miércoles, 1 de junio de 2011

No olvido a Haití

Escribir sobre determinados asuntos es delicado en determinados contextos, sin embargo en esta ocasión no me van a doler prendas. Voy a hablar sobre Haití, mejor dicho sobre ayudar un poquito a Haití… Lo digo por si alguien quiere dejar de leer en este preciso momento. Ya saben, quien avisa…
Y es que ya me estoy empezando a hartar de tantas pamemas con según qué cosas. Me parece indigno que la ayuda que la buenas gentes del mundo hemos intentado hacer llegar a los damnificados por el devastador terremoto de Haití se haya quedado en muchos casos por el camino. Y mejor no iremos más allá para evitar que a uno le suba la tensión por las nubes, porque además la situación de algunas economías no es la más boyante precisamente.
Pero hay situaciones que son más sangrantes de lo que parece. Está muy mal que uno se cite, pero desde aquí os remito a lo que escribí hace ya tantos meses. Nada ha cambiado. Si acaso ha empeorado, puesto que como ya preveíamos algunos, la noticia dejaría de importarnos pasado un tiempo, a pesar de la infatigable actitud de Forges que cada día firma su chiste haciendo alusión al terremoto, pese a que algunos periodistas, de vez en cuando nos recuerdan lo que sucedió.
El otro día, hace muy poco, un compañero de trabajo nos mandó un mail… Se va a pasar las vacaciones de verano desde el día 29 de junio a Haití...
Sí, hay un valiente, un solidario de verdad a mi vera, y yo sin enterarme. Os dejo con sus palabras.

Os quería comentar que este año he decidido irme el mes de vacaciones a echar una mano a Haití, desde el 29 de Junio al 29 de Julio.
Se trata de dar continuidad a un proyecto que comenzó en Febrero de 2010 con el viaje y estancia de seis meses de dos miembros (Nati y Pilar) de ASHUADE (Asociación Humanitaria de Ayuda al Desarrollo) en Tabarre, un barrio de Puerto Príncipe.
Principalmente nuestra labor allí será estar con la gente, sobre todo niños.
Nos han comentado desde la organización que podemos llevar globos grandes y pequeños, puzzles para niños, pinturas, dibujos para colorear, y dinero en efectivo para comprar allí todo lo que veamos necesario en el día a día. Para esta labor cuento con la ayuda de una conserje del Palacio.
Ella cuenta con una hucha para quien quiera aportar una ayuda económica. También le podéis dejar material de los mencionados anteriormente.
De esta forma podéis tener la seguridad de que llegará a Haití hasta el último céntimo que depositéis en esta hucha.
Durante la estancia en Haití, procuraré ir mandando fotos de todo lo que se vaya haciendo con el dinero aportado por todos.
Si sabéis de alguien que pudiera estar interesado en colaborar, simplemente reenviarle este correo.
Y para cualquier pregunta o sugerencia, no dudéis en poneros en contacto conmigo, tanto personalmente, como por teléfono, correo…
Como no podía ser menos, he pedido permiso a mi compañero para dar publicidad al proyecto y además he indagado por ahí. Como se puede observar en el vídeo que inserto al final de esta entrada, la presencia de religiosas es evidente. Lo digo por advertir, porque todo quede claro. Ellas (Nati y Pilar) según he descubierto son religiosas y no se oculta en el vídeo, al final aparecen los nombres de tres órdenes religiosas además de ASHUADE. Por suerte ellas –y muchas más como ellas y ellos- son la otra cara de la moneda que representaba Monseñor Munilla en el artículo de enero del año pasado.
Dicho esto –y repito que lo aclaro para que todo el mundo actúe sabiendo lo que hay-, con esta entrada lo único que pretendo son un tres cosillas:
En primer lugar, testimoniar a mi compañero mi total admiración por lo que hace. Personalmente sería incapaz de hacerlo. Ni siquiera si hubiera podido sé si lo habría hecho o, por el contrario, habría encontrado otra excusa. Personas así dignifican al ser humano, y hacen que uno no lo sienta como un carroñero. (Sé que no le gustará, pero comento dos detalles de este compañero: es joven, muy joven y es informático... No hay nada mejor que la realidad para desbaratar algunas ideas preconcebidas...)
En segundo lugar, desde este humilde espacio dar publicidad a esta acción. Cada día que pasa, y como se está demostrando desde el día 15 de mayo pasado, sólo las acciones concretas de las que se responsabiliza o da la cara alguien a quien conocemos, son las que merecen la pena. No son tan eficaces, como podrían y deberían ser acciones de justicia y no de caridad, pero visto lo visto, esto es lo que nos queda. Comparto lo que se pueda decir sobre la sinrazón de las obras de caridad en el siglo XXI; pero no es hora de teorizar. Al menos no me apetece, estoy un poco cansado de tanta palabrería. Y aunque hay que seguir luchando por un mundo de justicia, nada impide que intentemos ayudar a los necesitados. Mientras discutimos sobre el sexo de los ángeles puede caer Bizancio otra vez. La urgencia de la miseria sigue llamando a nuestra puerta. Que quienes tienen que procurar la justicia continúen trabajando por ella, entretanto con la otra mano evitemos algún dolor de hoy, algún hambre actual. O dicho de un modo más nítido aún: "A Dios rogando y con el mazo dando".
En tercer lugar. Estoy seguro que cada uno conoce en su lugar de residencia o a través de Internet a alguien que está colaborando en algúna ONG o asociación que tiene establecidas líneas de ayuda para Haití. Alguien que sea de fiar. Pues bien, ojalá que esta entrada sirva para que os dirijais a esa persona. A mí me da lo mismo que la aportación –del tipo que sea- se haga a través de un canal u otro. Es lo de menos. Salvo la admiración por mi compañero, nada me une a ASHUADE, simplemente lo traigo aquí a modo de recordatorio.
Me parece indigno de nuestra sociedad, de nuestra civilización, que nos olvidemos de los más necesitados, de los que menos tienen, y de los que están en peor disposición de tener algo, excepto sonrisas.
Haití sigue en la miseria, aunque las primeras planas de los periódicos no se interesen por el asunto.


