sábado, 26 de febrero de 2011

Allí debajo

Estaba allí debajo. Aguantó el grito. No daba crédito. Pero no estaba solo. ¿Por qué callaban? Había otras cuatro personas. La dependienta, el joven, otra mujer pagando y un anciano aferrado a su brazo. Restó. El anciano tenía la visión muy deficiente a juzgar por sus gafas. Quien despachaba estaba disculpada: el mostrador era una muralla. La mujer que pagaba, bastante tenía con sujetar al anciano, ‘Quieto, padre, estése quieto...’. Sólo quedaban el joven y él. ¿Quién daría la alarma? Miró. Allí seguía. El joven tenía un auricular en el oído. Se acercó. Necesitaba comprobar por qué miraba hacia abajo y callaba, como si no viera. Comprendió. Su inclinación era porque estaba atentísimo a la pantalla de su Blackberry. Si nadie había hablado, por qué él. ¿Qué razón había para descubrir aquella mano sin brazo, sangrando?

miércoles, 23 de febrero de 2011

Aspiraciones

Sólo aspiro a seguir soñando, aunque la vida enrede mis sueños. A veces parece que navego en una embarcación sin capitán, con el timón inutilizado, con el ancla perdida, con el velamen deshilachado. A veces siento que la borrasca me zarandea y hace que la nave –pequeña y liviana- zozobre en mares peligrosos, mares nocturnos, preñados de monstruos indecibles y asesinos… Sólo aspiro a que mi voz encuentre su hueco, ese espacio pequeño –casi de ameba- en el que pueda entonar las tres o cuatro notas que le hayan sido asignadas, poco más que la aparición de un meritorio en la función de su estreno. A veces siento que es inútil este afán, esta brega diaria; pero al contemplar la fuente diminuta que me espera cada jornada, compruebo que el agua que mana, es la misma que fluye de las fuentes monumentales, inabarcables, tan bellas, tan lejanas. Y al cruzar el silencio del jardín donde se ubica, al acercarme a ella, le noto más niña, más accesible, y la sed se sacia, y la piel se limpia, y el sudor se alivia, y, al escucharla, compruebo que su sonido también es una canción… Sólo aspiro seguir siendo un eslabón –lo he repetido tantas veces-, un eslabón en una cadena infinita. No porque su final no exista, sino porque está tan lejos ese extremo que es inalcanzable para mi imaginación, por mucho que la estire. A veces una farola iluminada, como un pomelo escarchado e insípido, me impide contemplar cómo las estrellas besan los párpados y los labios y la piel entera del cosmos… Sólo aspiro a no ser labio de Judas. A veces las voces golpean a mi alrededor, seduciendo con brillos que deslumbran, atacan a las retinas con sonrisas incólumes, en apariencia, y siento que debo columpiarme en ellas, hasta que descubro que hay demasiadas grietas en demasiadas pupilas como para emplear el latido de una tarde en mecerme ante un espejo cuyo azogue desgastado sólo devuelve, aburrido, el eco de mi efigie… Sólo aspiro a medir el tictac de mis horas en caricias regaladas sin imposiciones. A veces las horas se tornan disputas palaciegas, donde sólo se venden y compran cortesías con guadañas camufladas, o se vuelven diálogos de charcutería, donde sólo se mercadean vísceras cubiertas por lágrimas y olvidos, y me doy cuenta de que me convertiré en cáscara podrida o en caníbal insaciable o en aburrido mojón sin camino, cuando mi destino es ser caricia, cauce o puente… Sólo aspiro a seguir labrando sueños con mi torpe cincel de letras y silencios sobre los corazones que me encuentren en este trayecto tan hermoso y, ay, tan breve.

martes, 22 de febrero de 2011

Grupo Abierto Amigos del Arte y Café Cósmico

Foto de Adrián Luciague del Carnaval de Venecia.
Tomada de esta entrada del blog de María Sangüesa


