domingo, 4 de octubre de 2009

UNA FOTOGRAFÍA

La palabra de cada día.
El camino que serpea.
Mayo de 2005


Me golpea hasta horadar el duro granito de mi espíritu esa fotografía que la prensa difunde. Quizá debiera ocupar el lugar que se destina al editorial, o a los artículos de fondo, mucho mejor que ese espacio indefinido entre las páginas de exteriores o las de sucesos. Esa joven mujer negra que llora (para siempre seguirá llorando). Esa lágrima, que comparada con el color de su rostro, es más transparente y pura que las nuestras, actúa como navaja que corta mi respiración, tan afilado es su horror de siglos en mi retina. El niño, como esquimal oscuro y serio, aporta todo el aire de dramatismo eterno que apabulla de la contemplación de la instantánea. Es la constatación de la miseria más nauseabunda de la humanidad.
No, no tiene nada que ver esa lágrima con las lágrimas nuestras. Con esas lágrimas ahítas que a veces surcan nuestros rostros. Esa lágrima, probablemente, es el último aliento que le quedaba a su alma desquiciada. Aunque en apariencia está tranquila, sabe que ha fracasado. De algún modo sabe que ha muerto. La estrecha fisura imposible que se abrió a su espíritu, cuando divisó la costa del país extraño, quedó obturada. Alguien le habrá dicho, seguro, que si los descubrían, habría de volver a la tierra de la que huye. Y ese es su final. Había empeñado todo lo poco que tenía, hasta el futuro que no le pertenece, en una alocada aventura, pero la ruleta que ella desconoce no se ha detenido con la bolita de su suerte descansando en su número. Fin.
No sé, si en su caso, habrá posibilidades de que alguien actúe de samaritana con ella. Lo ha intentado y ha fracasado.
La fotografía, que es bastante más contundente que cualquier discurso, que lleva inscritas en las dos miradas todo el dolor de una raza que padece, no informa, sin embargo de otros detalles. Nada sabemos del padre. Nada se sabe de otros posibles hermanos. Nada se puede contar de otros detalles. Pero lo más probable es que no importen nada en absoluto. Lo más probable es que la grandeza de esta instantánea, que sigue percutiendo en mi cerebro, es que se puede aupar a la categoría de símbolo. Quizá haya otras miles más que puedan cumplir la misma misión de navaja de nuestra conciencia bien cebada y adormecida, pero ésta es la mía. Esta instantánea es el látigo que fustiga mi comodidad de europeo al que le sobra casi todo de lo que posee, y que, sin embargo, en una espiral de locura que no se puede explicar, cada vez aspira a más. ¿Por qué no se mira con más frecuencia hacia abajo? ¿Por qué sólo me fijo, para llegar hasta su nivel, en los que tienen más?
¿Qué profundidad ha de tener el hambre para que una madre joven, con un bebé en brazos, se arriesgue a ocupar un lugar mínimo en el espacio mínimo de una mínima patera indigna que, como una cáscara de nuez, atraviesa el océano, a punto de morir durante horas? ¿Qué abismo tiene la miseria para que una joven madre, con un bebé en sus brazos, se arroje al vacío y entregue a unos desalmados lo que probablemente no tenga nunca? ¿Qué hondura posee la desesperación para que en una joven madre, con un bebé en sus brazos, confunda el fracaso casi seguro, con una salida para su propia vida y la de su hijo? ¿Qué sima impide que, como cualquiera, pueda crecer ella y su hijo, hollando el suelo sobre el que nacieron?
Esa lágrima, retenida o detenida, para siempre en medio de una mejilla enteca y oscura, probablemente arroje el último latido de esperanza de su corazón. Yo, nosotros, aquí, mientras tanto, devanándonos el cerebro para saber si es más conveniente una dieta de mil o mil quinientas calorías, y observando cómo los contenedores de basura se llenan cada día y cada día hieden a comida putrefacta.
Quizá, sospecho, haya alguno que se sienta ofendido por esta muestra del dolor de la humanidad encarnada en ese rostro joven y negro de madre que llora, que detiene el llanto en una sola perla transparente. También podría haber ocurrido que el desayuno de esta mañana se haya revuelto en algún estómago bien pensante.
Me hubiera gustado estar junto a esa mujer, y haberle secado esa lágrima con un beso tembloroso, pidiéndole perdón por la ceguera de esta parte del mundo en que habito y que consiente que otros sufran de ese modo. O es que, acaso, creamos que ellos no existen como los extraterrestres y son un invento de los periodistas.
A veces, parece panfletario lo que escribo; pero hay lágrimas cuyo filo, aun transparente, es más afilado que el de un alfanje recién fabricado.

