martes, 8 de septiembre de 2009

¿QUÉ DECISIÓN TOMAR? (28 y 29)

* * *
28
03:10 a.m.
Efrén Barrientos nunca se ha entendido muy bien con el móvil. En realidad sus relaciones con los inventos tecnológicos que últimamente inundan la humanidad son frías y distantes, y en muchos casos no existen. Su capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías acabó el día en que un reproductor de CD llegó a su casa y sustituyó al viejo reproductor de cintas casetes, que ya tenía tantos achaques como él mismo. El ordenador fue una imposición que le cayó llovido del cielo en el despacho de la dirección. Y el móvil una orden del Presidente del Consejo de Administración y Editor del Diario de Euritmia. Pero ahora en el baño del pub supone que le será de gran ayuda. No es fácil la operación. Primero tiene que recordar cómo llegar a ese lugar donde le guardaron los números de teléfono que le interesaba tener. ‘¿Quién habrá decidido que las teclas sean tan pequeñas y las letras como hormigas…?’ Por fin aparece la agenda; sus dedos torpes descienden por una lista de muy pocos nombres. ‘Elio… Elio… Aquí… ¿Y si también le tienen pinchando el móvil…? ¿Se puede pinchar un móvil…?’ Por un momento la duda suspende el dedo a pocos centímetros del teclado, pero se decide a pulsar la tecla verde, donde se ve el dibujito de un auricular de teléfono tradicional. Escucha el primer tono, el segundo, el tercero… Es una voz femenina, ‘Buenas noches soy Efrén Barrientos, quería hablar con Elio Castro… Hola, Virginia, no te había conocido. Sí, dime… ¿Que no está…? ¿Qué fue al periódico a hacer qué…? Este chico es tonto… A ver, Virginia, por favor, podrías decirle de alguna manera que me llame desde ese teléfono que dices que se llevó, es que a mis años, no me entiendo muy bien con los móviles… Pero tienes que decirle que lo haga rápido, no estoy muy seguro de no estar vigilado, ni de que aquí esté seguro’. Los segundos se le hacen lentos pasos de animales antiguos y viejos. Teme que su vigilante pueda reaccionar. No está seguro de haber actuado sensatamente. ‘Nunca en mi vida fui un valiente, sólo fui un director de periódico de provincias’.
* * *
29
03:21 a.m.

Los ojos de Rubén descubren, nada más cruzar el umbral del pub, que allí no está el viejo director del periódico. El otro tipo es una cara desconocida, un rostro anónimo. Del viejo ni rastro ‘Una cerveza sin alcohol’. ‘Estamos a punto de cerrar’. ‘La tomaré rápido, no se preocupe, es que había quedado aquí con mi novia’. El rostro anónimo alza la cabeza, con la sonrisa pintada en el rostro, es como si estuviera mirando algo maravilloso dentro del cerebro. Mientras se lleva el líquido rubio a los labios, observa la cara de ese hombre que nunca antes en su vida se había cruzado con él. Acaba de descubrir una sonrisa un tanto extraña, como de fiera que se relame. Rubén sabe que el subcomisario del Río no se ha podido equivocar, es imposible que un hombre mayor como el director del periódico haya desaparecido sin que nadie le haya visto. ‘Sólo cinco minutos. En cinco minutos tengo que cerrar’. El rostro anónimo levanta la cara, ‘¿Qué se debe?’ Algo tiene que hacer. Sabe perfectamente que las órdenes son las órdenes, pero también sabe que los buenos policías, cuando es necesario, han de improvisar. Mientras se enciende un cigarrillo, saca el móvil y llama a del Río. ‘Cariño, no, no te preocupes… No hace falta que te acerques hasta aquí, porque van a cerrar ahora mismo. Mira, en tres minutos salgo, es que cierran… Sí, que en tres minutos salgo, quédate ahí. Un beso’. Una vez que el desconocido ha abandonado el local, se identifica, y pregunta casi al mismo tiempo, ‘¿El director del periódico?’ Fito respira tranquilo, ‘Menos mal. Pensé que era uno de ellos.… Don Efrén en el baño, lleva allí mucho tiempo, pero no sé a qué espera para subir’. ‘¿Subcomisario…? Me dice Fito que el Director está en el baño… Sí… Sí… ¿Y salgo…? A la orden’ ‘Diga a don Efrén que suba, por favor, que el Subcomisario quiere hablar con él, pero que lo haga a toda prisa, que en tres o cuatro minutos tengo que salir de aquí…

