lunes, 30 de noviembre de 2009

CANSANCIO

Imagen tomada de Internet.
Sísifo de Von Stuck

La palabra de cada día.
El camino que serpea.
Julio de 2005



Hay días en que a uno el cansancio le abruma con la pesadumbre de un lastre insuperable; una carga que tira hacia las profundidades más oscuras, como tejados de pizarra, de la melancolía. Hay días en que el celaje, puro azul, la brisa fresca, la transparencia del horizonte, son meros adornos para el alma. Uno mira, pero no ve nada de lo que le rodea, como si unas cataratas esmeriladas cubrieran la visión. Y uno, en consecuencia, pierde el disfrute de ese regalo que se le ofrece como dádiva, más aún como mensaje evidente. Sin embargo ni el susurro atolondrado y feliz de los cantos asonantados de las aves sirve para aterrizar en este mundo que se nos ofrece como el salón mejor preparado de la casa. Un salón que es, al mismo tiempo, de nuestra propiedad y al que somos invitados como queridas visitas.
Sin saber por qué, acaso el sueño, acaso las preocupaciones, acaso la falta de sentido de nuestra vida, un muro de hormigón sin enlucir, grisáceo, como sucio, se levanta por encima de nosotros y camina, quizá aprisionando a nuestra sombra, al mismo compás anodino que los pasos que se arrastran, sin darnos cuenta, sobre el pavimento recién duchado y recién peinado por unos individuos que han madrugado más que nosotros y van vestidos de verde fluorescente.
Pero todo da lo mismo. Es igual que la multitud de colores y risas borbollee en nuestra mirada, todo está cubierto por una película que torna al sepia el tono de nuestras miradas. Y el caso es que, si uno reflexiona, puede que por equivocación, sobre los motivos que le han sumido en tal estado de ánimo semejante a una charca de aguas podres y estancadas, la conclusión es que se desconoce o que no hay ninguna diferencia esencial entre el día en que la mirada abrillantaba cada superficie por la que se deslizaba, incluso las más rugosas o áridas, y este día de hoy, por lo demás, un delicioso día de inicios de julio, en el que el calor se ha aletargado, para darnos una tregua de disfrute.

37 comentarios:

Beatriz Ruiz dijo...

Mi amigo... que difícil nos lo has puesto hoy!!!... Esos días son y existen... y lo mejor es que después sigue brillando el sol...

Besos...

Amando Carabias dijo...

Beatriz Ruiz
El asunto está en intentar que sean los menos posibles, pero cuando llegan, mejor que pasen cuanto antes.

Marian Raméntol dijo...

Cierto es, hay días en que el gris suma (o resta, según se mire) y se convierte en el único paisaje posible, menos mal que el ser humano es capaz de reinventar su realidad y dispone para ello de una amplísima paleta de colores.

Un abrazo
Marian

Amando Carabias dijo...

Marian Raméntol
Y muchas veces pregunto, no por este caso concreto, sino por otros realmente graves, de dónde se saca esa paleta, en qué Academia de Bellas Artes hemos adquirido esa técnica para reinventarnos la realidad y evitar que los paisajes de lluvia nos inunden el alma.
Un beso.

Evaasecas dijo...

No queda otra que inventarse esa paleta de colores. Hay veces que no hay más salida que seguir adelante aunque ni siquieras veas el camino.
No hay más remedio. No queda otra.

Amando Carabias dijo...

Evaasecas
Y lo hacemos..., la mayoría.
Otros hay que aunque se lo planteen no pueden o no saben.

María Eleonor Prado Mödinger dijo...

El cielo gris tiene dos tonalidades, uno intermedio y el otro, un gris cercano al negro, ese oscuro no se patea fácil hay que intentar evadirlo y dirigir los petardos al intermedio, así la luz frecuentará con más rapidez, no es fácil pero se logra. Fuera de todo lo dicho, hago una exclamación:

Por todos los dioses que escribes estupendamente, asombro tras asombro, me es muy grato siempre venir aunque las pistas del cielo no sean siempre verano.

Un regocijo siempre venir.

Amando Carabias dijo...

María Eleonor
Muchas gracias por tus palabras.
Después de unas cuantas horas he podido dejar me comentario en tu blog, quise hacerlo antes, pero no sé por qué gnomos traviesos el equipo se negaba a que mis palabras cruzaran el océano.

No es mala sugerencia la que propones, fijarnos en algo un poco menos oscuro, o sea a la parte más débil de nuestra tristeza. Si eliminamos ésta quizá la luz empiece a clarear por todas partes.
Por eso dicen que es bueno dormir, lugo se ve más claro.

Alena.Collar dijo...

Hay días grises. Cierto. Y aunque no lo parezca también tienen su encanto: es bueno refugiarse junto al calor de las cosas sencillas, aquietarse y dejar fluir la vida.
Otra cosa es el espesor de ciertos días grises; contra ello, contra el espesor solo la sencillez de nuestros actos puede diluir la bruma.
Y el cansancio...a veces digo que yo vengo de un cansancio infinito, por eso cuando siento ese "estupor cansado" me quedo en mí; desaparezco de lo externo, me refugio en mi serenidad, no acudo al ruido...
Un beso.