13 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabes, a menudo me siento atrapada en mi jaula de “oro”, y de veras no sé hasta qué punto la culpa es mía o de los otros. Si la jaula fuera real, si pudiera ver sus barrotes, todavía sería afortunada; intentaría romperlos, forzar la puerta que me impide salir, convencer al que está al otro lado para que me abriera… qué sé yo. Pero mi jaula es invisible a los ojos, es la peor de las trampas: “El adoctrinamiento del poder”, que es astuto y posee todos los recursos para mantenerme a raya. Al ver a esas religiosas trabajando en un proyecto tan hermoso… Ellas tienen suerte, han conseguido escapar de las garras del sistema y hacen lo que les dicta el corazón. Son libres.
Me has conmovido y me has hecho reflexionar, no está mal para empezar el día.
Un abrazo.

neko dijo...

Llevo años diciendo que quiero hacer algo así, yo, que tengo tanto y creo tener tan poco, pero siempre hay algo que me ha echado para atrás... después de ver ejemplos como el que nos muestras me alegro de que no todo el mundo encuentre finalmente tantos miedos de por medio y pueda realizar algo tan admirable.

Nos olvidamos, siempre, de todo lo que no sale en las noticias día a día, como si se esfumara deja de estar en nuestra mente, parece que necesitamos ver el sufrimiento en directo para al menos hacernos conscientes de la situación. Ahora se ve el hecho como algo que queda muy lejos, y tras lo cual han pasado cosas igual de importantes que lo han movido a un lugar de menos importancia.

Gracias por abrirme los ojos, ya que al fin y al cabo y aunque no lo quiera, formo parte de una masa popular de la que no me enorgullezco.

emejota dijo...

Me ha conmovido tu entrada. Hay gente que en lugar de retirarse como una servidora entra en acción y los admiro profundamente. En su día pensé en hacerme "cooperante activa", pero queda claro que mi vida discurre por otros derroteros y se hace hasta donde natura permite, que no es mucho. Beso.

Maria Sangüesa dijo...

Es admirable la generosidad de quien dedica su tiempo y su esfuerzo en aliviar las necesidades de quienes han sido tan duramente golpeados por la tragedia; aunque la mayor de las tragedias es la indiferencia de quienes, desde sus puestos de poder al frente de países "ricos", permiten que la miseria se añada a las otras desgracias. Es poco lo que se puede conseguir desde manos solidarias y sin voz en los altos estamentos, pero muchas manos pueden conseguir que se sienta un gran alivio, pese a que no se solucione el problema de fondo. Tu entrada es necesaria y es necesario todo lo que se pueda aportar en lo material y en lo moral. Un abrazo.