28 comentarios:

Pilar dijo...

Realmente te superas día a día. Nos mantienes en vilo, la verdad. Tu escrito de hoy es para nota, aunque, sinceramente, yo le habría titulado "El teléfono móvil", o "Como depende uno de las nuevas tecnologías", en el mundo actual.
Felicidades, tu capítulo de hoy es una auténtica holografía para los sentidos. Todo cuanto acontece en él es, mmmm, como diría una amiga mía...mágico.
Felicidades, y seguiremos expectantes.
Besos alucinógenos.
Pilar desde la pecera.

Amando Carabias dijo...

Pilar:
Pues este comentario me anima más de lo que te puedes figurar, porque la redacción de los dos micros que forman esta entrega, ha sido de las más complicadas por culpa de influencias internas y externas.

catherine dijo...

Logro coger dos capitulos màs. Telefonear en el lavabo? antés se solia fumar para esconderse pero Don Efren ya es maduro.
Me quedaré también en vilo.
Otra vez, hasta luego.

Amando Carabias dijo...

Catherine
Pero Don Efrén para lo único que no se oculta es para fumar. Como le siguen, y él lo ha adivinado, recurre a esta treta de colegial. Es que a veces, los niños son muy perspicaces.

Pilar dijo...

Me lo puedo imaginar perfectamente. Pero no te dejes influenciar tanto, que tu solito te lo haces muy bien sin necesidad de "influencias" internas, y mucho menos externas.
!Animo y que no te coman mucho el coco las ...influencias!

Amando Carabias dijo...

Pilar:
Esta vez creo que las influencias son inevitables.
Cuando me pongo a escribir y tomo el hilo de las historias (esto no sucede siempre) me olvido de otras cuestiones. Lo que ocurre es que aún hace calor y las ventanas están abiertas, han regresado dos jovencitas maravillosas y llenas de vida (mucha vida) y claro uno descubre que el mundo es mucho mundo.

Pilar dijo...

Supongo que esas dos "jovencitas maravillosas" son tus hijas, ¿no? Y supongo que habrán regresado de algún campamento, viaje o algo así... ¿no?... ¿O no? Ay, ay...

Y sí, Amando, no sabes cuánto mundo es este mundo.
Uf y besos.

Maria Sangüesa dijo...

Me apunto, punto por punto, al comentario inicial de Pilar. La intriga crece... A veces he tenido que irme al lavabo de un local ruidoso para poder responder a una llamada o llamar a alguien en privado. Está perfecto y creíble. Y corto aquí el comentario, antes de que este trasto se vuelva a apagar. Un beso.

Flamenco Rojo dijo...

En cierto modo me identifico con D. Efren, particularmente con el móvil. Si no fueran por mis hijos mayores...solo sé coger llamadas y realizar algunas. Cosas de la edad, supongo.

Segiremos esperando el desenlace. Esto es más largo que un día sin pan.

Un abrazo.

maririu dijo...

así que dijiste "frío, frío" pero don Efrén se ha quedado en el bar.
El movimiento se acelera serán las jóvenes que te impulsa, ya vamos a más de 10km por hora
y te atreves a llamar microrelatos los diferentes capítulos. Lejos estamos de las 100 páginas.

supongo que don Efrén se habrá sentado porque tanto rato de pie.
Y yo que tengo tanto trabajo y tan pocas ganas de hacerlo.Maririù

Ferran dijo...

