martes, 19 de abril de 2011

Oscurece en Edimburgo, ya en Segovia

“No pierdas tiempo pensando que podría ser. Inténtalo, casi siempre es posible y en último caso lograrás algo inesperado, que igual te satisface más.” (Francisco Concepción Álvarez).
Esta es la frase con la que se cierra Oscurece en Edimburgo, mejor dicho, no la novela, sino el volumen donde está publicada la primera edición de la novela. Siempre hay alguna sorpresa cuando uno tiene un libro entre las manos, y quizá no debiera haber desvelado ésta, pero no lo he podido evitar, porque resume con precisión todo lo que ha ocurrido con esta novela que nació como nacen los sueños. Fue una semilla que llegó a enraizar, que creció y que se convirtió en fuerte árbol… Tanto que ha saltado de las pantallas de los ordenadores a la materialidad de un libro de 341 páginas de papel levemente ahuesado, encuadernado en rústica.
Esta mañana, al fin, ha llegado hasta mí. Venía bien embalada, tanto que me ha costado un triunfo poder desnudar el disfraz en el que me la ha enviado nuestro editor. Y no me extrañan tantas precauciones, porque si en la aduana o en el aeropuerto o en cualquiera de las oficinas de correos en que ha estado hubieran visto la belleza de esta criatura, alguno la habría secuestrado…
En cuanto la he liberado, el perfume inconfundible de los libros recién salidos de la imprenta ha inundado la oficina. Es un olor que me gusta. Me resulta familiar, querido, el de una dura tarea que se ha concluido con éxito.
Ya lo escribí el otro día cuando me llegó la primera fotografía de la criatura en las manos de nuestro editor-coautor-amigo –menudo papelón-. Pero esta mañana, lo primero que he tenido que hacer, después de desvestirlo, ha sido sentarme. Una emoción intensa me llenaba. La sensación era la misma que sentí con los otros cinco libros, pero multiplicada por mucho. No es mi primer libro publicado. Es el sexto, y creo que por no ser mío en exclusiva, es por lo que esta emoción ha aumentado tanto.
Cuando el autor recibe su criatura, como recién nacida, sin embargo ya sabe que no es suya, que acaba de empezar a salir por la puerta, camino del corazón de los lectores (o esa es nuestra pretensión), pero durante las primeras semanas o meses, todavía no lo alejamos de nuestra mirada. Es como cuando nuestros hijos de carne y hueso, van a jugar al parque por vez primera con sus amiguitos y amiguitas. Ya son autónomos para eso, sí, ya se organizan entre ellos, pero los padres estamos por allí cerca, con un ojo avizor, no vaya a suceder cualquier desgracia. En este caso siento que me cuando me han llegado estos ejemplares para la promoción en esta parte de España, no se trata de la promoción de mi libro, sino que soy el representante de otras seis magníficas personas y estupendos escritores. Y por ello tengo que cuidar todo al máximo. Con los otros libros, si algo fallaba, el perjudicado sólo sería yo, tampoco es tan grave el problema. Ahora no, ahora no soy yo sólo quien juega esta baza, conmigo están siempre Ana, Anabel, Dácil, Francisco, Inma y Marcos. Y a ellos no les puedo fallar y no lo haré.
Subo los ojos al párrafo precedente y me doy cuenta que se me puede malinterpretar… No se trata de un deber oneroso o de una carga que me arrumbe. Al contrario, es un trampolín, un impulso, un empujón para romper cualquier timidez, para vencer cualquier vergüenza, para llamar a todas las puertas con ilusión, con una sonrisa, con insistencia, sin desmayo. No estoy solo en este empeño, hasta donde mis fuerzas y mis recursos puedan, haré posible porque esta novela que ya tengo en mi poder físicamente, tenga una andadura larga y firme.
Llegará un momento en que sólo serán los lectores y los críticos quienes la sitúen en el lugar que le corresponde. A ese veredicto se somete un escritor voluntariamente cada vez que publica. Es el riesgo que tiene esta tarea –como cualquier otra que dependa de la aceptación de los demás-, y por tanto de antemano tenemos que tener asumido el posible fracaso, las críticas negativas, etcétera… Incluso hemos de tener asumido el fracaso absoluto.
Cuando un escritor publica es porque alguien (empezando por él mismo, claro) confía en la obra. Pero nunca se puede tener la seguridad absoluta. Y cuando llega este instante en el que el libro aún huele a tinta fresca, el vértigo se hace un hueco en la mirada. El buitre de la pregunta carroñera llega sin haberla convocado, como si ya hubiera vislumbrado un cadáver en el camino. Pero esa pregunta, en este caso, hay que desterrarla antes que en otros.
Oscurece en Edimburgo tiene el respaldo de muchos lectores que han sido testigos en vivo y en directo de la formación de esta criatura. Esta novedad absoluta en el mundillo de la literatura –aunque no suponga ningún valor añadido a la calidad del texto (¿o sí?)-, es un aval para saber que no habrá fracaso. Habrá más o menos difusión, habrá más o menos lectores, pero fracaso, lo que se dice fracaso, no.
Una vez calmadas, más o menos, estas sensaciones, he salido de la oficina, con un ejemplar de la novela en la mano. Orgulloso, sonriente, ilusionado, feliz.
Y la he mostrado a quienes ya la esperaban. Felicitaciones, besos, sonrisas, intentos de compra inmediata…
He intentado que me fotografiaran allí mismo, en ese momento, pero hoy no era posible. Así que a mi pesar he tenido que esperar a llegar a casa y aquí hemos retratado a la criatura, junto a la pantalla donde una séptima parte de ella se fue gestando, en manos de uno de los siete progenitores, sentado en la silla donde ahora está sentado mientras teclea y escucha una pieza del primer libro del clave bien temperado de Johan Sebastian Bach.
La novela ha saltado de las pantallas al papel


