miércoles, 13 de julio de 2011

Veintitrés años

¿Veintitrés años son pocos, son muchos…?
Veintitrés años ascendiendo la misma calle cada mañana. Veintitrés años sonriendo al amanecer, aunque en invierno el amanecer sea aún futuro. Veintitrés años intentando descubrir sobre los hombros de los números y sobre las pestañas de las letras un corazón latiendo o la esperanza o la angustia.
Veintitrés años dando rienda suelta al oficio de vivir siendo útil a alguien que desconozca de esta tarea tan oculta como las sombras en medio de la noche.
Veintitrés años sabiendo que de mi dedicación o de mis despistes pueden depender unas sonrisas, el pago de una hipoteca, o la letra de algún electrodoméstico… incluso, como me dijeron una mañana de hielo, el turrón de unos cuantos niños.
¡Qué estupidez…!
¿Qué estupidez?
¿Cómo va a depender de un movimiento diligente que se endulce la boca de un niño, o un banco no inicie un desahucio por impago…? ¿O sí?
No, no, no… Sé que no soy tan importante. No, no, no… Sé que mi tarea es un eslabón casi invisible de una cadena que más parece un bucle interminable… Pero… ¿y si el eslabón se rompe? ¿Si esa cadena pierde uno de sus enlaces, cómo llegará la soldada necesaria a esas manos que cargaron la pala con la arena para que el hormigón allanara la calle escondida de aquel pueblecito que es más pequeño que su nombre casi de poema…?
Veintitrés años compartiendo vidas y sueños, dolor y pesadillas, alegrías y futuro, angustias e ilusiones.
En veintitrés años caben libros, bodas, bautizos, entierros, cirugías, juicios, divorcios, borracheras, universidades, oposiciones, denuncias, más libros, más amor, más odio…
Veintitrés años (rozando la mitad de mi vida vivida) y unas horas ya…

13 comentarios:

Anabel dijo...

Dan para mucho 23 años, querido Amando.

Dudaba en felicitarte el aniversario -de lo que fuera o fuese- pero no lo dudo: 23 años de experiencias es siempre motivo de celebración. Aunque sólo sea por lo que se ha aprendido.

Besos,

Anabel

J.Lorente dijo...

La verdad... En tu caso no sé si 23 años son mucho o poco tiempo. Pero de lo que sí estoy seguro es de que eres imprescindible. Piensa que si no estuvieras tú desempeñando tu trabajo, lo tendría que hacer otra persona. Por lo tanto eres imprescindible... Yo me entiendo.

23 Besos, Amando.

Ana J. dijo...

Nos dejas con la intriga de qué son esos 23 años.
Sean lo que sean: felicidades!
Besos

emejota dijo...

Me da mucho gusto saber que alguien también se siente eslabón de una cadena, como también me ocurre. No te creas, es un sentido de pertenencia humilde pero intenso. Veintitres x 2 = Cuarenta y seis motivos felices para poder seguir enlazando eslabones. Besazo extendido.

Paloma Corrales dijo...

Veintitrés años trabajando, por mínima que sea la responsabilidad, pesan, iremediablemente pesan.

Un beso y sonríe; hay cinco millones de parados.

Unknown dijo...

Puedo decirte que 23 años son una vida, a veces entera, y si son en el mismo trabajo, entonces es una vida con costumbres y sinsabores como los de una familia, porque esas ocho horas por día, al final, terminan por condicionar (en el bien y en el mal) nuestras vidas.
Felicidades por tus 23.
Un abrazo.
Leo

Anónimo dijo...

Veintitrés años son muchos teniendo en cuenta el escaso tiempo que nos conceden en este bello y azaroso mundo, un tercio de nuestra vida que, tratándose de ti, no me cabe duda, han sido de dedicación, perseverancia y entrega. Supongo que habrán dado para mucho, y en el álbum de tu memoria guardarás mil escenas. No me extraña que hoy te hayas parado para hacer balance, que estoy segura es muy positivo. Aunque, como persona de bien que eres, seguro que siempre te quedará la sensación de que podías haberlo hecho mejor, lo que asegura que los próximos veintitrés harás lo imposible por superarte a ti mismo.
Ánimo y a por los siguientes, ahora cargado de experiencia y sabiduría.

Benito Gonzalez dijo...

23 años no es nada, un soplo, un instante de silencio en la eternidad….una maravillosa VIDA. Un abrazo POETA

Isolda Wagner dijo...

¿Por qué hay fechas que año tras año no pasan desapercibidas? 23 no es un número redondo y estoy segura de que cada 13 de julio habrás recordado tu primer día de trabajo en esta administración. Y eso es porque como bien dices te sientes un eslabón, que no imprescindible, José Lorente (yo también te entiendo). Saber que de alguna forma puedes ayudar a alguien, que además contribuye con su sueldo al tuyo, es una responsabilidad enorme. Ojalá sigas remontado esa cuesta diaria con la misma decisión y recuerdes el episodio del turrón... Y que los años venideros traigan mejores recuerdos.
Veintitrés besos y pico, querido.

Flamenco Rojo dijo...

Vaya, en este caso no se puede decir que cumplas otros 23 años...o te jubilas a los 70. Tal como se están poniendo las cosas jubilarse a los 67 va a ser una obligación (para el que tenga trabajo) y 3 años puede ser un lujo a esa edad. En fin amigo, que los que cumplas laboralmente lo hagas con ilusión y sin traumas...será buena señal.

Un abrazo.

Maria Sangüesa dijo...

Claro que es importante tu trabajo, todos somos eslabones de algo, cada ser humano es un eslabón en la cadena de la Humanidad. Me parece que has sabido expresar, de forma muy sencilla y hermosa, lo que ha sido tu dedicación a la administración... durante toda una vida. Veintitrés años, tal y como lo has sabido analizar, son un inmenso cúmulo de vivencias y aconteceres. Veintitrés años de vida, de una de las vidas que se abren a lo largo de nuestra existencia y que forman ese conjunto de facetas que podemos denominar VIDA, con mayúsculas.
Enhorabuena y un gran abrazo.

Marina Filgueira dijo...

¡Hola Amando!!!

Felicidades por esos 23 años y que sigas ahí al pie del cañón, por muchos más.
Me ha encantado leer estas letras, claro está que en 23 años, caben todas esas cosas... que también plasmada aquí nos presentas.
¡Encuentros y desencuentros!... quizás... amor y desamor... satisfacciones y rabietas. La vida nos da de todo algo, pero lo bueno es poder contarlo tan dignamente como lo haces tú aquí. Que no, hombre, que veinte años no es nada, que sólo es un tango y tres más tampoco. Deja que llegue la jubilación y tendrás muchas más cosas que contar. Que así sea- amigo.

He leído lo del piso más abajo y, pinché en el enlace, y me parece una idea estupenda, aunque no me paré mucho. No paso por mi mejor momento. Esteré ausente por un tiempo. Me perdonáis.

Te dejo un abrazo grande, de agradecimiento y admiración. Hasta Pronto.

catherine dijo...

Me encanta la lista de tus recuerdos del trabajo y sobre todo este plueblecito más pequeño que su nombre casí de poema.
Felicidades, Amando.