Flamenco Rojo dijo...

La sola mención de Haití provoca evocaciones a imágenes de destrucción, penuria, enfermedades, muerte, el mismo infierno…Contemplar, año y pico después, las basuras amontonadas, los escombros, los boquetes en las carreteras y la no reparación de cosas sencillas que pueden hacer un grupo de peones, es seña de la indiferencia y la incapacidad de ese pueblo para salir del pozo en el que están metidos. La gente tiene manos, tienen fuerza de trabajo y un país que reconstruir, entonces manos a la obra. Lo que necesitan es unidad, necesitan creer en ellos mismos y en empezar a salirse por su cuenta. Una de las acciones más importantes de las ONGs es hacerles ver que sólo saldrán de la miseria si cooperan entre ellos.

Hoy nos has tocado las conciencias con tu post y nos has puesto a reflexionar…Gracias a gente como tu compañero este pueblo tiene la esperanza de salir de la miseria…lo que nadie tiene claro es cuánto tiempo llevará esto.

Un abrazo Amando.

Alena.Collar dijo...

Es así. Es como hay que hacer. Acción y no palabrería, rollos en ruedas de prensa y la ayuda en manos del funcionario de turno o similar.
Hay que hacer, aunque sea en forma local, de modo práctico. Las palabras no sirven contra la miseria.
Por mucho que nos llenemos de ellas para salvar nuestras conciencias. Vale más llevar una manta a un albergue en invierno que enviar cien euros a no se donde. Porque la manta la usan.
Bravo por tu amigo.

Alena Collar dijo...

Y por cierto: me importa un bledo si son o no religiosas; quiero decir, cuando la humanidad habita en el corazón lo de menos son las creencias.

ARO dijo...

Ese tipo de personas existe, gente solidaria de verdad, no de boquilla como casi todos, y son ellos los que dignifican al ser humano.

Isolda Wagner dijo...

Era necesaria esta entrada, porque nos olvidamos muy fácilmente. Me emociona la gente que dedican sus vacaciones a este tipo de cosas. Y ya que las palabras no sirven y sí los hechos, te pido que le des mi correo a tu compañero, quedan días suficientes y siempre se podrá colaborar en algo.
Gracias por el enlace que, si la primera vez ya me conmovió, ahora duela más si cabe. Y de paso, Viva Forges, que nunca dejó de mencionar Haití. Besos para los valientes y para ti, por supuesto.

catherine dijo...

Gracias Amando por contarnos que todavía hay gente que actua. Es así que se hacen cosas eficaces.
Bravo a tu amigo y sus amigas (religiosas).

Beatriz Ruiz dijo...

Me alegra muchísimo la entrada, amigo... Y puedes agradecer a tu compañero la iniciativa, que me parece interesante y necesaria.

Pero tengo que aclarar aquí que hay muchas personas, religiosas o no, que también... que empeñan mucho de su tiempo para ir al lugar, ayudar, intentar y dejarse un pedazo de corazón... No serán suficientes nunca, pero están allí... En nuestro país o en cualquier lugar del planeta... Es necesaria tanta solidaridad que no tendremos suficiente con una vida...

El ser humano no es tan malo como nos lo pintan en las primeras planas de la prensa, no...

Beso.

Unknown dijo...

No serán nunca suficientes las palabras que dediquemos a agradecer a las personas que ocupan sus vidas a ayudar el prójimo, independientemente del creo.
Entrada necesaria, Amando. Gracias por escribirla.
Un abrazo.
Leo

Marina Filgueira dijo...

¡Hola Amando! Aquí también llego tarde.
Es una verdad lo que explicas sobre Haití. Cuando alguna vez ponen el en la tele o en los periódicos... que tampoco lo ponen mucho, siento mucha pena y decepción, pues yo he puesto mi granito de arena en su día, pensar que se quedó por el camino, meda hasta nauseas. Siento repugnancia de esas personas que se quedan con el sustento de los más pobres.
Hablaré contigo en privado. Un abrazo.