viernes, 9 de julio de 2010

Tras la ducha

Autorretrato de Picasso. Imagen tomada de Internet


Después de la ducha matinal, su cara acudió al espejo. Le gustaba afeitarse entonces. Sin que el agua hubiera despertado todas sus neuronas, para su cerebro era imposible seguir la sucesión de órdenes: abre los ojos, mira, enjabona, rasura. No se dio cuenta, pues el aroma del café recién hecho y el suave murmullo de la canción que ella tatareaba distrajeron su atención. Fue al pasar el jabón cuando lo descubrió: aquel no era su rostro.


Cuando ella le dijo que el desayuno estaba listo, le llamó por otro nombre, el verdadero nombre de aquella cara, no el suyo.


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56 comentarios:

Fiaris dijo...

¡Wow!!!me has dejado sin habla,un abrazo buen finde.

Flamenco Rojo dijo...

La ausencia de certeza o la duda permanente te juegan malas pasadas a veces…

Por cierto Picasso no era tan feo ¿no?

Un abrazo.

Fernando dijo...

¡Genial! Qué difícil es decir tanto con cuatro palabras, claro que cuentas con la ayuda del supergenio, que es capaz con un boceto de abrir las puertas del universo. Un fuerte abrazo.

Unknown dijo...

Estupendo, Amando, de verdad que si.
Yo cerre las ventanas por eso de los vampiros, pero si me cambian la cara o peor, me cambian todo, para eso no tengo solución...
Me ha encantado.
Un abrazo.
Leo

Abuela Ciber dijo...

Una duda eistencial no???

A pesar de todo seguimos adelante y te deseo un fin de semana de triunfos.

Cariños

Errata y errata dijo...

De dónde sacas estas ideas gloriosas? Me hiciste acordar a Kafka, vaya metamorfosis....
Digamos que este tipo se quedó "de cara" como decíamos los adolescentes de los años 80 en Uruguay. En todo caso, quien te dice, por ahi este era su verdadero rostro. Y los nombres posibles nos son varios, no todos los días nos llamamos igual ni todos los días somos los mismos. Lo complicado es cuando no nos reconocemos en ninguno. Un gran abrazo poeta,

Amando Carabias dijo...

Fiaris:
Es que ocurre cada cosa. Que disfrutes el fin de semana.

Amando Carabias dijo...

Flamenco Rojo:
No, si lo malo es cuando tienes la certeza de que eres otro, que te has colado en otro cuerpo. ¿O era al revés?
El caso es que él se vio así...

Amando Carabias dijo...

Fernando:
Muchas gracias por tus palabras. En este caso (aunque podría haber sido, naturalmente) no ha sido el autorretrato de Picasso quien me ha inspirado. Después de escrito el texto, buscando una ilustración me encontré con esta reproducción.
Un abrazo.

Amando Carabias dijo...

egomanías:
No me extraña, Leo, que hayas cerrado las ventanas, jaja...
Pues no sé qué decirte que es peor, pero sí, tiene que ser terrible descubrir una mañana que has cambiado o de rostro o de identidad.

Amando Carabias dijo...

Abuela Ciber:
También se puede tomar de este modo, sí.
Esperemos, esperemos que sea un fin de semana de triunfos, pero esperémoslo también con respeto a las cualidades de los rivales que son muchas.

Amando Carabias dijo...

Maia:
Muchas gracias por tus palabras. Ya sabes que cualquier frase escuchada aquí o allá, una vieja idea revoloteando desde hace tiempo... No sé...
No olvidemos que además de Kafka, está Ovidio. Su Metamorfosis, de la que sé algo por mi hija que lo ha leído este año para su asignatura de Latín, no tiene desperdicio en este sentido de transformación de identidades.

Mercedes Pinto dijo...

