ella le miraba dar vueltas por la casa como los toros encerrados en un establo, furioso por la falta de actividad. Cada poco le pedía que le hiciera algún recado, e incluso se inventaba mandados inútiles para que aquel cuerpo saliera de la casa y se llevara tras de él la tensión que electrizaba el ambiente.
Pero por las tardes…
Ya, mujer, le dijo, pero entonces qué hago hasta las siete y media o las ocho… ¿Cómo le digo a los chicos que su padre, con cincuenta años, es un inútil y ha perdido el trabajo y ya nadie quiere contratarlo?
Y ella le miraba con las manos retorciéndose en una lágrima de dedos…
Hasta hacía unos meses, después de comer, se bajaba al bar de Graciano y allí estaba un ratito: cafetito, copita y mirar alguna partida. Unas pocas bazas, porque enseguida tenía que volver al curro.
Al principio, cundo no se creyó que la cosa se prolongaría tanto, le alegró, como si fueran unas vacaciones, pasar allí tres horas o cuatro, ocupar algún asiento de la partida y vocear, como los demás, por una baza mal jugada, por un renuncio descubierto en la barahúnda de humo y gritos.
Pero después de esos meses, tres o cuatro, ella le advirtió que no podía seguir así. No estaban como para que cada tarde dejase diez euros en el bar de Graciano.
Por las mañanas las cosas eran un poco más fáciles. El horario de los chavales le permitía disimular un poco mejor.
Ella le miraba dar vueltas por la casa como los toros encerrados en un establo, furioso por la falta de actividad. Cada poco le pedía que le hiciera algún recado, e incluso se inventaba mandados inútiles para que aquel cuerpo saliera de la casa y se llevara tras de él la tensión que electrizaba el ambiente.
Pero por las tardes…
Ya, mujer, le dijo, pero entonces qué hago hasta las siete y media o las ocho… ¿Cómo le digo a los chicos que su padre, con cincuenta años, es un inútil y ha perdido el trabajo y ya nadie quiere contratarlo?
Y ella le miraba con las manos retorciéndose en una lágrima de dedos…
26 comentarios:
Si alguno no lo ha hecho, que no se olvide de clicar sobre la última línea de la entrada. Hay un enlace a un texto que me parece imprescindible. Y no es largo.
Recibido el aviso, le digo:
Si es cierto lo que dice Saramago y real tu pequeño cuento (pequeño por extensión), también es cierto que no veo yo ninguna intención de la "gente normal" de plantarse.
Es decir: Estoy de acuerdo en que debería ser la gente sencilla, los parados precisamente, el ciudadano de a pie el que dijera "hasta aquí llegamos". Pero no vivimos tiempos de revoluciones, ni de algaradas, y,cuando las hay, se nos vende como que son "grupos antisistema".
No existe-a mi modo de ver- algo que es indispensable para una revolución social que de una vez hiciera saltar este sistema falso y alienante:
No existe Hambre, Amando; es decir, sí existe, pero quienes la sufren a gran escala, los desheredados de la tierra, los humillados y ofendidos, ni siquiera saben ponerse de pie antes de morir.
Y en la vieja Europa preferimos agarrarnos de la teta del Estado o de la Subvención -que es otra forma de alienar conciencias.
Triste mundo el nuestro.
Alena Collar
Quien pasa hambre, el hambre de África, no es que no sepa levantarse, no lo puede hacer, no tiene ni siquiera la brizna de fuerza suficiente para que las piernas le sujeten.
El mundo, desde siempre, ha sufrido la injusticia de los poderosos -no sólo de los gobernantes que muchas veces son/han sido títeres de los que detentan el verdadero poder-, que tienen en común (da igual la ideología o los conceptos teóricos en que asienten su sistema de poder) no saber hasta dónde pueden continuar. Sé que simplifico, pero lo más probable es que se me entienda. Me refiero a aquello que me enseñó mi madre: "La avaricia rompe el saco".
Que el sistema de libre mercado, por falta de contoles, regulaciones, etcétera, haya explotado entre nuestras manos y se haya llevado por delante a los más débiles (como siempre) es sólo un ejemplo más de esta máxima.
