miércoles, 28 de julio de 2010

En la cima del monte.




La cima del monte acaricia las orlas de granito de las nubes,
y sus ojos brillan en la laguna de aguas frías.
El aire de la mañana es estatua sin perfil,
y las piedras contemplan su carne en el azogue sin aliento.
La transparencia es campana de cristal
protegida en un espacio cimentado por sillares y silencios,
y se eleva hasta las bóvedas sobre notas de diamantes,
y ondea en vigas de armonía y luz.
Aquí, el brillo de la nieve, su latido de espejos,
entibia mi espíritu, vacía el ser de sus dolencias.
Percibo que me fundo en sus entrañas,
que me hago uno en su unidad eterna,
que soy nota de silencio,
buceador de sus secretos.


El frenesí de la ciudad llaga mis latidos
y el corazón se me retuerce sobre la pulpa del hastío
y busca la paz con la avidez de un niño.
Voltearé hacia mi venero oculto mis ojos agrietados por la suciedad,
entrañaré la mirada de estrellas rebrincando entre sus dedos,
busco esa luz que se me esconde y tiembla como pábilo que expira.
Cierro los ojos y contemplo mi abismo.
Necesito un silencio que me engulla en ritmos detenidos casi,
para encontrar el verdadero pulso de mi entraña.


Safe Creative #1101208299834

37 comentarios:

mariarosa dijo...

Muy buen poema.

Armando tus versos desgranan tus pesares, la busqueda insesante de tu corazón de paz.
mariarosa

Unknown dijo...

Hay silencios que ni siquiera detenidos dejan de asordarnos el alma, y no nos dejan entender quienes somos, ni encontrar la paz dentro de nosotros mismos.Pero no podemos rendirnos, por muy hermético que sea el cristal que nos encierra, el eco del silencio se multiplica hasta ser gigante y lo rompe,y allí quedamos libres, encima al monte.
Pero quizas soy yo que hoy estoy en guerra con el silencio.
Enhorabuena Amando.
Saludos.
Leo

Amando Carabias dijo...

mariarosa:
Llevas toda la razón. El mundo y su ajetreo cada día me tortura un poco más.

Amando Carabias dijo...

egomanías:
El silencio es una de las grandes perlas del tesoro de la vida. Del que intuyo como verdadero, que no quiere decir que uno esté en posesión de la razón.
Porque para encontrarse con lo que importa (el corazón de los demás, uno mismo), es necesario no tener el estorbo de los ruidos.
Y más aún, creo que para escuchar lo que cuenta, es necesario acallar muchos ruidos.
Gracias por tu comentario.

Flamenco Rojo dijo...

La vida sin freno que llevamos hoy en día requiere que encontremos la paz urgentemente…Los desencantos personales, las relaciones familiares, las tensiones de la vida laboral…Una vez más es el silencio el que nos puede proporcionar esa paz tan anhelada.

El poema, en tu línea…enhorabuena escribidor.

Un abrazo.

Beatriz Ruiz dijo...

Bueno mi querido Amando... yo también necesito esos silencios, siempre...

Parar, detenerse, pensar... cada día se hacen más imprescindibles... Ya nos va quedando menos tiempo, entonces no debemos desperdiciarlo, digo yo...

Lo importante es lo que es... todo lo demás sobra...

Beso de luz de luna que anoche estaba impresionante sobre el atlántico...

Amando Carabias dijo...

Flamenco Rojo:
Sí, quizá más que nunca necesitemos de esos reposos y de esa calma que nos hace más humanos.
Gracias por tu valoración.

Amando Carabias dijo...

Beatriz:
También la luz de la luna, hizo de la noche de Segovia una noche mágica y preciosa.
Una noche así ayuda a encontrar el camino de lo que verdaderamente importa. Supongo que a la vera del Atlántico sería más completa aún.

neko dijo...

Dificil encontrar la paz cuando muchas veces incluso nos falta el tiempo para buscarla.

Y que decir del silencio, un bien dificil de encontrar en el día a día.

Que ganicas de marchar a la montaña me has dado Amando!!

Evaasecas dijo...