Me he acordado de una anécdota que me contó uno de mis profesores de pintura que conoció a Picasso y estuvo un tiempo trabajando con él. Dice que relataba muy orgulloso que en una ocasión un aristócrata francés le encargó el retrato de su mujer. Cuando llegó la hora de la entrega, el francés se quedó mirando el cuadro y minutos después se atrevió a decir: "No se parece en nada", a lo que Picasso contestó: "¿Y qué?, ya se parecerá". Eran sus comienzos cubistas; no quiero imaginar dónde tendría la señora la nariz.
Buen relato, no se puede condensar mejor una historia.
Un abrazo.

Errata y errata dijo...

Pues la apuntaré entonces en mi lista de asignaturas pendientes. Gracias por el dato.Abrazo,

emejota dijo...

Buenísima consideración, como la moderna Jekyll y Mr. Hyde. En realidad somos un conjunto de impulsos que a veces reman en el mismo sentido y otras veces uno de ellos toma el mando para dirigir la nave. Un abrazo.

Isolda Wagner dijo...

Fernando, he leído en el piso de abajo, lo de tu accidente. Lo siento muco, pero veo que a pesar del relleno de medicamentos, tu mente y tu mano funcionan tan bien como siempre.
Cuídate mucho, leer y escribir es una gran suerte!
Muchos besos que te alivien.

neko dijo...

Alguna vez me he sentido así.
Me he levantado, he intentado reconocer a la persona que veia delante del espejo y no he podido hacerlo. Luego he seguido mirando a mi alrededor y he visto que no era esa imagen la única que me hacía sentir distinta, confusa, sola, era el mundo al completo.

Buena manera de narrar un sentimiento tan duro Amando.

Un saludo

Marcos Alonso dijo...

Ocho líneas y nos sumerges en un mundo lleno de sugerencias, con ese toque de gracia final, como si fuera un sello de maestría, de genialidad.

Enhorabuena,Amando, un abrazo.

Amando Carabias dijo...

Mercedes:
Sí, es buena esa anécdota. Es lo que tienen los genios.
Muchas gracias por tus palabras.

Amando Carabias dijo...

Maia:
Supongo que como tantas otras cosas en los clásicos ya está todo o casi todo. Quizá cambien las formas, pero el contenido más profundo, no.

Amando Carabias dijo...

Isolda:
Eres tan detallista... Estás absolutamente en todo, y todos te preocupan
Un beso para ti, ya que tú das tantos, recibe alguno.

Amando Carabias dijo...

emejota:
No había caído en la cuenta de esa posibilidad que nos apuntas. Y bien cierta que es. Podría ser la primera mañana de Jekyll en el cuerpo de Mr. Hyde... ¿O será a la inversa...?
Muchas gracias.

Amando Carabias dijo...

Neko:
Más de una vez he pensado en eso. He de reconocer que nunca me ha pasado, pero alguna vez ante el espejo me he dicho, ¿y si de pronto no reconociera el careto del que está delante...?
La verdad es que da un poco de vértigo.

Amando Carabias dijo...

Marcos:
Gracias por tus palabras. Ya me gustaría a mí ser tanto como dices.

mateosantamarta dijo...

Espero que nunca me pase eso
-sobre todo porque no tengo mujer- Un saludo.

Amando Carabias dijo...

mateosantamarta:
Si te ocurre entrarás en otra dimensión.

Verónica O.M. dijo...

¡Que miedo! descubrir eso.
Aunque a medida que nos van pasando los años, es díficil reconocernos también, no solo en el físico, en forma de pensar, y en muchas cosas más.
Si nos paramos detenidamente a observarnos, nos podria pasar como a este hombre, más o menos.
Buen fin de semana, me ha gustado tu microrelato
Un abrazooo

Ángeles Hernández dijo...

Yo no me afeito, es una lástima porque de ser así sería probablemente la protagonista de tu micro: ahora tengo otra cara, otra expresión que traducen que yo misma empiezo a ser otra.

Narciso se metamorfoseó en flor amarilla al caer enamorado de su hermoso rostro reflejado en el arroyo. Yo no quiero ser flor amarilla, pero sí enamorarme un poquito de esta cara que trasluce la persona que llevo dentro.

