lunes, 29 de noviembre de 2010

La noche



La noche se imantó en silencio y frío.
La noche
escupió la mentira de los días
sobre aquellos dobleces de la sombra,
sobre aquella halitosis vieja y poco
transitada de los muertos.


La noche se imantó en silencio y frío.
La noche
pulió el veneno y destiló sus labios
donde yacían como fardos rotos
miradas de ángeles desposeídos
de siluetas y caricias.


La noche se imantó en silencio y frío.
La noche
convirtió en un cristal de escarcha y llanto
el eco de los ruegos de las viudas
y el grito de los huérfanos sin sueños
bajo almohadas como nichos.


La noche se imantó en silencio y frío.
La noche
serpenteó mendigos sin botellas,
sin piel, sin dientes, mientras la sonrisa
papal olía, entre mil nubes yertas,
a cadáver de jazmín.


La noche se imantó en silencio y frío.
La noche
acuchilló al caníbal que engullía
el sueño sin misiles de una niña
de nácar y azabache como nieve,
de mil lágrimas y estrellas.


La noche se imantó en silencio y frío.
La noche
recorrió una galaxia de ambrosía,
cuando el grito de luz tornó en neblina
el velo de la dama sin figura
con sonrisa de guadaña.


La noche se imantó en silencio y frío.
La noche
perdió las manecillas de los ríos,
como tirabuzones de corcheas,
rubíes abrazando la mirada
tortuosa de las piedras.


La noche se imantó en silencio y frío.
La noche.

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viernes, 26 de noviembre de 2010

Eulogio mentía.

Imagen tomada de Internet


Conocí a uno de los relojeros más ancianos de Euritmia, Eulogio. Me dijo que durante toda su vida, consiguió que todos creyeran que su afán era que los relojes funcionaran con precisión absoluta, sin retrasarse ni un solo segundo de la hora del Planeta. 'Mentira', me dijo mientras el vaso de vino temblaba en sus manos a causa de la risa. 'Quienes me veían con la espalda inclinada, trabajando sobre los mecanismos de aquellas máquinas, nunca supieron que, en realidad, buscaba con pasión el modo en que todos los relojes del mundo se parasen al unísono… y para siempre, pero fracasé'.

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lunes, 22 de noviembre de 2010

A dieta

Se enciende la luz. ¿La primera de la ciudad? Su llanto le convoca. El llanto de cada madrugada. Las cuatro y cuarto según los relojes. El cuerpo —antes que la mente— ha reaccionado con gestos automatizados: brazo que se estira para que la yema del índice pulse el interruptor, movimiento de piernas para que los pies ocupen las zapatillas antes de erguir la espalda, bostezo avaricioso... Una vez levantado, trastabillándose, dieciocho pasos hasta el dormitorio donde dormía quien ahora es llanto. Que el pediatra sugiera que no se coja en brazos al niño para que duerma, no cabe en la cotidianidad de su madrugada. ¿Qué sabrá el pediatra de su niño? Son apenas diez minutos, los únicos nutritivos de su existencia, después de que ella sólo sea el recuerdo que llaga sus pupilas al amanecer; diez minutos de los que, barrunta, se alimentará durante decenios… Al llegar al dormitorio, y escuchar el silencio de una plácida respiración envolviéndolo todo, comprende que el llanto anida en sus entrañas, entiende que su cuerpo es el que necesita la protección de ese calor, y sospecha que ha comenzado una dura dieta para su corazón, una dieta compuesta de recuerdos y ausencias.

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viernes, 19 de noviembre de 2010

Quiero saber con precisión de estrella.

Quiero saber con precisión de estrella,
con esa precisión de tu mirada sobre mis poros,
hasta los más recónditos,
el número de giros que la tierra ha dado sobre sí
desde aquel seis de junio de mil novecientos sesenta y dos...
(Eran las cinco de la tarde, dicen,
aunque esperé primero a que un pariente,
por fin,
abanadonara el piso tenue
y decidiera tomar el autobús
para llegar al pueblo y no creer,
cuando escuchó a mi abuelo proclamando
que otro nieto acababa de nacer,
-el quinto nieto, quien rompió aquel dicho-.
¿Existe la palabra que defina
la actitud de mi madre aquella tarde
mientras un té anodino y unas pastas
ocupaban, quizá, la mesa inglesa
de la reina Isabel?)
Pero es inútil semejante cuenta.
Mañana habría que añadir un dígito,
muesca de muerto en un revólver viejo…
y así cada jornada,
mientras vuestras miradas acaricien
la piel y los latidos de estos versos...


Cuando tus ojos lean estas letras,
¿cuántos dígitos más elevarán
la cuenta desde hoy, seis
de noviembre de este dos mil diez*?
(¿Serviría si en voz alta dijera,
como el graznido torpe de una urraca,
que han sido diecisiete mil seiscientos
setenta y nueve,aproximadamente?
¿Pero eso importa a alguien?)
La pregunta que hoy importa,
cuando la luz cimbrea la mañana
sobre mis hipermétropes pupilas,
absortas en velar el crecimiento
del aroma de la hierba,
la pregunta que importará mañana,
cuando ya la chopera sólo sea
un esqueleto oscuro entre la bruma,
la pregunta que ayer nos importaba,
cuando el río sonaba a sed y a miedo,
era saber, como lo sabe un niño
¿cuántos de aquellos giros suponían
impulsos contra el odio y la mentira?
¿Y cuántos contra el olvido?
¿Y cuántos contra el dolor?
¿Cuántos se lubricaron con aceite
de lágrimas compasivas?
¿Cuántas vueltas podrían olvidarse...?
¿Mejor: cuántas deberían
quemarse en crematorios de miserias?
_____________________________________

* Fecha precisa de la escritura del poema

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jueves, 18 de noviembre de 2010

Con su permiso estamos de celebración


que esto no es lo más correcto, sé que es algo impropio, pero me gustaría que esta entrada la construyeran entre todos los lectores.
Hoy, precisamente, hoy, hacia el mediodía en España, hará dos años de comienzo de este Pavesas y cenizas.
Y como mi deseo es que la celebración sea compartida, propongo un juego.
Cada nuevo comentario que espontáneamente sea hecho al blog, no pasará a formar parte de los comentarios, sino del propio post. Me encargaré de copiarlos aquí. Así que invito a su participación.
Y empezaré conmigo mismo:

El escribidor dijo:
Pavesas y cenizas, aunque sea difícil de creer, ha sido la calle de Internet donde he hecho unos cuantos amigos que más allá del conocimiento virtual, hemos llegado a abrazarnos en persona. Por este solo tesoro, llamado AMISTAD, doy por buena esta aventura en la red que continúa, a pesar de algunos, pues también las sombras acechan.
Pavesas y cenizas ha sido y es un rincón en el que voy conociendo a muchos corazones maravillosos.
Algunos de ellos cultivan, mejor que uno mismo, la pasión por la escritura, otros son grandes lectores, pero hay algo en común: la inquietud y el amor por la literatura.
Pavesas y cenizas es el lugar donde avanzo a la vista de todos y con ayuda en esta tarea que más bien es una pasión y se llama escritura.
Pavesas y cenizas ha sido el trampolín que me ha lanzado a otras aventuras de las que participo y con las que disfruto que se llaman Alenarte Revista, La Esfera Cultural, 7 plumas. Pero no sólo me limito a escribir y participar en ellos, sino que además cuento con la amistad de  sus integrantes que se han convertido casi en parte de la familia.
Pavesas y cenizas ha dado como fruto un libro de poemas, Versos como carne y una novela colectiva publicada en 7 plumas: "Oscurece en Edimburgo". Supongo que alguna vez ambas obras verán la luz en forma de papel. Y ha dado como resultado otro blog Euritmia en la red donde he publicado una novela Mañana amanecerá (la primera que escribí) y estoy publicando otra, Fin de trayecto.

