jueves, 7 de octubre de 2010

Tribulaciones de un escribidor en Zaragoza. (O cómo disfrutar de los amigos) (y III)

Domingo, 3 de octubre.

Con el sueño jugueteando por nuestros ojos, el domingo se tiñó de risas y melancolía. Se cerraba la estancia, y teníamos que retornar a nuestra cotidianidad, ésa que convierte en momentos mágicos e inolvidables este tipo de jornadas que se salen de su cauce.

Como no podía ser menos, la novela volvió a ser protagonista de nuestras conversaciones. Y llegaron a producirse momentos hilarantes que, sin embargo, no se pueden relatar, aunque a estas horas existe una versión muy divertida que se debe a Ana Joyanes y que ha ejecutado un trabajo inestimable. Se puede leer aquí.
Estos momentos de distensión son propicios para conocer a quien está a tu vera, y realmente uno descubrió que se encuentra muy cerca de personas con muchas cualidades.
Francisco tiene el don de materializar las ideas. Para ello ejerce el liderazgo potenciando las virtudes del equipo del que se ha rodeado. Nunca, hasta donde he visto, se impone; él expone su idea y deja que los demás la enriquezcan, según su particular visión.
Inmaculada es la ilusión hecha sonrisa. Dice que es la benjamina del grupo por experiencia literaria, pero sus empujones de optimismo se contagian a todos, como su risa gaditana, y quizá porque está en esos comienzos desborda de ganas y de hallazgos.
Ana Joyanes es apasionada y se entrega a lo que hace al ciento diez por ciento. Su sensibilidad es poco frecuente, pero viene acompañada de un sentido del humor envidiable. En esta jornada dominical, por ejemplo, me hizo sonrojar al comentar al resto del grupo su lectura de uno de mis libros.
Dácil Martín es la reflexión sosegada y sensata, que no se detiene hasta no encontrar la coherencia en lo que se hace. Sabe escuchar con atención y paciencia. Y cuando habla, normalmente se ha cargado de razones, por lo que es casi imposible hacer otra cosa que darle la razón, pues suele tenerla.
Anabel Consejo es exigente consigo misma, creo que demasiado, y es sensible, mucho más de lo que aparenta, y su capacidad de trabajo también está fuera de toda duda. En sus letras, de las que espero hablar en poco tiempo, la sensualidad explota como un río inabarcable.
Marcos Alonso es la ironía tranquila. Ha sido el causante de muchas de nuestras risas durante estos días. Pero esta ironía se esparce en la dosis adecuada. Lo que denota una capacidad de análisis y de inteligencia poco frecuentes.

Abandonamos Zaragoza. La furgoneta dejó a su derecha las ruinas de una casa romana y la iglesia de San Juan de los Panetes, junto a la que había paseado a primera hora de la mañana y de la que había contemplado su torre torcida, y enfilamos hacia la circunvalación camino de la A-2
A la altura de Medinaceli, ya en la provincia de Soria, descubrimos que el otoño ya ha enviado sus primeros embajadores que ocupan y doran las hojas de los álamos. El día, en lo meteorológico, se tornaba plomizo y frío. La borrasca que habían anunciado ya llegaba a la zona centro de la Península y es como si la furgoneta púrpura se adentrara en sus entrañas.

Teníamos otros planes, pero el reloj se convirtió en un asalariado de un señor llamado Contratiempos. Alguien mezquino y que puede convertir en losa, lo que había sido una experiencia maravillosa. Por suerte, todo quedó en eso, en una zancadilla de Contratiempos que simplemente nos desequilibró un poquito. Y creo que ahora nos reímos...
La llegada al aeropuerto de Barajas, fue como un pedazo de literatura surrealista entre Miguel Mihura y los hermanos Marx, y por momentos pareció que habíamos entrado en un laberinto de difícil salida. Tuvimos conciencia de que estas grandes ciudades y sus macroinstalaciones están pensadas para que la máquina implacable impida cualquier atisbo a la flexibilidad. Todo se rige por la precisión irracional de la tecnología. La metáfora y la risa son adornos impropios del desarrollo, que parece construido únicamente para la exactitud fría, el cumplimiento inflexible.