Por lo demás tienes razón.
Pero cuando un parado con familia a su cargo (y quizá con alguna fuerte carga ecónomica sobre sus espaldas), ve que se le acaba lo poco de que disponía, se agarra a cualquier sitio, y lo más fácil es lo evidente: teta del estado.
Y el caso que relatas no nos afecta de lejos. Esta situación la he visto en la realidad.
Si al menos esa teta del estado fuera hermosa...
En general no soy partidaria de la intervención del estado excepto en los que casos en que como éste es necesario. Y no veo un sistema eficiente en este país.
Saludos de parte de "publico y elimino entradas".
Para mí lo peor son las mañanas, como cuentas, los niños hacen más llevaderas las tardes.
Un crimen contra la humanidad, uff, no lo se, pero esto es realmente grave ya. Y nadie nos ayuda, desde arriba se ayuda a los ''grandes'',y nadie hace nada para remediarlo.
Un saludo tristón.
Neuroscopetrix:
T quizá se multiplique. Esperemos que no, pero las previsiones no son las más optimistas.
Nos quejamos del Estado, pero él, que en este caso, no ha propiciado el problema, o no todo el problema, parece que es el único encargado de solucionarlo.
Otros ganaron cuando iban las cosas viento en popa, y ahora no lo pierden...
Sólo pierden los de siempre.
Un beso.
Evaasecas:
Pero nuestro personaje estaba acostumbrado a no estar en casa ninguna tarde.
Este es otro aspecto que quería deslizar en el relato, cómo afecta psicológicamente un cambio de vida tan brutal a una persona de una edad determinada.
Confirmas lo que decía más arriba: los de arriba ayudan a los grandes... Siempre.
Es triste esta historia cómo tantas otras, visto lo de Saramago con su maestría y sabiduría, junto a tu real mensaje, solo puedo decir- que Dios le de la suficiente serenidad a los que padecen este atropello en su vida, y a los poderosos que llevaron o, llevan este país al declive, que tengan también su merecido castigo. A ver si a sí puede llegar a esas mentes egoístas, la inteligencia para ser comprensibles y solidarios y dar al Cesar lo que es de Cesar. ¡MALVADOS! MÁS QUE MALVADOS. Un beso para todos vosotros/as.
El trabajo es parte esencial de la identidad, cuando se es Juan panadero no se es Juan campesino pero Juan parado no identifica.
Creo Alena y demás que lo que pasa es
-que nadie siente que tenga algo que ver en el paro del vecino,
-que le puede ocurrir a él incluso siendo funcionario. Antes los empleados que se suicidan en France Telecom eran funcionarios del ministerio des PTT= correos teléfono y telégrafo.
-que todos tienen hipotecas y créditos
-que no creen en la fuerza del plantón, incluso sin armas.
Y tienes razón Amando cuando le dices a Alena que el Hambre impide alzarse, los obreros de Petrogrado eran la élite de la Rusia de los zares y el Tirs Etat francés también lo era en 1789, los muertos de hambre no se alzan porque no tienen la más mínima esperanza.
En la mayoría de los casos la pérdida de un puesto de trabajo trae bajo el brazo efectos colaterales devastadores.
Desde mi punto de vista el más grave es el riesgo de provocar en la persona un sentimiento de incapacidad personal. Obviamente la pérdida de un empleo tiene dos grandes consecuencias, la disminución de los ingresos económicos y una transformación en las relaciones sociales. Estos cambios provocan un endurecimiento en las relaciones entre los miembros de la familia y su vida cotidiana.
Ahora bien, lo deseable sería sacar algo positivo a la experiencia de un desempleo y utilizarla como una oportunidad para realizar actividades que impliquen un cambio en los roles familiares.
Ah, y lo de bajar al bar solo, nada de nada…o jugamos todos o se pincha la pelota.
Un abrazo.
¡Qué interesates puntos de vista! (todos teóricos, incluído el mío)
Por partes: el derecho al trabajo es indiscutible. ¿Se cumple? No.
El derecho al enchufe, Si. Mala premisa, no hay por dónde seguir.