Me quería referir en esta entrada a una iniciativa cuyo comienzo con aspiraciones de continuidad tuvo lugar el pasado viernes once de febrero. Me refiero a la Tertulia celebrada en el Café Cósmico de Madrid que organiza el Grupo Abierto Amigos del Arte del que forman parte, entre otros, nuestra amiga María Sangüesa. Quienes hayan tenido un poco más de tiempo de darse una vueltecita por el blog (cosa complicada en los tiempos que corren, lo reconozco), habrá visto un nuevo enlace con fotografía incluida, la misma de Adrián Luciague que preside esta entrada.
Puestos al habla con nuestra amiga, quedamos en comentarla unos días después de haber sucedido.
Las circunstancias me han determinado a hacerlo hoy. Quizá demasiado lejos del día en se produjo el evento, y también lejos del próximo, pero procuraré algún modo de que accedan a la información, aunque es bien plausible suponer que la mayoría de lectores de Pavesas y cenizas lo sean de El vuelo de Hécate.
Empecemos por el principio…
Me cuenta María respecto del grupo:
En el caso de las tertulias ella será la coordinadora. Y me confirma que se admiten todo tipo de colaboraciones, aportaciones y sugerencias culturales. Por ejemplo, el  tema de la próxima va a ser: Comunicación y género epistolar.
“Estamos abiertos, por eso se llama Grupo Abierto, somos un grupo al que nos une el Arte en sus distintas facetas, no es un grupo vinculante, ni jerárquico, ni hay ánimo de lucro, ni existe intención de ser persona jurídica. Simplemente, nos unimos para sacar adelante proyectos culturales (como el homenaje de las Artes  A Miguel Hernández), unas veces somos cinco y otras veinte. Lo que sí que hay es un coordinador para cada proyecto que se saque adelante”.
Han previsto que la periodicidad de estas tertulias sea mensual.
Consiguieron del céntrico Café Cósmico de la capital de España la posibilidad de que fuera un viernes de cada mes el dedicado a esta actividad, y así cada primer viernes de mes allí tendremos oportunidad de disfrutar de esta actividad que quiere ser una modesta propuesta de un grupo de artistas y amigos del arte en todas sus manifestaciones.
A la primera celebrada el pasado día once, dedicada el sugerente tema de la Sensualidad, se leyeron textos poéticos por la propia María, Alma Pagés, Ana Reyes, Jesús Malia, Delfín Yeste, actuaciones musicales a cargo de Javier Calle y Alberto Morales, una disertación entorno a alimentos y bebidas sensuales por Carlos Oblita, una disertación sobre el contenido sensual de la obra de Ricardo García Vega, una proyección de diapositivas realizadas por Adrián Luciague, cuyo tema es el Carnaval de Venecia. El acto, que llenó el local del Café Cósmico, concluyó con un animado coloquio de más de media de hora de duración con preguntas variadas y profundas, en un grato ambiente.
Así que ya saben, si no hay contraorden de otro tipo el próximo viernes 4 de marzo por la tarde en el Café Cósmico nueva Tertulia del Grupo Abierto Amigos del Arte. El tema La comunicación y género epistolar. Una forma alternativa y desestresante de compartir una copa y unas horas con unos amigos.