Por suerte, y a pesar del cansancio (que es uno de los mejores aliados de este personaje indeseable), la ilusión no fue derrotada por estos inconvenientes de última hora. Por suerte, todo concluyó de buena manera. Marcos tomó sin problemas su avión rumbo a Las Palmas, el primero en surcar el cielo. Tras el último abrazo a mis amigos tinerfeños, Inma, Ana, Dácil, Francisco, mis pies pusieron rumbo hacia el metro de Madrid. De nuevo la precisión y la velocidad del primer día me pusieron en la estación de Príncipe Pío en muy poco tiempo. Ellos, sin embargo, tuvieron una hora de retraso en su vuelo.
A las siete y media de la tarde subí al autobús que me dejó, antes de las nueve, en Segovia, sumida en el vendaval y la lluvia racheada. Dentro de la maleta un puñado de nuevas ilusiones, algunos libros y la esperanza de que estamos a punto de cumplir con un sueño, el sueño de culminar la escritura de una novela hecha a siete manos, a 7 plumas.

31 comentarios:

Anabel dijo...

Sí, a este paso hacemos una novela. Pero me ha gustado mucho observar y comparar cómo ves tú a los 7 Plumas y cómo los veo yo. Es curioso. Creo que hemos coincidido bastante, excepto en algunas cosas que has dicho de esa tal Anabel. ¿Quién era el exagerado?

Ya no te doy más gracias que las tienes todas.

Un beso, sí,

Anabel

María Eleonor Prado Mödinger dijo...

Mi querido amigo, es increíble como pasa el tiempo, he dejado huérfana mi poesía y dormida hace ya tanto, me sumí en el mundo del estudio y el trabajo y estas dos consecuencias me llevaron a viajar y dejarme estar con los amigos, un error y te pido disculpas. Por lo que he leído y he visto fotos estás en conjunto escribiendo una novela, inolvidable va a ser. Tu narrativa es tan cercana y fluida, entretenida por lo menos para mí por el lenguaje y la terminología utilizada por lo mismo de tu país de origen. Hoy he vuelto de apoquito amigo nuevamente, Dios mediante no me trague la tierra nuevamente y me lleve al inframundo,jajajajajaj.
Eres uno de los pocos de quien leo narrativa y me halaga que en tu condición de novelista te pares a leer poesía.
Muchas gracias por eso amigo mío y feliz yo de volver a leerte.

FranCo dijo...

Amando, no sabes como he disfrutados de éstas tres crónicas. Todo un lujo. Me perece alta literatura, ya eso te lo había dicho. Pero lo repito.

Aunque creo que te queda redactar la crónica más vendible, la más popular. Pero me parece que no quieres hacer ese periodismo.

¿Recuerdas aquel tipo que apareció por fuera del hotel y que no querías regalarle tu libro?

Escríbela, que tu editor la publica seguro.

Un abrazo

Amando Carabias dijo...

Anabel:
Con la diferencia de que tú eres un poco más poética que yo, y por tanto más atinada.
Por suerte, tus propias palabras (que quedaron grabadas en la entrevista) no me dejarán mentir. Si lo que dices de mí no es exageradísimo...

Amando Carabias dijo...

María Eleonor:
El error es no vivir, y tú lo has hecho con intensidad por lo que nos apuntas. Bravo por ello. Estas letras aquí siguen, para que las disfrutes cuando quieras, si es que puedes, claro.
Sobre mi condición de prosista o de poeta, hay ciertas discusiones internas que me conducen de un lugar a otro con la misma precisión con la que anochece o amanece.

Amando Carabias dijo...

FranCo:
Creí que este comentario lo harías en el primer capítulo, cuando la vergüenza cubrió toda mi superficie (interna y externa).
Gracias a Dios, el libro es lo único que me redime.

Beatriz Ruiz dijo...

Fantástico relato de unos días entre amigos y letras... Desde el principio al final has conseguido que pudiera parecerme que yo también lo he vivido... en cierta manera así es...

Mil gracias por compartirlo con todos nosotros...

Besitos...

Mercedes Pinto dijo...