Quiero enviar un abrazo virtual a todos los que me leen en silencio a través de este medio, a todos los que en alguna ocasión me leyeron, comentaron y hoy ya no están por aquí, pues los caminos se cruzaron y ahora siguen su propio curso, a los que me leen desde el principio y desde el principio me comentan, a los nuevos amigos y amigas que se suman poco a poco a este lugar que quiere ser lugar de encuentro, y que si ha perdido algo de frescura, es porque alguna cicatriz ya tiene en su piel....

Gracias, por su participación, gracias por su paciencia...

Pasen y sírvanse.

Emejota dijo:
Enhorabuena. Un brindis a tu salud y por una obra que va creciendo día a día. Ya sabes que cuentas con toda mi admiración. Un fuerte abrazo extendido.

Muchas gracias por tus palabras, por tus ánimos, por tus abrazos, siempre extendidos.

Fiaris dijo:
¡Felicidades amigo!que sean muchisimos años más,disfruta todo esto que te sucede!abrazo!

Eso espero, y que tú puedas compartirlo.

7 Plumas dijo:
Y la montaña crece, y las palabras conquistan amigos y lectores. Dos años intensos. Un tiempo pequeño para conquistar un mundo, el de la amistad y el de los proyectos que han crecido y el de los que están por nacer.
Lo celebro, lo aplaudo y lo admiro.
Feliz aniversario,
FranCo.

Pero para todas estas cosas hacen falta arquitectos de sueños, y con personas como tú, que tienen esa habilidad de convertir en materia las ideas, seguiremos adelante.

Ana J dijo:
Pavesas y cenizas es ese lugar donde siempre puedes encontrar a un amigo, un maravilloso escribidor.
Muchísimas felicidades por sus dos añitos. Te auguramos muchos más cumpleaños llenos de historias, buena literatura y afecto.
Un abrazo kilométrico, como de dos mil y pico kilómetros
Ana

Pues a pesar de la distancia, han llegado esos abrazos tan kilométricos. Todo será más fácil con impulsos como el tuyo.

Leonel dijo:
Creo que todos los seguidores de tus letras hemos sido contagiados por un virus benigno que se transmite y expande a través de tu palabra, dice quien te conoce que es un agente virulento completamente inofensivo y amable. Se por experiencia personal que crea dependencia y el único modo de apaciguarla es continuando a leerte. Por eso deseo, a tus blogs y a ti amigo escribidor, infinitos días de escritura para que este germen lector continùe expandiéndose en la red y nos regales muchos años de hermosas aventuras.
Un fuerte abrazo de uno que se contagio hace poco menos de 5 meses y no se quiere curar.
Leo

Palabras como éstas, son vitaminas, analgésicos y antibióticos para el dolor que la vida, algunas veces, nos reserva a la vuelta de la esquina. Que mi agradecimiento llegue cordial y cálido hasta a Italia.

Isolda dijo:
Acepto la invitación. Es un enorme placer brindar contigo por estos dos años tan intensos y fructíferos.
Me siento una privilegiada, por haber transitado la misma calle, por haber aprendido todos los días algo de ti y de otros muchos, por los ratos buenos y por los mejores; porque has sido punto de encuentro diario para los que hoy somos tus amigos. Por habernos encontrado y abrazado y por todo lo que nos queda que andar, en esta o, en otras calles. Por tu trato exquisito con todos los que te han visitado, porque de un granito de arena en el primera casilla del tablero, ¡vaya usted a saber por cuál andamos...!
Porque lo que nos unió en un principio, las letras, los textos, tus poemas, con tu delicadísimo estilo que bautizó Flamenco Rojo, no nos abandonen, al contrario: que nos invadan por doquier.
Por todo ello levanto mi copa y deseo larga vida a Pavesas, del modo que tú decidas. Hagas lo que hagas, siempre estaré cerca de ti y no podré agradecerte en la vida todo lo que me has regalado.
Enhorabuena a todos.
Mis besos vuelan ya hacia Euritmia.
¡Salud!

¿Alguien nos podía augurar este maravilloso tiempo, cuando, en otra calle, nos saludábamos, como esos transeúntes que sólo se conocen de verse cada día a la misma hora? A mí me parece tan milagroso como maravilloso. Y si vamos a eso, cuando estos encuentros virtuales se hacen realidades tangibles y hemos cazcaleado por Segovia y por Sevilla contemplando al mismo tiempo la misma luz, la misma belleza y las mismas personas, la cosa asciende a la categoría de roca inamovible.

Inma Vinuesa:
Conocí a un escribidor en La Esfera, giraba con un brillo especial, tanto que a veces su reflejo me frenaba. Disimuladamente, con la curiosidad del que empieza descubrí un brillo más intenso y me metí en él. Pavesas y cenizas, hasta su nombre no era común.
Aquí terminé descubriendo a una de las personas más maravillosas que han cruzado por mi vida, nada brilla tanto como él, ni siquiera su blog.

Gracias por tus palabras. Me han emocionado y casi me impiden seguir escribiendo. Al revés que con Isolda, son solo meses los que contemplan esta relación, sin embargo también la experiencia es intensa, y también hemos compartido calles, luces, emociones y sueños, nada menos que en Zaragoza.

María Sangüesa:
Desde Valencia, agotada por muchos motivos, no puedo dejar de mandarte mi enhorabuena y un fuerte abrazo. Otro para Marián, con ganas de poderos abrazar de nuevo (allá o acá), espero que pronto. Justo el día antes de venirme para Levante llegó el router a mi nueva casa, tras un mes sin poder entrar en Internet, así que espero poder retomar el blog... al menos, tengo instalada la línea, ya sólo falta que me pueda instalar yo...
Que Pavesas siga muchos más años contigo y con tantos amigos estupendos como los que hemos encontrado entre sus páginas y en la vida real... ¡Hasta pronto!

¡¡¡Bienvenida, María!!! Ojalá se te solucionen pronto todos los problemas y que pronto podamos disfrutar de tus versos, de tus palabras y también del encuentro personal. Muchas veces Marián y yo recordamos aquellos días en Sevilla.

Fernando dijo:
Voy a beber una copa contigo, tío, colega, como dirían los modernos castizos. ¡Dos años, dos años de nuestra vida! como decía la novia de Los paraguas de Cherburgo. A mí me ha pasado lo que a ella, no leo tus palabras, oigo su música, porque todo lo que escribes tiene sonidos y resonancias, que me llegan desde Segovia y se quedan por aquí, esparciendo ideas, regalándome sensaciones, enviándome mensajes subliminares que me ayudan a fortalecer mi alma, hoy presa de los encantos del Guadarrama. ¡Enhorabuena y un fuerte abrazo ab imo pectore!

Todavía tenemos pendiente ese encuentro. Sólo nos separa la sierra, pero a veces parece que está lejísimos. Menos mal que los avances tecnológicos permiten que los sueños y las ideas atraviesen el espacio y lleguen a los corazones.

Neko dijo:
Se puede contar cada día, cada hora y cada segundo desde aquel momento, pero hay tantas cosas que no se pueden contar que hay que sentirlo para comprederlo.

