jueves, 1 de octubre de 2009

TRIBULACIONES DE UN ESCRIBIDOR QUE EQUIVOCÓ UN TÍTULO


Esto que les voy a contar sucedió un verano.
Al escribidor estas cosas le sucedían en verano, porque el tiempo para la escritura se extendía como si de verdad tuviera un segundo trabajo, el de las letras. Más aún, durante un mes, el de sus vacaciones oficinescas, era su única labor. Solo en casa, todo el día frente a los personajes y la trama y las palabras… Horas que discurrían como minutos, días que parecían horas…
A lo que iba…
Llevaba tres años, al menos (y hay testigos de esta afirmación bien próximos a estas pavesas), con la idea de escribir una novela que fuera la primera de una trilogía. Había empezado a trabajar sobre ella como algunos dicen que hay que empezar los libros: tenía redactadas notas, fichas, esquemas, hasta me había construido un árbol genealógico… y tenía un título. Un título que incluso había comentado con alguna buena amiga. Un título que sonaba bien…, me parece.
Durante esos años, cada vez que comenzaba la escritura sucedía algo que la impedía, algo que truncaba el camino, algo que precipitaba los acontecimientos hacia el vacío. Del primer capítulo (lo llamaremos así para entendernos) me era imposible salir.
El verano anterior al que me refiero, una noche de principios de julio especialmente dolorosa por acontecimientos que no vienen al caso, mientras el escribidor se adormecía en medio de la madrugada, le aterrizó como un ovni el título y el trazado básico de una novela entera. Vamos, que se aposentó una novela en el cerebro. Una novela corta, tampoco es para escandalizarse. Una novela que es un vómito de sangre negra, pero que tenía que escribir para que no me hiciera daño. Una novela que se llama Alas rotas.
¿Novela terapéutica…? Pues vale, novela terapéutica…
Eso que me sucedió aquella madrugada, mientras me adormecía, y se concretó en una semana de frenética escritura, me dio la pista. Quizá si no arrancaba la otra novela, mejor dicho, si no era capaz de salir de la primera encrucijada, es porque había equivocado el título, y al equivocar el título, había equivocado la novela. Quizá una intuición, pero una intuición que fue acertada.
A ver si me explico.
Es como si durante un viaje hubiera seguido la señal equivocada para intentar llegar al destino prefijado. Al tomar la dirección que me marcaba dicha indicación errónea iba a donde no quería; quizá tampoco esto hubiera tenido más importancia, siempre y cuando el sendero hubiera permitido otro viaje. Aunque hubiera sido un itinerario diferente al inicialmente previsto, un escribidor está abierto a este tipo de sorpresas, y muchas veces son las más apetecibles; pero es que, aquel camino no sólo era corto, sino que desembocaba, ya digo, en un precipicio. Así que vuelta atrás, vuelta a equivocarme de indicación. En fin es que a veces uno es tozudo y no interpreta bien los acontecimientos.
Durante el principio de aquel verano, pues, el escribidor dio otro repaso a sus papeles, a sus anotaciones, a sus esquemas, a sus cosas. Incluso almacenó más datos, consultó más libros…Y una mañana encontró dormido, como despistado, el título de la novela, el verdadero título de la novela que quería escribir.
En cuanto descubrí que su nombre era Gorrión de invierno, todo fue más sencillo, aunque fuera laborioso. Es una novela tan larga que me da vergüenza remitirla a los editores, y más vergüenza me da sabiendo que suelo explicar que se trata de la primera de una trilogía que algún día escribiré. Espero.
El título fue la revelación de la novela, como si, por fin, hubiera dado con la senda marcada por la verdadera señal que me dirigía hacia el camino que tenía que recorrer que, por otra parte, se parecía al que había previsto, pero tampoco era exactamente tal y como me había imaginado. En un momento determinado, Oliver Berdugo Guisasola, su protagonista, fue tan importante, que todo cambió de perspectiva.
Otra cosa distinta es que la novela sea buena, pasable, regular, mala o pésima. De eso no estoy hablando.
Las cuatro personas que han leído su versión actual, que no sé si es la definitiva, porque esa es otra, han dicho que les gustaba, pero quizá no cuenten, porque siendo tan diferentes entre sí, tienen un denominador común, me quieren y me aprecian, con lo que, seamos sensatos, su opinión no es la más objetiva, aunque emocione, y mucho, escuchar a las personas que te quieren decir que lo que has escrito les gusta mucho. Para el escribidor es ese un premio sobresaliente, porque, después de escribir, la máxima aspiración es encontrar lectores.
Para eso, claro, el mejor camino, es que otro alguien edite tus libros, pero ese cantar se entona con otras notas y dentro de otras gargantas, por así decir.

