viernes, 10 de febrero de 2012

Nada, absolutamente nada, es por casualidad



Nada, absolutamente nada, es casual.
Leer las noticias que se han ido desgranando este día, una tras otra como pedradas contra la libertad y la justicia, me vienen a confirmar una vez más todos mis temores más pesimistas, sobre este sistema, sobre este país, sobre este Continente, sobre el Mundo.
Nada, absolutamente nada, es casual.
El camino está trazado. Es cierto: en dos días se puede destruir el trabajo de muchos años, el sacrificio de muchas personas que se desvelaron y dieron con sus huesos en la cárcel o en las fosas, por conseguir un mundo más justo, por lograr que cualquier ser humano tenga las mismas oportunidades con independencia de su posición, de su economía, de su ideología, de sus creencias, pero aún así, hasta los muertos acabarán por levantarse de las cunetas y alzar su voz inextinguible.
Nada, absolutamente nada, es casual.
Alguien ha decidido que la igualdad, la justicia, la democracia son inminentes peligros para sus intereses. Somos todos iguales, pero uno son más iguales que otros, parecen afirmar. Ya está bien de cualquiera pueda aspirar a señalar con su dedo a culpables de corrupciones, delitos, o mentiras. Mantener el rito y la fórmula es lo único que les interesa, el contenido mejor derrumbarlo desde los cimientos, socavarlo para que no se pueda levantar.
Nada, absolutamente nada, es casual.
Quizá en las próximas generaciones consigan sus metas, pero con nosotros no lo van a conseguir. O no lo van a conseguir plenamente, a pesar del adocenamiento en el que vivimos. No es posible que piensen, por más que sus palabras se disfracen de sacrosantos pilares de los estados de derecho, que nos han podido convencer, o engañar. Nadie se puede creer tanta torpeza cometidas por persona de demostrada inteligencia y conocimiento.
Nada, absolutamente nada, es casual.
Y lo de hoy es sólo el primer aviso. Lo sabemos. Sabemos que la verdadera pretensión es otra. Pero los muertos clamarán desde nuestros surcos, y el robo del bien común por parte de uno pocos no ha de quedar impune.
Nada, absolutamente nada, es casual.
Intentan que lo público se pudra, se cercene, se esquilme de tal modo que sólo la gestión privada satisfaga a unos pocos privilegiados, para así mantener puras e intactas sus castas. Y van dando pasos, quizá aún con nuestro silencio cómplice e hipnotizado por el miedo y el espectáculo de vísceras expuestas en los altares coloreados de nuestras salas de estar.
Nada, absolutamente nada, es casual.
Pero la historia del ser humano es imparable. Por más que se empeñen, la escalada hacia la cima de la libertad y de la justicia no ha cesado desde siempre. Y continuará. El progreso es imparable. Quedarán cadáveres exangües en los senderos, caerán los mejores por los más altos precipicios, pero aún así, seguiremos avanzando. Muchos moriremos antes de alcanzar a contemplar la tierra de promisión.
Nada, absolutamente nada, es casual.
Los dinosaurios eran invencibles. La formidable construcción de su arquitectura los hacía inexpugnables. Hasta que desaparecieron y dieron paso a otras criaturas. Tienen miedo. Su carrera conduce hacia el abismo, y lo saben, salvo que consigan convertirnos en bueyes uncidos a su yugo. Pero no lo van a lograr, porque la historia es imparable, porque somos más, porque la verdad está de nuestra parte, porque la fuerza de la verdad y de la solidaridad acabará por derrotar su arrogancia.
Nada, absolutamente nada, es casual.

11 comentarios:

Beatriz Ruiz dijo...

No nos doblegarán... y desde luego seguiremos batallando... yo al menos... bsts...

María Gladys Estévez dijo...

Buen artículo, te felicito.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Me has estremecido, Amando, con este texto que te aplaudo con ganas.
Hoy estamos todos desangelados, sin justicia y sin norte, buscando en el corazón coraje para responder, para seguir creyendo, para no darnos por vencidos.

De Lorenzo Román. dijo...

Nada, Amando, nada es casualidad, todo tiene en esta vida un porqué... Te felicito.
Un saludo.

Flamenco Rojo dijo...

Fectivamente nada es por casualidad...tu reflexión coincide con la de muchos demócratas de España...

Un abrazo.

emejota dijo...

Nada es casual y sin embargo nadamos en el universo de la incertidumbre. ¡Qué cosas! ¿Verdad? Bs.

Marina Filgueira dijo...

Hoy también siento el corazón encogido, pero al leerte este texto, cómo -que me entran unas fuerzas enormes que me ayudan a levantar ánimo que esta mañana cayó en desanimo, así como si un cubo de agua helada me cayera por la cabeza.

Amando mil gracias y mil aplausos, por compartir con estas excelentes letras, tu rechazo –nuestro rechazo a la injusticia.
Un abrazo amigo. ¡Suerte mucha suerte! Y se muy feliz.

catherine dijo...

De Francia quiero compartir este rechazo. Me hizo daño ayer esta injusticia a pesar de saber que esta decisión no es conforme con lo que piensan muchos españoles.
Un abrazo fuerte a todos.

fcaro dijo...

Dolido pero esperanzado, Amando. Yo dudo de los segundo. Ojalá esa marea imparable.
Paco.

Javier Ximens dijo...

Comparto tus reflexiones. Pero han ganado. Pero ¡ah! ganado. El domingo en las concentraciones. La del viernes pasado éramos unos 2.000. En el Bernabeu cada domingo 85.000. Sin palabras. Movamos el culo, pero ya.

francisco gomez dijo...

Poco a poco la verdad resplandece y los mentirosos se oscurecen.Nunca se debe renunciar a ser critico con el poder
Un abrazo

Saludos Paco