Gracias por tus palabras y por esa mirada tan honda sobre las cosas.

Beatriz dijo:
Mi querido Amando... aunque mi corazón está triste por motivos personal no voy a dejar de decirte lo feliz que me hace saber que estás en el mundo... que nos regalas tus palabras y muchas veces tus sentimientos... que es un honor tenerte como amigo... que aunque muchas veces no escriba mi opinión, me gratifica leerte... que inevitablemente volveré siempre a Pavesas para sentirte...
Besos, siempre...
Beatriz.


Todavía recuerdo aquella mañana de sábado en que comenzamos a escribirnos y te animaste a publicar tus comentarios en Pavesas. Y a partir de ahí, como con otros amigos, nos hemos visto varias veces. Incluso en los momentos difíciles, recuerda que hay una luz, y tú siempre puedes mirar la Danza del sol. Conocerte a ti ha supuesto abrir mi mirada, que como es bien sabido es bastante hipermétrope, al mundo y a los problemas que lo desangran. Ante ti la palabra solidaridad toma vuelos especiales, estelas que son dignas de seguir.


Una Seguidora dijo:
¡Felicidades!, por muchas cosas: por los dos años, por los amigos que encontraste en el camino, por el buen trato que has dado en este tiempo a nuestra lengua, por 7 Plumas, por tu poemario… Pero, sobre todo, me felicito a mí misma por haberte conocido. Así que levanto mi copa y grito “Por los amigos en las letras, que, entre todos, son los mejores”.

Querida Seguidora: el honor fue mío al conocer a tu persona tan vital, espléndida, trabajadora, respetuosa, sincera y amiga de sus amigos.

Flamenco Rojo dijo:
Parece que fue ayer cuando dialogábamos por otra calle, la de Juan Cruz, cuando aquella era peatonal y nos cruzábamos con los Adrián, Alena, Isolda, Beatriz, Ferrán, Amando, María A., Catherine, Maririu, Gaspard, Miguel Mora…

Hoy levanto mi copa de vino de tu tierra y brindo contigo y con todos transeúntes de esta tu calle, nuestra calle, “Pavesas y Cenizas”…Han sido dos años donde nos has permitido cazcalear por tus poemas, micros, relatos, miradas hipermétropes…Nos has permitido comunicarnos entre nosotros haciendo uso de tu espacio…Nos ha dado la oportunidad de abrazarnos en persona…Conocer a gente maravillosa como Susana, Javier, Marián…Hoy levanto mi copa, brindo contigo y con todos los vecinos de esta calle y le deseo larga vida a Pavesas y Cenizas.

Un fuerte abrazo

Qué hermosura de comentario. Siento la emoción y siento en el paladar el recio sabor del buen ribera de Duero, aunque un fino de Jérez tampoco importaría. Ni siquiera un vaso de agua. Lo importante es la celebración.
Afirmo que esta relación tan fuerte que ha surgido entre nosotros es una de las razones más importantes, sino la mayor, para seguir con este blog y disfrutando en otros.
Al final, como ocurre siempre en esta vida, lo que realmente queda, lo que importa es sentir el latido de los corazones de la amistad.
Da un beso de mi parte y de la de Marián al resto de Flamencos, que de haberlos conocido también tiene la culpa este invento.

Catherine dijo:
Pavesas y Cenizas fue para mí una ventana para mirar y conocer España mejor. Por los enlaces entro en otros blogs, después del encuentro contigo encontré a varias amigas, con vuestros ojos me intereso en la literatura hispanica de los dos lados del charco y a la vida del país.
Pavesas y Cenizas es sobre todo amistad a través de la literatura.

¡Feliz cumpleaños! Pavesas ya ha evolucionado desde su nacimiento. ¡Qué siga evolucionando como lo desees! será siempre un placer especial leerte.

Muchos besos para ti y también para los amigos encontrados como para los amigos virtuales.

Fue emocionante descubrir a una francesa que quería aprender español y para ello utilizaba los blog, y desde el de Juan Cruz acabó en Pavesas. Fue emocionante que me pidiera ayuda y que gracias a este espacio conociera a otras personas con mejor conocimiento del francés que el mío (que es nulo) y por tanto le podían ayudar mejor.
Y cuando la lluvia de Segovia nos regaló aquella tarde en el bar aquél de la Plaza Mayor, donde conversamos tan largo y tendido, descubrí a una persona fascinante, divertida y enamorada de una tierra que no es la suya, ni la de sus antepasados, sólo porque quiere compartir con la hija su vida española.
A mí, Catherine, me admiras.

Aro dijo:
Me sumo a las felicitaciones de cuantos me han precedido en los comentarios. En estas tus páginas se respira calidad literaria y bondad. Te deseo muchos aniversarios más y para mí tiempo para leerte. Un saludo.

Empleas la gran palabra, tiempo. De todos modos procuraré disponer siemrpe del mínimo para estar por aquí. Y me encantaría tener más para visitar algún blog más y dejar huella de mi presencia. Gracias por tus palabras.

Mateosantamarta dijo:
Felicidades, amigo: espero que sean muchos años los que sigas compartiendo con nosotros tu trabajo y tus sueños. Un abrazo.

Gracias, muchas gracias. Espero conseguirlo y que vosotros podáis ayudarme.

Odiseo de Saturnalia dijo:
Cuando se brinda mirando al pasado me gusta recordar y recuerdo.

Recuerdo cuando leía en otras bitácoras a un tal Amando Carabias, cuando sin saber quién era compartía y discrepaba en armonía, de la cotidianeidad del día a día.

Recuerdo cuando conocí su blog y seguidamente su foto.

Recuerdo cuando gracias a esa foto, en una presentación de un libro amigo, le dije: ¿Tú debes ser Amando?.

Recuerdo una conversación que supo a poco.

Recuerdo haber leído sus Cuentos de Euritmia, este verano, y haber disfrutado haciéndolo.

Y según voy recordando, compruebo que el recuerdo se hace presente en este lugar.

Y me alegro infinitamente.

Sí, también recuerdo todas esas circunstancias y, además, "El retiro de Diógenes" y algunos mail intensos, y la sensación de que nos espera una cerveza o una comida cualquier día, cerca del Retiro o en Euritmia en los caminos que el Cid cruzaba, pero se hace necesario. La verdad es que fue una suerte enorme que aquel libro amigo ("Estampaciones", por ser precisos), permitiera el encuentro.
Fuerte abrazo.

Ángeles Hernández dijo
Pavesas y cenizas tiene para mí menos de un año y muy buenos momentos. Me ha abierto un amplio horizonte: de lectura, de comentarios, de conocer personas, de estar en aventuras como siete plumas y de sentirme parte integrante de esta comunidad pavesoceniceros, que desde hace dos años (FELICIDADES), Amando, mitad pluma, mitad corazón, viene llevando con mucha dedicación y con mucho arte.
Te conocí en la casa de Mercedes y entré a comentarte en "La Carta".Desde entonces aquí estoy, por mi propio interés por supuesto y con el deseo de continuar por los siglos de los siglos, te mando un fortísimo abrazo, tan grande que nos acoge a todos los que estamos contigo.
Seguiremos Á

Tu incorporación, tan reciente, ha sido otro acicate más. Esa capacidad tuya para el análisis de los textos y tu expansivo carácter se hacen notar en este espacio. Es curioso esto de las redes que se tejen en la blogosfera, cómo se pasa de una parte a otra y allí donde vas es muy extraño no encontrar alguien con quien entablar una buena amistad.

