domingo, 2 de agosto de 2009

TRIBULACIONES DE UN ESCRIBIDOR ANTE UN POEMA (1)


No ha sido por los comentarios, aunque han influido lo suyo. El caso es que desde la madrugada del viernes al sábado vengo pensando en contar ciertas intimidades... No se me asusten, que este rincón está autorizado para todos los públicos y no voy a cambiar a estas alturas.
Tenía pensado contarlo un poco más adelante, pero ya que se ha provocado la curiosidad, he anticipado mi idea...
Verán, el poema que está justo a continuación de esta entrada, el que se publicó ayer bajo el título La nieve abraza la ciudad es la tercera versión de uno de mis primeros poemas que publicó El Adelantado de Segovia en noviembre de 1979, o sea que su raíz lleva camino de cumplir los treinta años; aunque entonces no databa mis escritos, no creo que su redacción fuera muy anterior, y teniendo en cuenta el tema del que habla diría que no habría muchas fechas de diferencia entre su primera escritura y su publicación.
Es decir, y con esto disipo una de las dudas que se planteaba, el estado de ánimo no influye especialmente en el tema que se escoge. Quizá piensen ustedes que es imposible escribir un poema sobre el sufrimiento si no se sufre, y mi opinión es la contraria. Desde mi experiencia sé que cuando más se sufre es el peor momento para escribir..., al menos la versión definitiva. Otra cosa es anotar ideas, quizá rayos que actúan como focos momentáneos...
Esta misma versión forma parte de Humanidad Perdida (Segovia 1980), el único libro de poesía que edité gracias al desembolso económico de mi padre...
Aquella historia desde el principio me pareció hermosa y la he contado de muchas maneras, aunque no en este rincón.
Por aquel entonces estudiaba COU y mi profesora de Lengua, Cristina Guerra, muy al principio de curso, se dirigió a mí en el bar del colegio, en medio de un ruido ensordecedor (las condiciones acústicas del lugar eran horribles) y de una humareda cegadora. (O sea ni veíamos ni oíamos). Y me dijo, poco más o menos, que ella me leía en el periódico y que le gustaban mis poesías, que era una pena que quedaran diseminadas y perdidas en números sueltos de El Adelantado de Segovia.
No me quería alargar y me voy a tener que alargar, porque ahora tendrán que saber a qué viene lo del periódico que ya he citado un par de veces...
El periódico local de Segovia por antonomasia es El Adelantado. Por entonces, reservaba en la esquina inferior derecha de su última página un rincón a la poesía bajo el epígrafe genérico de Un minuto de poesía. Pues bien, desde febrero de 1978, no era infrecuente que una vez al mes, más o menos, apareciera un poema de mi autoría.
Así que, cuando Cristina me hizo semejante comentario, no se me ocurrió otra cosa que creérmelo y ponerme a seleccionar parte de lo escrito durante esos dos años.
En una de esas tardes en que, en vez de estudiar, estaba con mis cuadernos de poesía haciendo una primera selección sin pensar en otra cosa, mi padre se acercó y me dijo, 'Como falta poco para que hagas los dieciocho, ¿por qué no te apuntas a la autoescuela y te sacas el carné de conducir?' Tampoco pensé la respuesta. '¿Para qué quiero el carné? ¿Por qué, con el dinero que nos va a costar el carné,no publicamos un libro de poesía...?' Y le conté todo lo trascrito más arriba.
Si mi padre no hubiera sido más romántico que yo mismo, quizá a estas alturas no tendría publicado ese libro. Pero mi padre (camarero de profesión hasta que se jubiló) es como es, y uno es como es... A la tarde siguiente ya estábamos en la imprenta del periódico. Todavía no había ultimado la selección de poemas y ya tenía elegido el papel del libro...
Años después escribí Jirón de viento otro de mis poemarios inéditos, creo que hace el número cinco en la serie. Allí sitúe una nueva versión de ese poema, que, sin embargo, no se aparta tanto de la primera. Poco más que un maquillaje.
El sábado pasado, cuando publiqué el poema salió a colación algo referido a mi estilo poético que se decantaba hacia cierto aire de simbolismo. Contesté que mi primera poesía no era de este estilo, ni mucho menos. Con semejante pensamiento, me vino enlazada la posibilidad de dejar en este rincón uno de aquellos poemas.
Y lo iba a hacer...
Pero cuando abrí el correspondiente archivo informático de la segunda versión y lo releí, me di cuenta de que ya no existe el mismo poeta que escribió aquellos versos. Quizá sí exista el mismo hombre, quiero decir, las preocupaciones básicas son las mismas, pero ya no se me ocurre decirlas del mismo modo. Y ahora mismo sería mentir publicarlas sin cambio...
Y se me ocurrió reconstruir el poema, sin trastocar su esencia primitiva.
Se reflexiona sobre lo mismo. No se altera en nada los momentos: la nieve, el anochecer de la ciudad, los niños que han jugado con la nieve, las familias se preparan para la cena, una niña vagabundea a la puerta de un restaurante, mientras las señoras se ríen, etcétera. Incluso algún verso es casi idéntico, pero la gran mayoría ha sufrido añadidos o amputaciones, puesto que la primera gran diferencia es que las dos versiones anteriores están escritas en verso libre, y como se puede comprobar, esta tercera está escrita en endecasílabos, aunque hay varios heptasílabos y un alejandrino.
Pero esto no es lo más importante, sino de otro cambio más profundo, que sin embargo, creo que no he conseguido.
Aunque creo que me he alargado en exceso.
Mejor continúo mañana