Don Efrén no se siente bien con el móvil, que es algo prácticamente ya incorporado a las generaciones más jóvenes y a los usuarios del AVE.

¿Recordáis la incomodidad de los teléfonos que estaban en la pared o, luego, los pesadísimos teléfonos negros en los despachos? ¡Cómo envidábamos los teléfonos blancos de las películas americanas...!

Ferran dijo...

Catherine, el día 19 nos va bien. Maririu te dará nuestros datos: te propongo una comida y una larga charla de chaise-longue en la bibliocasa.

maririu dijo...

yo no tuve chaise longue, Ferran ¿había?
"celos tengo,
con celos me quedaré
y al cielo clamaré
si lo sé vengo
y me vengo"


Maririù

Amando Carabias dijo...

Maria Sangüesa
Espero que el éxito de tu próximo libro, ¡qué nervios, ¿no?, te permita comprarte un nuevo equipo. Andamos unos cuantos con un material de primera mano. :)
Muchas gracias por tu valoración. A mí nunca me ha pasado tener que ir a un baño para poder hablar por un móvil. Incluso a veces en los baños se pierde cobertura pero Efrén ha tenido suerte.

Amando Carabias dijo...

Pepe Gonce
Venga, venga, no presumas de tantos años, que seguro que te manejas igual de bien que con otras cosas, que eres un caja de sorpresas...
Pues fíjate que a mí me pasa un poco lo mismo, y ahora tengo problemas, pero como Maririú tambien incide sobre lo mismo si te parece lo comento un poco más abajo...
Ya sabes, por alargar el desenlace...

Amando Carabias dijo...

Maririú
Sí don Efrén se queda, de momento. Elio no va a la mina.
La velocidad se acelera, pero os confieso que ahora mismo estoy como vosotros. Todavía no sé ni cuándo ni cómo.
Que no son microrrelatos es cierto, pero sí hay una voluntad de que cada capítulo se cierre en sí mismo y a la vez abra una ventana al desarrollo de la trama. Yo me lo imagino como un collage fabricado con muchas postales. No sé si me explico. El problema es que el relato se ha hecho moroso. La propia dinámica de los acontecimientos me ha llevado a fraccionar el tiempo en elementos pequeños... Incluso a veces me parece poco creible que hayan pasado onnce minutos entre la primera escena y la segunda que hoy han aparecido. Este relato de microrrelatos tiene que acabar, y tiene que acabar pronto, porque me parece que este formato no da para alargarlo mucho más, pero siento que no ha llegado, que el final sería forzadísimo... Claro que lo mismo digo esto y la solución está el próximo vierne... Diría que no, pero os prometo que no tengo ni idea.
De estas cosas queria que hablásemos al concluir la narrración, pero ya que han salido sirvan de aperitivo.

Amando Carabias dijo...

Ferran:
Creo que ya el móvil ha pasado al uso habitual incluso de más personas. No dependemos del mismo modo que los jóvenes de él, pero ya no podríamos vivir sin él. En mi caso hasta octubre de 2005 no dispuse de uno, simplemente porque no me hizo falta en aquel momento. Durante seis meses fue imprescindible para mi vida. Luego quízá no tanto, pero ya no sé vivir sin él. Al igual que esas generaciones no utilizan internet como nosotros, pero en concreto, unos cuantos ya lo pasaríamos regular sin la red... Al menos algunos días, hasta que volviéramos a lo anterior. ¿Te imaginas, Ferran, algunas de tus investigaciones sin internet?
Y todo esto en poco tiempo este cambio, en poco tiempo. Porque, salvo que yerre en mi memoria, a principios de los noventa aún no había móviles. Había inalámbricos. Creo que fue a mediados de esa década cuando comenzaron los móviles. Hablo de España. ¿Recordáis? Eran enormes, parecían el Zapatófono de aquel agente de televisión que era una paradia de OO7. No recuerdo el nombre.

maririu dijo...

no tengo tiempo, así que me va muy bien que el debate sea al final;
sé que tienes un perfecto microrelato al principio de mi entrada en el blog, no sé si es con Joyce o no pero era muy bueno. No tengo tiempo de buscarlo.
Se acelera (el tiempo) porque estoy a muy pocos días de mi vuelta a París 15 días
Maririù

Flamenco Rojo dijo...