39 comentarios:

Maria Sangüesa dijo...

No me puedo creer que hoy sea la primera en dejarte un comentario. A veces ocurre, comienzas una novela con un título y a las pocas páginas te das cuenta de que no se puede llamar así. Rectificas y las palabras fluyen con una soltura imparable. Es lo que nos contabas que había dicho Luis Mateo Díez, sobre los títulos y los nombres de los personajes...es curioso cómo un personaje toma su propio rumbo en una novela, aunque lo tengas muy definido en fichas y guión, el nombre tiene que ser acorde con la personalidad que le damos, tiene que hacerla creíble, tiene que ser como un adelanto para el lector y un impulso para que el escribidor le haga vivir con fuerza sobre el papel. Estoy segura de que tu novela, por todo lo que aquí nos muestras, tiene que ser muy buena. Preséntala a algún concurso, no se trata sólo de ganar, sino de que te lean los responsables de las editoriales...
Muchos besos y buenas noches, ahora lo que toca es descansar.

Amando Carabias dijo...

María Sangüesa:
Te agradezco un montón tus palabras de ánimo.
A mí me parece curioso, no lo sé, pero con los títulos de los cuentos me pasa al revés, normalmente hasta el final no aparecen.
¿Esto a qué se deberá?

S.C. dijo...

¿Ya?
Eres una máquina.

Amando Carabias dijo...

S.C:
Estoy hablando del pasado.
Todavía no tengo el título, así que... :)

Pilar dijo...

Seguro que el acontecer del título cambiado es algo común en los escribidores buenos como tú. El resultado de tal cruce de caminos (encrucijada, dices) será un éxito total. No te cortes de mandar un novelón a los editorialistas, algunos fluyen por el mundo sin tino, vamos que dan pena, la verdad. Y además son trilogías, también, que se venden a porrillo, y francamente, la sirenita torpe ésta no entiende muy bien cómo ni porqué.Misterios de la industria editorial. Ya me referí a "Los hombres que no amaban a las mujeres", no voy a ser insidiosa, por Dios, que el escritor (que no escribidor, y mucho menos poeta), sueco ya está criando malvas.

Pepe, me voy a contaminar contigo,pero a Sevilla, que tengo un viajecito pendiente y lo mismo me paso por allí para que me invites a un fino con unas olivas en Sierpes. ¿Te atreves con una sirenita segoviana de tierra adentro, pero de alma marinera?

Besos abisales
Pilar en su Pecera.

Amando Carabias dijo...

Pilar:
Aquí se mezclan dos cuestiones, creo. Una cosa es lo que se escribe y otra lo que se vende.
Un viejo debate, tan viejo como la misma literatura.
Y los editores, como se han encargado de repetirme, no editan a un desconocido tanta cantidad de papel (eso es lo que ven), y más si tiene que ver poco con lo que se ha impuesto en la 'Pasarela Cibeles', creo que se me entiende el ejemplo.

Susana dijo...

