domingo, 21 de junio de 2009

LLANTO DE MUER

La palabra de cada día. 2004.
Leve hoja de otoño.
Diciembre.
Una mujer casi anciana, que hasta hace bien poco no lo parecía, aunque los años fueran los mismos, o quizá uno menos. Una mujer a la que le ha derrotado la vida con uno de esos mazazos que nos dejan narcotizados o inanes, que nos dejan atónitos o perplejos, que nos subsumen en el profundo abatimiento, o más aún, que consiguen que el corazón se nos encrespe y se alce contra el destino, o contra Dios, o contra la vida misma, ha estado llorando junto al amigo con quien caminaba esta fría tarde. Y no han sido unos pocos minutos.
Le agarraba a mi amigo de los brazos, mientras las lágrimas rodaban blandamente, y yo barruntaba que se podrían convertir en hielo en cualquier momento.
Como siempre que sucede tal cosa, es decir, que el llanto se derrame en mi presencia, enmudezco, se me paralizan las cuerdas vocales, no sólo las de la garganta, sino las del alma también, pues no tengo respuesta.
Me parece indecente cortarlo, incluso intentarlo (¿quién soy para eso?), pero me parece casi igual de indecente presenciar semejante desahogo; me parece indecente porque creo que el llanto es una de las actividades privadas de la vida del ser humano, probablemente uno de los más íntimos. Sin embargo, es uno de los que con más frecuencia se producen en público, y a mí, cuando soy testigo de ello se me añusga (1) el alma.
Una mujer, abuela de varios nietos, ha sido derrotada por la vida y va a ser muy difícil que salga adelante, porque, como otra mujer que también conozco muy bien, está tan apegada a la vida, se agarra a ella con tal determinación, que no entiende tales ataques frontales, total con unos cuantos años más de setenta, en plena juventud, vaya (2).
__________________________
(1) Según el diccionario de la Real Academia este verbo tiene dos significados el segundo de ellos es consecuencia del primero. Digamos que uno se atraganta la garganta, pero también se le puede atragantar el alma. En los pueblos de Castilla se utiliza este término con relativa frecuencia. Estas son las definiciones exactas que da el diccionario:
1. Atragantarse, estrecharse el tragadero como si le hubieran hecho un nudo.
2. Enfadarse o disgustarse.
(Nota del escribidor).
* * * * *
(2) Así lo escribí hace cinco años. Así lo publico hoy. Por eso introduzco ahora esta hermosísima canción que Eric Clapton compuso como respuesta al terrible accidente que causó la muerte de su hijo de cuatro años, que supongo todos conoceréis.
Suena a pura melancolía, lo sé, pero, a mi modo de ver, es pura esperanza.


39 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincidencia con mi melancolia de ayer/hace muy poco. Como tu, pienso que las lagrimas en publico son indecentes pero tienen que brotar en un momento u otro. Hermosa cancion que no conocia y que trae esperanza tanto por sus palabras como por su melodia. Dice lo que decia hace minutos: no pararse, seguir adelante y tantas palabras que ya no me acuerdo bien pero que se quedan en mi corazon.
Un abrazo. Catherine.

Amando Carabias dijo...

Catherine: Esta canción nació como respuesta creativa a un dolor gigantesco. Uno de los mayores dolores que puede sufrir un ser humano. Dices que no conocías la canción. Quizá entonces no conozcas la histora. Connor, el hijo mayor de Eric Clapton, tenía cutro años cuando accidentalmente cayó desde el piso cincuenta y tantos de algún rascacielos u hotel.
Que un hijo se muera es, a mi modo de ver repito, una de las mayores desgracias que puede padecer un humano, quizá porque sea lo más opuesto que hay a la llamada ley de vida. No es algo excepcional, por supuesto, pero no es lo más habitual, y menos aún en nuestra sociedad en que, por suerte, el índice de mortalidad infantil es tan bajo.
Como has visto, y has escrito, esta canción invita a la esperanza y por ello la he puesto, porque aún desde una situación en apariencia desesperada (mucho más trágica la de la estrella del pop, que la que narro en fragmento de hoy) se puede encontrar una salida.
Un beso.

Anónimo dijo...