domingo, 20 de febrero de 2011

Vientos de libertad

Manifestación de hoy en Tánger
Tomada de esta dirección de Internet

     En algunas ocasiones contemplar el sufrimiento por el que atraviesan ciertos hermanos de planeta y especie, además de levantarnos ampollas, y además de provocar un sentimiento de absoluta solidaridad, también nos hace mirar al pasado, algunas veces no tan lejano, para nuestra desgracia.
La libertad siempre se ha construido sobre cimientos de muerte y sangre, sufrimiento y dolor, compromiso y abnegación. No hay otro camino, parece, porque los encargados del yugo pretenden que éste no cambie de posición, a saber, los hombros de los desheredados.
El clamor que en estas semanas se alza en todo el Norte de África y parte de la Península Arábiga no es muy distinto, en el fondo, que el clamor que recorrió Europa hace unos siglos o América, y que terminará por correr por toda la faz de la tierra. Bien harían los sátrapas, dictadores, tiranos y reyezuelos que tanto abundan por el planeta, en ir recogiendo los bártulos, o propiciar tales cambios en sus países que sus habitantes comenzasen a sentirse ciudadanos y no súbditos. Parece mentira que hoy en día, ya iniciada la segunda década del siglo XXI todavía se tengan que reivindicar palabras que empezaron a usarse como insignia de procesos revolucionarios en el segundo tercio del siglo XVIII.
Este mundo no ha avanzado tanto como nos parece. Disimulamos. Nuestras ropas, nuestra tecnología, nuestro aspecto, el tiempo instantáneo en que corren y llegan las noticias, la posibilidad de salvar vidas gracias a los avances médicos... Todo está muy bien, es espléndido diría yo, además de necesario. Pero en el fondo (o no tanto) el ser humano sigue pensando que sus congéneres son similares a bueyes o a mulas de carga, con derecho a una ración de comida miserable y a reproducirse para gloria de patrias y banderas...
Ocurre que nuestras miradas son excesivamente egocéntricas en general y pensamos que los límites del planeta son los de nuestro Imperio capitaneado por EEUU. Es hora ya de que nos demos cuenta que lo que sucede en esta bola de sílice –por lo demás no muy significativa en el sistema solar y menos aún en el cosmos- siempre tiene consecuencias para todos. Serán más o menos lentas, serán más o menos hondas, pero ahí estarán. Ocurrió tras la revolución francesa y sus consecuencias, sobre todo americanas, tanto al norte como al sur del continente. Ocurrió tras el Imperio de Napoleón. Ocurrió con la nefasta y aberrante descolonización de África. Ocurrió con la revolución rusa. Ocurrió con las dos guerras mundiales. Ocurrió con la caída del Muro de Berlín. Y ocurrirá ahora. Nos guste o no (y a mí me gusta) el camino hacia la libertad es imparable (aunque sea una libertad como la nuestra, una libertad tutelada y dependiente de ciertos poderes económicos y religiosos). Sólo un mundo más libre, podrá ser un mundo más justo.
Algunas veces he pensado –quizá en un ramalazo lírico- que un mundo más justo acabaría siendo más libre; pero en este caso el orden de los factores, sí altera el producto. Y es evidente que un mundo bajo el yugo de las tiranías, es un mundo que no puede ser justo, porque la base de la tiranía es la injusticia primordial: no respetar la esencial libertad del ser humano, para la que también modestamente lucho y pervivo.

martes, 15 de febrero de 2011

Esbozo

Incansable como estrella alumbrando la noche. Exigente como tierra acariciando el arado. Incorrecta como hambre vomitando tiranos. Tenaz como mar besando la playa. Directa como brisa de invierno limpiando los rostros. Sincera como diamante puliendo el cuarzo. Fuerte como avecilla venciendo tormentas. Paciente como escultor rescatando de una roca sin sangre la esencia del beso. Austera como almendro floreciendo en abril. Valiente como madre entregando su vida y su esencia. Soñadora como poeta escribiendo sus versos. Optimista como niño anhelando juegos, sirenas y elfos. Sensible como espliego perfumando el viento. Diligente como hormiga proveyendo el invierno. Honrada como luz descubriendo una lágrima. Amiga como sol nutriendo los surcos y los amaneceres. Intensa como piano de Brahms meciendo recuerdos.

domingo, 13 de febrero de 2011

Jaque mate de las mariposas


Algunas tardes parecen bostezos licuados y sólo invitan a desenvainar el pijama de lágrimas
disparándolo contra la piel,
a ser posible con los ojos envueltos en papel de estraza,
y subido sobre la mirada de un alcotán para no mover ni los párpados.
No es posible, sin embargo, desmoronarse por ese tobogán del color del basalto.
Ni siquiera conviene contemplar cómo los mirlos bendicen la circunferencia oscura con su plumaje reblandecido
y cantando sones naranjas sobre el mármol de un mausoleo que interpreta el chirrido de las vértebras con un violín sin cadenas.
Si fuera una ficha de ajedrez,
indudablemente,
pertenecería a la infantería y no tendría ni siquiera un pequeño lucero del alba con el que peinar el llanto de las víboras.
Un enfado, como de levadura, almidona mis uñas,
porque mi sueño es sonreír como lo hacen los caballeros después de haber salvado las acometidas que amenazaban la virtud de la dama.
¡Ay de los caballeros de sonrisas como columpios de amapola y vino!
Ellos vuelan por el campo de batalla con más precisión y agilidad que el báculo de los obispos
y son más veloces que las moles de los elefantes guiados por un sabio sioux.
Pero sigo durmiendo dentro del ataúd de marfil y gas ciudad,
mientras la tarde es un bostezo licuado
y nadie es capaz de prender un suspiro para que la chimenea, por fin, arda
y permita que el corazón se quite la bufanda, y se descalce de las hojas muertas con que rumia los dinteles del ocaso.
Ni tan siquiera los poemas de Juan Carlos Mestre (extensión acsm.) pueden con la gravilla mohosa que destilan mis pestañas.
Quizá después de la batalla necesite una ducha,
aunque si me descuido, incinerarán mis suspiros sobre un escaque negro, bajo la sonrisa de amapola y vino de algún caballero,
que ha impedido el jaque mate a las mariposas.