Podríamos buscar la causa en las tropelías de los políticos, constructores y gentes del buen vivir, que sin desearlo, han proporcionado millones de puestos de trabajo, que han resultado ser la mayor hipoteca de su vida; en otras palabras: la madre de las hipotecas).
Porque tanta bonanza era mentira y en todos los casos de la historia, son y será mentira. No sé nada de economía, pero sé que en el aire no se sostiene.
Hace unos días, comenté que tenemos la suerte de vivir en un país solidario y tenemos ejemplos cercanos, de familias enteras paradas, lo cual es muy serio y como dice alguien, destroza emocionalmente a todos. Sin embargo con ayuda del vecino o de papá estado, en nuestro país se come.
Se ha estado invirtiendo (los que pueden) y derrochando, (los más y me vuelvo a incluir), en mayor o menor escala).
Hemos pagado marcas de alimentación porque podíamos, y ahora, todos compramos marcas blancas.
Ahora viene la pregunta, ¿vuelvo a comprar un danone porque ya lo han bajado al precio "real" y por lo menos evitaré que otra empresa cierre? o me digo, ¿sigo con la marca blanca, que bastante dinero han conseguido los grandes con sus márgenes?
Parece de perogrullo, pero me cuesta tomar partido. Porque a fin de cuentas estamos hablando de puestos de trabajo de personas.
Una vez puestos y como me he pasado bastante, digo que a pesar de los tiempos que corren, sí creo en la revolución sin armas, pero REVOLUCION.
Besos un tanto rabiosos por lo que nos rodea.
Marina Fligueira
Digamos que no se trata sólo de una cuestión española, aunque en España, se trata de algo especialmente sangrante. Quizá fuimos demasiado deprisa sobre pies de barro, la costalada es mayor.
Por decirlo en otros términos, nuestro crecimiento económico, aquél que ahora vemos tan lejano, aquél que nos permitió alcanzar el casi pleno empleo no hace tanto, quizá tuviera las bases menos sólidas.
Repito que a mi modo de ver, en este asunto, los poderosos que han hecho el daño, no han sido precisamente los gestores públicos, que son los que, por otro lado, tienen que estar saneaando empresas.
Algo muy raro todo, muy extraño.
Maririu:
De nuevo nos vuelves a situar ante un ejemplo que ya utilizaste en otra ocasión y que me parece genial, absolutamente genial.
¿Conoces a Juan?
¿Qué Juan?
Sí hombre el que trabajaba en la fábrica de tornillos.
Ah, sí, Juan...
Pues está en en paro.
Respecto de la insolidaridad de quien conserva el puesto de trabajo, respecto del parado, te doy mucha razón.
Respecto de los funcionarios, que no se cumpla. Aunque ya sé de lugares en España que las nóminas se empiezan a retrasar. De todos mdos, para que un funcioanrio pierda su trabajo, primero hay que privatizar ese asunto. Aquí ha ocurrido también con Correos y Telégrafos
Lo de las hipotecas es fruto,en parte, de lo que decía más arriba. El crecimiento rápido nos hizo vivir en una nube, pensamos que éramos realmente ricos; pero todo era muy, muy poco sólido.
Pepe Gonce
Ahí le has dado, sí señor. Intentar sacar algo positivo de una situación que en algunas ocasiones es devastadora... Y el cambio de roles... Ofú. Eso sí es más duro para algunos: O bajamos todos juntos a jugar la partida, o no baja nadie.
No sé, no sé qué decir...
Isolda:
Vienes a sostener, básicamente, la teoría que he sostenido en alguna de mis respuestas. Todo ha sido un poco ficiticio o volátil, y por ello el descuajaringue ha sido más brutal.
Por suerte, y también estoy de acuerdo, de evita el estallido social con algo de solidaridad (Quizá está un poco mal entendida porque lo que se consigue, a lo mejor son estómagos agradecidos, y se evita la capacidad de crítica y de pensar por uno mismo; pero por otra parte prefiero esto a la encarnizada lucha del neoliberalismo que nos puede a llegar a convertir en caníbales)
Con el dilema que propones de las marcas planteas una cuestión seria: al entregar más dinero a las multinacionales, ¿qué estamos haciendo?