¿Tendré que cambiar de nombre?.

Gracias Amando, como anillo al dedo.
Un abrazo Á.

Isolda Wagner dijo...

No creerás que me he olvidado de tí. He dejado el comentario a tu texto inmediatamente antes que el de Fernando. ¿Blogger está haciendo de las suyas?
Esta bien lo repito:
Me ha gustado mucho, he pensado en Millás, que viniendo de mí, es más que admiración por ese micro. Genial, Amando.
Besos ¿de quién?

Amando Carabias dijo...

Verónica:
Algo de eso hay. En realidad uno cumple años no cada año, sino cuando al mirarse al espejo se da cuenta de un cambio. Estos suelen ser tan graduales que sólo te fijas un día de repente.
Feliz fin de semana para ti también.

Amando Carabias dijo...

Ángeles Hernández:
Ésa también es una posible interpretación del micro. Algo así como la transformación interior que nos convierte en nuevas criaturas.
La vida que se llena de colores, y emerge un rostro libre de las penurias y las tensiones del pasado, el rostro de quien realmente somos.
Gracias, por tus palabras y por tus elogios.

Amando Carabias dijo...

Isolda:
Pues algo así debe pasar, porque en poco tiempo me he quedado sin la conexión al correo electrónico un par de veces.
De hecho iba a cerrar internet y he visto que entraba tu comentario y antes no lo había visto.
Sé que no te has olvidado de mí, y lo que dices me sonroja, y no precisametne porque haga mucho calor.
Ahora que citas a Millás, esta tarde, que casualmente le he escuchado, ha estado sembrado en el programa con Gema Nierga.

Alena.Collar dijo...

Uno no sabe a veces que es otro hasta que se mira y no se reconoce.
Y eso puede agradar o asustar enormemente.
Es hora entonces de buscar nuestra mirada más allá de los espejos.
Y hace falta valor y coraje para ello.

Amando Carabias dijo...

Alena Collar:
En el fondo evolucionamos más de lo que parece. Quizá no por fuera, que parece el asunto de este micro, pero cuando uno varía por dentro, quizá el vértigo sea mayor, pues de repente, o no tanto, hay que modificar todo. Y para eso, como dices, hay que tener coraje y temple.
Un beso.

Miguel Mora dijo...

Creo que es el último autoretrato de Picasso, me parece la demostración de esa capacidad que tiene el arte – por lo menos los grandes artistas – de trascender incluso más allá de la propia vida de los autores. Se diría que Picasso ya se ve, ya se sabe muerto. Algún espejo le devuelve su imagen casi ya definitivamente de calavera y él no renuncia a pintarse, a traspasar la última frontera. No quiere nunca dejar de mirarse a si mismo con lucidez, como si esa lucidez fuese su último aliento vital, lo único no muerto todavía. La lucidez que todavía no le ha arrebatado la muerte. La vida como sinónimo de lucidez, lo que más se resiste a morir. Lo que nunca va a morir para los que al ver el cuadro comprendamos que sin lucidez – casi como sinónimo de dignidad – la vida no merecería la pena, pero con ella sí la merece hasta el final. El autorretrato de un Picasso casi muerto nos devuelve de alguna manera la vida. Mucho más quizás que esos tremendos relatos de la gente que regresó de comas que parecían definitivos.

Amando Carabias dijo...

Miguel Mora:
Suscribo y agradezco tus palabras.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

muy grande.

Marian Raméntol dijo...

Siempre he dicho que los espejos guardan muchos secretos, mi querido Amando... muchos secretos...

Besísimos!
Marian

Errata y errata dijo...

pues vengo a felicitarte!!!!!
Nos hicieron sufrir nos hicieron, pero fue un gran partido y me alegré mucho por ustedes. ENHORABUENA CAMPEONES !!!

Paloma Corrales dijo...

Jo, se me había despistado esta entrada, Amando, es buenísimo el micro, muy bueno.

Abrazo.

María Eleonor Prado Mödinger dijo...