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viernes, 11 de febrero de 2011

Porque él lo quiere

Porque él así lo desea, paso a informaros sobre una noticia que me acaba de llegar.
El amigo Jorge Torres Daudet, me acaba de enviar un correo electrónico, en el que me dice que nuestro común amigo y comentarista habitual de este blog, Fernando Jiménez Ontiveros, se encuentra hospitalizado por causa de un doble infarto de miocardio que, además, le ha llevado al quirófano.
Según se me dice, parece que la evolución es positiva y que en pocos días podrá abandonar el hospital.
Parece que está preocupado (hasta este extremo llega su sensibilidad) porque en los últimos días no ha podido cumplir con su costumbre de contestar y participar en los blog, y quiere que se sepa el motivo de tal ausencia.
Antes de subir esta pequeña nota, he recibido autorización por parte de Jorge para hacerlo así, pues así lo quiere Fernando.
Es curioso, pero creo que fue el domingo pasado, cuando me crucé con él unos cuantos correos debido a meros asuntos literarios. Recuerdo que me dijo en el último que me olvidara de los blog y que me centrara en mi tarea.
Como he oído hace muy poco, para ser felices hay que vivir lo que uno tiene como si fuera el mayor de los éxitos.
Y la vida es nuestro éxito.
Si pincháis en el enlace que está donde he escrito su nombre, veréis que hace muy poco se ha publicado un soneto. Quizá lo tuviera programado, quizá alguien haya podido subirlo... Es un soneto en el que habla, como en tantas ocasiones sobre la divinidad y su relación con ella.
Desde aquí, deseo fervientemente su pronta y total recuperación y que pronto, en cuanto sus fuerzas lo permitan nos siga deleitando con sus comentarios, su prosa, sus versos, pero sobre todo con su amistad.
¡¡¡Ánimo, Fernando!!!

Aquietar las sombras (La instalación "La Dama de Corinto" de Guerin en el MAC Esteban Vicente de Segovia


Imagen con que se anuncia la exposición por
la ciudad de Segovia.



¿Pintura en movimiento o cine enmarcado?
Aún no sé cómo calificar la exposición-montaje “La Dama de Corinto. Un esbozo cinematográfico” que ha realizado José Luis Guerin para el Museo de Arte Contemporáneo “Esteban Vicente” de Segovia. Lo que sí sé, y lo pongo en el arranque del artículo para que no haya dudas, es que se trata de una instalación absolutamente recomendable (por no decir necesaria). Quien tenga la oportunidad de venir Segovia antes del día 24 de abril de 2011, no dude en reservar un hueco para adentrarse en el citado Museo que, como es sabido, se ubica en pleno centro de la ciudad.
(Para leer el resto del artículo pinchar sobre este enlace)

miércoles, 9 de febrero de 2011

Su mirada como amaneceres sin gasa y sin velo. (Oniliria VII)

Su mirada siempre me ha hablado como susurros de mañanas desnudas, amaneceres sin gasa y sin velo, sutiles alboradas que respiran a través de su brillo, ese brillo más limpio y traslúcido que el agua del hontanar, allá donde las cumbres están más cerca del cielo, pulsando el aroma de las estrellas, flores de un jardín de hielo, luz y sonrisas que se iluminan con la misma intensidad que el sol.
Su mirada, desde que mi mirar recibió su impacto, me ha parecido bisturí de claridad restañando melancolías, y mano desentrañando secretos escondidos en versos y en novelas, y aguja suturando cicatrices purulentas en corazones con desgarros.
Esa mirada aprendió a soñar con otras palabras, diferentes a los sonidos de la infancia, para poder ser costurera de otra vida, que encontró su brújula vital al besar en otro idioma...
Esa mirada, porque el azar es una campana de fiesta para mi corazón, se fijó en mis letras. Y desde ese día recibo su brillo de mañana desnuda, sin gasa y sin velo..., y desde entonces recibo el sonido de su risa, como romero bebiendo la carcajada de la lluvia.