23 comentarios:

Gaspard dijo...

Estas caras siempre han existido, pero no las hemos podido ver. La misma globalización de imagénes y personas que permite a esta gente vislumbrar el paraíso en TV (antes llegaban a Sicilia cuentos orales de lo bien que se vivía en Queens), hacerlo más cercano, es la misma globalización que nos permite ver esa desesperación, que antes pasaba desapercibida, sellada, censurada, cuando los barcos llegaban en condiciones de insalubridad horribles, en no pocas ocasiones, a Ellis Island, con los médicos inspeccionando a los ibmigrantes como si fueran caballos. Se les aceptó entonces porque su mano de obra era necesaria, pero a los que no valían se los devolvía sin miramientos. No había política de inmigración, y si la había era laxa. La concentración urbana en el Nuevo Mundo aún era débil, la industria en alza era muy intensiva en obreros no cualificados, etc. Pero los disturbios interraciales, pógromos en miniatura, también ocurrían.

El problema no es la raza, es la pobreza. ¿Quién no ha visto la foto de esa madre demacrada que sostiene en brazos a su hija, durante la Gran Depresión? El que sacó la fotografía recorría la América rural azotada por la sequía de los 30 y el desplome de precios agrícolas.ç

Hoy, las caras se han oscurecido (o son más "morenitas", como dice el italiano; un aliado del italiano pidió hundir a cañonazos las pateras) pero son el mismo drama. Y las pateras nos dan pena, pero antes cada barco transportaba miles de pateras, y en la actualidad la mayoría llega por barco, camión, furgoneta o AVIÓN. Muchos sufren un estado de desnutrición o subalimentación tal que no trabajan en sus países, y, lógicamente, no pueden viajar miles de kilómetros.

Pero esto no es nuevo. Es el fenómeno más antiguo de la Historia. Si el primer homínido salió de Kenia o Tanzania no fue por miedo a los leones de la sabana o por estar harto del sol de mediodía. Los movimientos de población, "voluntarios" o forzados, por motivos políticos o económicos o ambos, han transformado este mundo desde el primer día.

Teniendo en cuenta que tardamos 100.000 años en ser 1.000 millones de seres humanos, pero sólo hemos tardado 100 años en ser otros 6.000 millones mñas, lo raro, lo extraño, es que las cosas no sean todavía peores. No es sitio, ni estoy ahora mismo en muy buenas condiciones, para repasar los números de cuánta gente ha salido de la pobreza en estas décadas, pero con tal aumento de la población, ha sido el mejor desempeño de la Humanidad en su triste Historia.

En Calais desmontaron hace un par de semanas el campamento. Había que hacerlo. Eran sobre todo afganos y subsaharianos esperando pasar a Inglaterra, donde había "esperanza", no como en Francia. Se avisó a todo el mundo de la redada. Algunos se fueron días antes de la "jungla" para internarse en los bosques, sin comillas, del Norte. Otros se quedaron para ser entrevistados de madrugada por TF1 en el campo, sabiendo que faltaban minutos para la operación policial. Lo peor fue el circo político: entrevista radiofónica del ministro del ramo a la mañana, asistencia del Prefecto in situ, y el publirreportaje de TF1 en las noticias de las 20h, con una maquetación que introducía cada escena (la asistencia social saliendo de casa y subiendo a la ambulancia; el "ilegal" reflexionando ante la hoguera antes de la llegada de los polis; la irrupción de éstos; las declaraciones de la mujer que vivía en la casa en medio de la "jungla"...) con ese reloj digital de la serie '24'.

PD: Gracias a todos. Catherine, no estoy en el hospital. Me han hecho pruebas el viernes y ayer, y de nuevo mañana, pero estoy en casa. Maririu, no había reparado en esa librería de la rue de Seine. De esa calle me gustan los croissants crujientes de Gérard Mulot.

Amando Carabias dijo...