Adrián Dorado dijo:
Jó.., Amando, hermano, ¿Ya dos años?
¿Hace ese que nos encontramos en de lo de Juan Cruz?... entonces, recién teníamos abiertos nuestros blogs. Y yo ni cuenta que me dado, sino fuera por un pajarillo cantor que te quiere y me anotició de tus festejos. Le agradezco el aviso. Se ve que soy mayor que tú, pues descubro que me ando escamoteando las fechas, ignorando los aniversarios…entonces, también, La Zona debe estar cumpliendo años… Vaya, vaya…

Pero no es de lo mío de lo que quiero decir:
Me he cargado una copa de un Malbec Syrah estupendo, dos cepas que en este suelo ha producido un maridaje exquisito, así como tu vena, a través de Pavesas, han sabido convocar a este “corpus” que son los textos con los que atraes a las inquietas mariposas de la blogósfera a libar de la literatura… pero que digo? Fundamentalmente del amor del que eres pródigo. La literatura es un pretexto para el encuentro. De esa calidez fundante somos muchos testigos, por lo que he leído, así que levanto mi copa y envío un ¡Salud!
Por muchos y felices años más y, como decimos por aquí, ¡Vamos todavía!
Un placer sumarme a toda esta gente que, como yo, te queremos.
¡Felicidades y gracias, Amando!

Con todo cariño

Adrián, gracias, amigo, por estas palabras. No sabes cuánto aprecio en estas situaciones brindis tan fantástico... Sí, dos años... Más de dos años, puesto que en el blog de JC comenzamos un poco antes y allí nos empezó a picar el gusanillo de abrir la cancela que se nos ofrecía.
¿Aquellos días, qué fue de ellos...?
No, nos pongamos melancólicos. Al fin y al cabo allá estáis en la merecida primavera.
También alzo mi copa para que atraviese ese océano que hoy más que separar es puente de agua para que el abrazo llegue pronto y raudo hasta Buenos Aires.

Marcos Alonso dijo:
Hoy, casi ayer, aprovechando la noche para salir de mi escondrjo, no podía dejar de celebrar este aniversario, felicitarte por este oasis donde venimos a descansar y deleitarnos con tus letras encantadas, tus sabias reflexiones, y tu amena amistad con sabor a té. El verdor y la exhuberancia es fruto del inagotable trabajo, de tu disciplinada constancia que convierte este espacio en un hogar donde como aves migratorias anidamos periódicamente para alimentarnos y coger fuerzas para el viaje. Es una isla cálida donde naufragar y descubrir un paraíso amable; una suerte para los que andamos perdidos y sentimos de repente ese abrazo amigo. Gracias Amando

Querido Marcos, espero que la 'condena' que te mantiene en el escondrijo concluya pronto, para que vuelvas a deleitarnos con tu sensibilidad y hacernos sonreír con tu ironía.
Es curioso, y sobre ello tendríamos algo que escribir alguna vez, el tiempo qué hace que me sigues y te sigo, para concluir en el proyecto común de la literatura y la amistad. Procuraré seguir dejando vituallas en este rincón.

María dijo:
Lo siento, llego tarde a la celebración, pero te felicito sinceramente por estos dos años, de andadura de tu blog.
Lo descubrí tarde, pero me enganchó, desde el primer momento, tus relatos son maravillosos y tu Amando, eres un grandísimo escritor, que ya empece a conocer en 7 Plumas.
Espero que esto siga por mucho tiempo, ha sido y sigue siendo, un placer conocerte, (aunque sea de forma virtual) y sobre todo leer tus magnificas historias.
Un abrazo.

La suerte ha sido mía, al conocer a una lectora de tu calidad y calidez. Nunca es tarde para recibir una felicitación, ni para desear que la travesía conjunta nos dure mucho tiempo. Muchas gracias por tus palabras.Evaasecas dijo:

Evaasecas dijo
Bueno, Amando, qué mejor motivo para volver a "abrir la boca" que felicitarte por estos dos años. Yo también llegué tarde a tu casa, luego conocí tu "segundo domicilio" y aquí sigo, aunque en silencio, leyéndote. De "okupa", ya sabes. Gracias por seguir permitiéndomelo y por todas tus visitas a la mía tan cariñosas y sentidas. Muchas gracias y muchísimas felicidades.

Aunque sólo sea por este motivo, es una suerte volver a 'escuchar' tu voz. Sabes que somos más de dos y más de tres los que seguimos pendientes de tus palabras, incluso de tus silencios. Pero lo que verdaderamente importa es lo que a ti y a los tuyos os beneficie. Un beso.


Gaspard dijo:
Perdón por la tardanza en felicitarte por los dos años. A los jóvenes os parece que es una enormidad..., pero el tiempo pasa volanda. Te felicito por mantener este blog, de cultura, de sensibilidad, de amistad, de respeto. No sé cómo sacas tiempo para hacer tantas cosas y seguir regalándonos poesía, microrrelatos, miniensayos y novelas en episodios.

Un abrazo fuerte a ti y a todos los que entran en tu blog.
Gaspard Pearlman

Gracias Gaspard por estas palabras. ¿De dónde saco tiempo me preguntas...? A veces también me lo planteo. Quizá sólo hay una respuesta, que a uno le guste tanto lo que hace, como a mí me gusta escribir, y compartir, o intentarlo con personas tan diferentes entre sí, pero con algo en común: sensiblidad, sinceridad y respeto.
Un abrazo

Alena Collar dijo:
Llego tarde. Pero más vale tarde que nunca.

Y yo quería decirte, Amando, que lo importante de esto no es tu blog, sino tú; al menos para mí. Y me explico: podrías pongo por caso dejar de escribir, desaparecer de la Red, y sin embargo tú existes, eres real y yo te conozco y seguirás estando aún cuando tu blog no estuviera.
No son importantes los blog; sino la gente.
Un beso.

Me alegra tu regreso, después del merecido descanso. Y sí, como venimos diciendo tantos, lo que verdaderamente cuenta, somos las personas, porque al fin y al cabo, todo lo demás depende de ellas. Y la suerte que he tenido (como he tenido con otros y he señalado) de conocerte , será -sin duda- el mayor de los tesoros de esta aventura. Y, como bien dices, cuando la aventura concluya -si es que concluye-, lucharé por no perder el tesoro.
Besos.

Lammermoor dijo:
Soy de las que te sigue desde hace bastante menos de dos años y normalmente en silencio.

Me alegro de que nuestros caminos se hayan encontrado y de descubrir que, como nos demuestras con tus palabras, la red sirve en muchos casos no para aislar a las personas sino para acercarlas y que se vuelvan reales hasta el punto de que se convierten en amigos de carne y hueso y también para poder llevar a cabo proyectos que quizás de otra forma no nos hubieramos atrevido a abordar.
Un beso.

Y bien es cierto en tu caso, pues también tenemos el placer de haber compartido sidra y cháchara, nada menos que en El Fontán ovetense. Es verdad que en la red existen muchas personas aisladas, pero no es menos cierto que también se tejen redes de urdimbres bien curiosas y que por caminos insospechados nos conducen a amistades que de otro modo hubieran sido imposibles.
Siempre digo que la red no es más que un reflejo del mundo. Lo sigo pensando. Pero no es menos cierto que a la mayoría de personas que os he conocido en ella, no os habría conocido fuera de ella.
Un beso.

