lunes, 23 de abril de 2012

Un día de abril. (Oniliria XIII)


Fotografía  tomada del blog "Fotografía de la Naturaleza"
de Gonzalo Alonso Monte



Sobre la acera triste de la tarde, como ataúd de abril, yace un grito naranja, criatura de la brisa, semáforo del viento.
Un vendaval como un alfanje, te arrojó del jardín, de la arboleda mansa, donde tu vuelo grita primavera, quizá algo perezosa y triste, otoñal y alicorta.
Prosigo mi camino cabizbajo, intuyendo metáforas sangrantes en esa visión breve, como estocada en las pupilas. Mensajes nada herméticos, sobre el asesinato del futuro, imágenes muy nítidas y exactas: no hay nada más preciso que la muerte.
Demasiados cadáveres danzamos sobre andamios de hielo, sabiendo que jugamos una prórroga, aunque nuestra derrota esté firmada.
Inundamos los féretros de rabia camino de la almohada del todopoderoso banquero de la muerte, mas nuestra calavera, aún puede desgarrar tanta mentira, a pesar de morir en cada instante.
Sin embargo, en la noche de este abril oigo al mirlo bordar silbos de luz, armando un pentagrama de esperanza sobre el quicio invisible de la noche. 



Fotografía  tomada del blog "Fotografía de la Naturaleza"
de Gonzalo Alonso Monte

miércoles, 18 de abril de 2012

Arando versos


Portada del libro


Mis amigos más próximos saben, porque más de una vez lo hemos hablado, de mis reticencias a crearme un perfil en la red social por antonomasia, Facebook. Personalmente me encuentro más cómodo en Twitter.

Sin embargo, la insistencia por varias vías, al final venció mis resistencias y creé mi cuenta y mi perfil, esos que desde la propia organización ahora me tienen secuestrados, por decirlo de alguna manera. (Pero de ese asunto ahora no quiero hablar. No es el momento, aún).

A los pocos días de crearme este perfil, Amelia Díaz Benlliure me invitó a formar parte de un grupo de poetas. Un grupo como hay tantos en FB, un grupo en donde la poesía de cada uno se comparte con el sano afán de mejorarla, si es que somos capaces de sugerirlo.

...
No, me estoy equivocando.
No es un grupo cualquiera. No es un grupo más. Es el grupo que me admitió sin más, con los brazos abiertos y como si llevara entre ellos desde el minuto cero de la creación. Y no es que se haga algo muy especial. Simplemente se comparten nuestros afanes literarios, se proponen —a quien las solicita— posibles correcciones o soluciones a los poemas, se comentan…
Me recuerda el ambiente que viví en Segovia al principio de los años ochenta del pasado siglo, cuando fundamos entre un par de amigos un grupo de poesía que se reunía cada lunes en una cafetería de la ciudad.
Pero vuelvo al presente…
Casi coincidiendo con este momento, Amelia que es la encargada de la sección de poesía de la editorial castellonense ACEN (Asociación Cultural de Escritores Noveles), me propuso entrar en la publicación de un libro colectivo formado por los poemas de los miembros de este grupo y que estaba muy próximo a salir, Arando versos. Inicialmente me opuse a tal inclusión, puesto que era recién llegado y no me parecía correcto, pero sometida la cuestión al grupo, éste aceptó.
Me sigue dando pudor formar parte de este proyecto, pues durante algún tiempo el trabajo fue intenso en cuanto a propuestas, correcciones, ideas. Todo desde el respeto y la concordia, como pude comprobar durante el tiempo que he estado, y seguiré comprobando cuando regrese.

La verdad es que en las pocas semanas en que he podido pasar algún rato con alguno de los miembros del grupo, me he sentido como uno más, he notado el cariño, la ilusión, el afán por mejorar y aprender, la curiosidad.

Como vengo diciendo desde hace algún tiempo, las cosas no ocurren por casualidad, sino por causalidad. Aunque algunas veces no sea fácil establecer las causas por las que suceden las cosas, seguro que hay alguna.

Lo importante es que he sentido dentro del grupo (y lo sigo sintiendo) una especial sintonía, algo que emociona y tiene que ver, supongo con la propia esencia de la poesía.

Además de mí mismo los poetas que publican en este libro son los siguientes. (De los que tengo constancia, añado un enlace a su blog).
Clelia Bercovich
David Cebrián
Domingo Socorro
Elisa El Zoughbi
Francisco Cobacho
Guillem Vallejo
Jorge Stojsic
María Luisa Piña
Puri Teruel
Sandy García  
Foto de los componentes del grupo

Las primeras presentaciones se harán el día 4 de mayo en Valencia y el 5 de mayo en Castellón. Los beneficios irán destinados a los niños con parálisis cerebral de la Fundación Borja Sánchez de Castellón.
La foto de portada del libro es de Eloy Sánchez y merecería toda una entrada aparte por su belleza y la cantidad de imágenes que puede despertar durante su contemplación.

jueves, 12 de abril de 2012

Angel con antorcha (reedición)