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lunes, 7 de febrero de 2011

Navajas de cristal, ojos de fuego

Desde la oscuridad, 2006
© Pilar Aguarón Ezpileta


Cuando te fuiste, nunca pensé que olvidaría tan pronto la temperatura de tu piel, ni el peso de tus pechos sobre la cuna de mis manos, o el olor con el que impregnabas cada uno de los rincones de la casa. Cuando te fuiste, detrás de la frustración regalada por mi impericia, nunca pensé que olvidaría tan pronto el ritmo de tus pasos sobre la alfombra. Cuando te fuiste, harta de esperar alguna sonrisa, o alguna caricia, más allá de las rituales e innecesarias, no pensé que tu estatura se me perdería en el borde rojizo de la tarde, o el volumen de tu silueta se esfumaría junto a la sombra larga del ocaso. Cuando te fuiste, no intuí que el sonido de tu voz se desaguaría tras un torrente de olvido.
Cuando te fuiste, sin embargo, esos ojos que tanto anhelaron mi presencia —más allá de la corporal—, se alojaron dentro de mis latidos como saetas disparadas con puntería infalible. Se me clavaron tus ojos como navajas de cristal, me besaban tus ojos como labios de fuego, cuando te fuiste. Nunca pude vaticinar semejante acontecimiento.
Sólo cuando te fuiste, al escarbar angustiado en mi recuerdo, descubrí que en tus ojos flotaba la espera, haciéndose luz en tu vislumbre. Sí, querida, sólo cuando fuiste ausencia, comprendí que cada día tus pupilas se revestían con la túnica de la paciencia recién lavada y planchada para regalarme una nueva oportunidad y otra y otra y otra. Yo llegaba cada noche, henchido de los acontecimientos que el mundo ha dictaminado como trascendentales, y no comprendía el significado de tu avizorarme continuo y paciente. Sólo estaba pendiente de lo que me dijeran los de fuera, de sus palmadas en la espalda, de sus billetes en la cuenta corriente, de sus saludos por la calle principal a la hora del vermut, de sus cuerpos conquistados a traición y con engaño…
Nunca te conformabas con las apariencias, sino que escrutabas el contenido de mis pensamientos. Y cada noche, después de acercarme al dormitorio para desnudar mi cuerpo y ponerme armadura en el corazón, comprendías con dolor, tras esa inspección morosa y detallada de tus pupilas, que había retornado el mismo pedazo de piedra que te acompañaba a diario un puñado escaso de horas. Un ser que enmudecía, ensordecía y enceguecía a tu costado. Cuando aún no te habías ido, no advertí que tu mirada conjugaba al verme todos los matices que el diccionario otorga a la acción y efecto de poner los ojos sobre algo o alguien, en este caso sobre mí. Un esfuerzo titánico que nunca intuí, pues creía que aquel papel firmado era como haber adquirido el derecho a gozar de tu eterna presencia a mi lado.
Tú, mirada alerta; yo, ceguera…
Hasta que te hartaste.
Cerraste la puerta para siempre. Detrás de ti, salvo el eco de tu perfume (que también he olvidado) y una nota con una frase (“No te molestes en buscarme, porque nunca me encontrarás”), únicamente dejaste, como alboroto de luz, tu mirada, que, desde entonces, llevo incrustada como si se me hubieran clavado en el corazón un millón de esquirlas o como si se me hubieran prendido labios de fuego que me besan sin cesar.
¿Sabes, querida…? Al principio creí que ese recuerdo era un veneno lento que me destruiría, como un asesinato en la distancia que ninguna Policía podría detectar o calificar como sustancia mortífera. Sin embargo, con las semanas o los meses, comprendí que, a pesar de tu huida (que no te puedo reprochar), aún quisiste permanecer a mi cuidado. No será amor el rastro de tus pupilas en mi memoria, pues me encargué con mi torpeza y mi traición de apagar la hoguera que una vez quizá existió entre nosotros, pero al menos será rescoldo donde se evapore el hielo de la soledad.
¿Sabes, querida…? Cuando llego a casa, al prender la luz de la entrada, me doy cuenta que me espera tu mirar. Como revoloteo de pájaros, están ahí tus ojos, y ellos me sirven para acompañar a la soledad. Ahora no enchufo la televisión, ahora te cuento (o cuento a tus ojos) las cosas del día. Ahora no revisto mi corazón de coraza y yelmo.
Cuando te fuiste, se me clavaron tus ojos como navajas de cristal.
Como labios de fuego, me besaban tus ojos, cuando te fuiste…
Cuando te fuiste, no comprendí que la mirada es el cauce por donde transita la vida, o su esencia, al menos.

