lunes, 20 de abril de 2009

LA POBREZA PASEA EN NUESTRAS CALLES


Mujer descalza pide limosna a la puerta de la Catedral de Segovia. Foto de Antonio Tanarro publicada en la edición digital de El Norte de Castilla.

Supongo que algunos lo habréis leído ya, pero me parece que es de estas cosas que conviene que se resalten, porque si no parece que vivimos en los mundos ingenuos. Siempre he creído que el ser humano es el verdadero horizonte de todo artista (o un humilde aspirante a ello), y que si nuestra mirada no escudriña en lo que nos circunda vamos muy mal, por muy mal camino.

En fin, que resumiré el artículo escrito por César Blanco para la edición digital de El Norte de Castilla en su sección de Segovia.
Los datos son contundentes y no ofrecen demasiado margen para la duda. Unos trescientos cincuenta, 350, rostros nuevos han acudido a solicitar ayuda por vez primera a Cáritas. Y esta cifra sólo se refiere a lo que va de año.
Se trata de una cifra que engrosa la de los habituales, incluso la de aquellos que durante la época de bonanza dejaron de acudir a alguna organización de espíritu solidario y que ahora vuelven.
Según las estimaciones realizadas por oenegés como Cáritas, San Vicente de Paúl o el Banco de Alimentos, se llega a la conclusión de que aproximadamente un cinco por ciento, 5%, de los segovianos ha recibido ayuda de alguna de ellas. Entorno a ocho mil, 8.000. personas que conviven junto a nosotros, en nuestra provincia, rozan o tocan la miseria con sus dedos, es decir, que los tienen literalmente vacíos y han de extenderlos para que alguien se los llene. Y cuando los extienden seguro que se avergüenzan, bajan la cabeza y sienten un temblor en alguna parte de su conciencia, un temblor que probablemente tiene más que ver con la rabia, que con otra cosa.
A mí me pasaría.
Hay palabras que debieran asustar cuando se dicen, pero se han manoseado tanto que acaban por no significar nada, o casi nada.
Pobreza es una de ellas.
¿Qué es pobreza?
Quizá muchos penséis que buena parte de estas personas que requieren la ayuda de Cáritas o de alguna otra organización de fines similares, serán inmigrantes que se han quedado sin trabajo, o personas ya marginadas de antemano. En buena parte, según Rosario Díez, directora de Cáritas Segovia tal idea es cierta; pero según Rufo Sanz, Presidente del Banco de Alimentos, constata el incremento de las solicitudes de ayuda hechas por españoles. Él mismo señala que la organización que preside pudo repartir más de ciento cincuenta, 150, toneladas de alimentos.
Las causa que en general origina esta situación, como es fácil de imaginar, nace de la pérdida del empleo y la imposibilidad de hacer frente a la hipoteca o al alquiler de la vivienda, a lo que hay que añadir la vital necesidad de comer.
La pobreza está cerca de nosotros.
Es algo muy sabido, pero pareciera que nos pilla un tanto lejos. Y sin embargo parece que crece parece que se acerca.
Me cuesta trabajo imaginar a alguien teniendo que acercarse a uno de estas organizaciones citadas u otras similares.
Pienso en mí mismo. No me puedo considerar rico. Sin embargo con la que cae, soy privilegiado. Pero digo que me pienso a mí mismo en una situación similar: sin trabajo, con dos hijas que alimentar, dirigiéndome a Cáritas, pongamos por caso... No sé, se me hace un terrible nudo en la garganta, en el estómago, en el alma.
Gracias al cielo existen estas organizaciones no gubernamentales (seré políticamente correcto), y gracias a ellas se puede paliar en parte esta miseria; pero, es muy triste que tengan que existir. Que a pesar de formar parte del primer mundo europeo que goza de las economías más boyantes, no hayamos dado con el quid de la cuestión que haga innecesaria su existencia.
Hemos avanzado mucho, pero la pobreza continúa a nuestra vera. Hay épocas en que crece y otras en que mengua. Pero no nos abandona. Parece una sombra indestructible y odiosa.
Algo hacemos mal, algo.