Marina Fligueira dijo:
Hola: ¡Amando, perdona mi retraso por favor! No he podido llegar a tiempo para esta importante fiesta de celebración. Pero ya estoy aquí, y tabién quiero brindar y feliciterte y agradecerte lo que he aprendido lo, que me has ayudado y regalado que no se me olvida, tan desinteresadamente, sin apenas conocerme. "Te quiero" Amando, te lo digo hoy porque no sé si estaré mañana! Por ser como eres un hombre bueno sensible y buen amigo.

Recuerdo cuando te leí por primera vez, fue en Alenarte- revista.
pinché en tu nombre y me encontré con Pavesas y cenizas y bendita sea a quella ahora. Pues ha sido y deseo que siga siendo, un placer un enorme disfrute. Que sigas en la cima por muchos años y con calidad de vida. ¡Aunque yo ya no esté! Un abrazo grandísimo. Y, mi enhorabuena por todo lo que has alcanzado. Se muy feliz.

Marina, Marina, estoy realmente emocionado. No sé qué decir, salvo un gracias muy grandote que me sale desde muy adentro. Y recuerda que tú nunca llegas tarde.

Francisco Gómez dijo:
Apreciado Amando y demás amigos tan queridos por mí, os felicito a todos por este bello lugar de encuentro y que siga mucho tiempo esta gran familia que formáis.Cuanto os echo en falta y que recuerdos más agradables de los tiempos,tan bonitos que vivimos en J.C.

Saludos Paco

Muchas gracias, Paco. Sólo me gustaría comentarte que también te siento como integrante de esta familia. Sé que hay personas que no siempre intervienen, o no intervienen nada, pero que se pasan por aquí, y cuando lo hacen leen con cariño. Y sé que tú eres uno de ellos. Y para mí (y supongo que para el resto) también formáis parte de este lugar que sin vosostros no sé si sería o no, sería diferente eso seguro.
Un abrazo.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El tango. Una historia a través del Baile

Imagen tomada de la web del Teatro Juan Bravo de Segovia


Son cinco pinceladas, cinco hitos que ayudan a entender su evolución. Cada una de las escenas se sostiene sobre la misma arquitectura formal. Cada cuadro comienza con una alusión a los distintos ritmos que prevalecen en cada momento de la historia, ritmos que ejecuta el cuerpo de baile de la compañía siguiendo los acordes de música grabada

(Para leer todo el artículo pinchad aquí)

lunes, 15 de noviembre de 2010

La verdad era un abismo. (Parte 5 y ultima)

Al final del curso anterior, Lorena había contactado con la panda de Sanlu (Juan Pedro San Lucas del Pinto). Desde ese día, su vida había pegado un brusco giro que le asustaba y le avergonzaba. Hasta ahora había tenido suerte con la policía y con su madre, pero sabía que en cualquier momento todo podría cambiar.
Su amiga Alicia un día tuvo un disgusto, pues la policía local pidió la documentación, mientras hacían botellón junto al Óreo*, y escribió una carta a sus padres. Alicia estuvo un mes sin salir de casa. Pero ella, siempre se había salvado.
Sin embargo, se sentía en la cuerda floja. Deber dinero a alguien como Sanlu no era un buen negocio. Y ella se lo debía.
Yanila, ya acostada, seguía pensando en el modo de dañar a Héctor. Era intolerable que ese chaval tan consentido hiciera sufrir del modo en que lo hacía a su hija. No había derecho que un niñato como aquél, porque su padre tuviera mucho dinero, se creyera que todo le estaba permitido en esta vida. Sabía que su gran ocasión estaba en el viaje fin de curso, pero antes tenía que hacer las cosas bien. Antes de que llegara ese día, el podólogo tenía que comer de sus manos, pero no tendría que haberle puesto un sólo dedo encima.
Tenía que conseguir que la exmujer de Álex también se apuntara a la excursión. Sería ideal, perfecto para el plan. Iba a ser muy complicado que Álex se pudiera defender de la acusación de intento de violación. Muy difícil. Después de eso, con la vergüenza pintada en el rostro, a ver si a su hijo se le iba a ocurrir seguir acercándose a Lorena. Pero tenía que organizarlo bien, tenía que tenerlo todo bien pensado. Tenía que ser un golpe maestro. Si Héctor era como era y trataba a su hija como la trataba, el único culpable era su padre que le había educado consintiéndole todo, cualquier cosa que se le ocurriera al mocoso…
Álex, por fin acostado, imaginaba a Yanila también en la cama. En su mente, desbocada por la fantasía, el deseo crecía como un animal del cuaternario, hasta ocupar cada uno de los centímetros de su imaginación. Ese antojo tenía forma y tacto de mujer. Allí dentro sólo estaba la imagen curvilínea de la madre de la compañera de su hijo (¿cómo se llamaba aquella niña, digna heredera de su madre?). En las retinas de su pensamiento sólo se reflejaba la silueta de Yanila, a la que recordaba vagamente, de haberla visto de modo fugaz en alguna otra reunión o a la puerta del colegio, cuando los chicos eran más pequeños. Y en los tímpanos de las neuronas retumbaba el soniquete de su voz repitiendo de modo machacón e insinuante, ‘Álex, creo que me entiendes a la perfección’.
Héctor, a pesar de las advertencias de su madre, aún no había apagado la luz seguía enfrascado en la lectura de Las leyendas de Bécquer, de las que tenía que hacer un trabajo que le había mandado la profesora de Lengua. En realidad tenía que escribir dos, el suyo y el de Lorena.
Lorena tecleaba con velocidad vertiginosa, ‘De mañana no pasa, tío, seguro que saco algo, pero pásame las pastillas, tío, que las tuyas son cojonudas…’ En su cabeza el rostro de Héctor era la víctima propiciatoria. Sabía que lo tenía en sus palmas. Sólo con un beso sería suficiente para que le diera lo que quisiera…
Pero algo en su interior le decía que aquello no estaba muy bien. En alguna ocasión, ante la insistencia de su madre en saber de dónde habían salido ciertas cosas que con la paga que recibía mensualmente no le llegaban, el nombre de Héctor había nacido como una excusa.
La excusa se convirtió en hábito.
‘Héctor me lo ha regalado’, ‘Héctor me lo ha comprado’, ‘Es que Héctor ha insistido tanto en que lo llevara puesto…’. En una ocasión su madre le había visto llorando y después descubrió una magulladura en su brazo. Vio pintado el terror en el rostro de su madre. ‘¿¡Quién te ha hecho esto!?’ gritaba mientras la zarandeaba…
Lorena recuerda que durante unas décimas de segundo quedó asomada a un precipicio. La verdad era un abismo…
¿Cómo le iba a decir a su madre que Sanlu le amenazaba con rmarcarle la cara si no le devolvía el dinero que le debía por las pastillas? Y aquel día lo dijo muy en serio. Más en serio que nunca, tanto que sintió que el cuchillo lo usaría sacándolo de sus propios ojos, tal era el filo de su mirada. Así que a Lorena sólo le ocurrió volver a su comodín habitual dentro de las paredes de su casa.
—Es que Héctor me ha pedido algo y yo no he querido y…
—¿Héctor? ¿El hijo de Álex, el podólogo…?
Al asentir, Lorena no sabía el relato que se estaba escribiendo por sí solo en la cabeza de su madre. A esas alturas Yanila empezó a desear la muerte de Héctor o, al menos que se alejara para siempre de la vida de su hija, causarle el mayor posible de los daños. Al asentir, y ver que su madre se alejaba del verdadero foco del peligro por lo que ella estaría bien segura, respiró aliviada…
Lorena tenía pensado recompensar a Héctor de algún modo.
Ya se había asegurado de que iría a la excursión de final de curso. Quizá en ese viaje ocurriría algo que Héctor no podría olvidar, en el resto de su vida.
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* Óreo: río de Euritmia que pasa junto a su Alcazaba. En su zona más próxima a la ciudad, cerca de su ribera, los fines de semana, los jóvenes y adolescentes de Euritmia (sobre todo con el buen tiempo), se reúnen para hacer botellón. De vez en cuando alguna dotación de la policía local pasa por la zona, solicitando documentación a quienes aparentan menos de 18 años. En caso de que el DNI demuestre que el joven o la joven no ha llegado a la mayoría de edad, por parte del Ayuntamiento se escribe una carta a la familia, para que ésta esté advertida de la situación. En la mayoría de los casos esta comunicación nunca llega a las manos paternas, puesto que los jóvenes suelen actuar con más astucias. Pero algún padre, en alguna ocasión sí ha recibido esta notificación. N. del A.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Besos que, desde el sur, recorren el mundo

