domingo, 30 de noviembre de 2008

TARDE DE DOMINGO

Tendría que estar corrigiendo el cuento de Navidad, como bien sabéis, pero ahora mismo no me apetece comenzar a esta tarea, sin dejar una entrada en este bloc cibernético. (Creo que, salvo mejor ocurrencia de alguno de vosotros que adoptaré de inmediato, os lo prometo, a partir de ahora, y mientras la RAE no lo admita, como ha admitido USB, o pendrive, dejaré de llamar blog, a lo que en español podemos llamar bloc, aunque sospecho que esta palabra tampoco es original de nuestro idioma. ¿Por qué no cuaderno, o libreta?).
En realidad sólo quería dejar testimonio de una noticia que va a dar que hablar en los próximos meses. Aparece en El País Semanal y habla de la historia de una madrileña de treinta y un años que contrajo matrimonio hace once con un senegalés. Se conocieron a causa del baile, ya que ella es bailarina y él músico, de cierta fama en Senegal, parece.
Hasta aquí la cosa, aunque un poco exótica, no tiene mayor trascendencia.
La notoriedad llega porque Pap Ndyaye, así se llama el percusionista, tiene otras dos mujeres en Senegal y Sonia Sampayo, madrileña de Lavapiés, aceptó el matrimonio con este músico después de enamorarse perdidamente de él y a sabiendas y previo conocimiento de las otras dos mujeres. Según se dice en el reportaje escrito en primera persona, él vive con ella en Madrid ocho meses al año, y el resto lo pasan en el Senegal. Sonia no tiene hijos, ni quiere tenerlos, y a su marido, aunque le encantaría, no le parece muy mal del todo porque ya tiene seis con sus otras mujeres.
También se habla en el reportaje de los celos, las costumbres, los pensamientos. En fin, un acercamiento a una historia que, en principio y para nuestra mentalidad occidental es, además de incomprensible, casi inadmisible.
Parece que esta historia ha sido llevada al cine con el título de La princesa de África en la que Sonia se interpreta a sí misma.
Lo que me sorprende del reportaje, si no fuera porque todo es sorprendente, es que sea una española la que acepta con bastante naturalidad una situación que no lo es nada. Digamos que se trata de una aproximación sin prejuicios a una cuestión que es más que escabrosa.
Si queréis leer la noticia, pinchando en este enlace, creo que accederéis a ella... Suponiendo que personas tan despiertas no lo hayan hecho ya.

3 comentarios:

S.C. dijo...

Está claro que hemos salido perdiendo con tanto progreso y tanta gilipollez.

¡¡Vuelta a la poligamia ya!!

Anónimo dijo...

Me parece que no todas las mujeres estarían muy de acuerdo.

S.C. dijo...

Eso dirían al principio, pero luego verían que es lo natural, jajajajjajaja.