Gaspard
El problema no es la raza, dices, sino la pobreza. Es verdad, creo, pues en esta misma sociedad que recibe del modo en que lo hace a los desheredados, viven muy bien algunos compatriotas suyos si se dedican a actividades por las cuales se pagan fortunas y que acaso estén en mente de todos.
Pero creo que hay un escalón más que introduce el tajo de la injusticia unos metros más hondo del alma, si se me permite la expresión.
En casos de miseria, tener otra pigmentación en la piel es como un subrayado de la miseria, al que además, por algún misterio indescifrable, se le añade la palabra miedo. Cuando hay y hay de sobra, casi ni importa su llegada o se agradece, pero cuando la crisis aprieta en los zapatos, todo cambia. Son pobres, son distintos, vienen de lejos: son peligrosos, porque nos vienen a quitar lo que es nuestro.
En fin, y también tienes razón, los movimientos migratorios de la especie humana recorren la historia, casi como si fuera una característica propia. No, nos dejamos destruir tan fácilmente (y hablo como especie) y se hace falta des-terrarse, nos des-terramos... Pero tantas veces es para en-terrarnos...

PD.- No veas cómo me he alegrado de que la primera entrada haya sido la tuya, sobre todo porque demuestra que tienes ánimo y estás en proceso de mejoría, que deseo sea completa en poquísimo tiempo.

Pilar dijo...

Contesto en este nuevo post lo que no pude ayer por razones domésticas.
A ver. Isolda.- "Te vi" es para eso. Para conocer a gente que no sabes ni como se llama, ni dónde vive, sino que la viste una vez y quieres contactarla porque se supone que "tasenamorao". Digamos que la seccion hace de Celestina o de Trotaconventos, si te gusta más.
Por eso lo que se escribe no tiene que ser poético sino práctico.
Pues a eso voy. A ver (again). Al anónimo lector de pavesas ( si es que Amando tiene razón). Que no se gaste más el dinero en msgs. que no voy a contestar. Sugiero que se pase por mi pecera (pues sabe perfectamente que soy una sirenita encerrada), me cuente lo de la playa y nos tomemos un cañón de café.
Asín de fácil, oiga.
Al post de hoy.
Después de lo que ha escrito nuestro amigo común Gaspard, nada que decir, salvo que a veces es mejor vivir en la ignorancia cuando no se puede solucionar lo que no está en nuestras manos.
En cuanto a Madrid 2016, me alegré mucho de las lágrimas de los empresarios,mafiosos, políticos corruptos, etc, que se han quedado si contratos millonarios, aunque se aprovechen otros parecidos en Río.
Qué políticamenteincorrecta que soy, señor.
Me voy a por mi taza de los Beatles.
Pasen un buen domingo.
Yo haré lo propio.
Besos intrigados.
Pilar en Euritmia.

maririu dijo...

¡Un duro al año!
“Monte arriba, con el viento,
buscando reposo y calma,
íbame yo muy contento
dándole (...) al alma.
Cuando a lo alto llegué,
y al dar la vista a la cima,
un rebaño me encontré
que se me venía encima.
Marchaban las ovejas
al paso lento, tranquilas
y pasaban las parejas
al sonar de los esquilos.
Detrás de ellos, lentamente,
dando al aire una canción
y rascando indiferente
un mendrugo del zurrón
iba el pastor: ¡un niño!
Un imberbe zagalejo
que me inspiró su cariño
que es tan frecuente en un viejo.
- ¡Hola! ¿Eres tu el pastor?
- Sí, señor. ¿Qué se le ofrece?
- ¿Tienes padres?- No señor.
- ¿Cuántos años tienes?- Trece.
- ¿Y cuánto ganas, amigo?
- Un duro. -¿Al día? -¡Ande, maño!
- ¿Un duro al mes?
- Que no le digo.
- ¿Cuánto, pues?
- ¡Un duro al año!
Yo dejé que se marchara
y en el monte me senté
y tapándome la cara
avergonzado lloré.
Pasaron por mis memorias
templos, palacios y reyes,
los aplausos y las glorias,
los discursos y las leyes.
Los millones del banquero,
las fiestas del potentado;
réditos del usurero,
ladrones en despoblado.
Fortunas mal heredadas
en el tapete perdidas;
cortesanos (...)
de ricas galas prendidos.
Los que del lujo se afanan
con la gloria y con el daño,
en tanto hay seres que ganan
¡un mísero duro al año!
¡Un duro ¡Oh, Dios!
¡Cuántas veces lo he derrochado yo
en miles de pequeñeces
que mi gusto me pidió!
En comer sin tener gana;
en caprichos y en favores;
en vanidades humanas,
en guantes, coches y flores.
En un rato de placer;
en un libro sin valor;
en apostar, en beber,
en humo y en buen olor.
Y ese duro que se olvida
en cuanto de comer se deja
es un año de la vida
de ese niño que se aleja.
Hay ateos y creyentes
todos en el daño iguales,
resolviendo dirigentes
grandes problemas sociales.
Y hay seres que en la misma edad,
ignorando su propio engaño,
les paga la humanidad
¡un duro al año!
Mientras de la mina oscura
rasca el carbón tanta gente,
pasando tanta amargura
para que yo me caliente.
Mientras derrochan la moda
y gastan grandes y chicos
mil duros en una boda,
mil, en el entierro de un rico.
Hasta que el Sol desigual sea
al dar al hombre sus rayos
y haya niños con librea
que me sirvan de lacayos,
ni creo en leyes humanas
ni en el que las bombas tira.
Palabras, palabras vanas.
Mentira, todo es mentira.
No hay a las penas consuelo:
sufrir, sólo sufrir.
El Cristo murió en los cielos
pero volverá a venir.
Su reino será de espanto;
sus leyes muy diferentes.
Entonces se oirá el llanto
y el rechinar de los dientes.
Nos ha de ver impasible
ese niño, ese pastor,
ya convertido en terrible
ángel exterminador.
Y entre torrentes de lava
Gritará desde su alto encaño
“¡Yo soy aquél que ganaba
un mísero duro al año!”
Así a mis soles decía,
solo en la cumbre del monte;
mientras el sol se escondía
en el rojizo horizonte.
Veíanse allá los curas
de las ricas catedrales
y el reflejo de las luces
de las fiestas mundanales.
Y allá, perdido en la plana,
cantando tras su rebaño,
marcha ese niño que gana
¡un mísero duro al año!”
JUAN SANTAMARIA I TORMOS, 1947