De acuerdo que hay lágrimas que deben derramarse en el ámbito más íntimo, las derivadas de la pena del alma, esa que produce un intenso "dolor de corazón". Nos las comemos y procuramos derramarlas en la más estricta soledad, si podemos.. Pero hay otras lágrimas que yo no tengo tan claro que sea necesario esconder: lágrimas de alegría, cuando el corazón "brinca" "da saltos". Estas yo no veo por qué sea necesario ocultarlas, siempre que sean moderadas. Además, producen un efecto beneficioso para la salud: limpian los lacrimales, dan brillo a los ojos y purifican la mirada. El problema es que hay muchos lacrimales en excedencia...o sin conexión con el corazón...
Me ha encantado encontrarme con el término "añusgar",que me ha llevado a mi infancia y, relacionado con las lágrimas y las penas, en mi casa había un rincón para llorar y dejar los enfados (amulamientos decían mis padres...)Que estabas enfadada o "amulada"...¡al rincón! Pasabas un ratito allí y a seguir la jornada. Podías llorar pero sin que se notara mucho...Siendo la más pequeña de la tropa, pasé no pocos ratos allí...cuando retornaba, mi madre siempre decía que tenía los ojos más verdes...Ahora que lo pienso, creo que voy a poner un rincón para esto en mi despacho...Feliz jornada. Besos africanos.

Amando Carabias dijo...

María: Es lo que tiene la lectura... Claro, cuando escribía me refería al llanto ese del dolor, a ese que nos rompe... bueno esas cosas que digo. Los otros es diferente, por supuesto.
Oye, me encanta lo del rincón para cuando uno se amulada. Pero existe un riesgo ¿no?, que a quien le entra ese amuladamiento se eternice allí metido.
¿No habría que poner un horario o algo así...?

Beatriz Ruiz dijo...

María, que día más pleno el de ayer... y lo mejor???... que podemos vivirlo contigo... Gracías...

Isolda... que más quisiera yo... todavía estoy entrenando para tener ese gran corazón... todavía...

Mi querido Amando... que puedo decir???... Esos dolores del alma, que seguro hemos padecido todos en algún momento, hacen llorar al corazón... pero estoy de acuerdo con María... también se puedo llorar de alegría...

Feliz día... con cariño desde Tenerife...

Amando Carabias dijo...

Beatriz: Buenos días desde este sol de Castilla. No te achiques, Beatriz, no te achiques que eres injusta contigo misma.
Se puede llorar por tantas cosas. Hay lágrimas de todos los colores, por así decir... Incluso las hay falsas, a las que antes también aludía Maria. Pero fíjate que decimos 'llorar' y todos pensamos en lo mismo. Si hay que explicar se añade de alegría, de emoción... Cuando decimos está llorando, así, sin más, todos entendemos, de primera, lo mismo.
Un beso.

Gaspard P.-A. dijo...

No sé si hay paz más allá de la puerta. Ni sé si me reconocerían hoy. Corroboro lo anti-natural de la muerte de un hijo. Yo perdí al pequeño de mis cuatro hijos en un accidente de tráfico en América en 2000, meses después de quedarme viudo. Tenía 20 años. Y hace dos meses murió mi hija pequeña, a los 39, de la misma enfermedad que se llevó a su madre con 60.
Tengo en el iPod 'Layla', con The Dominos. No me compraré Tears in Heaven. A mí me produce más que nada melancolía, y ya tengo bastante. Esta mañana me he levantado recordando lo que me dijo hace exactamente dos meses, el martes 21 de abril, por teléfono, a la vuelta del neurólogo. No parecía nada grave. Había que esperar a las pruebas. Llegaron ellas, se fue ella.

Amando Carabias dijo...

Gaspard: Aunque algo sabía por el otro blog, desconocía, sin embargo, hasta dónde te había golpeado la vida, con cuánta contundencia. No me extraña lo que comentas y que dudes de todo. No me extraña.
Uno que es muy poco conocedor de casi todas las músicas desconocía esta que citas. A ver si soy capaz de enlazarla desde aquí. Es mi pequeña muestra de solidaridad.

Beatriz Ruiz dijo...

Gaspard... te mando un beso con todo mi cariño...

No puedo ni imaginar un dolor más grande que el de perder a un hijo/a...

Lo siento...

Beatriz.

Anónimo dijo...

Gaspard, un beso muy, muy fuerte...un abrazo interminable...norteafricano.María A.

Pilar dijo...