En este enlace se pueden encontrar el resto de colaboraciones.

Mañana se inaugura la exposición:


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La generosidad de Pilar nos regala un par de fotografías. En la de arriba apreciamos, aunque sea mínimamenteel resultado de su obra ya montada en la sala Espacio Cultural Adolfo Domínguez. En la de más abajo la pintura y el propietario de la sala Eugenio Mateo, quien en su blog (este es el enlace), realiza una bella crónica así como un buen reportaje fotográfico del acontecimiento. Gracias Pilar, gracias Eugenio y enhorabuena por el éxito obtenido.



domingo, 6 de febrero de 2011

De la poesía


DE LA PALABRA DE CADA DÍA 2011.
BITÁCORA HIPERMÉTROPE
(Diario de Amando Carabias María)

Domingo, 6 de febrero de 2011
Para que se entienda mejor, conviene que diga, en primer lugar, que estas letras las estoy escribiendo mientras escucho las notas de los nocturnos de Chopin. Detrás de mí, la televisión emite una serie que mi hija menor ve mientras cena…
Ha sido un domingo tranquilo, soleado, amable.
He escrito, he seguido trabajando en esos poemas que me traigo entre manos…
Ahora vengo de darme una vuelta por algunos de los blog que sigo y con los que disfruto y aprendo, esos lugares abiertos al mundo que, al mismo tiempo, me abren territorios que pueden haber permanecidos más o menos ocultos.
Anoche publiqué en este blog un poema en el reflexionaba sobre los acentos en los versos, esos tenues pivotes que vienen a funcionar como los elementos arquitectónicos que dan equilibrio a una estructura. O así me lo imagino al menos.
Una amiga, una gran amiga, me escribía esta mañana diciendo que así tenían que ser todos mis poemas, que así quería ella que fueran todos, tan directos o tan frescos o tan sinceros o tan inspirados o tan del corazón. No sé aún qué quería decir de todo eso, pero probablemente todo ello…, o no, quizá más aún.
A lo mejor conviene que pare, o a lo mejor es más conveniente que no intente agotar todas las posibilidades. Ahí quizá esté parte del error. No lo sé.
Sin embargo también pienso otra cosa.
Escribir para el blog, o publicar en el blog, es una cosa, y organizar un libro me lo imagino de modo diferente, y más este libro en el que estoy enfrascado, al que le voy viendo una especie de unidad orgánica –nunca mejor dicho- que necesita de otra sustancia que lo adense con más hondura.
De momento ni a su mitad he llegado. Es más lento, emocionante y cansado de lo que parece. Pero aún así ya he escrito casi una docena de poemas, o las primeras versiones de una docena de poemas. Hay poemas en prosa, hay poemas en endecasílabos, los hay en verso libre… ¿Me nacerá algún soneto, algún romance, alguna suerte de tercetos encadenados…?
No, no me importa tanto la forma cuanto el contenido, aunque es cierto –y siempre lo he creído- que la literatura es, ante todo, la forma, o sea, el modo en qué se escribe lo que se quiere decir, pues, a la postre, pocas cosas nuevas se pueden decir, en el fondo están todas dichas y escritas, e infinitamente mejor de lo que pueda hacer este pobrecito escribidor.
Anoche mismo, mientras asistía al recital que se ofreció en Los Diablos Azules gracias a la iniciativa del poeta Fernando Sabido Sánchez, estuvo abierto el chat para los espectadores que asistíamos por Internet.
Y estuvo muy activo, para qué negarlo.
En él, entre otras cosas, se debatió sobre los versos clásicos. Había dos internautas –uno desde Argentina, el otro desde USA- que abogaban con pasión por los versos clásicos. Se quejaban, cabría decir, de la ausencia de rima, de la ausencia de medida y se preguntaban, en resumen, cuál era la diferencia entre la poesía y la prosa, si en aquélla se perdían las rimas y los ritmos. Sin incidir mucho en la cuestión, vine a decir que la poesía es más que los versos clásicos, pero no me expliqué en detalle, prefería atender a los poetas y a las poetas. Pero aún así cité a Rubén Darío, Rimbaud o Juan Ramón Jiménez para demostrar que los poemas en prosa no son un capricho de la contemporaneidad, si acaso, es más contemporánea la escritura fragmentaria…
No lo sé, me parece un debate estéril, pero sobre todo me parece un debate que viene a demostrar demasiados prejuicios. La poesía es otra cosa, y no tiene mucho que ver en su esencia la forma en que se escriba.
La poesía que –por otra parte- ha caído en desgracia hace tanto tiempo, y está maldecida por muchos, por tantos, tiene que ver con la sangre, tiene que ver con una especie de precipicio al que se asoma el ser humano, tiene que ver con escarbar en los latidos del corazón y sacar a la luz lo más hondamente humano que, tantas veces, sin embargo, es lo más inhumano. Y unas veces habrá que escribir una lira o lanzarse a un soneto, y otras veces habrá que abrazar el poema en prosa… Y, en todo caso, unas veces, para ser lo más sincero posible, habrá que adentrarse en los túneles del surrealismo o del irracionalismo y, en otras, ser poeta social hasta impregnarse de carbonilla en los ojos…
O quizá no.
Quizá cada poeta tenga que encontrar una voz propia, un camino que transitar -la mayoría de las veces en soledad- para proponer una voz y una mirada que intente explicar el mundo -su mundo-, pues no otra cosa es la poesía que un modo de asomarse al mundo -al mundo del poeta, al menos, al mundo que vive y sufre y ama y odia y le alimenta-.
No sé, repito.
Quizá esté más perdido que un diablillo travieso en el cielo, pero siento que me vale la poesía del realismo sucio y me sirve el más descabalado de los surrealismo, y tiemblo que los sonetos más clásicos y con la escritura fragmentaria y dolida que, por ejemplo, leyó anoche Ángel Guinda, como temblé con la emoción con que José Zúñiga se vistió al recitar alguno de sus poemas.
Es poesía y a ella me debo, porque ella me ha atrapado.