Bueno Amando, que aquí entramos algunas personas que han leído todas (porque no se cuántas)las versiones de Gorrión de invierno y como parece que hoy estás por que te regalen el oído, qué voy a decirte que no te haya dicho antes, que cuando te leo siempre soy sincera contigo, que aunque los sentimientos influyen, no cabe duda, esperas que el "trabajo" que haces le sirva al escribidor de estímulo constructivo.
Alas rotas es un relato difícil, muy difícil, te lo he comentado siempre y también en alguna ocasión en el blog. Pero Gorrión de invierno es una delicia, los personajes, situaciones y paisajes tienen nombre propio y forman parte de ti, de la persona que lo disfruta.
Besos escribidor

Isolda Wagner dijo...

Hola a todos. Ya estoy instalada, pero algo tenía que fallar: no puedo enviar correos, no sé el motivo; pero como el comentario salga, ¿es o no es para creer en los duendes?.
Besos un poquio más frescos.

Isolda Wagner dijo...

Creo en los duendes definitivamente
así que perdonad si no contesto a los correos, por lo menos de momento. lo principal es leer.

Casi no me atrevo a decir que he leido una de las novelas citadas, (soy una privilegiada, ya lo sé)
Desde el primer momento me atrapó y como le dije en su momento al escribidor, es digna de publicarse y lleva un guión de cine a cuestas!
Cuál?, que lo adivinen los editores, de todos modos la otra seguro me gustaría también.

Pero como soy lectora y no productora ni editora, sólo puedo regalarle los oídos, o más bien alegrarle la vista, dado el medio en que escribo.

Ahora os cuento que en mi viaje de ayer, leí parte del libro "Los amores negados" de Angela Becerra.
Es posible que lo hayais leído, porque eso pasa siempre: una cree que descubre algo y enseguida lees o te hablan de lo mismo.
En todo caso, lo recomiendo para los "carabianos" Fantástico, al menos por ahora.

Caterine; mi padre también fué educado en la distancia de los suyos. Quizá por eso se esmeró en ser muy cariñoso con nosotros.

Besos hoy desde el norte. ¡Todo es relativo!

Venecia dijo...

Bonjour D. Amando y la compaña.

Ayer , la mañana fue como un fantasma asustado de su propio silencio y sin sed de futuro .Por la noche el fantasma abrió los ojos , pensó que el futuro queda muy lejos y que al silencio no hay que tenerle miedo porque es un verso amigo..pero el cuerpo andaba ya como muy vencido por la fatiga para dejarle algún comentario.
Hoy he vuelto.
Interesante el tema que subyace en lo que nos dejó escrito en este 30 de Septiembre, D. Amando . Es un tema ,no por ya visto en otros lugares , falto de atractivo,y que a mí personalmente me deja siempre plantada en el mismo punto :
¿ Antes la obra o el título? .
Leí que es muy , muy dificil, encontrar un buen título para un libro y que de él dependerá no sólo la calidad de su contenido ,sino también el resultado fructifero en cuanto a captación de lectores ,y valor artístico que pueda sugerir a los editores y demás personas que se mueven en el mercado del libro.
A propósito , y me disculpa si me salgo del tema .... ¿ No le parece algo triste que el mundo editorial actual se haya salido un poco de lo "cultural" para entrar más en lo comercial? . La crisis que nos ahoga en estos momentos es como un gigantesco cefalópodo que no deja títere con cabeza ,y el mundo del libro ,que al fin y al cabo no ofrece sino ocio al alcance de unos pocos ,desgraciadamente no ha quedado fuera de su alcance, pero parece que este mundillo anda muy falto de imaginación y que se durmió en lo acomodaticio.
¿ Qué nuevas formulas se inventan para promover las ventas?
¿ Qué actividades editoriales interesantes se hacen notar hoy en las grandes ciudades ?