27 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Quizá parezca que no tiene que ver, y sin embargo es mucho más importante que mis reflexiones.
Gracias a la bitácora de Alena Collar me entero de que en a una bloguera de Murcia, Mª JOSÉ ALARCÓN, se le censura desde el Gobierno de aquella Comunidad Autónoma. Así, los funcionaros de la administración autonómica que deseen acceder a su blog no pueden hacerlo desde su puesto de trabajo.
Este es la dirección de su blog, lo digo por si queréis comprobar lo peligrosos que son sus contenidos y lo atentarios que son para la legalidad vigente:
http://www.mariajosealarcon.es/.
Si es más cómodo, podéis acceder desde aquí.

Cuando una opinión es censurada de esta manera, está en jaque la libertad de expresión, y sin libertad de expresión es difícil escribir los versos que uno quiera.
Incluso los versos míos de ayer, porque lo mismo molesta la pobreza. En vez de solucionar el problema es más sencillo hacer como que no existe.

maririu dijo...

(dejo para otra ocasión tu comentario sobre algo tan grave)

Tu texto es muy interesante porque te hallas ante tus poemas anteriores con mirada exterior, das el principio del análisis crítico "la evolución de un poeta"
Aquí una respuesta a Alena no importa el origen tienes razón, yo ayudaba a Isolda en su busqueda, lo que es verdad es que "todo está dicho" y sólo hay nuevas maneras de decirlo, y si un poema nos lleva un eco eso no es peyorativo, es como el estribillo de nuestra memoria.

Me gusta la historia de tu cumpleaños, tu mayoría de edad era de verdad madura ¡preferir un poemario al carné! genio y figura
También me parece fundamental el análisis de los versos voy a volver a ellos,
la verdad si tienes un enlace con tu libro o un ejemplar me gustaría comparar ambos poemas.
No es más que curiosidad intelectual y afectiva.

Amando Carabias dijo...

Heermosa mañana de domingo. Fresca como un vaso de cristal, con nubes que son como pinceladas de pintura blanquizca sobre un lienzo azul.
Hermosa joranda para una excursión por esta provincia. Quizá por la N-110 camino de Riaza o de Ayillón, aunque lo mismo nos quedemos en Pedraza.
A la noche volveré, espero que con las pilas bien cargadas.
Creo que he dejado suficiente café y refrescos (bueno alguna cerveza y vino, pero ya sabéis esto solo para los mayores de edad, que luego la autoridad se nos molesta).
Hasta luego.

Amando Carabias dijo...

Maririú:
Estaba recogiendo y has entrado.
Muchas gracias por todo lo que dices. Y quizá sea así.
Respecto de lo que me pides veré qué puedo hacer, un beso.

Gaspard dijo...