Hablemos de la sexta, de su acento




Hablemos de la sexta, de su acento,
de ese farol que alumbra leve el verso,
como luz cenital que evita sombras,
con esa sencillez de candil tenue,
con la humildad del bajo en una orquesta,
pero con esa misma trascendencia…
Hablemos de la sexta de su acento…
Quizá hayáis paseado por Rosales,
quizá hayáis desnudado sus poemas
o quizá sus imágenes os hayan
transportado hacia mundos intangibles,
como si sus poemas fueran ríos
por explorar con remos como versos…
Si no es así el mundo no se acaba,
y si no se ha besado no se acaba,
pero el mundo es distinto con los besos
y también con los versos de Rosales.
Y al leer sus poemas muy despacio
como si mi mirar fuera de hierba,
o fuera lenta lluvia adormilada,
he bailado sus versos en mis dedos
y hasta los que son libres como el viento,
esos cuya medida es el extremo
derecho de una página que tiembla,
visten esa bombilla tan antigua,
o en su defecto cuentan con dos luces,
acá en la cuarta y en la octava sílaba…
Quizá algunos secretos se resuelvan,
buscando que la antorcha esté en su sitio,
para que la negrura no nos ciegue,
aunque sean horrores los que alumbre,
o ciertas pesadillas sanguinarias…
Ahora que se desprecia lo sencillo,
hablemos de la sexta, de su acento.

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jueves, 3 de febrero de 2011

RECITAL POETAS SIGLO XXI

Me llegan dos correos electrónicos: Fernando Sabido desde España y Andrés Morales desde Chile con el mismo asunto, que paso a dar toda la publicidad que se merecen y que, me imagino, estarán ya a estas horas ocupando lugares importantes en los diferentes blog

II Recital Internacional de poetas Siglo XXI.

Os dejo toda la información:


Por suerte para quienes no podamos estar en Los Diablos Azules, Internet nos servirá de nexo de unión para escuchar a este grupo.
Será, sin duda una gozada.