Ahí está su mirada atenta, siempre sonriente y animosa, siempre buscando el ángulo de luz que desprende cualquier ser humano que se cruza ante ella. ¿No sentís su rescoldo cada vez que vuestros ojos llegan a este rincón? ¿No sentís sus besos que viajan desde el sur revoloteando de mil formas ante vuestra mirada? Entusiasmo y melancolía es una mezcla complicada de entender, y, en apariencia, de difícil maridaje, pero en ella se han hecho carne de una sonrisa directa, de una mirada como de fuego y de unas ganas de vivir hacia delante y hacia el recuerdo que, en pocas ocasiones, uno ha encontrado, porque en sí mismas ambas parecen contradictorias. Pero en ella, hay pocas cosas contradictorias, todo tiene lógica, desde el silencio ensimismado ante la escucha de una obra de Bach, hasta la conversación imparable durante horas y horas en que el mundo puede dar una vuelta sobre sí mismo, volteado en su lengua imparable.

De todos modos, quienes la conocemos, sabemos que su sonrisa acuna la vida, a pesar de que a veces, el dolor se encuentre demasiado cómodo entre los pliegues de su corazón.

Quizá, hoy, eran necesarios unos versos, pero algunas veces, los versos, se esconden, vergonzosos, entre prosas mal camufladas, o se convierten en besos que desde Castilla viajan al sur, al encuentro de su sonrisa.

viernes, 12 de noviembre de 2010

La verdad era un abismo. (Parte 4)

 Después de colgar el teléfono, Álex apagó el televisor que había seguido emitiendo imágenes estúpidas durante toda la conversación, y levantó el libro del suelo, El perfume. ‘¿Qué habrán visto tantas personas en esta historia?’ La pregunta le perseguía como una sombra maligna, desde casi la mitad del libro. A él le estaba aburriendo como hacía mucho tiempo no le aburría un libro. Por mucho que quisiera buscar algún aliciente en el comportamiento sanguinario del protagonista, no lograba que la trama llegase a mantenerle con la atención despierta. Era repulsivo elaborar fragancias con restos animales y humanos. Contra esa sensación no podía. Sin embargo tenía la costumbre de acabar todos los libros que empezaba. Quizá por inercia, quizá por cabezotonería, quizá por orgullo...
Pero en esta ocasión, poco le duró este pensamiento. Su cabeza no estaba en la novela, sino en la voz de Yanila, que seguía zumbando en sus tímpanos, como una campanilla en día de fiesta. Después de muchos meses había hecho una conquista. ‘Bueno’, reconoció con la excitación a punto de desbocarse, ‘en realidad ha sido ella la que me ha echado el lazo…’
Por un instante un pensamiento oscuro fue capaz de amainar su erección, pero se encogió de hombros. ‘Los tiempos cambian’, se dijo con media sonrisa, ‘Y no es mala cosa que ellas tomen estas iniciativas. Mejor aprovechar las cosas cuando vienen bien dadas’.
Yanila, después de asomarse a la habitación de Lorena que, para variar, andaba tras la pantalla del ordenador, probablemente chateando con sus amigas, se dirigió hacia el dormitorio. No sería capaz de dormir. Tendría que tener más cuidado en los próximos meses. Debería encontrar el ritmo justo, la velocidad adecuada. No se podía precipitar, pero tenía que darle algo a Álex. Los hombres, y menos los que ya tienen experiencia, no se conforman con romanticismos. Tendría que organizar bien las cosas. Además, quizá convendría que se informara con más precisión sobre la verdadera influencia que Álex ejercía en su hijo. Todavía tenía esa duda en la cabeza, todavía esa información era una sombra que atenuaba lo que su hija le había contado tantas veces sobre Héctor.
Casi cuando estaba a punto de meterse en la cama, tuvo que volver sobre sus pasos. Allí, de repente, golpeando en sus tímpanos, estaban nuevamente las lágrimas de su hija. No hizo falta abrir la puerta para escucharlas, eran como lluvia fina. A pesar de que estaban ahogadas, para evitar que el llanto fuera muy escandaloso, no podía silenciarlas del todo.
— ¿Qué ocurre, Lorena?
Para su sorpresa, Lorena miró desafiante, todavía con los ojos repletos de lágrimas, que más bien parecían vidrios rotos.
— ¿Mamá, cuántas veces te he dicho que llames antes de entrar en la habitación…?
— No seas tan arisca con tu madre, hija. Sólo he entrado porque he oído que llorabas y ya sabes que lo que más me duele en el mundo es verte sufrir, es ver que no eres feliz… No sabes lo que sería capaz de hacer contra quien te haga daño
En el alma de Yanila las lágrimas de su hija representaban un juguete roto, mejor dicho, asesinado… Pero no se dio cuenta del escalofrío que recorrió la columna vertebral de Lorena.
— Anda que no eres exagerada, mami... Tranquila... No pasa nada, de verdad, malos rollos de amigas.
— ¿De amigas…?
La mirada de la adolescente se hizo más dura, casi metálica, mineral casi…
— Pues sí, claro, de amigas… ¿Qué has pensado…? Joder, mamá, siempre estás con tus neuras…
— ¡Lorena, no consiento que hables así a tu madre…!
— Pero reconoce que eres desesperante. Pareces neurótica. Todo el día viendo fantasmas. ¡Que no estoy metida en ningún rollo raro, coño!
— Vale, vale… ¿Se puede saber qué te cuesta hablar bien? No sé si sabes que no soy una de tus amiguitas, soy tu madre… Si tu abuelo levantara la cabeza…
— Ya estamos… A ver cuándo te enteras que estamos en otros tiempos, no el Pleistoceno…
— Habrase visto esta mocosa, para una cosa que sabe de historia y como se la restriega a su madre por las narices…
Pero mientras se daba la vuelta y cerraba la puerta, sonreía... Sonreía, cómplice y aliviada. Las cosas entre amigas nunca eran problema, por el contrario, eran lo que siempre habían sido.
Al cerrar la puerta, Lorena volvió a abrir la ventana del ordenador que había minimizado, justo cuando su madre había abierto la puerta. Desde hacía unos cuantos meses, había realizado una sutil variación e la disposición de su dormitorio. Con la excusa de una mejor iluminación, razón suficiente para que su madre no entrase en más detalles, había modificado la posición del ordenador, de tal modo que la pantalla no se veía desde la puerta. Así su madre no podría averiguar en qué estaba en cada momento. Aún así, cuando ella aparecía por allí, tomaba precauciones.