Arte y sufrimiento. Los hay que sufren personalmente y son entonces más creativos (eso dicen ellos). Los hay que fueron capaces de separar esas cosas (Pollock). Los hay que sufren por la sociedad ("conciencia social", lo llaman), pero ellos no sufren esos problemas, porque si así fuera no podrían escribir, estarían trabajando 15 horas diarias. Y los hay que son unos monstruos y hacen sufrir a todo el mundo a su alrededor, y son los artistas más grandes. Estoy pensando, desde luego, en Picasso. Pequeño hombre con gran "conciencia social". Y para acabar Dalí. ¿Sufría? Parecía chiflado. ¿Tenía "conciencia social"? Claro que no. Un caso especial y muy querido para mí es el de Camus: nacido en medio de la basura recalentada del Mediterráneo, acabó rifándose a las mujeres, con su gabardina y su peinado, su pluma (literaria) y sus agentes. ¿Sufría? Escribió mucho acerca de ello. ¿Tenía "conciencia social"? Por supuesto. ¿Sufría por un complejo de inferioridad ante tanto ex alumno de Henri IV y Concordet? Si no lo hacía, intentaron que así fuera. ¿Sufría por un alma desgarrada por su Argelia? Imposible dudarlo. Para terminar, Neruda: versos de pobreza desde La Sebastiana. De las contradicciones, acaso, y no del sufrimiento, surge lo mejor.

Ferran dijo...

Quizás desde el sufrimiento ya convertido en costumbre, desde el alcohol asumido como sangre, desde la solidaridad con quienes sufren siempre más que tú y no te dejan en paz desde su sitio infame.
Recuerdo un poema de sufrimiento, a los 21 años, por causas evidentes:

LA AUSENCIA DESMENTIDA
Tu ausencia es tu otra forma de llenar el vacío.
A tu paso invisible, revive la materia.
Los objetos te cercan, se atestiguan los límites,
se dilata el contacto causal de la existencia.

No resigno la voz a la actitud estéril
de palabras sabidas que enmudecen la espera.
No inviertes el esquema de un sueño recorrido,
territorio en cenizas que el hastío diseña.

Extiendes tu presencia, ajena a los sentidos,
como una certidumbre sumergida en las cosas
creciendo hacia la luz, a impulsos del deseo.

Y, al escribir tu nombre la ausencia que desmientes,
el aire reconoce tu ausencia en cada gota
de vida que pronuncias al borde del silencio.

Flamenco Rojo dijo...

18 años ¿y no querías el carné? Difinitivamente eres diferente a la mayoría. Supongo que a la larga te habrás alegrado.

Pedraza preciosa, la conozco, muy bien conservada.

Bueno, pues te seguimos leyendo mañana.

Un abrazo.

Beatriz Ruiz dijo...

Me parece totalmente impresentable la censura de ese blog... algo que casi me obliga desde ahora a adjuntarlo a favoritos...

Pedraza???... Tienes razón Pepe... es una preciosidad por no hablar del cordero que te puedes comer... cuando vivía en Madrid no pasaban dos meses sin darnos una vuelta por sus eternos muros y alrededor... Que lo disfrutes escribidor...

Claro, no sé como poeta, es evidente que yo no lo soy... pero uno debe cuestionarse a si mismo siempre... así que entiendo que con el correr del tiempo haya pasado lo que nos relatas, como siempre magistralmente...

Besos desde Tenerife...

maririu dijo...

Dali tiene un cuadro (que ví en la exposición del Pompidou hace muchos años) sobre la guerra que es tan impactante como el Guernica, una mujer, vestida como las musas, apoyada en una cómoda con un cajón entreabierto y símbolos de España dentro, más o tan estremecedor, Y no me digas, Gaspard, que los retraos de Lenín en las teclas del piano no denuncian nada.
El que se quiera a unos no impide el amor a los demás. El artista es siempre un ser complicado y que permite cientos de lecturas.
Como si los demás no lo fueran, lo que pasa esque tenemos menos material para analizarlos.

maririu dijo...

Ferran, el soneto se te da ¡ya a los 21! siempre he pensado que era lo más difícil un soneto .
Ymás los tercetos porque a menudo los poetas no dan lo mejor de sí mismos en ellos, a veces son como una conclusión obligada sin más.
y resulta que son la parte más bella del tuyo

Gaspard dijo...