No sé si olvidaron que sus antepasados movieron mucha masa hacia la lectura a base de inventar recursos cuando la cosa se ponía fea o se comenzaba en la empresa de editar libros.
Recuerdo haber leido que en la ciudad condal , el editor Bergues - allá por los años en que se creía que la lectura de las novelas causaba tan malas consecuencias en los ánimos juveniles como la de Maquiavelo en los de los viejos- tuvo la genial idea de sacarse una biblioteca selecta, portátil y económica que iba de ciudad en ciudad incrementando a su paso el número de lectores y de rebote el crecimiento de su editorial.
Me perdí....
Bon, volviendo a lo del título me sobreviene que concebir una novela a partir de un título tiene que suponer para el escritor un trabajo hercúleo o un golpe de varita compilado en pocos vocablos.
Una obra , novela , poesía, cuento o ensayo ... es como un ser vivo, como un niño que se va formando en el cerebro del escritor ,que no es sino su vientre materno, a partir de imaginación y raciocinio . El niño tiene sus fases y en cada una de ellas su cuerpecito se va completando y perfeccionando. Cuando su corazón palpita con la alegría que le procuran unos pulmones bien maduros , su papá piensa que entre los cincuenta nombres que barajaba , UNO y sólo uno es el que le pondría .
Digo.. No soy escritora . Lo veo desde fuera .

Buen Jueves D. Amando , me voy que llevo prisa ...

Amando Carabias dijo...

Susana:
Creo que la única persona que entra en Pavesas y que ha leído casi todo lo que he escrito, eres tú. Es a ti a quien cito en el texto efectivamente. Y no se trataba de regalarme los oídos, ya sabes que en ese territorio me muevo con torpeza, sino para que se supiera que lo del título fue como lo cuento.
Alas rotas fue, como he dicho un vómito negro. Y es dura, creo que sí. Sin embargo, y lo digo no por ti, sino por los amig@s que no la conocen: ni es violenta, ni es ‘escabrosa’.
Lo que comentas de Gorrión de invierno me emociona. Y ya sé que no lo haces por dorarme la píldora, sino que expresas tu opinión sincera. Recuerdo ahora, mientras te contesto, que precisamente fuiste tú la que dijiste que el primer título no te terminaba de encajar.
Y acertaste.

Amando Carabias dijo...

Isolda:
Tus palabras, efectivamente, vuelven a ser una confirmación más de que los habitantes de nuestros cacharros infernales tienen voluntad propia. Esperemos que solventes lo de los mail.
Me alegro de que el viaje te haya ido de maravilla.
Me alegras la vista y me ruborizas.
Ya digo, que lo importante para quien escribe es que alguien le lea.
Tomo nota del libro y la autora...
Otro más para la lista...

Susana dijo...

ISOLDA, hola, me alegra saber que también eres lectora experimental. Es una sensación de primicia que nadie puede quitarte.
Besos guapa, a ver si vienes otro verano por aquí y nos tomamos una caña

Pilar dijo...

No viene mucho a cuento, pero por casualidad lo encontré ayer en otra pecera.

Aquí déjolo.Es poco más de un minuto.

http://www.youtube.com/watch?v=_pUMBKFCL6o

Pd.- Venecia, deja las prisas y disfruta.!Con ese nombre que tienes tan bonito, por Dios!
Isolda, el verano que viene no te escapas.

Amando Carabias dijo...

Vencia
Pues me alegro de que su desánimo haya sido espoleado por el jinete de la esperanza y haya podido regresar.
Me parece a mí que este tiempo que vivimos no se diferencia en tanto de otros tiempos pasados. Al final, leer es un movimiento que tiene que ver con la voluntad. Y en un mundo con tantísimos estímulos se hace difícil 'enganchar' a nuevas personas que se quieran apuntar a esta forma de conocer el mundo y de conocerse a sí mismos.
Es lastimoso, es verdad, que la cultura se entremezcle con lo comercial, pero si ni siquiera hubiera ese reclamo, qué quedaría.
Hace un año, Vargas Llosa dijo algo que me parece una reflexión interesante. Para que una editorial pueda publicar ciertos libros, necesista que se editen títulos cuya principal etiqueta sea la de superventas, sin con ello excluir la calidad. Y quizá, quizá no le falte algo de razón.
La iniciativa que comenta de Bergues es curiosa, pero yo diría que hoy (y lo que venimos hablando de la publicidad puede ser una prueba)sí se hacen esfuerzos para sacar a la calle la lectura: ferias del libro, bibliobuses por los pueblos, encuentros literarios, suplementos culturales en buena parte de periódicos...
Algunas veces el título más que un esfuerzo es como esa señal, como una especie de núcleo del que se desprende todo lo demás.