Bueno, un poema precioso, Amando.
El silencio, pues yo, después de diez días sin niños, estoy deseando un poco de ruido, pero si, es muy necesario, se busca y si se busca se encuentra, mira donde lo he encontrado hoy, en un poema, que ha salido de tu pluma y me ha traído una sensación de serenidad que me ha venido estupendamente.
Un abrazo.

Amando Carabias dijo...

neko:
Quizá se trate de 'programar' adecuadamente los 'imputs' que marcan nuestros días. Quizá la palabra tiempo libre no haya que dejarla debajo de la lista, quizá debiera subir posiciones. Y una vez que lo haya hecho, saber para qué lo queremos y en qué lo invertimos.
Quizá, sólo quizá.

Amando Carabias dijo...

evaasecas:
Pues si ha servido para que durante unos minutos encontraras esa serenidad, bendito poema sea.
Gracias por tus palabras, sí.
El ser humano es una bolsa llena de muchas cosas, y cuando una falta enseguida se nota, y cuando sobra otra, también se nota.
Hay quien no puede vivir mucho tiempo sin los suyos, pero eso no quiere decir que no necesite espacios para su propia intimidad.
Un beso.

Isolda Wagner dijo...

Música celestial, diría yo y no yerro.
Besos, con el ritmo detenido.

Fiaris dijo...

Me gustó mucho tu escrito hoy amigo,quede pensando,abrazos

emejota dijo...

Solo puedo decirte que te entiendo, y mucho. De forma simple podría decir que "hayques", "yaques" unido a las frustraciones naturales del devenir convierten nuestra existencia en algo muy complicado en determinados momentos. Es en estos momentos cuanto mayor ocasión se nos brinda para conocernos mejor y aplicarnos la "cataplasma adecuada". Un abrazo.

Amando Carabias dijo...

Isolda:
Por supuesto que aciertas. Y me alegran las palabras, porque son un buen espaldarazo en jornadas especialmente calurosas y difíciles para la escritura.

Amando Carabias dijo...

fiaris:
También te doy las gracias, y me alegra que te haya provocado algún pensamiento, a ti que tantos nos regalas cada día.

Amando Carabias dijo...

emejota:
Pues sí. Se puede interpretar de ese modo. Las situaciones complicadas de la vida, son las que exigen esa retirada a los cuarteles del silencio, para salir fortalecido.

neko dijo...

Yo puedo considerarme afortunada, creo que he encontrado un buen equilibrio entre obligaciones y búsqueda de tiempo libre, pero como humana que soy no voy a estar conforme, nunca hay que estarlo :)

Amando Carabias dijo...

neko:
suscribo, firmo y rubrico.

Verónica O.M. dijo...

Me ha gustado tu escrito, pero al llegar al final me han dado escalofríos, cuando dices:
Necesito un silencio que me engulla
en ritmos detenidos casi, para encontrar el verdadero pulso de mi entraña.
Me hizo ver que nos pasamos la vida buscando, y muchas veces no sabemos ni el qué.....
Un abrazooo amigo

Alena.Collar dijo...

Has escrito un buen poema, Amando. Hondo y lleno de anhelos íntimos. Con cierto tono - a mi modesto criterio- elegíaco, y en parte resignado, o más bien conocedor de lo dificil que se nos hace llegar a la paz interior.
Me ha gustado leerlo; me atrevería a sugerirte que en la frase que te señalo, mires si se puede evitar el "que" relativo, me da la sensación al leer el verso que éste pierde musicalidad: "que protege un espacio ", yo sugeriría: "protegida en este espaci cimentado en sillares de silencios"; pero el poema es requetetuyo, y magnífico, además.

Amando Carabias dijo...

Verónica:
Gracias por tus palabras.
En cuanto a la sorpresa que te producen los últimos dos versos, yo diría que es la única opción que le queda al ser humano, ¿no te parece?

Amando Carabias dijo...

Alena Collar:
Gracias por tus palabras. Si es verdad que hay un cierto tono elegiaco, sobre todo al final, en que tras la contemplación de la cima de la montaña, donde está todo lo puro y maravilloso, aparece la realidad de lo cotidiana.
También gracias por la sugerencia. Este poema, y otros de este ciclo están aún muy vivos, aunque tengan sus años, y están en un prceso de reconstrucción... Y lo del que relativo me tiene en un no sé qué que me hace tamblar y balbucir. Como ves te he hecho caso aunque no del todo. Un beso.