Amigo Amando, es obvio que vuestro viaje no ha podido ser más grato; que le habéis sacado todo el jugo, sin dejar ni gota. Si lo piensas, Siete Plumas ya ha sido un gran éxito, lo importante de esta experiencia ya lo tenéis con creces.
Visto que nos hablas de seis de las plumas y sois siete, déjame hablar de la que falta:
Amando es el amigo fiel, la sensatez, la elegancia, la prudencia, la humildad; a pesar de que, muy probablemente, sea el que más conocimientos y experiencia aporte al grupo en materia de literatura. Amando es el nexo de unión, el bálsamo que hace posible cualquier trabajo en común.
Amando es el que siempre está; lo sé muy bien.
Han sido tres entregas muy sentidas y magníficamente redactadas, de una crónica irrepetible.
Me alegro mucho por los siete.

Amando Carabias dijo...

Beatriz:
Pues si lo he conseguido, me doy más que por satifescho, pues es lo que pretendía, y que conocieráis, aunque fuera un poquito de lejos a unos seres maravillosos.
Tú, en concreto, ya conoces a Ana, así que no tengo nada que decir.

Amando Carabias dijo...

Mercedes:
Te has pasado, amiga, te has pasado.
Todo es aprender en esta vida, y el proceso nunca concluye. Estoy lejísimos de todo lo que dices. Y a veces ni reconozco a los amigos cuando se cambian de look. Si de algo me ha servido y me está sirviendo esta experiencia, es para aprender, para no quedarme en mí mismo y para pensar en clave de equipo. Y cuanto más consciente he sido de ser un engranaje de un todo, mejor me he sentido y mejor he funcionado.
Cada uno aporta sus valores y su trabajo y su responsabilidad y créeme que de esto hay a raudales en mis seis compañeros, que se han entregado y se entregan a la novela con una pasión y una ilusion inusitadas.
Admito con mucho gusto, eso sí, lo del amigo fiel. En lo demás, mejor rebajemos unos cuantos tonos, aunque te lo agradezco.

neko dijo...

Los tres últimos parecen escritos para dar envidia!!! jajaja

Me recuerda mucho a otros asuntos mios similares y completamente distintos a la par, y leyéndote me ha dado una penica al recordarlos y unas ganas de repetir inmensas, supongo que igual que a ti al escribirlo.

Amando Carabias dijo...

neko
En el fondo todo este tipo de asuntos es el mismo asunto, creo que tiene que ver con la parte del título que va entre paréntesis: cómo disfrutar de los amigos.

neko dijo...

Supongo que sí. Da igual cual sea la temática, al final lo importante es saber y poder disfrutar de lo que se tiene entre manos.

Un saludín!

Isolda Wagner dijo...

Se acabó. Gracias por contarlo como sólo tu sabes; creo que nos hemos hecho nuestra particular imagen de todos y absolutamente convencida de que 7 plumas marcará un antes y un después.
Besos cronista poeta.

Inma Vinuesa dijo...

Me has hecho revivir cada momento.
Hasta se me han aguado los ojillos en alguna ocasión.
Que experiencia más inolvidable, ha sido maravilloso conoceros y me guardo todo lo que me aportasteis en unas horas intensas.
Ese si que va a ser mi tesooorooo...
Un abrazo

Unknown dijo...

Amando, con el modo que cuentas las historias reales, cotidianas, el disfrute y el goce de los amigos, dan ganas de ser los protagonistas,has logrado que se respirase la atmosfera que habéis vivido. Enhorabuena para todos.
Leo

Amando Carabias dijo...

Isolda:
La suerte es tener lectores como vosotros. Esto es una suerte para quien escribe, la mejor de las suertes.

Amando Carabias dijo...

Inma Vinuesa:
De eso se trataba: que estas líneas nos ayuden o sirvan de muletas para cuando la memoria nos flaquee.
Un beso.

Amando Carabias dijo...

Leonel:
Pues gracias por las palabras, y también me hago portavoz del resto de compañeros. Un abrazo.

Flamenco Rojo dijo...

A todos y cada uno de los siete plumíferos…Tendríais que plantearos introducir un apéndice en la novela que os traéis entre mano con las tres entregas/crónicas de Amando sobre el encuentro en Zaragoza.

Un abrazo.

