miércoles, 2 de noviembre de 2011

2 de noviembre

Cuando se ha abierto el día,
como un mantel bordado en plomo y lágrima,
he pensado en romper este retrato
que me sube al andamio del reloj…
No hay tiempo que perder
en maquillar la herrumbre de mi entraña…
Quemaré mi disfraz,
me montaré en el vértigo del péndulo,
procuraré ser rostro y no retrato,
afirmación directa, sin astillas
que vomiten la sangre de otros dedos…
Cuando se ha abierto el día,
como un mantel bordado en luz de llanto,
he pensado en mi río hacia la mar
donde seré pavesas, no esta lava.
No hay tiempo que perder
arrastrando más peso y más cansancio…
Me olvidaré de Sísifo y su piedra,
sólo buscaré el pan que me alimente,
arroparé mi escarcha con tus labios,
y me refugiaré en algunos versos,
hasta saberme un vuelo de cenizas.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Sabes qué, ¿verdad, Amando?..lo he leído ahora, dos veces..porque, quizás es el cansancio de la noche ya, pero ahora he agradecido esa estrofa final muchísimo más deslizante y fácil de asimilar, y te prometo que he llegado limpia de la visión de esta mañana, siempre llego limpia ala lectura de lo que sea..y este es el misterio de los poemas, de cualquier obra de arte, que nunca se terminan hasta que el espectador o el lector las lee, y el lector, porque somos seres vivos accidentales a lo largo del tiempo no es el mismo un segundo que otro...por eso no creo en la crítica negativa o positiva; nunca he creído en ella.
Un beso
(copiaré este comentario donde ya sabes)

Amando Carabias dijo...

Muchas gracias, Sofía.
Está siendo, como digo en el diario, una experiencia que al final va a ser enriquecedora, estoy seguro.
Como bien sabéis todos los que me conocéis algo, acepto bien las críticas y más si están fundadas -como es tu caso, y el de otros- y pruebas hay en este blog, unos pocos pisos más abajo.
Quizá alguno lo interprete de otro modo, me da lo mismo. La verdad es que el diálogo y la aportación hacen que uno crezca. Aunque crecer algunas veces duela.

Fiaris dijo...

Quedo reflexionando sobre tu escrito,cariños

Ramón María dijo...

Con sinceridad, es uno de los poemas que más gratamente me han llegado desde hace unos días, lo necesitaba, sin duda.

Abrazo.

Isolda Wagner dijo...

Ya sabes, no estoy en casa, pero me he hecho con un pc, porque no puedo dejar de decirte, cómo llegan tus versos muy adentro. Todo el poema es tan tuyo... Me sigue admirando tu capacidad para el ritmo del endecasílabo y las metáforas que empleas. Es una belleza en toda regla.
Besos siempre, querido.

Isabel Martínez Barquero dijo...

También me gustaría olvidarme de ser Sísifo y su piedra, qué descanso para el espíritu.
Como siempre, un poema precioso, estimado Amando.
Un beso.

Tomás Rivero dijo...

Amando. Devolverte la visita que estarás pensando que soy un cascarrabias. Pero es que nuestro blog me tiene el día ocupado. Qué te voy a contar, que no sepas.
Ya nos iremos leyendo.

Un abrazo.

Isabel Expósito dijo...

Desatarse de la inmediatez, de la premura y de las máscaras, de todo lo que no sea amor y versos; nuestro sustento. Nada superfluo, nada que sobre, sólo lo íntimamente necesario. ¡Qué hermoso poema, Amando!

Marina Filgueira dijo...

¡Solo te diré, deliciosa! Me encanta la metáfora. Me olvidaré de Sísífo... y buscaré el pan que me alimente.
Precioso todo pero estas últimas me fascinan.
Gracias Maestro.
Un besito y se feliz.