Buenos días a todos y feliz verano.
Ando algo resacosa porque ayer estuve de fiesta y llegue algo tarde y un pelín perjudicada, así que perdonadme si no acierto hoy mucho con el léxico y la sintaxis.
Otra vez, quiero daros a todos un ábrazo muy sentido por todo vuestro apoyo, lo siento dentro de mi corazón como un bálsamo que ha hecho mucho bien a mis heridas.
De verdad, nunca creí que en un blog pudiera encontrar a gente tan inteligente, culta y bondadosa como en éste de mi querido Amando.Ha sido una suerte y es un privilegio para mí estar dentro de él.A tod@s mi cariño.
A Susana,mi querida amiga, un recuerdo muy especial porque estuvo a mi lado,apoyándome aquel viernes cuando más lo necesitaba. Gracias por tu amistad y tus consejos, tu ánimo y tu sensibilidad, espero y deseo tenerlos siempre. Y tus preciosos ojos negros siempre alegres.
Sequemos hoy las lágrimas en este hermosísimo domingo de primer día de verano.
Maravillosa entrada y acertadísimo el tema, Amando. Ese hombre cuando coje una guitarra parece que la acaricia.
Muchísimos besos.
Pilar.

Amando Carabias dijo...

Pilar: Así que de fiesta... ¿No sería que empezaron las de Segovia...? Bueno, pues espero que la resaca no sea excesivamente dura.
Ahora no vayas a presumir de suerte.
La suerte es la mía de teneros a tod@s aquí como visitantes asiduos, como seres que sois capaces de ser tan generosos y que sois capaces de olvidaros de vuestros pudores para enriquecerme. Porque no sé si sabéis cómo me enriquecéis, aunque sólo sea para 'obligarme' cada día a hacerlo bien.
Y lo mejor es la fidelidad, este venir más de una vez y mirar, y, como acaban de hacer Beatriz y María A con Gaspard, solidarizarse con el dolor o la preocupación.
Te garantizo que esto es infinitamente más de lo que esperaba cuando en noviembre comencé esta aventura.

Gaspard P.-A. dijo...

Gracias a todos, de corazón. Tengo que empezar a hacer las maletas, pero antes no querría olvidarme del concierto de septiembre del 83 en el Royal Albert Hall de Londres, recinto nombrado en honor al amor de la Reina Victoria. En él tocaron 'Layla', canción de amor para todos los tiempos, además de 'Tulsa Time' Clapton y sus compañeros de los Yarbirds, Jeff Beck y Jimmy Page, nada menos, mis ídolos de juventud. Allí estuve, fue inolvidable. Se puede oír aquí:

http://www.youtube.com/watch?v=p74mvDSUzQg

Clapton abrió un camino a grupos como los Scorpions. Me gusta más que Dylan o Hendrix, tan "rarit@s", o Springsteen, que se repite y tiene un estilo más lento, a lo Knopfler.

Ha sido tu mérito, sacar a colación a Clapton. No sigo porque me entusiasmo con la música y no paro.

Beatriz Ruiz dijo...

Amando... tan sólo quiero decirte... gracias... tú comentario de hoy en la página... además de sentido tiene una grandeza que me ha llegado al alma...

Pilar, mi Pilar... genial!!!... Seguro que disfrutaste de lo lindo... Me alegro y mucho... Un beso...

Besos bajo un sol de rigor...

Inés dijo...

Amando, hay lágrimas irrefrenables, lágrimas eternas que te acompañarán hasta como bien dice la canción crucemos más allá de la puerta.
lamentablemente perdí a mi hermana hace tres meses, no hay día que no la recuerde y que la llore por dentro y por fuera.

me ha gustado lo que has escrito,
gracias por eso y por tus palabras que siempre espero.
discúlpame estuve en de viaje y no pude comentar a nadie

besos,

Pilar dijo...

Vuelvo un poco más lúcida (y lucida)y siento una enorme vergüenza de estarme quejando de la vida cuando hay historias personales tan desgarradoras como la de Gaspard y la Inés. Perdonad mi injusto egoismo, de verdad que si pudiera habria empezado el primer comentario de otra forma.Ya no tiene remedio,así que sólo me queda mandaros ambos un sincerísimo abrazo y un puñado de ánimo para seguir adelante.
Un abrazo a todos.
Pilar.
P.d.- Beatriz, qué cielo.

Isolda Wagner dijo...

AMANDO querido, con ese escrito ha quedado demostrado que has llegado a lo más profundo de tus lectores. Todos hablamos de llanto, nos asaltan penas ya vividas, pero lloramos también de sentirnos unidos y felices de celebrar la existencia de sitios como este.