Continuará

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La verdad era un abismo. (Parte 3)

Yanila sonreía. El hombre, como la mayoría de hombres, por no decir todos, había mordido el anzuelo casi a la primera. No había tenido que esforzarse. Estaba segura que si le pedía, no una hora, sino la tarde al completo, al día siguiente cancelaría todas las citas de la consulta y se iría tras ella a cualquier parte, hasta el fin del mundo… 'Todos sois iguales', pensaba recordando el modo en que encontró a Esteban aquella tarde de hacía un par de años… 'Y en mi propia casa...' Pero debía continuar con la conversación. Tampoco le interesaba que Álex fuese demasiado rápido en sus conclusiones.
— ¿Álex, no te parece un poco precipitado…?
— Tampoco falta tanto para la excursión… Unos pocos meses. El tiempo más que correr vuela, ¿no te has fijado?
‘Y tus ansias de acostarte conmigo viajan en avión’, pensó la mujer con una mueca en la que la repugnancia era el principal componente.
— Sí, es increíble… Bueno, pues rematamos la faena con una copita después de la reunión, y así hablamos de los chicos…
— ¿De los chicos…? La verdad es que para eso tendrías que hablar con mi ex, yo de Héctor sé más bien lo justo… Ya sabes, un par de fines de semana al mes, y la mitad de las vacaciones. Y a veces ni eso… Mi vida es complicada… No es nada extraño que alguno de los fines de semana que tendría que estar con él tenga que acudir a algún congreso, y su madre no está por la labor de cambiar el orden establecido. Tan rígida como una barra de hierro. Así que me quedo sin ver al chaval. No lo querrás creer, pero hay meses en que lo veo ni una sola vez. Creo que va a acabar odiándome. Y si cuando llegue a la mayoría de edad pasara de su padre, no tendré más remedio que darle la razón, aunque la culpa casi siempre la tiene su madre…
Yanila almacenó esa información con urgencia en su cerebro. No coincidía en nada con lo que le había contado Lorena. En realidad era exactamente opuesta. O bien mentía Álex, o bien mentía Héctor… o bien mentía su hija… Esto último lo descartó de inmediato. Su hija nunca mentía. Aquellas lágrimas no se podían improvisar. De todos modos prefirió no decir nada sobre el asunto, era mejor seguirle la corriente, callar y esperar…
— Me hago una idea. A mi exmarido le ocurre lo mismo.
— ¿También tiene una consulta?
— ¡Qué va, trabaja en un banco...! Director de una sucursal.
— No sabía que los banqueros tuvieran congresos…
— Ni yo… Pero eso es lo que dice. Bueno, siendo sinceros no siempre son congresos, a veces son cursos y otras son viajes de negocios. Nunca le he creído. Estoy segura de que son viajes con alguna amante que tiene por ahí…
A Álex se le encendió una bombilla de alarma. Por un instante pensó que él iba a ser la moneda de cambio con la que Yanila quería vengarse de la traición de su marido. A semejante juego no estaba dispuesto a jugar…
— Pero a ti no te importará lo más mínimo.
— Claro que no me importa. — Yanila se dio cuenta que pisaba terreno fangoso y se apresuró a corregir la impresión—. Él con su vida puede hacer lo que le dé la gana. Si soy sincera, casi lo prefiero, así me deja en paz. Lo digo porque me preocupa por la niña. La niña no es tonta, como puedes figurarte. A pesar de los pesares es su padre, y no creo que esa vida sea el mejor ejemplo para una niña de quince años…
— No fastidies, Yanila… ¿Crees en serio que a nuestros hijos les escandalizan los escarceos de sus padres…? Al mío fijo que no…
‘Así actúa él… Si tú supieras… Se piensa que todo el monte es orégano… Seguro que como su padre’
— Escandalizar ya sé que no. Pero es un modelo que les ofrecemos. Van a llegar a la conclusión que la vida en pareja se reduce a unas cuantas noches de sexo…
‘Pues claro’ pensó el podólogo, ‘¿Qué es si no?’. Pero se abstuvo de comentar nada. La excitación empezaba a agobiarlo. Sabía que se había despertado del todo, y que tardaría algunas horas en volver a coger el sueño. Aquella mujer le estaba llevando por derroteros escabrosos. Por suerte encontró una salida airosa al último comentario femenino.
— Es un poco melodramático lo que dices, ¿no te parece? Tengo la impresión de que no son tan tontos como nos imaginamos. Estoy seguro que saben distinguir perfectamente entre una aventurilla y una relación seria…
— Y los nuestros seguro que prefieren una aventurilla, porque de las relaciones serias estarán escarmentados. Con los padres que han tenido…
— Te castigas sin necesidad. Las cosas son más sencillas, al menos entre Estefanía y yo fueron más sencillas, aunque acabaron muy mal. Que yo sepa no hubo traiciones ni aventuras, simplemente dejó de funcionar. Era mejor dejarlo. De lo contrario el daño habría sido mayor. Luego fue cuando las cosas se complicaron, te puedes figurar, el dinero, la pensión, esas cosas…
— Quizá tengas razón, Álex… Si te parece, mejor lo hablamos mañana. Ahora se está haciendo muy tarde y me caigo de sueño…

Continuará...

lunes, 8 de noviembre de 2010

La verdad era un abismo. (Parte 2)

— Lo más probable es que pidan tres o cuatro padres voluntarios, así que habrá hueco para todos. Si viene tu exmujer, estarás más tranquilo, porque seguro que Héctor no se mete en ningún lío. Creo que ya va siendo hora de que te diviertas un poco. Y una salida, aunque sólo sea a Ibiza no te vendrá mal, nada mal.
— Yanila, no sé si te estoy entendiendo o son imaginaciones mías.
Ella tardó un poco en responder. A través del silencio se podía calibrar a la perfección la búsqueda apresurada de las palabras más adecuadas.
Álex no podía ver que en el piso de Yanila, al otro lado de Euritmia, la mujer había tensado todo su cuerpo de modo inconsciente. Tampoco podía saber que había estado viendo la misma serie que a él le estaba durmiendo, y a ella no le distraía de sus pensamientos. Desde hacía unos meses, el podólogo era alguien más, al menos en sus pensamientos, que el padre de Héctor, aquel muchacho que siempre le había parecido un tanto turbio y que le hacía la vida imposible a Lorena. Desde que Yanila se había separado de Esteban, hacer de padre y madre de una adolescente demasiado exuberante para sus quince años, le suponía una interminable serie de quebraderos de cabeza, las más de las veces originados por el miedo, por esa imaginación suya que tendía siempre a situar a su hija en los escenarios más peligrosos.
Según lo entendía Yanila, Álex era una influencia perniciosa para aquel adolescente de mirada esquiva y rostro demasiado duro. Sabía de sobra que, como en su caso, la custodia del jovencito corría a cargo de su madre, pero por las palabras de su hija, tenía clara conciencia de que aquella situación no era más que una bagatela burocrática. La realidad, según sus datos, se correspondía a otra cosa. Por lo que Lorena le contaba en minúsculas dosis de información, más bien robada, no era infrecuente que Héctor durmiera en casa de su padre y obtuviera de él toda clase de prebendas en forma de dinero, ropa y permisos excesivos a su manera de pensar para acudir a su casa a las horas más intempestivas. Por una de esas cuestiones casi inexplicables, su hija se había convertido en diana del deseo Héctor. Lorena era sistemáticamente perseguida por el adolescente que no se cansaba de ofrecerle todo tipo de regalos, con tal de que ella acabara en sus brazos.
Yanila se había trazado un plan, que comenzaba a poner en práctica en esos momentos y terminaría en la excursión de fin de curso de aquel año, cuando el cuarto de la ESO del Instituto Miguel de Cervantes de Euritmia diera por concluida la etapa de formación obligatoria de sus alumnos.
— Álex, creo que me entiendes a la perfección…
Había comenzado el juego, como ella pretendía. Quizá, a última hora, todo había sido muy precipitado, pero las lágrimas de su hija eran como una daga que se le clavaba en el corazón. No podía esperar más. No podía entender que alguien pudiera hacer daño a su hija de ese modo.
— O sea — contestó Álex —, que estás especialmente interesada en que hagamos un viaje juntos, aunque no seamos los únicos viajeros.
— Veo que has leído mis pensamientos.
Le costaba modular la voz en ese justo espacio que se queda al borde de la insinuación, pero no deja de ser una mera afirmación enunciativa. Las gotas de deseo tenían que ser tan escasas que casi no tenían que percibirse. Y ella no era una consumada actriz. A pesar de ello, intuyó que lo había escenificado bastante bien…
— Entonces — asintió él, mientras su mano iba camino de la entrepierna — haré lo posible porque la agenda quede libre mañana un par de horas…
— Si la reunión sólo durará una…
— Ya, pero no estaría de más que después tomásemos una copita en algún lugar, y ver la manera de concretar algo de lo que se diga en la reunión. Casi seguro que nos supone más lío del que parece.
— Si tú lo dices… Pero yo creo que los profesores no querrán que los padres tomemos el mando de la situación. Seguro que lo único que quieren son unos cuantos policías que les garanticen el buen comportamiento de los chavales…
— No lo termino de ver claro… Pero aún así, ¿si no te apetece tomar una copa mañana, por qué esa insistencia para que vaya a la excursión contigo…?