Amando Carabias dijo...

Susana Pilar
Isolda ya ha prometido en público que al año que viene se acerca para el Hay, así que no se nos escapa... Salvo que se camufle.

Amando Carabias dijo...

Supongo que ya lo sabéis, pero por si acaso, aquí lo dejo: Juan Carlos Mestre (también leonés) se ha llevado el Premino Nacional de Poesía.
Juan Carlos Mestre es un grandísimo poeta.
este es la información de El País

Flamenco Rojo dijo...

Meu caro amigo, que te digo que no sea dorarte la píldora…es complicado. Sabes que ya te leí “aquel sábado lluvioso” y “Cuentos de Euritmia” y sabes mi opinión sobre ambos. Supongo que otro cualquier otro libro que te leyera me parecería igual de bueno. Y es que estoy seguro que sabiendo que está escrito por ti no lo podría ver de otra forma. Yo soy así de fiel y no lo puedo remediar.

Hazle caso a María Sangüesa…

Pilar, ¿la del underwater eres tú? Guau…Bueno que sepas que Mary y yo estaríamos encantado de recibirte en Sevilla y tomarnos unas cervecitas “sin” y unas tapitas, sino en Sierpes en Triana.

Un abrazo.

catherine dijo...

Isolda, no entiendo donde estas ya instalada, en el norte. Habràs empezado tus vacaciones con un paso en Barcelona? Qué làstima no verse por una cuestion de algunos dias. Buenas vacaciones y gracias por tus palabras carinosas.
Suerte a los dos mùsicos, Pilar y Pepe en Sevilla.
Amando, en la casa de Machado de Segovia, aunque la visita este demasiado ràpida, me parece que hay un rincon con libros de una biblioteca popular ambulante.
Besos para vosotros.

maririu dijo...

Muchos escritores dicen que lo esencial para ellos es tener la primera frase, tú el título, yo creo que lo esencial es el trabajo empiece por donde empiece y termine o no termine.
Un trabajo al que eres adicto es llenar en mi vocabulario diría rollos de papel pero a lo mejor lo entendéis mal, no hablo de rollo igual aburrimiento hablo de escribir a la antigua se llenaba rollos y se llevaba enrolloados bajo el braso y a menudo las comedias de Shaskepeare empiezan con un paje-escritor con un rollo y una pluma en un ángulo de la escena.
A lo que iba ir del principio al fin, llevar con el título el alma de tu escrito muy bien.
¿qué trabajo haces después? porque el trabajo de verdad empieza después.
Y es un trabajo de tijeras.
Hay que preguntarse ¿esta frase, esta palabra son necesarias?
Y conozco a un escritor y publicado y profesor de escritura que se va un fin de semana a un hotel lejos de todo lo usual y reescribe el libro de un solo tirón. ¿Para qué?

Luego hay la solución comercial y esa ya no es unicamente enviar a los editores, es contratar a un agente literario y seguro que desmenuzará todo el libro y te propondrá a lo mejor un título más IN

No es que no te quiera, pienso que las personas que te quieren son la franqueza misma porque el amor es eso.
No te he leido, pero te leeré estoy segura.
Y ya que hablamos de títulos a mi me gustaría leer Las alas rotas antes que El gorrión en invierno.

Anónimo dijo...

Dos entradas esta noche al precio de una ¿Me permitiréis leeros con atención mañana?

Anónimo dijo...

La escritura me impaciencia tanto o más que el amor.
No conozco en mí ningunas de las dos cosas.

Amando Carabias dijo...

Pepe Gonce:
Ahora sí que no sé qué decirte. Me has dejado sin palabras, amigo.
Ante esto sólo queda esforazarse y superarse, o intentarlo al menos.

Amando Carabias dijo...