Vaya qué sorpresa, muy creativo este escrito, diferente.
Aprovecho para felicitarte por el gran triunfo obtenido por tu selección en el mundial, un gran trabajo hicieron, nos deleitaron.

Abuela Ciber dijo...

Recibe mi afecto con las felicitaciones por el triunfo que une esa hermosa tierra en un grito de Campeones.!!!!

catherine dijo...

Es un placer inmenso leer este micro y el relato-poema sobre Bach y la tremenda delación y , sí sí,el lector de partidos.
Es un placer volver y encontrar tantas buenas lecturas.
Tengo noticias de una que te lee de vez en cuando en la tienda de periódicos de su muntanya, que se queda sin Internet desde casí un mes y que lo siente.
Muchos besos para ti Amando, querido escribidor.

Evaasecas dijo...

Esta entrada no me sale en mi lista de blogs y me extrañé y aquí me vine a ver si es que me había equivocado de día, pero no, el que se ha equivocado es mi listado de blogs y aquí está. Supongo que es casualidad, no me he fijado en el día, pero a mi también me viene esto de perillas. ¿Dualidad? Creo que todos somos un poco mucha gente, porque de vez en cuando salen de nosotros personas que no reconocemos, que hacen cosas que no pensábamos que fueramos capaces de hacer, y yo, a veces, tampoco me reconozco ante el espejo.
Siento que se me haya pasado esta entrada Amando, un abrazo.

Amando Carabias dijo...

jordim:
Muchas gracias por tus palabras.

Amando Carabias dijo...

Marian Ramentol
Si los espejos hablaran y dijeran la verdad de lo que ven... En fin mejor no pensarlo.

Amando Carabias dijo...

Maia:
Muchas gracias. Sí que se sufrió, sí. Pero ha merecido la pena. Espero que hayamos aprendido algunas cosas.

Amando Carabias dijo...

Paloma Corrales:
Muchas gracias por tus palabras

Amando Carabias dijo...

María Eleonor:
Muchísimas gracias por tus palabras.
Y gracias por tu felicitación.

Amando Carabias dijo...

Abuela Ciber:
Gracias, muchas gracias.

Amando Carabias dijo...

Catherine:
Bienvenida nuevamente. Gracias por tus palabras. Y transmite todo nuestro afecto a esa lectora que se queda sin internet.

Amando Carabias dijo...

Evaasecas:
Es que a veces blogger nos organiza estas pequeñas fechorías. Juega al escondite o algo así. Ya sabes que a mí también me pasa.
Dualidad sería la explicación más sencilla, quizá llevada a extremos un tanto complicados.
Tienes razón, todos, algunas veces, tenemos reacciones que nos pueden pareceer impropias de nuestro modo de ser, pero suceden. Vaya que si suceden...

Marina Filgueira dijo...

Ay! Que susuto: Menos mal que no tengo que afeitarme la cara- por ser mujer: !será triste mirarse en el espejo y no reconocerse¡ Ay que ver la felicidad que da, el saber quien eres, como te llamas y hacia donde te diriges. Precioso relato. !Como siempre¡ Un beso.

Amando Carabias dijo...

Marina Fligueira:
No descuides cuando te peines. Puede suceder cualquier cosa...

Anabel dijo...

Ya sabes que me gusta, ya te lo he dicho. Te lo repito: este relato encierra una verdad mucho más amplia que la propia extensión del relato. Por eso es un gran minirrelato.

Soy injusta y espero poder redimir mi pecado de ahora en adelante y venir a visitarte a tu casa asiduamente como te mereces. Tú me visitas a menudo, cosa que te agradezco infinito, y además tus comentarios van más allá, no se quedan en un qué bonito o cómo me ha gustado. Esos son los comentarios que le dan calidad a un blog.

Un abrazo, compañero plumífero,

Anabel

Amando Carabias dijo...

Anabel:
Gracias por tus palabras y por el seguimiento. Estoy seguro de que siempre haces todo lo que puedes.