Maririu, a mí el piano de Dalí que se me ha quedado grabado es el que es sodomizado por el cráneo atmosférico... Efectivamente, se le pueden dar cientos de lectura a Dalí, y a las seis apariciones surrealistas de Vladímir Ilich, también, teniendo en cuenta las mil caras del personaje (Dalí). Prefiero, en todo caso, quedarme con la sensación que me produce el pintor: una especie de Chirico metafísico alocado. No ví, en todo caso, el cuadro del Pompidou. Los que estáis cerca de Barcelona tenéis la suerte de tener a tiro de piedra la exposición sobre Van Dongen que aparece hoy en 'El País Semanal'. "El gran Gatsby de la pintura", titulan el reportaje. Exageran, creo yo. En todo caso, en la página 20, la foto superior izquierda es de Biarritz: está el faro, con su acantilado que da a la playa Miramar debajo suyo. Y Van Dogen posa apoyado en la barandilla del paso que hay al final de la Grand Plage, de los jardines del rey Eduardo de Inglaterra. El paso está construido sobre los jardines y la piscina del Hotel du Palais, antigua residencia de Montijo, la esposa de Napoleón III. Hoy en día, el paso, contra el que se estrellan las olas cuando hay mar gruesa y éstas entran con fuerza a la bahía, se llama Winston Churchill.

Sobre lo de que "el que se quiera a unos no impide el amor a los demás", para el espectador ya es un poco más difícil. Al menos para mí. Estoy pensando en Sartre y Camus, a los que se refiere Manuel Vicent en una de las mejores columnas suyas (para recortar) que jamás haya leído, a propósito del Lausanne. Camus llevaba trincheras, eso, no gabardina, que dije yo a la mañana. Y de que querer a uno no impida el amor al otro dio una conferencia Ferran, si la memoria no me falla.

Alena.Collar dijo...

Agradecerte la referencia, Amando. Y a Beatriz también, naturalmente.
Los entresijos de los poemas...se aprende no solo de otras lecturas análogas sino del autor, en esos entresijos. Y yo me quedo con la parte íntima y bonita- para mí- de preferir la edición de un libro a la de un coche; también me quedo con lo que se adivina: la complicidad y enorme generosidad del padre...

Maria Sangüesa dijo...

La evolución del escritor es como la del propio ser humano, se va madurando y viendo la vida de manera distinta, aunque se mantenga la esencia de lo que hemos escrito, la profundidad, la técnica, van variando. Tu autoanálisis es muy completo y revela la trayectoria de tu hacer literario, que resulta envidiable. ¡Qué suerte haber tenido un padre tan cómplice y romántico! Me parece maravilloso haber publicado un libro en lugar de haberte sacado el carnet de conducir. ¡Y nada menos que con dieciocho años! Eso es vocación y lo demás son cuentos. Muchos besos.

maririu dijo...

Biarritz vale más que Van Dogen y sí encuentro exagerado la comparación con el gran Gatsby y me chocó que traduzcan "fauves" por -fieras pues además de significar fieras también significa "el color de las fieras"
pero ya empiezo a estar harta de denunciar la nueva incultura que se suma a la antigua pero no tiene como excusa el no haber ido a la escuela o el analfabetismo.
He vivido demasiado y lo peor es que sigo viviendo, no tengo ganas de parar.
conferencia de Ferran no he oído ninguna pero me honra si coincido con él. También me hora coincidir contigo pero no es demasiado frecuente.

Ferran dijo...

Bueno, Maririu...Es que estaba hecho polvo y, aunque no suele pasar, eso ayudó incluso literariamente...Faltaban solo unos meses para el 20-N y el mundo se me había caído encima...!

Sobre Camus y Sartre, nunca he querido renunciar a ninguno de los dos, como no he renunciado a Nizan. Eso significa que ninguno me gusta completamente y, por tanto, puedo mantenerme a salvo de un amor absoluto que me permite (Tender is the night...) los amores furtivos. Una pasión no contradictoria, sino complementaria, me lleva en pos de cada uno, permitiéndome esta manera utilitaria de quererlos, que me enriquece en circunstancias distintas. Estoy de acuerdo con uno y sigo necesitando al otro. Planteo mi desacuerdo y me hace falta el mismo al que discuto. He crecido con ellos, y Nizan llegó más tarde, interrumpiendo con su intransigencia honesta la intransigencia plastificada de quienes usaron a un anciano casi ciego, a la manera de Victor.

Isolda Wagner dijo...

Qué cantidad de entradas y qué diversas!
Amando, gracias por revisar este poema que Maririu vió claro desde el principio. Creo que, el mejor piropo que se te puede hacer, es que al leerlo, se viera tan claro que aún siendo tu estilo, me resultara conocido, con otra visión, como dice Alena, por eso lo asociaba a algo tuyo anterior. Bueno y lo era, pero ya me entendeis.