El despistado y atolondrado “Super Agente 86” de la agencia de inteligencia gubernamental C.O.N.T.R.O.L., que luchaba contra las fuerzas del mal encarnadas en K.A.O.S., la agencia rival. Ese era el del zapatófono. Era seguidor de esta serie. Amando, vaya de lo que nos acordamos, ¿eh? Somos más antiguos que un tambor.

Buenas noches.

Amando Carabias dijo...

Maririú:
No sé a cual te refieres. Pero es igual. Si es el "Mensaje para Joyce", no es un microrrelato. Es un relato normal, unos ocho folios. Nos llevó seis entregas.
Cada uno de estos capítulos está entre veinte y veintiséis renglones de un folio normal. Ya sabes que estoy en contra de todas las clasificaciones, pero en general, por lo poco que sé del asunto se acepta como microrrelato hasta diez líneas, máximo. La idea que tuve era la de hacer una narración construida de micros, pero eso no va a ser posible. Por eso prefiero llamarlo collage de postales.

Amando Carabias dijo...

Pepe Gonce:
¡¡¡Eso, el Superagente 86!!! Yo era muy pequeño y no lo veía. ¿Sabes qué me llamaba la atención? El acento. Creo que esa serie vino doblada de México y me llamó la atención el acento que, además, me gustaba. Y me hacía gracia cuando se descalzaba. Más tarde comprendí que era una réplica de Bond, James Bond...
Y si somos más antiguos que el tambor, eso quiere decir que podemos contar muchas cosas. ¿Qué clase de tambor, por cierto?

Gaspard dijo...

Pues a mí lo de las 03:10 a.m. y las 03:21 a.m. me recuerda a '24', la serie esta de Jack Bauer contra los terroristas y tal y tal.

Nada, que un saludo, y nos vemos en París. Yo salgo dentro de unas horas. Unas horas indecentes, podría decirse, pero así me evito a vecinos de asiento hablando por el movil, y llego a la capital de la France a primera hora de la mañana. Ya he hecho la maleta, he deseado buena suerte en mi ausencia a las plantas recién plantadas y voy a dar una cabezada, porque a las 3 a.m. me levanto.

Amando Carabias dijo...

Gaspard:
Buen viaje.
Sí, lo de las horas se me ocurrió el otro día, para que al menos haya un elemento que nos ayude a ver cómo sucede la historia.
Por otro lado, creo que aumenta la tensión.

Flamenco Rojo dijo...

El tambor que yo digo es el que usaban los sarracenos en las guerras con nuestros antepasados. Entonces se llamaban Al-tambor. Ya hace años de esto, ¿no?

Amando Carabias dijo...

Pepe Gonce:
Menos mal que no es el de los ejércitos de Asdrúbal contra los romanos camino de la Península Itálica.

Ferran dijo...

Bueno, Maririu...digamos que hay un sofá que puede convertirse en cama (Carmen y yo sólo dormimos una vez, con la luz de la maldita mañana despertándonos a las 7...!). Si lo llamamos chaise-longue podemos establecer el poder de las palabras sobre la realidad, como le dijeron a Alicia Lydell...

Venecia dijo...

Bonjour .

Cuando entro por primera vez en un blog lo único que voy buscando es la calidad , la creatividad , la sensibilidad y la originalidad de los escritos del autor .
Si a partir de la segunda linea del primer post ¨siento latir mi corazón con el enfásis que causan las cosas bellas y veo que se le viene encima como un "envoûtement" , entonces busco la estrellita del cielo de mi pantalla y le doy a capturar .