Ana J. dijo...

No veas lo que me ha costado llegar a leer esta última crónica... mi vida es un caos maravilloso, en gran parte (grandísima) gracias a 7 plumas y a las vivencias únicas que nos está proporcionando.
No se puede añadir nada a tu crónica, pues has reflejado de forma singular el periplo -exterior e interior- que gozamos el fin de semana que compartimos.
Amando, eres único.
No sabes cuánto te agradezco esta película -fotografía quedaría muy corto-que has realizado de nuestra aventura aragonesa.
Tienes alma de psicólogo, de poeta y, sobre todo, de amigo. La forma en que nos has descrito a todos y cada uno se quedará para siempre en mi corazón.
Mercedes, suscribo tus palabras al mil por ciento.
Un abrazo enorme, desde el fondo de mi corazón, Amando. Otro para las otras 5 plumas.
Y otro abrazo grande, grande, para todos los que estáis compartiendo esta locura estupenda con nosotros

Amando Carabias dijo...

Flamenco Rojo:
El apéndice de la novela se va a convertir en más grueso que la propia novela.
No sé si esta crónica se publicará o no, pero este viaje ha supuesto un punto de inflexión maravilloso en la propia novela y, más aún, en el devenir del propio grupo.

Amando Carabias dijo...

Ana J
Lo verdaderamente maravilloso es que hayas acometido el esfuerzo de llegar hasta aquí y leer. ¿No has tenido bastante de mi pesadez después de casi tres días de aguantarme? :-)... En fin estos son amigos...
Gracias por todo lo que dices y por todo lo que estás haciendo.

Marina Filgueira dijo...

Bueno pues caramba, como me ha gustado también esta entrada y todos los comentaríos! Pero totalmente de acuerdo con lo que comenta Mercedes. Maestro. Un abrazo. Se feliz.

catherine dijo...

Toda la crónica es una delicia y los retratos de las 7 plumas por parte de tí Amando o por parte de los comentaristas en lo que te concierne nos hacen entender mejor vuestro trabajo común y vuestra amistad.
Un abrazo muy fuerte para TODOS.

Amando Carabias dijo...

Marina Fligueira:
Sigo pensando que es una exagerada, pero gracias, qué voy a hacerle.

Amando Carabias dijo...

catherine:
Nuevamente me quito el sombrero, ante la perspicacia de tus palabras. Has llegado justo a la última pretensión de esta serie.

lammermoor dijo...

Después de leer las tres cronícas (o las tres partes de ella) dejo mi comentario en esta última.
Gracias por compartir el viaje con nosotros, porque a través de tus palabras nos sentimos (veo por los comentarios) un poco partícipes de ese fin de semana.

Un lujo leerte y un lujo aún mayor poder disfrutar de experiencias como la que tuvisteis ese fin de semana.

Amando Carabias dijo...

lammermoor:
Muchísimas gracias por tu lectura y por tus palabras. De eso se trataba de transmitiros un poco de lo que por allí pasamos.

Ana J. dijo...

No, Amando, no me he hartado. Creo que eso es imposible. En todo caso, estoy añorosa (apuntemos el palabro para el futuro diccionario de la AELE) de esos días.
Un abrazote grande

Ángeles Hernández dijo...

PUES YA ESTÁ LA CRÓNICA COMPLETA.
Envidia sana y mucha alegría es la que me transmite Amando y con él todos vosotros.

Como ha caído todo de un tirón, me quedan para mañana las partes habladas.

Al día en cuanto a episodios extraliterarios, que tanto enriquecen la literatura y la vida, puedo continuar tranquilamente y sin sobresaltos el resto de lso escasos capítulos que nos quedan.


Ay pena, penita, pena.....¿qué haremos después los que comentamos?
Los sábados y martes por la noche ¿a quién esperaremos?, ¿Y los mensajes de cada coketario en el móvil?.

Señor, señor, tantos meses juntos se están acabando.

Bueno, que nos quiten lo bailao y además seguro que a Franco se le ocurre alguna otra maravillosa idea.
¿Verdad que sí?.

Un abrazo con los ojos cerrados, que hoy creo que he terminado los deberes que tenía un poco atrasados.