Catherine
Gran memoria.
Y además de esos libros, unas fotografías que ilustran algunos de los pueblos donde se llevaban estos libros: Ayllón, Riaza...
Imaginaos, primer tercio de siglo, lo más hondo de la parte pobre de la sierra de Guadarrama de Segovia. Desolación. Y por allí algunnos intelectuales, profesores, escritores, llevando libros. Libros de formato un octavo, como la primera edición de Campos de Castilla que allí está.
Tremendo...
Para ciertas cosas cualquier tiempo pasado, además de pasado fue peor

Amando Carabias dijo...

Maririú
Sí, el trabajo sin NINGUNA DUDA es lo principal, lo básico, lo esenciaal... Lo que ocurre es que en algunas ocasiones (no en todas, qué conste) me ha pasado lo que he contado.
Te he entendido bien y te agradezco el piropo. También he sostenido en más de una ocasión que el trabajo del escritor pasa por intentar utilizar del mejor modo posible la materia prima con la que trabaja, que es el lenguaje. Y una parte de este afán diario es el vocabulario. Y no se trata de ponerse 'estupendo' cuando uno escribe, pero sí de intentar dar el máximo de brillo a la lengua.
En esto también Mateo Díez es un ejemplo palpable.
¿Trabajo de tijeras...?
Paa mí suele ser una segunda fase.
Primero escribo con la idea de llegar al final de la historia y cuando he llegado a ese punto final (aunque sea muy provisional) comienza lo siguiente, lo que -como bien dices- es quizá lo más sustancial: tijeras, pero también pegamento y un poco de arcilla para añadir algo en algún sitio.
La rescritura donde se monta todo lo construido, donde se pule, donde se intenta que mejore.
Me contaron en cierta ocasión, no hace mucho, que los agentes, prefieren representar cualquier otro profesional. El gremio de los escritores está de capa caída.
Puedes estar segura que me leerás. antes de lo que piensas.

Amando Carabias dijo...

Maririú
¡¡¡Se me olvidaba!!! Que me qieres lo sé y por eso eres tan franca. Nunca lo he dudado..., y lo sabes.

Amando Carabias dijo...

Neuroscopetrix:
A veces me ocurre eso de la impaciencia en la escritura.
Perdona que ponga en duda la segunda frase. Al menos uno de sus términos no es cierto. Otra cosa es que hablemos de libros más o menos extensos.

Alena.Collar dijo...

Mm...dejas una idea que cazar y me parece que la he cazado, mi estimado escribidor:"me leerás, antes de lo que piensas"...
Ni me atrevo a preguntar...porque, de ser así, sería un verdadero alegrón.
Quedo a la expectante espera de sus noticias...

Flamenco Rojo dijo...

Leyendo en El Diario de Sevilla el artículo sobre Juan Carlos Mestre y su Premio Nacional de Poesía, encuentro un parrafo con una frase del galardonado que me gustaría dejar aquí reflejado:

"Los premios carecen de importancia, sobre todo cuando pienso en tantos amigos cuya obra está a años luz de la propia y que se han ido al paraíso de la utopía sin reconocimientos, como José Miguel Ullán, Rafael Estrada o Antonio Pereira, por citar solo a algunos" precisó el autor de La poesía ha caído en desgracia, con el que obtuvo en 1992 el premio Jaime Gil de Biedma, y de La tumba de Keaps, premio Jaén de poesía.

Para reflexionar.

Amando Carabias dijo...

Alena Collar
¡Ojalá...sea lo que piensas!
Se trataba de otra cosa; pero ojalá la frase sea un deseo oculto y que se cumpla.
Al menos una novela la tiene un editor, aunque me temo lo peor.

Amando Carabias dijo...

Pepe Gonce
Tuve la inmensa fortuna de hablar con Mestre creo que en 2005, no lo sé. Lo buscaré. Quizá el domingo en el fragmento del diario. Bueno, ya veré...A lo que iba. Lo que has entresacado de esa entrevista además de hermoso, viniendo de quien viene, estoy seguro de que es cierto. Quiero decir que lo siente así.
Por cierto, el libro que se cita en primer lugar, el de "La poesía ha caído en desgracia", en su momento, cuando ganó el Gil de Biedma me impactó.