Anónimo dijo...

Hace tiempo escribí un poema que llamé Pateras. Lo subiré próximamente -creo que no lo hice antes, no puedo revisar todas las entradas-
En todo caso este texto tuyo no me parece para nada un panfleto.
(Te he escrito un mail, otro, acerca de tu novela).

catherine dijo...

ñ, é, à, ò, ì, ù.
Mirad, casì las tengo todas corectas estas tildes malditas. Me faltarà un buen corector y las ? y ! al revés.
Vuelvo después de la cena decir algo sobre el tema. Ya digo gracias a Amando y Maririu y que me alegro que Gaspard sea en casa.

Amando Carabias dijo...

Pilar
Cuidado con los tiburones, que a pesar de tanta sonrisa tienen una dentadura peligrosa y algo atrevida.
A veces es más cómodo vivir en la ignorancia..., y de eso se valen. Los mismos (o sus gemelos) que van a hace pingües negocios en Río (ya muchos en España se frotan las manos), son quienes nos quieren ocultar esas lágrimas. Y como duelen tanto, nosotros (yo el primero, que conste, no lo digo por ti, sino que generalizo o personalizo en mi mismidad)conformes con un poco pan y poco circo... (Esto es más viejo que la tos).

Amando Carabias dijo...

Maririú
Gracias por el poema. Ilustrativo. Sencillo e ilustrativo. Al principio me recordó el aire de algunos poemas de Gabriel y Galán, poeta con el que con mis siete u ocho años entré en la magia de la poesía. Sobre todo aquel titulada "Mi vaquerillo"

Amando Carabias dijo...

Neuroscoptetrix
Creo que ya he recibio y contestado tu mail.
Ya estoy esperando ese poema.
Gracias por pensar que no es panfletario. Personalmente no lo creo (el hambre nunca es panfletario), pero algunos (los de casi siempre) lo piensan.

Amando Carabias dijo...

Catherine
Eres tenaz, amiga, eres tenaz. Hasta que no lo s has conseguido no has parado...
Te esperamos.

Isolda Wagner dijo...

Estoy absolutamente de acuerdo con Gaspard. Pero es natural que Amando escriba como lo ha hecho. Una foto inspira mucho. Y si no, ved las fotos comentadas de Millás.
Me ha llegado muy hondo el texto de Amando, porque todos sabemos las delicadas palabras que emplea en cada circunstancia. También la poesía que ha subido Maririu, que no conocía. Y eso que suena a una de las aprendidas de pequeña.