Abuela Ciber dijo...

Hermoso lo compartido, en busca del silencio propio.

Cariños

Amando Carabias dijo...

Abuela Ciber:
Gracias por la visita.

Marina Filgueira dijo...

Hola: Nada nuevo voy a decir después de leer todos los comentarios. Solo diré. Un poema deliciosamente hermoso. Todas sus frases me encantan, poro guardo éstas palabras para mí. Busco esa luz que se me esconde y tiembla como pabilo que expira. Felicidades Amando. Un beso y hasta pronto. Feliz verano a todos/as. Chauuuuuuu

catherine dijo...

Hermoso poema, Amando, describes la montaña como quien vive en estos parajes.En el año 1084 San Bruno fundó un monasterio en el desierto (así se llama el sitio) de la Grande Chartreuse, a unos 50 kilometros de Grenoble. Encontró en esta montaña el silencio que se volvió una de las reglas de sus monjes, los cartujos, les chartreux.

Ángeles Hernández dijo...

A veces los árboles no nos dejan ver el bosque, y nos cierran los ojos para ver nuestro propio bosque nterno.

Vivimos tan deprisa, que lo urgente nos impide muchas veces hacer lo importante.

En esta noche conmigo misma, y un poco con vosotros que me daís claves y pistas, quiero recuperarme, quiero quererme, quiero ser yo , con las circunstanscias que quiera elegir, no las que me ofrezca el mundo que a mi alrededor , a veces me capta, demasiado.

Amando Carabias dijo...

catherine:
Pues nunca he vivido en lo alto de la montaña. Aunque siempre me ha llamado la atención, creo que en sus alturas todo es más nítido y más puro.
Sin silencio (y no es la primera alusión este poema al asunto en este blog) no sería capaz de vivir. Más aún, cuando hay épocas prolongadas en las que me falta, me noto que estoy fuera de mí y me descentro.
Creo que fue un monje trapense quien escribió:

“El silencio es el lenguaje de Dios. Todo lo demás son meras traducciones”.
Supongo que san Bruno llegó a una conclusión semejante.

Amando Carabias dijo...

Ángeles:
Por eso es tan necesario pararse y analizar todo el 'paisaje' que nos circunda, para que ese árbol no nos cercene la visión del conjunto.
Si este rincón colabora para que lo consigas, será todo un placer para mí.

Jose C. dijo...

Hola Amando (ahora si, sin "r"). Me alegro de haber encontrado este escelente blog, en el que veo que hay mucho de donde tomar nota para pensar y aprender.
Debo pedirte disculpas por haber confundido tu nombre, hasta ahora. Jugarretas de la mente. Menos mal que Mercedes me ha avisado, si no no se cuanto hubiera tardado en darme cuenta.
Un abrazo.

Amando Carabias dijo...

José C.:
Bienvenido a este rincón.
La famosa 'r' es una famosa polizona que me acompaña desde siempre y de la que cuesta tanto deshacerse y se camufla tan bien que hasta a mí mismo me ha costado verla en tus respuestas. Lo importante es que estés aquí y que podamos disfrutar de tu presencia.

Marian Raméntol dijo...

Me encanta ver tu palabra valiente y punzante, Amando, desgranándose por las estrofas, es casi un río...

Un beso
Marian

Amando Carabias dijo...

Marian Ramentol:
Muchas gracias por tus palabras...
Creo que sabes que en valentía y ríos me precedes.
Un beso.

Anabel dijo...

Ay, querido Amando, has encontrado el sitio que andaba buscando.

Perfecto.

Dime, dime por dónde se va.

Esta vez, un beso,

Anabel

Amando Carabias dijo...

Anabel:
En este caso concreto, unos pisos más abajo se encuentra la respuesta...
Por ser más preciso, en este caso concreto, la cima de la montaña fue la escucha de la versión para piano de la primera pieza del Clave bien temperado de Bach.
A veces las montañas, más que en el exterior están en el interior.