Nos exigen un gesto afirmativo
como bueyes al ser uncidos bajo el yugo,
la determinación
de frentes sudorosas sobre el surco
agotado de gestos y mentiras…
como bueyes al ser uncidos bajo el yugo,
la determinación
de frentes sudorosas sobre el surco
agotado de gestos y mentiras…
Les dejamos cuidar de nuestra hacienda,
les nombramos guardianes del futuro,
les prestamos las llaves de la casa,
les dimos el timón de nuestro barco,
firmamos un contrato rubricado
con sangre, cárcel, muerte y esperanza,
y seguimos viviendo nuestras vidas,
sembrando de ilusión nuestro futuro
creyendo que sus manos cuidaban las semillas:
abonaban la tierra,
regaban las espigas,
evitaban las plagas,
cosechaban los frutos,
y repartían luego las ganancias,
dando más a quien más le hacía falta…
les nombramos guardianes del futuro,
les prestamos las llaves de la casa,
les dimos el timón de nuestro barco,
firmamos un contrato rubricado
con sangre, cárcel, muerte y esperanza,
y seguimos viviendo nuestras vidas,
sembrando de ilusión nuestro futuro
creyendo que sus manos cuidaban las semillas:
abonaban la tierra,
regaban las espigas,
evitaban las plagas,
cosechaban los frutos,
y repartían luego las ganancias,
dando más a quien más le hacía falta…
Pero reconozcamos nuestra culpa:
obviamos vigilar algunas cosas,
como la cerradura de la puerta,
o el apunte contable de sus gastos,
o el modo en que apartaban a los díscolos,
a quienes señalaban los peligros,
a quienes se acercaban a la entrada
sin pagar aranceles en forma de obediencia
en forma de un amén rotundo y firme,
y cómo nos drogaron nuestra mente
narcotizando el vuelo de nuestros pensamientos
con viejas estrategias
revestidas de nuevos oropeles…
obviamos vigilar algunas cosas,
como la cerradura de la puerta,
o el apunte contable de sus gastos,
o el modo en que apartaban a los díscolos,
a quienes señalaban los peligros,
a quienes se acercaban a la entrada
sin pagar aranceles en forma de obediencia
en forma de un amén rotundo y firme,
y cómo nos drogaron nuestra mente
narcotizando el vuelo de nuestros pensamientos
con viejas estrategias
revestidas de nuevos oropeles…
Pero hemos despertado con un ruido de alarma
resquebrajando sueños y deseos,
abrasando caminos de futuro,
construyendo miserias, escribiendo epitafios…
Pues de pronto la hacienda ya no es nuestra,
ni tenemos acceso a sus estancias,
ni podemos contar nuestra cosecha
ya que para contarla es necesario
ser sirviente en el templo de Mamón,
donde se aprende nueva economía,
allí les enseñaron que el haber
es como una metáfora compleja,
como una extraña fórmula contable,
la nueva religión incuestionable…
Es fácil de explicar,
aunque ellos no pretenden que se sepa.
resquebrajando sueños y deseos,
abrasando caminos de futuro,
construyendo miserias, escribiendo epitafios…
Pues de pronto la hacienda ya no es nuestra,
ni tenemos acceso a sus estancias,
ni podemos contar nuestra cosecha
ya que para contarla es necesario
ser sirviente en el templo de Mamón,
donde se aprende nueva economía,
allí les enseñaron que el haber
es como una metáfora compleja,
como una extraña fórmula contable,
la nueva religión incuestionable…
Es fácil de explicar,
aunque ellos no pretenden que se sepa.
Nuestro haber es binomio doloroso:
lo que debemos más nuestro futuro
(siendo ‘lo que debemos’, lo que nos han robado
en nombre del progreso).
lo que debemos más nuestro futuro
(siendo ‘lo que debemos’, lo que nos han robado
en nombre del progreso).
Y después de la plaga de langosta,
supimos que teníamos de todo,
pues haber es deber más el futuro;
menos los sacerdotes de Mamón,
quienes saben la fórmula precisa:
con lo nuestro sembraron su terreno,
lo suyo está guardado en otra casa
y guisan el cocido con legumbres
que aún no están sembradas.
supimos que teníamos de todo,
pues haber es deber más el futuro;
menos los sacerdotes de Mamón,
quienes saben la fórmula precisa:
con lo nuestro sembraron su terreno,
lo suyo está guardado en otra casa
y guisan el cocido con legumbres
que aún no están sembradas.
Mas de pronto el silencio se ha hecho grito,
y la mente se niega a ser uncida
con yugos fabricados durante nuestros sueños.
y la mente se niega a ser uncida
con yugos fabricados durante nuestros sueños.
Quizá sea difícil el camino,
pero al final la casa será nuestra,
volverán a nosotros nuestras llaves,
pondremos cerradura nueva y limpia,
derruiremos el templo de Mamón,
y no serán sus fórmulas los dioses
a quienes rezaremos.
pero al final la casa será nuestra,
volverán a nosotros nuestras llaves,
pondremos cerradura nueva y limpia,
derruiremos el templo de Mamón,
y no serán sus fórmulas los dioses
a quienes rezaremos.
El futuro será nuestro camino,
pero será trazado por nosotros,
no por sus sacerdotes mentirosos,
o no será trazado,
por más que sus alarmas ensordezcan
el mensaje desnudo de los versos.
pero será trazado por nosotros,
no por sus sacerdotes mentirosos,
o no será trazado,
por más que sus alarmas ensordezcan
el mensaje desnudo de los versos.