Publico la reedición de este poema, incluido en Versos como carne. En este caso va con el acompañamiento de su lectura con mi voz. 
Este hecho se lo debo a tres personas.
En primer lugar a Jordi Puig, técnico de Radio Sabadell a quien conocí en Zaragoza en octubre de 2010 con motivo del encuentro de microrrelatos al que fuimos invitados los componentes del grupo 7 plumas, gracias a Anabel Consejo Pano (componente de 7 plumas y 3de3 -organizadores de ese encuentro-), Pilar Aguarón y José Antonio Prades. Tras este encuentro, en febrero de 2011, tanto Anabel como Maribel Sánchez me invitaron a Lleida a un hermoso día de poesía, donde tuve el honor de que Anabel me presentara Versos como carne. A Jordi le gusta especialmente este poema y hace unas semanas me pidió que lo grabase, al objeto de emitirlo en el programa de radio Veus anonimes que se emite cada sábado por la noche en Radio Sabadell.
En segundo lugar, agradezco a Alfredo Matesanz, de Radio Segovia, que me facilitase la posibilidad de utilizar sus equipos de grabación, puesto que no dispongo de modo de hacerlo.
Una vez puesta voz al poema, remití el archivo a Jordi quien hizo el montaje que podéis escuchar con la música y mi voz y con una sorpresa final... No os penséis que los seis minutos los llenan mis palabras. Sería excesivo.
Y por último, si no hubiera sido por Francisco Concepción, de La Esfera Cultural, este montaje no habría aparecido ayer en el blog La Esfera Cultural, ni en éste ahora.
Aunque parezcan un poco farragosas, creo que es de justicia dejar el público agradecimiento a Jordi, Alfredo y Francisco. Sin su colaboración esto hubiera sido imposible.

Y ahora sí, os dejo el audio




Y el texto del poema



ÁNGEL CON ANTORCHA

La noche es un ovillo de timbales,
cascabeleo funeral sin luz…
Negra carroza de caballos negros
me conduce a la cárcava de huesos.

El tiempo para…: reflexión y miedo,
recoge el sufrimiento en incontables
y aquietados segundos que se rompen.
Instantes que parecen hojas huecas,
transversales espacios sin aliento,
manantiales de tumbas y osamentas.

Y mi dolor es melodía y lágrima
que ocupa un universo sin palabras
cubriéndolo de rutas aún sin mapas,
trazadas por pedazos de sonidos
usurpados al alba y al ocaso,
a la tormenta, al huracán, al llanto,
al instante de la última visita,
del ángel con antorcha que me guía.

Pasión: inmenso espacio de planicies…
Plenitud: sentimiento sin aludes:
un beso, un silbo, un soplo, brisa y viento
caricia vespertina que sonríe.

Un horizonte abierto nos espera:
puesta de sol sin límites, ni orillas
que envuelve todo, que ilumina todo
cual sonrisa que se abre, flor en vuelo,
el quiebro que recorta el sino triste…

Mahler con su paso holla el mismo filo
en sombras de la muerte que me acecha.
Asoma su mirada quevedesca
traspasa la frontera y los arcanos
y envía flechas con respuesta impresa:
resurrección, resurrección palabra
camino, senda, clave, explicación
de tantos sufrimientos y agonías.
Invoca al cosmos cotidiano, simple
y acude raudo al universo entero
y se ovilla la noche entre timbales.

jueves, 5 de abril de 2012

Como patinador sobre un eclipse




Algunas madrugadas vestidas con esquirlas,
me siento amordazado por su galope oscuro,
por sus mil garras frías, por sus pupilas ciegas
como una caracola sin océano.
Me siento amordazado en su silencio,
por un miedo que acalla hasta el susurro
de mis uñas creciendo en su ataúd.
No es fácil entender las miradas exhaustas
de quienes acarician
                              abismos cada día
y sienten que respiran por costumbre,
quizá intuyendo su último latido.
No hay nada más cansado que el temor,
de un ciervo herido en medio de la noche,
percibiendo el zarpazo inagotable
de monstruos genocidas
que vierten nuestra sangre: sazón de su alimento.
El cansancio que lleva a la agonía
consiste en respirar miedo y abismo,
ese olor putrefacto y nauseabundo,
prefacio de las lápidas.
Enhebrar el ovillo de la vida,
con su color de luz y de futuro,
para fundir mi piel en su armadura,
es mi única tarea,
es el único surco necesario,
el que desenmascara sus mentiras.
Pero algunos reptiles se disfrazan,
camuflan su veneno,
repiten su retrato,
y parecen verdades absolutas,
si lo ojos no activan la mirada
de los sabios que a todos nos habitan.
Hollaré mi sendero al ritmo de la sangre,
no olvidaré las casas amigables
de la verdad, la escucha y el silencio,
y sabré las razones de las lágrimas
o el sentido profundo de los besos,
ajeno a las proclamas
de tantos titulares insidiosos
que sirven al dinero y sus secuaces,
a quienes nos pretenden
                                     esclavos y no humanos.
Seré viajero de mi vida,
no turista perplejo y agotado
tras recorrer inútiles fachadas
como patinador sobre un eclipse.