A GASPARD, le dije cúanto lo sentía en otro blog; INÉS, leí el poema a tu hermana, me solidarizo contigo. Pero aquí estamos, seguimos con ilusiones, con muchas ilusiones y eso es lo que nos da la vida.

PILAR, cuando he leído tu primer comentario, en contra de lo que piensas, te iba a contestar un par de cosas. Primero que ya sé de dónde vienen los besos abisales con que nos obsequias. Después que hiciste un magnífico elogio de la amistad y por último, ¿de mayor serás escribidora, no?
Ya te lo he dicho varias veces, me gusta como escribes.
No creo que tengas que justificar tu entrada. Anteayer estabamos tristes por tí y hoy lo estamos por otros que seguro se alegran de tu salida de anoche.

Pues hoy os mando besos de risa y llanto que purifican.

Amando Carabias dijo...

Gaspard: Debió ser impresionante aquel concierto. Si todavía lo recuerdas.
Desde aquí buen viaje, y ya nos irás contando... Siempre que quieras, por supuesto.

Amando Carabias dijo...

Beatriz: La verdad es que no es nada especial. El tema de los niños soldados siempre me ha puesto de los nervios. Uno de los peores días de mi vida fue cuando durante la mili, en el campamento, tuvios que ir al campo de tiro. Sólo fue esa vez... Bueno, no, otro día fuimos a otro... El caso es que disparábamos con balas de fogueo y garantizo que no atiné ni a una diana. Alguno llegó a decir que si lo mismo tenía que repetir el campamento por mala puntería, pero lo dejaron correr... A lo que iba que lo pasé tan mal por tener que empuñar un arma que está o estaba diseñada para lo que está diseñada. Por eso se me revuelven más las tripas viendo esas imágenes o esas instantáneas.
Por si alguien no lo sabe, Beatriz, tiene su propio blog que es de carácter solidario y se convierte en altavoz de causas por las que muchas ONG del mundo están luchando. Desde este mismo blog se puede acceder al suyo que se titula SOLIDARIDAD Y PAZ.
Un beso.

Amando Carabias dijo...

Inés: Una muerte tan próxima y tan reciente... Tiene que ser tremendo. Por alguna experiencia similar íntuyo (sólo es intuición porque el verdadero conocimiento sólo lo tiene quien pasa por ahí) el calvario por el que pasas. El tiempo curará la herida. Ya sé que ahora te suena a chino, pero es así. Y malo si no la cura. Pero lo que el tiempo no hará será borrar la cicatriz del alma.
Desde aquí todo mi apoyo. En situaciones similares llorar es uno de los mejores remedios, para que la angustia no se convierta en mismas ponzoñosa que envenene tu corazón.
Pero si tengo que juzgar por tus poemas, veo que la luz ha roto la oscuridad del túnel.
Un beso.

Amando Carabias dijo...

Pilar: Pues no le encuentro ningún problema ni al principio ni al resto del anterior comentario.
La vida es esto tan complejo y tan sencillo a la vez. Este trozo de sílice gira y gira y gira (y si se para, mal asunto, la verdad) y nosotros sin darnos cuenta a la misma velocidad (¿curioso, no?). Un día el golpe llega a un lado, otro día a otro, al igual que las risas. Y no pasa nada por compartirlo con los demás. Ni lo uno, ni lo otro. Y cuando un alma sufre, es un error callar -no digo que se tenga que airear todo, eso no, todos sabemos quién son nuestros confidentes y hasta dónde podemos llegar-. Para empezar a ver soluciones lo mejor es verbalizar el problema de ese modo se empieza a tomar conciencia de su verdadedra dimensión y ya se ha sacado parte de él, con lo que nos pesa algo menos.

Amando Carabias dijo...

Isolda: Creo que hay temas que tocan a todos los corazones. Muchos temas, muchos corazones.
No sé si fuiste tú, creo que sí, la que al hablar del asunto de Susan Boyle dijiste que a ti nadie te había preguntado sobre los programas de televisión que te gustaban...
Bueno, algo así es lo de las lecturas, y lo de los libros y la literatura.
Se da por supuesto que ciertas cosas no interesan o no nos afectan, pero a la hora de la verdad hay muchas más que nos interrogan que las que dicen las editoriales.
El problema como siempre es otro.

Susana dijo...

Aunque no he tenido tiempo de leerte estos últimos días te mando un beso muy fuerte, me ha impresionado tu relato y la naturalidad con la que abres tu corazón.

Susana dijo...

Mi comentario era para Gaspard

Adrian Dorado dijo...