Pero es cierto que de emigraciones está el mundo lleno y todos, lo han tenido difícil y muchísimo peor. La globalización ha contribuido en diez años, de una manera espectacular a que el mundo rico tenga, incluso, demasiada información; nos llega en el mismo momento y alcanza a muchísima gente, gente que, si nos paramos a pensar no constituye más que un tercio (y no llega) de la humanidad.
Los inmigrantes llegan, como dice G. en avión, con billete turista e intentan quedarse, como lo hicieron nuestros antepasados, donde buenamente no les devuelvan a sus orígenes (porque lo de casa, desgraciadamente es una utopía).

Que es muy triste, pues sí, es para llorar, pero hay tantas cosas por las que llorar, que yo propongo un brindis por los que llegan y encuentran, allá donde sea y son bien acogidos.

Besos escribidor.

ps. Ferran, ya sé que no te atreves a más; lástima pero te entiendo. Nos vemos, eh?

Amando Carabias dijo...

Isolda
La dureza de la existencia humana siempre ha sido tremenda. Desde el principio. Cuanto más se viaja en el pasado, más dura se hace.
Por eso me duele más esta situación. Porque con el desarrollo de todo tipo que tiene esta parte del planeta, habría más que suficiente para evitar situaciones como la de aquella fotografía. Y tenéis razón, claro que la tenéis. No se trata de quitar o de poner razones. Lo que pretendía señalar, además del hecho en sí mismo, es la hipocresía y la superficialidad de buena parte de esta sociedad. Como he dicho en otra respuesta, empiezo por mí, me pongo a la cabeza de quienes pasamos de largo de los problemas.
Pero como bien dices, quizá se también necesario reconocer los esfuerzos por conseguir lo contrario, esfuerzos que también nacen aquí mismo, entre nosotros, y que ponen un contrapunto a tanta hipocresía, superficialidad y despilfarro.
Un beso volandero hasta Lovaina.

catherine dijo...

estoy màs o menos de acuerdo con Gaspard, de acuerdo en cuanto a Ellis Island y la emigraciòn a América, sea del Norte o del Sur; en desacuerdo en cuanto a la jungla de Calais. Cerrar el centro de acogida de la Cruz roja en Sangatte no resolviò el problema, cerrar la jungla tendrà el mismo efecto o no-efecto. Lo dices tù, Gaspard: la gente busca una vida mejor, para ella y sus hijos, hasta emigrando a paìses que con sus telenovelas y anuncios dan señuelos.
No escribiste un panfleto, Amando. la foto que nos describes tan bien puede ser un icono de las pateras como fueron iconos por ejemplo la foto de la niña quemada por el napalm en Vietnam o las de niños con enormes barrigas pero muriendose de hambre.
Vemos muchas fotos y de vez en cuando hay que pararse un rato para mirar una u otra con màs atenciòn. No se puede admitir que porque siempre existiò debe seguir existiendo.

catherine dijo...

con la ì de ironìa:
MarìaA, hoy era un dìa de descanso, pero me gustarìa que durante la semana nos mandase algo.
Ferran, atrevete con uno u otro tema.
Besos a los amig@s del blog.

Amando Carabias dijo...

Catherine
Muchas gracias por el comentario. Sí puede ser una foto icono, como tantas otras. Y conviene pararse de vez en cuando ante las fotografías, pues muchas veces nos dicen muchísimas cosas.

Venecia dijo...

Bonsoir D. Amando, llego tarde y con los sentidos algo embriagados de Paracetamol.
Hoy ha sido un domingo de "verano" demasiado maduro..hummmmmm! que se deslió en el aire con voluptuosidad delicada y con un deslumbramiento tan vivo y libre que se nos hace dificil no emplear el término "descarado" para calificar un día de Octubre.
Los meses andan como atolondrados y se mudan de casa sin tener en cuenta estilo ni estación.
Sin ir más lejos, Octubre , el madurito Octubre, en cuatro frases, hoy se nos puso chulito y se nos fue a ofrecerle manzanas a Junio.
Bon ... le he leido con atención y aunque no he visto la fotografía que le ha motivado a escribir este post , me la imagino desde el corazón y pienso que nadie puede ser más franco que un poeta expresando la afectación que le proporciona la injusticia y su manera de de decir las cosas .
Sí. El poeta se lo apropia todo , lo planta en su sensibilidad sin lutos baratos, y no lo deja confinado a los consuelos al uso, sino que tiene que gritarlo al mundo con todo el realismo con el que llora su interior.
D. Amando, me detengo mucho en los porqués de todo cuanto nos rodea.... y en el triste tema de las pateras con sus dosis de picaresca, drama y sinrazón lo primero que me responden las preguntas es que solamente el animal es un esclavo doblegado. El humano no. El humano no es la máquina perfecta de la creación que se da a la naturaleza porque sí . No señor, el humano se convierte a sí mismo en camino y meta . La balanza de lo bueno y lo malo depende de su elección y nadie salvo él mismo , aún a pesar de los riesgos , decide si partir hacia arriba o despeñarse en la perdición. Hay mucha grandeza en esto , mucha..pero también mucha tristeza cuando la voluntad , roida por la libertad y por espejismos externos ,llega a un punto de ceguera en el que no siente hambre ,ni calor , ni sed , ni frío , y en el que todo lo que pueda ocurrirle la deja indiferente.
Hay una historia muy bonita sobre unos indios de America del sur que explica bien como el hombre puede vivir durante mucho tiempo entre los hombres,pero no sin ilusiones ni preferencias. Es larga y ya es tarde.....