Marian Raméntol dijo...

En las novelas, como en los poemas, todo es de suma y vital importancia, porque si no lo fuera habría que eliminarlo rápidamente por supérfluo. Por lo tanto, el título es parte integrante de esos condicionantes que harán atractivo o no el desarrollo de los acontecimientos, incluso puede que hasta juegue un papel primordial dentro de la historia, así que no me extraña que al escribidor le pasara lo que le pasó, era justo y necesario, jeje.

Abrazotes

Amando Carabias dijo...

Marian Raméntol:
Pues efectivamente tienes razón. Tan justo y tan necesario que con el primer título, el equivocado, no había lo que pensé que había, que estaba en el segundo. Inlcuso en su interior, como escondido, como una metáfora o un resumen exhaustivo de tantos centenares de páginas.

Evaasecas dijo...

Lo malo de llegar tarde a las entradas es que no puedo ''compartir'', pero al respecto del tema de antes el titulo o la novela, a mi siempre me sale al final el título, claro, no de una novela (que más quisiera yo...) de cualquier cosa, siempre dejo el título para el final y casi siempre me gusta.
Un saludo de domingo, Amando, sigo de okupa en tu ''casa''... un beso.

Amando Carabias dijo...

Evaasecas
Ya decía yo que algunas habitaciones estaban más limpias. Es una suerte que estés tan interesa en mis escritos.
A mí, creo que esto no está dicho en la entrada, me sucede que cuanto más corto es lo que escribo, más tarde sale el título.
Rarito que es uno.

Evaasecas dijo...

Es una suerte que hayas vuelto a mi blog. He observado que todos tus comentarios han desaparecido, espero que no creas que han sido cosa mía, la verdad es que me ha sorprendido, espero no haber dicho nada que te haya molestado.
Puedes borrar este comentario cuando quieras, solo que no sabia como pedirte perdon por lo que haya sucedido.
Gracias y lo siento mucho.

Amando Carabias dijo...

Evaasecas:
Encima me equivoco de entrada. Te he contestado en la de anoche. Ahora la borraré...

¿Qué ha pasado qué...?
Yo no he suprimido nada, y en principio sólo puede suprimir o el autor del comentario o el propietario del blog.
Desde luego que no has dicho absolutametne nada incoveniente, al contrario. Me encanta tu frescura y tu naturalidad. Y me lo paso bien en tu blog. No sé que c... ha podido pasar o quién está tocando las narices. Por ejemplo, ahora mismo estoy contestando porque he visto en el correo tu entrada, sin embargo en el blog no la veo.
Y no, no tienes que pedir disculpas, en serio.

Evaasecas dijo...

Espero que sea un fallo de blogger e igual que se han ido, vuelvan, porque de verdad parece que lo he hecho yo y es molesto que puedan haber malentendidos por ello, a mi tambien me gusta pasar por tu blog, pero no sabia si hacerlo o no, me extrañó, porque no salía la leyenda ''el autor ha suprimido este comentario'', es que no ha quedado ni rastro de tu paso por alli... Lo siento, de verdad, espero que todo vuelva a la normalidad pronto.
Feliz lunes, y otra vez, lo siento mucho.

Amando Carabias dijo...

Evaasecas
Creo que voy a tener que escribir otra entrada con el título de TRIBULACIONES DE UN ESCRIBIDOR AL QUE LE ROBARON LAS PALABRAS.
Lo malo es que yo tampoco guardo copias de las intervenciones que he hecho en tu sitio.
¿Y más que desaparecer los comentarios es que ha desaparecido todo mi rastro...?
Uy, a ver si es que voy a ser un fantasma.
No, en serio, esto me escama un montón. Si hasta teniendo habilitada la moderación de comentarios pueden ocurrir estas cosas...