Y hop! .. ya está . Desde ese precioso momento formará parte de mi diario caminar por esta audacia impresa que es Internet .
Luego, doucement , me gusta leer las reflexiones de los comentaristas, recrearme y disfrutar con su dialéctica y su educación intelectual . Me encanta, me rechifla compartir ideas , sentimientos e ingenio verbal ,pero me coartan un montón los circulos en los que se cuentan la vida dos o más participantes esporádicos o habituales .
Me despistan , me regalan como una especie de incomodidad que dañan el buen ánimo y la predisposición con los que suelo entrar en el lugar. No son elegantes los comentarios familiares en un sitio que supuestamente está creado para uso y disfrute del lector universal .
Claro que un blog es un patio muy particular en el que su creador maneja el ajuste discursivo y el derecho de admisión con absoluta libertad ,pero estimo que si el sitio aspira al sello que imprime lo bello ha de pasar ,sin duda alguna ,por el tamiz del buen gusto. Y el buen gusto lleva implicitos algunos sacrificios.
Durante mucho tiempo - casi todo el tiempo que he ido pasando por casa de D. JC - me he preguntado el porqué de esta desazón al ver mezclados en algún momento lo biográfico con lo intelectual. Por fin , hace poco , he descubierto que tal estado me sobreviene porque de lo que se cuenta en los post no me creo ni la mitad.
La gente tiende tanto a liar las cosas que a mí se me importa un figo si el escritor principal es hombre , mujer , gay o hermafrodita , si está casado , si es soltero o se pasa por la piedra -en su forma más sublime - a un lagarto con sombrero . Lo realmente importante es la Belleza y la "Beauty is Truth" casi tanto como Truth is Beauty ... that is all.

D. Amando , en mi último comentario le dejé una reflexión , una serie de preguntas que surgieron de un acercamiento a la poesía de Pushkin y lo hice con la ilusión de conocer la opinión de un escritor que la vive y la maneja sin miedo . Anoche me llegué por aquí y no he conseguido encontrar el post en el que dejé el escrito del que le hablo.
( ? )
Por hoy sólo me resta decirle que le deseo toda clase de suerte en la andadura que emprenderá si se embarca en la creación de un nuevo libro.
No creo que sea necesario repetirle que en la vía de agua de sus palabras escritas ( relato o poesía )entra el "mar verdísimo" en forma de lirismo y que esa es una cualidad que no aparece en cualquiera , amigo .

Mis saludos .

Amando Carabias dijo...

Venecia
Ocurre en esto de los blogs, como vengo observando, que a veces se crea una especie de costumbre que tiene que ver con la propia vida.
Veamos.
Cuando uno transita por la calle a la misma hora todos los días, ocurre que acaba por cruzarse a las mismmas personas en los mismos lugares. A mí me ocurre las mañanas cuando voy a trabajar.
Las primeras cien veces que ocurre esto no pasa nada. Quiero decir, nos cruzamos y ya está. Pero un día, por una especie de milagro o de casualidad, uno saluda al otro, por ejemplo, buenos días. Y siguen su marcha sin pararse. Sölo ha sido un momentáneo despiste, pues íbamos pensando en otra cosa y la costumbre del mismo rostro en nuestra mirada ha disparado un saludo inconsciente.
Traslademos esto a lo que sucede en una cafetería, por ejemplo. Allí casi seguro que se mantenga alguna charla esporádica.
Pues algo simlilar y también hermoso ha ocurrido en este blog, acaso porque algunos de los participantes se conocían de antaño, de ese mismo lugar que usted señala. Y otros que han llegado se han ido sumando.
Como suelo decir, naturalidad. Cada uno actúe con naturalidad.
Muchas gracias por lo que dice de mis textos.
El comentario al que se refiere, y mi respuesta están en los comentarios del poema del día 5, al final de los mismos.