Buen lunes que ¡ay! que cuesta arriba se nos hace.

Amando Carabias dijo...

Venecia:
Lo que ocurre es que en muchísimas ocasiones, la decisión voluntaria de despeñarse tiene más que ver con el pánico que con la lógica.
¿Porque, qué es mejor morir de hambre (más o menos despacio) o en una singladura corta por el Estrecho, a lo que hay que añadir, que algunas papeletas vienen marcadas con la palabra salvación?
Sin duda que algunos venden paraísos como quien vende sombreros, por decir algo; pero si a usted o a mí, nos llegan con la promesa de un paraíso, tiene que ser algo tremendo para que dejemos lo que tenemos y nos embarquemos en una patera o en un globo camino del Edén.
Es verdad que el ser humano es el único ser de la naturaleza que utilza la voluntad propia para romper el rumbo más o menos previsible de las cosas, pero no es menos cierto que en algunas ocasiones la voluntad de ciertos humanos es apenas del tamaño de un grano de mostaza... Y no siempre por culpa suya.
Que este lunes de octubre, que amenaza también con ser primo de un lunes de junio, sea propicio para que unos cuantos taimados traficantes de esperanzas se hundan en su propia miseria.

Flamenco Rojo dijo...

¿Panfletario lo que escribes? No amigo, no. La pena que tu reflexión o mirada, como lo quieras llamar, de Mayo del 2005 tiene vigencia todavía. Poco o nada ha cambiado en estos cuatro años y pico.

Un abrazo.

Amando Carabias dijo...

Pepe Gonce
Y por lo que se ve, poco ha cambiado a lo largo de la historia de la humanidad. Así que la lectura para el futuro no es precisamente halagüeña.
¿Y si fuera cierto lo de la reencarnación y en la próxima nos tocara nacer en la India, Sierra Leona o Haití...?

isabel sacristan dijo...

Me ha llegado muy adentro, es punto por punto, lo que yo pienso de este injusto mundo, y menos mal que todavía hay personas como nosotros que nos estremecemos ante tamaña miseria, deberíamos hacer algo más que dolerlos con el dolor ajeno únicamente, aunque creo que es importante gritarlo bien fuerte para que algún vago de sentimientos despierte de esta vida regalada que llevamos. ¡Buenísimo,de panfletario nada!

Amando Carabias dijo...

isabel sacristán
Buenas tardes y bienvenida a este blog, pues, si no recuerdo mal es la primera vez que comentas en él, y si lo haces aquí, será por algo, quizá una especie de declaración de intenciones. Muchas gracias por tus palabras que me emocionan. Y me encanta que seamos un buen puñado los que pensamos que estas cosas hay que gritarlas para agitar conciencias, empezando por la nuestra...
(Esto es lo que he escrito también hace unos minutos, pero se ve que está máquina ha decidido que era la hora de la merienda y se lo ha tragado). Esperemos que ahora salga como debe).
Un beso.

isabel sacristan dijo...

¡Perdón Amando por no haberme presentado! Soy compi de Alena, nos pasamos mucho tiempo de cháchara sobre lo divino y lo humano, y me dío tu link, pero es que en estas lides informáticas estoy pez y no he podido hasta ahora decir quién soy y donde paro. No dejaré de leer todo lo que aquí se publique por aprender de los que ya sabeis y ¡muy bien! escribir. Abrazos.

Amando Carabias dijo...

isabel sacristan:
Pues gracias por la presentación, encantado y más encantado porque me sigas.