Sábado, 05 de febrero · 21:00 - 23:00 (hora española)

Lugar
DIABLOS AZULES
APODACA 6 (METRO BILBAO O TRIBUNAL)
Madrid, Spain


Creado porFernando Sabido Sánchez, Clara Ballesteros, Zhivka BaltadzhievaMostrar todos (7)

Más información ORGANIZA Y PRESENTA:

FERNANDO SABIDO SÁNCHEZ

TELEVISADO EN DIRECTO A TODO EL MUNDO
VIA INTERNET

ENLACE: http://www.lahojaenblanco.es/

LEERÁN SUS POEMAS
-ÁNGEL GUINDA
-CARLOS HUGO MAMONDE- ARGENTINA
-CECILIA QUÍLEZ
-JOSÉ LUIS ZÚÑIGA
-MAR BENEGAS
-PABLO GUERRERO
-RAQUEL LANSEROS
-SALOMÉ ORTEGA
-YOLANDA SAÉNZ DE TEJADA
-ZHIVKA BALTADZHIEVA- BULGARIA

Y LAS CANCIONES DE : CLARA BALLESTEROS

miércoles, 2 de febrero de 2011

La palabra de cada día 2011

He abierto una nueva página, mejor llamarla pestaña, en este blog, se llama La palabra de cada día 2011. En la parte superior del blog, podéis encontrar la pestaña con el título, y esto es lo que allí se puede leer:

Esta página, o pestaña, no funciona exactamente igual que el resto del blog. Es algo casi inamovible, como un tablón de anuncios.
He decidido colgar aquí, más que nada para matar el mono, lo que sustituirá a mi diario, ¡ay pobrecito, mi diario! Quizá algún día se haga una página interminable... Y para empezar le he dado el título de mi diario.
Como no podía ser de otro modo, imitando a otros (por ejemplo Andrés Trapiello), cada año de mi diario es como si fuera un libro independiente.
Después de un balbuciente inicio La palabra de cada día 2004. Diario de un opositor, en realidad empecé por La palabra de cada día 2005. Camino que serpea, al que siguió La palabra de cada día 2006. Jardín de la memoria, al año siguiente fue La palabra de cada día 2007. Asomado al brocal de tu mirada, para continuar con La palabra de cada día 2008. Zaguán de estrellas, que continuó La palabra de cada día 2009. Almanaque de huellas y concluyó en el verano pasado con La palabra de cada día 2010. Andante que, sin embargo, se detuvo repentinamente, como si le hubiera dado un infarto.
Así que, por respeto a mí mismo, como si así continuara en casa, he dicidido que esta pestaña especial del blog será, en realidad: La mirada de cada día 2011. Bitácora hipermétrope.
Su funcionamiento será muy simple. Procuraré dejar algo escrito relativo a mí mismo, a mi experiencia más cotidiana, a mis reflexiones más íntimas con la mayor frecuencia posible... En fin, como un diario, y perdón por la perogrullada.
Como la ventana para el artículo es única, para evitar que sea un lío su lectura intentaré que la primera entrada que vea el lector sea la de la fecha más actual, pero si se quiere leer todo, nada desaparecerá, al menos durante el año.

LA PALABRA DE CADA DÍA 2011.
BITÁCORA HIPERMÉTROPE
(Diario de Amando Carabias María)

Miércoles 2 de febrero de 2011
Estoy esperando a que llegue la encuestadora del INE. Nos ha tocado formar parte de la encuesta oficial sobre grastos y consumo de las familias.
Supongo que será muy importante para muchas cosas, pero uno tiende a creer que los Estados -desde hace muchos siglos- se aburren y tienen un afan incontrolado por contar: personas, monedas, ideas, gastos, ingresos, tendencias. Todos clasificados, todos en una celda, todos en la cuadrícula que nos corresponde.
Además, hoy ha sido mi segundo día de trabajo, después del disfrute de los últimas vacaciones que tenía pendientes desde el año pasado.
Estoy cansado.
Pero alguien en la oficina me ha dicho algo maravilloso, y ésta es buena vitamina, porque, a lo mejor, conoce mejor que muchos la verdadera esencia de mis deseos.
-Vete, Amando, y envía tus poesías. No sé qué pintas aquí.
Y razón tiene.
Pero me lo impide esta costumbre que tenemos en casa de comer y de gastar dinero... ¿Si no, cómo en el INE harían sus encuestas?
Ya espero a que el Zurdo me envie los dos libros de poesía que le he comprado. Así aparecerá en la encuesta que un español compra libros de poesía.
Lo que no saben es que también los leo, porque... cómo se refleja eso en una encuesta
...
Ahora mismo estoy atascado con un poema de mi próximo libro.
Por eso prefiero escribir aquí.