domingo, 14 de diciembre de 2008

LLOVÍA EN BARCELONA

Creo que la culpa fue mía. Con estos zascandileando a tu lado, no se puede bajar la guardia y pensar que está todo hecho. En siete minutos se puede destruir todo el trabajo previo. A la postre todo el sudor mezclado con el agua de lluvia insistente, no ha servido de nada, o de casi nada.
Al menos os habéis lavado la cara.
Demasiado poco.
Cuando empezó el choque todos teníamos miedo. Salvo los desesperados por sacar dinero, nadie creía en nosotros, y ellos, los desesperados, digo, no es que se confiaran a nuestras habilidades poco contrastadas esta temporada, sino más bien en un milagro, a todas luces injusto, o una coincidencia de extrañas circunstancias que nos favorecieran.
Sin embargo, hubo un instante en el que pareció que ese milagro podría haberse realizado. El holandés negro, con evidentes trazas de ancestros antillanos, se quedó delante del portero, pero le faltó esa determinación final, ese empuje decisivo, ese milímetro que separa a los buenos de los genios.
Nos aplicamos en defensa. Esa fue la gran novedad.
Desde el asiento del salón cubrimos todos los espacios, asfixiamos a Xavi rodeándolo con nuestros deseos invisibles. Parecía que era Gago, ese joven con evidente aire de gaucho enamorado, quien se encargaba de ser su espejo, pero éramos nosotros los que le anticipábamos los movimientos de quien sabe todos los secretos del fútbol, hasta los que no se han inventado. También estuvimos junto a Ramos para que Messi no se le escapara cada poco. Esto fue más difícil.
Y la culpa fue mía.
A mí me cedieron el espacio que se asoma al precipicio blanco de la raya de cal, y ahí anduve un poco temeroso, no quise meter el pie con contundencia, por si acaso este otro argentino, con aires de chaval de un suburbio que huele a milonga más que a tango, se despeñaba. Como yo no lo hacía, tuvieron que venir Guti, Gago, Drenthe, Sneijder y el propio Ramos para endosarle sellos de aluminio sobre la piel de su tobillo izquierdo. Fue un remedio alegal y censurable, lo reconozco, que estuvo a punto de funcionar, pero que no fue suficiente, porque al final, se nos escapó del todo y metió el segundo gol. Pero ya no importaba, como no importó haber usado las argucias del que se sabe débil y derrotado: protestar, perder tiempo.
En fin, ellos acosaban y acosaban y se acercaban y nos tenían atrapados, pero no jugaban como habían jugado hasta ahora, ni siquiera se acercaron mucho a la portería. Mejor dicho, nuestros centrales anduvieron más finos que de costumbre.
Lo peor fue lo del león de Camerún. Y eso que después de lanzar el penalti, nos alegramos y alguno, lo sé, no disimuléis ahora, saltó de júbilo. Pero la escena, fue larga. Casi uno tendría que decir que el argumento del partido fue el que vivió el camerunés de músculos flexibles como fibras de carbón.
El alemán, Metzelder, con verdadero aspecto de cazador de safaris (imaginaos su rostro serio bajo ese sombrero y vestido de caqui con un fusil al hombro) lo arrinconó toda la noche. Eto'o, parecía un león enjaulado y hambriento. En un momento determinado, el árbitro vio lo que tantas veces no ven los árbitros: un penalti justísimo, pero que parecía un accidente. El león, harto de no marcarle a Casillas un gol desde hacía no sé cuánto tiempo, tomó el balón.
Durante unos segundos nadie se movió. Vimos una intensa guerra de nervios, que no supo de viejas amistades. Como los duelos de los antiguos románticos que eran capaces de dispararse al pecho por culpa de un amorío confuso. Casillas sobre la línea blanca de meta parecía una estatua anclada al césped con cimientos. Eto'o, a unos cinco metros del balón, que esperaba resignado recibir el patadón, tampoco hacía un movimiento que se percibiera.
Yo le soplé al joven portero por dónde dispararía su amigo. (Menos mal que no me hizo caso, claro, pues le dije que se lo tiraría a su derecha y por abajo).
Cuando el árbitro pitó, creo que el león dudó unas décimas de segundo, me parece que estuvo esperando una reacción del cancerbero para disparar al otro lado, pero el guardameta, con los nervios más de acero, todavía aguantó unas centésimas más inmóvil por completo. El delantero centro chutó con violencia, pero el portero pudo acertar con la dirección de la trayectoria y rechazó el misil.
Ese fue nuestro error. En casa nos relajamos. Faltaban pocos minutos.
Quizá no ganásemos, pero eso era una quimera, sólo empatar era llegar sanos y salvos a puerto después de haber capeado una tempestad. A lo mejor para la historia del Real Madrid parece poco conformarse con un empate, pero teniendo en cuenta que casi todos esperábamos una hermosa goleada (acaso más en juego que en el marcador), ese empate a cero era un generoso botín inesperado.
Pensamos mucho en el empate, y en la jugada más estúpida, lo cual no deja de ser un serio correctivo, el balón acabó entrando. Pujol con la determinación de los desesperados, pudo rematar con la cabeza un balón que volaba entre cuatro o cinco jugadores, quizá fueran tres. El caso es que su testarazo confuso cayó junto a la pierna menos adecuada (para nosotros, claro), la del león herido en su orgullo. La alegría de Eto'o, en realidad fue un estallido de adrenalina, de proporciones casi telúricas. Supongo que después de haber errado el penalti estaba a punto de la desesperación.
Después, el gol de Messi fue la consecuencia lógica.
A esas alturas, ya jugaban once contra once, el resto de madridistas que sujetábamos a nuestro equipo en la distancia, caímos en la desesperación tranquila de quien sabía que luchaba contra el destino. Era imposible la victoria y lo sabíamos desde hace más de un mes. Aunque nos sentó mal, lo que dijo el anterior entrenador, lo pensábamos casi todos. Aún así, lo intenté, junto con otros, pero no pudo ser.
(Foto de El País. Casillas para el penalti)