6 comentarios:

Maria Sangüesa dijo...

Hola, Amando, estoy totalmente de acuerdo con las palabras del artículo al que te refieres, y con las que tú aportas. La pobreza es la sombra que que se achica o se agranda, según el momento puntual en que se encuentre ese elemento focal que llamamos Sistema y en el cual nos hemos visto inmersos por fuerzas ajenas a nuestra voluntad. Lo peor es la impotencia que se siente ante el hecho de querer cambiar algo que hace agua por todos sitios, ya que carecemos de alternativas realmente consistentes que puedan llegar a hacer innecesarias las organizaciones no gubernamentales. Es lamentable que convirtamos en caridad lo que es justicia. En fin, bienvenida sea toda ayuda...y sigamos hablando de la crisis...Un abrazo.

Adrian Dorado dijo...

Y creo que hemos hecho mal todo, absolutamente, todo mal.
Si hay un solo niño muriénsose de hambre en el mundo y existe paralelamente una loca desproporción de la riqueza y su distribución inequitativa y esquizofrénica, pues hemos hecho mal todo.
Coincido con María en tanto no puede ser que consideremos a la pobreza tema de caridad. Debrían ser temas de estado, de todos los estados. Se deberían suspender todos los presumuestos armamentísticos y aplicar esos dineros a la alimentación, la salud y la educación...qué mas puede decir la cordura?
Pero bueno estamos como estamos y hay quienes hasta satisfechos con este sistema.

Un abrazo

Amando Carabias dijo...

MARIA: Realmente tienes razón y es lo que pretendía decir. Pero si te das cuenta, o a mí me lo parece, a lo largo de la historia (y de eso tú sabes más que yo), la caridad siempre ha ido por delante de la justicia; y en muchas ocasiones encabezada por grupos religiosos (no sólo hablo del cristianismo). Quizá es más fácil mover corazones que burocracias.
Ahora bien es lamentable, muy lamentable que en el siglo XXI sigamos en el mismo punto.

Amando Carabias dijo...

ADRIÁN:Me encanta esa pasión que pones en todo. Asumir de modo personal los errores de nuestra generación y de las anteriores es, quizá,el único modo de intentar poner los cimientos que resuelvan el problema.
Ahora bien, como he dicho en mi escrito, en esto soy pesimista: creo que para extirpar la pobreza, habría que extirpar muchas otras cosas de nuestros corazones y no sé, no sé...

Flamenco Rojo dijo...

Estimados amigos,

Interesante el artículo de hoy Amando. La pobreza no es un fenómeno nuevo pero yo diría que durante los últimos años ha crecido, se ha transformado y se ha diversificado. Existe una nueva distribución territorial entre la ciudad y el campo y por lo tanto aparecen otras formas de pobreza y emergen nuevas categorías sociales vinculadas a ella. En definitiva hay más pobres. Y los pobres son más pobres.

Se hace imprescindible una hoja de ruta para combatir la pobreza en nuestras ciudades. ¿Quien debería establecerla? Bien podría ser la ONU.

Saludos,

Amando Carabias dijo...

PEPE: Muy buenas tardes, amigo sevillano.
Gracias por tus palabras.
En mi modestísima opinión, la hoja de ruta para combatir la pobreza la ONU no la puede escribir. Poco puede escribir la ONU, me parece. Pero tampoco sé muy bien quién la podrá escribir. Los intereses de los más poderosos (y no hablo de los gobiernos, sólo) no coinciden con los de los pobres. Cuando el capitalismo comprendió que su base era el consumo y para ello los pobres teníamos que tener un mínimo de medios para accedes a los bienes de conusmo, decidió que ese era el camino. Cuando los poderosos comprendan que la miseria es su ruina, quizá acaben con ella.
Salvo solución de otro tipo, que, por desgracia (¿por qué pongo por desgracia?) no es imposible, no se me ocurre otra mejor. La ONU, desde luego, es un muñeco cuya inoperancia está demostrada desde hace tiempo.
Un saludo.
(Uf, qué rollo).