En el rincón donde escribo habitualmente.
Orgulloso de haber colaborado con mis amigos
para llegar hasta aquí... de momento


Por cierto, podría suceder que alguien esté interesado en la compra de la novela. Yendo a esta dirección se puede adquirir mediante el fácil sistema de paypal u otro tipo de tarjetas, las más habituales como Visa, Maestro, Aurora y Master Card.

16 comentarios:

Paloma Corrales dijo...

Casi oigo las campanas, y me gustan cómo suenan. Felicidades, Amando.

No tengo paypal, ¿puedo adquirirlo de otra forma?

Besos y algarabía.

Flamenco Rojo dijo...

¡Amando el de la foto se parece una enormidad a ti! ¡Qué parecido, qué barbaridad!

Ahora sin broma...sabes o sabéis lo que me alegro de este alumbramiento, entre otras cosas porque si no soy uno de los padres de la criatura, me siento un tío carnal. Enhorabuena.

Un abrazo, hoy extendido a los demás plumigos.

catherine dijo...

Excelente idea la del libro que salta de la pantalla al papel.
Tengo poco tiempo para leer Internet, pero quiero decirte, Amando, que me gustaron mucho tus últimas entradas, tus versos.
Me alegro de la publicación de Oscurece en Edimburgo, de lo que la tenacidad y la amistad pueden lograr.
Enhorabuena de la tía francesa con un guiño al Flamenco y abrazos para los 7 padres y para los hinchas de la obra también.

Amando Carabias dijo...

Muchas gracias a los tres por tan afectuosas palabras. En especial a ti Catherine que sé de tus esfuerzos actuales.
Querida Paloma según me indican aunque no tengas cuenta paypal se puede pagar con cualquier tipo de tarjeta. Como tengo esa cuenta, no me había fijado, la verdad. Si es que cualquier día me multan por exceso de velocidad.
Muchas gracias, Tío Flamenco, sin tus aportaciones iniciales esta criatura no sería lo que es, tu trabajo de documentación fue fantástico.