10 comentarios:

S.C. dijo...

¿Alegal y censurable?

Demasiado generoso por tu parte.
Le frieron a hostias en el primer tiempo, hasta que el árbitro tuvo a bien poner coto a la paliza que le estaban metiendo al muchacho.

S.C. dijo...

¡¡MADRID, CABRÓN SALUDA AL CAMPEÓN!!

Anónimo dijo...

bueno, bueno... Un poco de calma.

Adrian Dorado dijo...

Amando, no te comentaré sobre el post porque tengo fuertes conflictos. Viviendo en Madrid era socio del Real, así que mi corazoncito lo tiene, pero soy un admirador, como tantos de Messi y disfruto mucho con sus genialidades. Ví poco pues, aquí, estuvo diferido.
Respecto de tu opinión , claro que vale, hombre, tanto como la de todo aquel ser sensible que esté permeable a lo que se ofrece, así que bienvenidos los agradecimientos.Tú sabes que los creadores necesitamos un poquitín de caricas en el ego. Patricia seguro.
He dejado un último comentario en el post de JC medio cascarrabiado, temo que me den por.. allí, no les gustan para nada los forasteros metidos..en fin. Pero no me quería callar... Y si me echan pues que le vamos a hacer!
Vale, seguimos en contacto.
Abrazo
Adrián

Rafa dijo...

El Madrid a segunda,que según su juego, es donde tiene que estar.

Amando Carabias dijo...

¿Aparte de mí, ningún madridista me sigue o se atreve a publicar?

Anónimo dijo...

Los madridistas no estamos acostubrados a estas derrotas y mucho menos a este juego ramplón. Bueno tu ya sabes según mi opinión donde está el problema del Madrid: cuando la cabeza no marcha bien...
Un fuerte abrazo.

Flamenco Rojo dijo...

Acabo de leer tu crónica del Barça vs R. Madrid. Sin comentarios…

Hoy es 24.04.09 y estamos en las previas de un Sevilla F.C. vs R. Madrid. No te puedes imaginar como se está preparando aquí en Sevilla el partido después de tres derrotas consecutivas del equipo de mis entretelas. No lo entiendo, parece más un partido entre el Sevilla F.C. vs Juande. Juande hizo un poco más grande al Sevilla F.C. (ofú que expresión) se fue a Inglaterra para mejorar (la culpa la tiene los jodidos fenicios), pero ya debía ser historia.

¿Firmamos un empate?

Ante todo, “fair play”.

Evaasecas dijo...

Bueno, bueno, lo que me encontré por aqui... Te digo la verdad? Ni me acordaba de este partido. Pero chico, como lo cuentas! No sabía que se pudiera escribir así sobre fútbol.
Veo que has tenido pocos comentarios y este post se merece muchos más. ¿Por eso decidiste no volver a escribir sobre fútbol?
He de confesar, que viendo el partido del otro día por ''roja directa'', claro, que no tengo tele y oyendolo por la radio a la vez, estuve rezando por el final del partido mucho tiempo. Sinceramente, el Madrid es el que pelea contra el Barça, no el que pelea contra el Alcorcón. Lo pasamos mal los culés el otro día.

Saludos. Sigo leyendo. Con la venia.

Amando Carabias dijo...

Evaasecas
Algunos periodistas hacen crónicas de partidos de fútbol que son joyitas. Normalmento no abundan mucno en los periódicos deportivos, precisamente. Creo que Santiago Segurola fue un ejemplo. Muchos escritores, no sólo es que les guste el fútbol, sino que han escrito sobre él. Por ejemplo Jorge Valdano coordinó dos libros titulados Relatos de fútbol
Y hay muchos más.
Pues no, no ha sido por tener pocas entradas por lo que dejé de publicar sobre fútbol. Hace un año este blog era una criaturita desconocida. No es que ahora lo sea mucho, pero en fin somos más. Y si se va a ver esta entrada, precisamente, generó participación numerosa.
En realidad no he publicado sobre fútbol porque no ha salido, porque a lá mayoría de los lectores no les gusta.
Aún se cumple lo que digo en una entrada anterior, el divorcio entre gustos lectores y aficiones deportivas.
Pero todo llegará, supongo.
Respecto del otro día... No vi el partido, y creo que el artículo hubiera sido muy distinto, aunque un chileno no entienda por qué perdiendo se puede estar satisfecho con un equipo.
El resultadismo nos va a matar.
Tendríamos que aprender de alguien que lee a Vila Matas, Sampedro y entrena al Barça.