Continuará...

viernes, 5 de noviembre de 2010

La verdad era un abismo. (Parte 1)

Estaba a punto de quedarse dormido, cuando sonó el teléfono.
Se levantó medio trastabillándose. Entre la retina y alguna de sus neuronas aún despiertas, se colaba la imagen de la protagonista de la serie con que se adormecía aquella noche. El ruido del libro cayendo desde su regazo hasta el suelo, terminó por despertarlo. Aunque más que despertarlo habría que decir que le espantó la dormidera, pero no el sueño.
Por suerte, sin más contratiempos, llegó hasta el auricular, y descolgó. Al hacerlo parecía que había enmudecido y se olvidó de decir el típico, ‘Diga’, o ‘Dígame’, o ‘¿Sí?’, u ‘Hola’ con que se suele saludar a quien ha marcado nuestro receptor. La voz inconfundible que estaba a la otra parte fue la que tuvo que saludar.
— Buenas noches, Álex… Espero no haberte despertado…
— ¡Yanila, eres tú…! La verdad es que has estado a punto, creo que faltaban unos segunditos para caer anestesiado. Si supieras el día que llevo… ¿Qué quieres a estas horas?
La voz de Yanila, sí lo había despertado, más aún, había supuesto una inmersión de vida.
— Nada especial… Sólo recordarte que mañana es la reunión en el cole, y me parece muy importante que acudas. No vayas a fallar como la otra vez.
— Pero si en esas reuniones no se hace nada importante. Las mismas cuatro chorradas que nos cuenta el director todos los años, alguna simpleza que se le haya ocurrido este curso a la Jefa de Estudios y las advertencias de la tutora sobre el comportamiento, las horas de sueño, la organización del estudio… Si supieras el lío que tengo montado en la consulta, ni se te ocurriría decírmelo.
— No creo que sea para tanto, hombre. Si sólo es una hora. Seguro que te puedes organizar. Además esta reunión es importante, hablan de la excursión de final de curso y seguro que proponen que algunos padres acompañemos a los profesores…
Aquel verbo conjugado en primera persona del plural actuó como una escoba que barrió todas las telarañas del sueño de la cabeza del hombre.
— Un momento, un momento… ¿Acompañemos? ¿Has dicho acompañemos…? Ya sabes que la custodia de Héctor la tiene su madre, no creo que sea lo más conveniente que me apunte como padre acompañante. Seguro que Estefanía va a la reunión. Y si se me ocurre levantar la mano, una de dos, o se apunta ella también, no se me vaya a ocurrir secuestrar al chico…, o intenta que no me dejen viajar y es capaz de convencer al mismísimo ministro del Interior de que me llevaré a mi hijo a la Patagonia.
— Venga ya, Álex. No creo que sea para tanto. Y si se quiere venir que se venga. Qué más te da a ti… ¿No estáis divorciados…?
— Pues imagínate qué gracia. Tener que soportar a la mujer de la que me he divorciado y encima tener que cuidar de una manada de adolescentes con todas las hormonas a punto de entrar en erupción…
‘Eso por no hablar de las mías, si se te ocurre viajar a ti y ponerte a mi lado’. Esto último se lo guardó bien entre la zona del pensamiento de la que brotó como una flor asilvestrada y la garganta que se convirtió en un abrupto precipicio para evitar que las palabras siguieran rodando hacia la boca, no fueran a cruzarla, cuando ya no tuvieran remedio…
Por suerte, Yanila seguía hablando…

Continuará

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Este relato en 5 partes se publicará los días 5, 8, 10, 12 y 15 de noviembre.


martes, 2 de noviembre de 2010

Frágiles, livianos, quebradizos...

Estamos hechos de una pasta más bien blanda. Por mucho que nos creamos fuertes como robles o como rocas de montaña, somos frágiles, livianos, quebradizos…

Y sin embargo el ansia de eternidad nos domina. ¿Tenemos miedo a la muerte? ¿Tenemos miedo al dolor que precede a la muerte? ¿Nos da vértigo la nada o el todo?

Por mucho que las ideas que se graban en la razón día por día, nos hablen del sentido lógico de un final que nos retorna a pura materia en descomposición para volver a iniciar un incansable ciclo, al que llamamos vida, hay algo en nosotros que repele esa idea…

En estos días en que los cementerios pueden ser y son punto de alguno de nuestros peregrinajes, aunque sólo sea mental, conviene que nos detengamos en esa frontera, en ese momento en que dejamos de ser lo que somos y empezamos a ser otra cosa: quizá sólo materia orgánica en descomposición (mejor dicho, en nueva composición), quizá energía que se funde en la energía, quizá luz, quizá otra vida, quizá nada, quizá un sueño, quizá el recuerdo en quien nos quiso y a quien quisimos.

Hoy la tierra de los caminos de los polvorientos cementerios castellanos, era barrillo frío. La humedad reverberaba en vaharadas que salían de bocas y narices atentas a las letras sólidas y nítidas de las lápidas. A pesar del inmenso sol que doraba la alameda, en el cementerio los cipreses casi negros impulsaban a hacerse llanto.

Todavía no se han marchitado las flores de ayer, a pesar del agua, del viento y el frío de la víspera. Todavía resuenan en el camposanto los ecos de los bisbiseos de las oraciones aprendidas en la infancia, y el sutil rastro de lágrimas (algunas más visibles que otras).

Algo, en esta pequeña ciudad de los muertos, me dice que aquí no está nuestra última morada.

Y aunque sé que esta afirmación no es compartida, sé que tampoco os extrañáis de que la exponga, y menos hoy y menos ahora, en que el día de difuntos ya ha anochecido y en los cementerios sólo quedan los muertos.