Yo estoy con Ferran, en principio, en que el sufrimiento ayuda a escribir mejor, a expresarse mejor del modo que sea, porque a todos nos sensibiliza en extremo. Aunque también le doy la razón a Gaspard en lo de las contradiciones, a fin de cuentas no son más que inseguridades o cierto tipo de complejos, que finalmentee obligan a exprimirse el cerebro.

De Dalí, qué deciros, sino que para mí es el pintor universal en toda la extensión de la palabra, salvando a los clásicos que es mundo aparte. ¿Conciencia social en la Cataluña burguesa en la que nació y con toda la vida por delante para crear a su antojo? Evidentemente, no.
Conciencia cósmica, global diríamos hoy, toda, como el mejor filósofo, antrpólogo y sociólogo.
Era un genio y punto.

Ferran, nuevamente un soneto impresionante.
Y María S. creo que eres la que mejor ha expresado lo que quería hacer el poeta con su poema antiguo.

Ah y el que se quiera a uno no impide que se quiera a los demás.

Bueno ya, que con lo tarde que he entrado hoy, no estaréis para leer textos largos.

Besos mediterráneos a raudales

Amando Carabias dijo...

Aquí vuelvo, cansado y lleno de paisajes, sensaciones, colores, sonidos, luces... Quizá durante la semana.
Ando fatal de tiempo, como os podréis imaginar, así que contestaré lo mejor que sepa, pero también con brevedad. Y la verdad es que por lo que he leído vuestros comentarios de hoy merecerían detenerse con más calma.
SOn como siempre muy enriquecedores. Estas visiones poliédricas que son tan necesarias para caminar hacia la verdad, si es que existe...
Empecemos.

Amando Carabias dijo...

Gaspard:
El sufrimiento es acaso el tema por antonomasia del poema. El sufrimiento que desemboca en la muerte. Y sin embargo cuando lo escribí, las tres veces para entendernos, no recuerdo una situación de sufrimiento personal que me llevara a ello. Mi estado de ánimo más bien tiene que ver con un acto de rebeldía, quizá inútil e inservible, que viene a querer ser grito para que la sociedad despierte y mire lo que tiene al lado... Porque sigue sucediendo, continúa habiendo a nuestro lado niños, jóvenes, adultos, ancianos que sufren y mueren solos y derrotados en nuestras calles.
Tampoco me siento culpable, y quizá debiera, por mi vida pequeño burguesa; simplemente digo lo que veo que pasa a nuestro alrededor (porque esa es otra, tampoco veo todo lo que pasa). Quizá alguna vez alguien que pueda poner remedio lo haga.
Por cierto, toda esta perorata es una consecuencia de lo que decías, no se trata de rebatir nada de lo que has escrito, sino de situarme en alguno los apartados en que clasificas la relación del artista con el sufrimiento.

Amando Carabias dijo...

Feran Galleg
De nuevo, una vez más, agradecerte la inmensa generosidad al regalarnos este poema de alejandrinos con esa leve asonancia. Una estructura de soneto, sin ser el soneto clásico... Supongo que con 21 años una indagación en las formas, un paso adelante influido por los poetas franceses...
El amor (o el desamor, en este caso) quizá sea el único sentimiento que se deja escribir en verso, y se acompasa o se rima bien con el corazón.
¿Por qué entonces Rilke escribió a su entonces joven poeta que huyera de los poemas de amor...? Consejo por supuesto obviado por todos los poetas del mundo, al menos en alguna parte de su existencia. Aunque según mi teoría todo poema gira entorno al amor o a alguna de sus cruces.

Amando Carabias dijo...

Pepe Gonce:
No sé si soy diferente a los demás. Bueno, sí. Lo soy. Lo que no sé es si estoy contento de serlo, pero es inevitable, supongo. Lo peor es no ser coherente.
De todos modos, entre el gremio de escritores (aunque yo pertenezca al escalafón más bajo de ellos, permitidme que me incluya) abundan los que no tienen el carné de conducir.
¿Alguien podría hacer esa investigación?
Según mis noticias no lo tienen o no lo tuvieron: Vázquez MOntalbán, Javíer Marías, Antonio Muñoz Molina, Antonio Gala, Camilo José Cela, Juan Manuel de Prada...
Una de las razones por las cuales no me interesa sacar el carné de conducir es que ya habría provocado algún accidente. Y lo sé a ciencia cierta, porque me puedo distraer con cualquier cosa, una nube, un pájaro, el cambio del paisaje, la velocidad del viento...
Creo que la velocidad del automóvil, aunque sea adecuada a la vía por la que circula, es siempre excesiva para mí. A veces, si voy caminando, me detengo para contemplar algo, y me paro para evitar tropezarme con algo.