Hola a todos, aquí hoy es el día del padre, así que me han tocado muy fuerte todas las historias que se narraron. Por supuesto, Gaspard, contigo y de pleno mi solidaridad, para con Inés también...en fin...piuffff!
Besos y abrazos

Anónimo dijo...

Inés, recibe tú también un beso grande, grande y un abrazo interminable, norteafricano. María A.

Amando Carabias dijo...

Adrián: Aprovecho tu entrada para felicitarte por este día, espero que lo hayas paado a lo grande que es lo mínimo que te mereces. Y para que me satisfagas una curiosidad. ¿Por qué allí lo celebráis el solsticio de invierno?
Aquí se celebra el día de Sna José por la cuestión religiosa, ya sabes, San José padre del Niño Jesús...

Susana dijo...

Prefiero la emoción a (y) las lágrimas. Llorar es siempre bueno y si por casualidad tienes un amigo cerca al que mojar con ellas, mejor. A pesar de que te quedas impasible y te añusgas, querido amando, sabemos que la culebrilla te recorre el cuerpo de la cabeza a los pies, porque a algunas personas el corazón es el órgano que más les pesa.
También estoy en que puede ser un acto íntimo, pero sólo en casos muy contados. El dichoso pudor, ójala no existiera. Uno no puede contener el deseo de llorar para dejarlo para más tarde, es imposible, ya no sería emoción, y si esto supone hacerlo en público, pues adelante.
Para una madre no hay nada más emocionante que un hijo te busque para llorar, para desahogarse y conseguir un abrazo y unas palabras de consuelo. Pues eso es lo que deberíamos ofrecer a todas las personas que nos rodean.
El comentario de María me ha recordado a un amigo que vive en Portugal que se hizo una casa preciosa y en ella escondía un cuarto muy especial, el cuarto de pensar, que, por supuesto, estaba vacío.

Besos escribidor.

La canción, preciosa, desconocía la letra, que no la música

Susana dijo...

Y mi último comentario, más especial, sentido, querido, emocionado, duradero, interminable, cristalino, firme, eterno..... para Pilar. Que sabes que siempre me encuentras cuando algo necesitas.
Un abrazo de cristal

Amando Carabias dijo...

Susana: Sabía yo que esto de las intimidades iba a levantar algo de polémica. Antes pensaba lo que escribí, pero hoy, pienso que no es para tanto. Desde luego es preferible exhibir la emoción o la tristeza en forma de llanto, que otras exhibiciones impúdicas (y no me refiero a nada corporal, que conste) que ésas sí son soeces.
Con el tiempo he aprendido que quien llora lo necesita y que quien está con él, lo mejor que puede hacer es convertirse en cuenco para recoger esos cristalitos y que no se pierdan, por si acaso.
Un beso, y sigo con la tarea.

Anónimo dijo...

Susana, de chica salíamos a "pensar" por la noche al portalillo de la casa,viendo las estrellas y escuchando los sonidos del campo castellano... He mantenido la afición: siempre procuro vivir en casas que tengan vistas. Me conformo con poco, pero con vistas... en Triana, es un ático que me permite ver media Sevilla y el Aljarafe y por la noche "casi" puedo ver las estrellas. Aquí, "pienso" viendo amanecer desde mi terraza, escuchando el ruido de las olas y los pájaros...Y ahora mismo, diviso las luces de las barcas de pescadores y el olor a mar inunda la terraza. Pero la mayoría de los días, en esos momentos creo que no pienso nada, en nada...Dice el cardiólogo Fuster que hay que dedicar todos los días media hora a eso, a pensar en nada, que es muy bueno para el corazón y yo procuro hacerle caso...Besos africanos con olor a mar.María A.

Anónimo dijo...

Gaspard, la muerte de un hijo es algo terrible, y la muerte de dos... que decir màs, sino que estar solo, sin su pareja, cuando se van, es todavia màs dificil. Un abrazo muy fuerte.
Inès, lo sé lo que es la muerte de una hermana. Lo sé lo que es llorar durante meses. Toda mi simpatia dicemos en Francia, significando, por lo tanto que se pueda, que intatamos compartir el dolor.
Amando, estoy muy bien aqui en tu casa, con gente que procura alivio y ayuda a todos que lo necesitan, como lo hicisteis con Pilar la semana pasada.
Carino, abrazos, besos para todos.
Catherine.

Maria Sangüesa dijo...