Tempero dijo...

Amando: siempre la realidad se nos ve con nosotros, más pronto o más tarde. Casi siempre nos levantaremos.

escucha esta seguirilla pura y hora de uno de los más grandes del flamenco oculto


Siempre tropiezo
con la misma piedra
y vuelvo a caer
caigo y me levanto
ay mare mía porqué.

Culpable, ay, culpable,
ay, culpable, ay, culpable,
aquel que fue el culpable
que la carita se verá
conmigo más pronto
o más tarde.

Amando Carabias dijo...

Alena Collar:
Preciosa reflexión. No entiendo nada de mar ni de embarcaciones, pero me imagino que lo de capear el temporal se parece bastante a lo que tú comentas.

Amando Carabias dijo...

Tempero:
Qué razón tiene el pueblo, siempre tiene razón, y uno a veces se siente una ola

Flamenco Rojo dijo...

Un día malo lo tiene cualquiera…
¿Sabéis porqué se suelen adornar los árboles de Navidad con un angelito en todo lo alto? Tiene su explicación y aunque os suene a ficción es un hecho verídico…veréis…
Estaba Santa Claus preparando para su viaje anual de repartir regalos. Como los elfos estaban en huelga, tuvo que hacer horas extra con la lista de regalos. Fue a ver los renos y descubrió que tenía que darles de comer, limpiarles los establos de caca atrasada y que, además, cuatro de ellos estaban enfermos, por lo que tenía que llamar al veterinario y el trineo iba a volar demasiado despacio.
Fue a ponerse sus pantalones rojos y descubrió que no los había lavado desde el año pasado. Buscó otro par y al ponérselos, descubrió que había engordado 10 kilos. Se peinó la barba y se encontró un pelo negro. Con un cabreo tremendo se fue a la cocina a echar un trago y todas las botellas estaban vacías. En ese momento entró un ángel y le preguntó: “Santa, ¿qué quieres que haga con el árbol de Navidad?"
Y esa es la razón por la que se suele adornar los árboles de Navidad con un angelito en la punta...

Un abrazo.

Tempero, que bien suena Menese con Melchor de Marchena…

Tempero dijo...

Flamenco, suena excepcional. Me alegro que inviertas tiempo en la escucha. estos temas quedan ya para unos pocos. Voy a Sevilla el 6 o el 7 de diciembe y quiero cumplir mi palabra, ¿me dices cómo y cuándo?

Flamenco Rojo dijo...

Tempero, aunque ya creo que hemos hablado de esto antes, el flamenco es una de mis debilidades...es un placer escucharlo en cualquier momento del día.

El día 7 estoy de viaje...el domingo 6 estaré todo el día en Sevilla. Vivo en el barrio de Triana pero no me importaría desplazarme por donde tu te alojes y a la hora que tu digas.

Tempero dijo...

Me alojaré en Almodóvar del Río, Córdoba. La pretensión era acercarme a Sevilla. A tu disposición. Para coordenadas más precisas prefiero el correo privado, el mío ya le sabes.

Miguel Mora dijo...

Dejo en el blog de ayer un comentario referido a uno de los temas de ayer. Por si a alguien le interesa.

Isolda Wagner dijo...

Y yo ocupada en otros menesteres, sin percatarme de esta entrada deliciosa. Bien se podría transportar a algún día concreto de cada uno de nosotros.
Los antiguos hablaban de diversos humores, puede parecer infantil, pero de vez en cuando le atacan a una y se siente dentro del cosmos sepia del que nos hablas.
Un texto encantador, Amando.

Besos en tecnicolor, siempre.

Amando Carabias dijo...

Flamenco Rojo/Pepe Gonce:
Sí es cierto, hay días en que a uno parece que le sale todo torcío. Y lo peor es que llega alguien, con la mejor intención, y acba colgado de lo más alto del pino. Eso por abrir el pico, claro, ya se sabe que en bocas cerradas no entran moscas.

Amando Carabias dijo...

Tempero
Ya he recogido lo que tenía que recoger donde tenía que recogerlo.
Estoy de acuerdo con Flamenco Rojo esa seguirilla suena de lujo y estremece. Reafirma el comentario mío de la mañana, cuando aún no había podido escucharla.
Cuando se produzca el encuentro, habrá alguien que nos lo narre, espero.

Amando Carabias dijo...

Miguel Mora
De abajo vengo, de contestar y de opinar sobre el enriquecedor debate.
Aquí arriba también te doy las gracias.

Amando Carabias dijo...

Isolda
¿Sólo de algún día concreto...?
Muchos días, muchos... Lo que ocurre es que sabemos llevarlos con resignación (¿aquí cabría añadir lo de cristiana?) ... :).

María A. dijo...