Amando Carabias dijo...

Beatriz:
Al final hemos llegado hasta Riaza. En esta ocasión nos hemos quedado sin cazcalear por Pedraza. Riaza también tiene su aquel, aunque estoy con vosotros en lo de Pedraza.
En este caso no se trata tanto de cuestionarme, sino de la imposibilidad de haber publicado hoy lo que escribí ayer del mismo modo en que lo hice, aunque el trasfondo (y quizás sea esto lo que importe) no cambie.
Pero en literatura está todo dicho, lo que cada época necesita es el modo de decirlo.

Amando Carabias dijo...

Maririú:
Dices una cosa muy interesante. De los artistas creemos saber más cosas que de la mayoría de los mortales, porque al conocer y analizar su obra (pictórica en el caso de Dalí; pero podría ser cualquier otro artista de cualquier otro arte), pensamos que está su persona allí metida.
Y no es cierto.
No es cierto del todo. No es cierto siempre.
Creo que el artista tiene que ser mínimamente coherente consigo mismo, con su modo de entender la vida, pero también tiene que ser honesto con la tarea que lleva a cabo como artista.
Por tanto, cuando un escritor defiende, porque se mete en su piel, los argumentos de un personaje que moralmente para la mayoría de los mortales es un impresentable, nadie pensará en su sano juicio que el escritor es un inmoral, como su personaje.
Y algunas veces, los inomarales -perdonad que simplifique tanto- son los que salen vencedores... También en la ficción.

Amando Carabias dijo...

Alena Collar:
De la generosidad de mi padre para con las sensibilidades artísticas de sus tres hijos, hablaría y no pararía. Y lo tengo que hacer más antes que después. Pero todavía siento que no ha llegado ese momento. Muchas veces lo he intentado y a lo más que he llegado es a esto que he escrito, y a una de las primeras entradas que escribí, justo a los dos meses de comenzar el blog...
aquí está.
Él fue un artista frustrado en varios campos (quizá la fotografia y la pintrua los más evidentes), y fue víctima de la posguerra y sus trágicas consecuencias, también para su generación.
Nunca se opuso a nuestros anhelos artísticos, y desde luego como acabo de demostrar, nos ayudó hasta el límite de sus fuerzas.

Ferran dijo...

Amando, Manolo Vázquez sí tenía carnet de conducir...a mí me llevó en su coche, en cierta época en la que tenía mucho contacto con él, en la primera mitad de los setenta, cuando estudiaba la carrera.

Bueno, espero que tuviera carnet de conducir...!

Amando Carabias dijo...

María Sangüesa:
La verdad es que ni me lo planteé, como he dicho. No sé, no había color. ¿Un carné de conducir y luego un coche...? No, no, no... Un libro, un libro siempre un libro.
Y tener un padre así, como acabo de explicar, desde luego sirve para confirmar que uno no es un bicho raro.
Ejem.

Amando Carabias dijo...

Isolda:
De nuevo sobre el sufrimiento y la labor creativa...
A mí me funciona el sufrimiento como resorte, como empujón, como tremendo motor con el que puedo empezar a hacer algo. Pero hundido en esa miasma (salvo en los sentimientos amorosos que expresan desgarros amorosos), no creo que se "remate" la obra.
Luego hay que dejarla reposar. Una vez que ha pasado un tiempo, cuando ese dolor ya no te destruye tanto y se empieza a vislumbrar la cosa con un poco más de perspectiva, la mente del artista funciona mejor.
Quizá cuando el sufrimiento ha descendido algunos peldaños y se llama ya melancolía o morriña o se siente algo así como una vaga sensación de nostalgia, es uno de mis mejores momentos. Pero pensar sobre el dolor ajeno cuando uno está bien en lo personal (y creo que de esto mismo se hablaba el otro día a colación de otro poema), ayuda a ser más objetivo y muchas veces más incisivo.
Un beso.

Amando Carabias dijo...

Ferran:
Seguro que lo tendría... En cierta ocasión interpreté por un artículo de Marías en el que hablaba de fútbol (imáginete) que como ambos escritores (el madrileño y el barcelonés, el culé y el merengue) viajaban en el mismo taxi...
Pues le borro de mi lista. Tampoco es cuestión de que le vayan a multar ahora, al pobre que está en los cielos con Terençi, según Maruja Torres...