Pero, aunque sea introducir una nueva sombra en la reflexión: ¿las marcas blancas, son realmente tan blancas? ¿Siempre?
"Sólo pierden los de siempre"... yo añadiría, de éstos,unos más que otros... Tu protagonista, al menos tiene una familia cerca, una casa, un lugar donde refugiarse...¿los inmigrantes? muchas veces están sólos, con la familia lejos, esperando la llegada de la remesa que permita mantener la casa, los estudios de los hijos, etc... Aunque llevamos más de un año con el problema, desde "la otra orilla", desde el mes de julio me toca vivir-sentir auténticos dramas diariamente. "Profe, que hace meses que mi hermano/a, no da señales de vida.." "Que dice mi padre que hace medio año que no le pagan en España" "Que le echaron y le contrataron al día siguiente, pero con la mitad del salario y,claro, eso no da para pagar mis estudios"... "Abandono porque en casa no llega el dinero para mis estudios"... Casi 200 alumnos/as y casi todos con los mismos problemas... En no pocas ocasiones hemos tenido más que un nudo en la maltrecha garganta... Para no desesperar, de momento vamos sorteando el "temporal": ni un sólo alumno/a hemos consentido que abandone por falta de pago... aunque haya que hacer algún que otro "milagro"... Y procuramos hacer de "contacto" con el familiar que no llama...Skype hace maravillas... Pero no desesperamos, aunque a veces ganas dan de cruzar el Estrecho para partirle la cara a más de un empresario o jefe de banco aprovechado... Por estas cosas, esta mañana, Abdelkader lloraba en mi despacho...esta tarde, en el taller de música nos cantó su canción preferida: "Si pudiera" de Antonio Flores. Y la que lloró fui yo. Un pequeño "milagro-beca" le devolvió la alegría...Abrazos africanos en un día en que brilló el sol de forma especial.
María A:
No puedo, no sé responderte.
Para tí y para Abdelkader
Y no lloréis: si yo pudiera evitarlo...
María A. como decimos por el barrio, tienes un corazón que no te cabe en el pecho.
Un abrazazo.
María A:
Fuerza para tí y para tus alumnos.
Que no desistan; renunciar jamás.
Os lo dice alguien que sabe lo que es no renunciar.
Con permiso,escribidor, Alena, como no sé si lo he dicho ya o no...¡tengo un jaleo!... por si acaso, deseo lo mejor para tu libro, la presentación del mismo, la fiesta y todo lo que venga después,que serán múltiples ediciones... Y si no hay becarios, ni gente im-portante, ni mucha gente, no te preocupes, que algunos/as estaremos de corazón y con todos los amuletos organizados...
Flamenco Rojo, hoy me han pedido en el Taller de Música ¡un coro rociero! y entonaban la Salve.. Y no veas cómo les gusta Camarón, el que más.. Cualquier día de estos, Amando, entonan canciones de Nuevo Mester de Juglaría.. o los llevo a OT..con tal de que trabajen y sonrían...
Todo empieza con una boda…después las circunstancias mandan…
Si metemos en una coctelera una pareja, la felicidad, el coro rociero de María A. el arte, Triana…nos sale lo que aquí dejo para que el escribidor lo enganche cuando pueda…Una boda con mucho arte en la Parroquia de Santa Ana (Triana).
http://www.youtube.com/watch?v=YEABCHHRBy4
Enganchado, Pepe.
Algo del Mester
Salve rociera
...Y Camarón
Maria A:
Seguro que los que estén ( en presencia o en sentimiento) son mucho pero mucho más Im-Portantes; al menos para mí, que los "IMPORTANTES". Además, con estos últimos yo me encontraría fatal, porque yo no lo soy y se me da muy mal poner cara de Importante, me entra la risa, me dan ganas de sacar la lengua y hacer "buuuh"...cosas así.
Por contar una anéccdota: hace años iba a una tertulia de semiimportantes reunidos geiper en el Gijón, y con ocasión de no se qué medio pelo de premio "nos" hicieron una foto; y se me ocurrió preguntar si había que poner cara de inteligente...
Casi me matan...
Besos
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