Pues sí, hay días que una los inicia y no se aguanta ni a sí misma... Desde que ando por estas tierras, la verdad es que han disminuido considerablemente. Porque tengo varios remedios que me dan resultado:
1. Nada más darme cuenta de que el día se presenta de color gris oscuro, enchufo el ordenador y pongo mi canción-fármaco de choque

http://www.youtube.com/watch?v=tCmHhLMpgrc

2. Salgo a la terraza a ver amanecer por el Mediterráneo
3. Camino del trabajo, poco más de 20 Km de paisaje maravilloso, viendo cómo los niños de las aldeas van, con sus babys -blancos impolutos- y las mochilas, correteando camino de la escuela, aparecen las primeras ráfagas del arco iris...
4. Llego al centro, espero la llegada de mis chicos/as a la puerta y
todo ello hace que los tonos grises se difuminen y un precioso arco iris se apodere mi estado de ánimo... Es infalible y espero que pase a ser una vacuna definitiva o casi...La botella, siempre está medio llena. Por mí que no quede...
Abrazos africanos y de colores.

Amando Carabias dijo...

De parte de María A

Marina Filgueira dijo...

Hola Amando: Un post muy interesante como siepre.
Es una gran verdad que hay días... o- eptas, con espesor como bien dice Alena, se ve todo tan´negro que resulta muy difícil ver el horizonte transparente. Lo digo por alguna esperiencia vivida. Pero el ser humano tiene la sufiente fuerza y energía para afrontar cualquier contratiempo. Cantando a la vida- cantando al amor. Apartando la niebla para ver el sol. Un abrazo para todos/as.

Amando Carabias dijo...

María A
El propietario del blog, parece que se censura a sí mismo. O es que hay mucho tráfico entre el piso de arriba y abajo, el caso es que te acababa de decir y no se ha publicado que la canción que nos dejas ya ha salido más veces en este blog, y no me extraña que la utilices como fármaco para el corazón.
A mí me suele funcionar como terapia los paseos. Muchas veces los malos días son productos de la saturación mental más que otra cosa.

Amando Carabias dijo...

Marina Fligueira:
Pues sí, a veces los días se convierten en etapas. Esperemos que no nos suceda. Por lo que sé del asunto, en tal caso las cosas se complican un montón.

delgaducho dijo...

Esos dias en los que se nos desanuda la cuerda que sostiene el alma y cae a plomo...buf...

Isolda Wagner dijo...

Delgaducho, vaya frase. Poesía también.
María A, es una suerte amanecer como tú. También trato de hacerlo cada mañana.
Beatriz, has dado con la clave, el sol seguirá brillando.
Amando, te vale resignación a secas?
Besos a todos desde el sur, hoy emparedado de azul.

la palabra en cierne dijo...

Es curioso que mi primera entrada se titule Cansancio. Y vengo a Pavesas y el cansancio se duplica.
-De Neuro, esperando que a la tercera sea la vencida-
Por favor, elimina los anteriores enlaces. Creo que la palabra en cirne será la definitiva.

Un abrazo a Amando, Flamenco, Isolda...

Amando Carabias dijo...

Delgaducho:
Sí, algo así... Qué frase... Cómo vuelvas a escribir que no tienes inspiración voy y te recuerdo esta frase... Es una amenaza en toda regla. Muchas gracias, resumen perfecto.

Amando Carabias dijo...

Isolda:
Cómo no me va a valer. Resignación, vale.

Amando Carabias dijo...

Palabra en cierne
Y si no es a la tercera, será a la cuarta. No puedes evitarlo, las palabras nos persiguen y aunque lleguen más despacio siguen lleganado.
Hablo en nombre de los tres, creo, muchas gracias...
Y procedo a elimiar lo que quieres que elimine...

la palabra en cierne dijo...

Hoy me siento como Sísifo. Pero no voy a dejar que la roca me aplaste. De hecho, ya voy tirando lastre. Reirse de uno mismo funciona, hasta el punto de que si te observas con atención puede ser un auténtico descojone.

Amando Carabias dijo...

Palabra en cierne
Y que lo digas... Y hasta funciona en este blog (véanse Tribulaciones...), aunque no sea excactamente reírse, al menos sí se trata de ironía.
Pero a veces alejarse de uno mismo y tomarse un poco a cachondeo es difícil. Y aquel día de julio debió de ser de esos.

Flamenco Rojo dijo...

Neuro, todo se puede aguantar...pero que venga un angelito y te pregunte que hace con el árbol de Navidad después de un mal día...

Tempero dijo...

Habitual en esto de sembrar cantes, te dejo esta malagueña a la madre/mare donde las palabras se alargan, palabras que no les queda más remedio que entrar en el recuerdo.

Escuchad esta malagueña

A mi mare

Ay a la mare mía,
una pena amarga y negra
ah, ayyyy, se iba a llevar
a la mare mía.




Cuando me miro a la cara
ay, se le acabó su agonía,
porque mi mare a mí me adoraba,
ay, ayyyy.

Ay, aunque lejos de mí esté
en otros brazos soñando,
ay, aunque lejos de mí esté
tu alma me estará pensando
en quién te enseño a querer
y no podrá remediarlo.