Hoy llego muy tarde, Amando, demasiadas cosas en el día de hoy, ya ayer. Solamente decirte que transmites una gran sensación de pérdida con el llanto de esa mujer que tanto te impactó, un texto impresionante. La canción es una maravilla, pero de una enorme melancolía. No sabía lo de la hermana de Inés y me ha producido una gran tristeza, le mando mi cariño desde aquí. Y un beso para ti.

Anónimo dijo...

Ah! me olvidé las cicatrices del corazon. Hablabais aqui el otro dia de mùsica blues/azul. La novelista francesa Francoise Sagan escribio entre otros libros "des bleus à l'âme" o sea "cardenales en el alma"; bueno, los moretones ya no son azules sino rojos, pero para mi hay una relacion entre los golpes en el alma y el blues. Os parecera traido por los pelos, pero es mi idea del dia. Catherine.

Amando Carabias dijo...

María A: Lo de la media hora de pensar en nada es algo genial. Yo lo hago mientras camino. Después de ese tiempo, es como si las neuronas se hubieran engrasado.

Amando Carabias dijo...

Catherine: Sois personas como tú la que hacéis de este rincón (no llega a casa) en lo que se está convirtiendo. Se debe a la calidez de vuestro corazón, nada más.

Amando Carabias dijo...

María Sangüesa: Ya sabes que nunca llegas tarde, cuando puedes y es mucho. Sólo espero que la cantidad de tareas hayan sido satisfactorias, aunque hayan llevado trabajo.
Narrar el dolor ajeno es complicado y este es uno de esos momentos, porque cuando uno lo presencia y no tiene que inventar, es difícil suavizar.

Ferran dijo...

Hablaba Amando de la indecencia de contemplar el llanto ajeno, aunque de la imposibilidad de no sentirlo como vergüenza propia, por no disponer del dolor que provoca el llanto, de la experiencia maldita que hace que nada pase por exhibir el duelo, mientras nos sentimos vulnerables, a tiro de la vida y sus jugarretas terribles.

Uno tiende a guardarse las cosas en las ceremonias en las que sabes que nadie puede sufrir lo que tú estás sufriendo, aunque todos traten de establecer el vínculo del consuelo. Mi hermano decidió marcharse cuando no pud frontar una situación financiera, sin pedirme ayuda. Una muerte voluntaria y dolorosa, cuya imagen quedó grabada y nos llenó de preguntas...¿Ta ocupado estabas que no veías lo que se venía encima? Una casa con dos suicidios...¿podéis imaginar la cantidad de preguntas que se amontonan en eso que llamamos "responsabilidd"? Qué podía haber hecho, qué podía haber callado, qué debía haber puesto al alcance de mi abuelo o de mi hermano: una muerte al final de la vida, una muerte a los cincuenta. Y las vidas atónitas, que quedan atrás preguntándose qué ocurre...una viuda, una hija veinteañera, una madre ya sin marido, que no se cree con el derecho a vivir tras ese disparo a medianoche, en un despacho arruinado.

Llegaban las señales de afecto momentáneo en los odiosos rituales funerarios. Aquel de hace muchos años, cuando era un niño, con todo el mundo preguntándose qué le pasaba a mi abuelo, que cobardía le había llevado a aquello (era el miedo al cáncer, a la muerte con dolor...¡si todos lo sabían!). Y, luego, cuarenta años después, todos preguntándose cómo alguien tan alegre habíam tomado ese camino...¿Tan alegre? ¿O tan bien tapado, tan disfrazado permanentemente de frivolidad para escapar a las preguntas incómodas de la vida? ¿Tan alegre o tan confiado totalmente al éxito social que, al perderlo, se lo quitó todo?

Y claro, hay que llorarlo en casa, cuando descubres que casi no te queda nadie. Sólo una madre casi enloquecida por el dolor, estancada en la impresión de que no tiene derecho a seguir, como si la muerte fuera negociable y pudieran cambiarse los rehenes mi vikda a cambio de la suya...Lo que cualquier madre diría.

Abrazos catalanes desde Mojácar...

Amando Carabias dijo...

Ferran: Feliz estancia almeriense.
Ánimo, mucho ánimo. Sé, como se ha dicho tras algún otro comentario a esta entrada, que el feo dibujo dela cicatriz del dolor nunca desaparece del todo, pero la vida continúa. Y lo que parece una frase hecha y casi vacía de contenido es una grandísima verdad de la que quienes te apreciamos podemos dar constancia cotidiana.
Un abrazo.