María Socorro Luis dijo...

Mis felicitaciones mas efusivas...

Y por supuesto, me haré con ella, como sea...

Alena Collar dijo...

Sabes tú que yo libros por Internet no leo. Una es de librerías. Por tanto del libro que tan buenamente os ilusiona y os conmueve sólo tengo una muy vaga referencia. No lo he leído en donde ha ido gestándose. Pero tú sabes también que soy una enamorada de librerías y de Libros (en mayúscula). Cuando pasen estos días y se me pase a mí este estado de medio tontería que tengo, pediré vuestro libro y entonces sí, lo degustaré hojeando y ojeando sus hojas, y metiéndome de lleno en esa historia como debe ser: a la luz de una lamparita, y con el olor a tinta impreso.
Enhorabuena a todos.

Marina Filgueira dijo...

¡Ay amando, pero que guapos estáis los dos! Casi... tiene razón Flamenco! Felicidades a los siete y mucha suerte. Que ese libro vuele por senderos sin obstáculos, que cruce mares y montañas para llegar muy lejos. Ese es de todo corazón mi deseo. Yo, aunque lo fuí lleyendo mientras se escribía, algún capítulo me que do sin leer... Y por otra parte, me gusta tener el libro en las manos, acaricar sus hojas y espabilar mis sentidos con su lectura.
Ahora me marcho 10 días a Málaga y ala vielta si Dios quiere, hablamos.

Un abrazo grande Para todos vosotros. Feliz Semana Santa.

Marina Filgueira dijo...

Me quedé sin decirte que me encanta la presentación. Y perdona la minúscula Amando.

emejota dijo...

Amando, esta entrada me ha emocionado. Siento lo que sientes y me proporciona enorme placer. Enhorabuena al equipo. Un gran abrazo extendido.

Isolda Wagner dijo...

Ya pensaba que mi comentario se había ido de viaje a Edimburgo. Luego me he dado cuenta que este es otro sitio, gemelo del que pusiste en 7 plumas, pero no le vamos a dejar sin una palabrita.
Me quedo con este post-it verde que creo habrá contribuido mucho a la escritura de este libro. Libro que ya he encargado porque me muero de ganas de leerlo de un tirón, en papel, con la frase final de Francisco. En fin, que una vez más GRACIAS por haberlo hecho realidad.
Un beso para un plumigo.

Marina, no te digo nada: Málaga está abarrotada, pero un poco más allá, os hago un hueco así de grande. Otro beso.

lichazul dijo...

Felicitaciones por ese hijo de papel
desde Chile un abrazo

gracias por la huella

Unknown dijo...

Amigo mío, felicidades para los siete padres, ya imagino la emoción que sienten todos ustedes, creo que ha sido un proyecto con riesgos importantes, no creo que sea fácil el hecho de que siete personas distintas den vida a una historia acomunando estilos y formas distintas de escritura, para mi, la novedad que representa no hace que aumentar la dificultad, así que, mi enhorabuena sincero para los siete.
A penas me sea posible voy a procurarme el libre.
Un abrazo.
Leo

Ana J. dijo...

Amando!! Que yo sigo todavía con la emoción a flor de piel!!
Un besazo, miles de besazos

Mercedes Pinto dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ángeles Hernández dijo...

Tocada, olida, ojeada, hojeada, oída, sentida y leídos algunos fragmentos.

En breve nos meteremos con ella de lleno, de momento ENHORABUENA y haremos TODO lo que podamos para que la rueda siga.

Muchos abrazos de Á.

neko dijo...

Está claro que pensar que algo va a gustar al 100% del público es ser un poco ingenuo, pero de todas maneras, ese libro ha salido de tí y lleva parte de tí, que mas da lo que el resto opine? quédate con todos aquellos que lo disfruten y vale.

Ahora entiendo cuando me decías que veías esa rosa cada día! Un honor para mí :D